18.4.05

CINCO DE NUESTROS YUDOCAS CLASIFICADOS PARA LA FINAL AUTONÓMICA

Nuestros cadetes Yaiza Martín, María Abial, Andrea Abad, Laura Carriazo y Juan Carlos Tomé se han clasificado para disputar la Final Autonómica de Yudo. Tenemos que ir a animarles todos el próximo sábado 7 de mayo al Polideportivo Los Rosales (Móstoles). Está junto a la plaza de toros y comenzará a las 10:00 de la mañana

Miren Uds. lo de la Federación Madrileña de Judo (con jota) es la repera. El pasado sábado día 16 de abril participamos en la Fase Zonal (del Área 3) que se disputó en el Polideportivo Juan de la Cierva de Getafe. Tuvimos la fortuna de clasificar a 16 yudocas de la escuela municipal de Parla entre infantiles y cadetes. Algunos son muchachos que han empezado a practicar yudo este mismo año. Incluso los hay, como Roberto Molina, que sólo lleva dos meses con nosotros y se ha inscrito en la escuela de yu-yitsu. Lo que pasa es que ha seguido el consejo de su profesor y ha tramitado su licencia de yudo en tanto se formaliza un club de yu-yitsu (que de momento no existe dentro de las escuelas municipales y ojalá que nunca exista, visto lo visto).

El viernes anterior a la celebración del campeonato en cuestión el profesor pasó por la Federación Madrileña. El motivo no era otro que el de recoger la licencia de Javier Gil, otro de los muchachos de yu-yitsu, que no le hace ascos a participar en nuestras actividades de yudo. Al parecer el ordenador se ha averiado y después de haber ingresado la cantidad correspondiente el pasado 11 de marzo, a fecha de 18 de abril aún no tenemos el carné de Javier.

Lo que sí nos quedó claro en esa visita a la Federación es que los infantiles deben tener en sus documentos las pegatinas de los medios cinturones que hayan superado. Y eso aunque su profesor no le haya hecho “pasar” por ellos. En definitiva lo que queda claro es que la Federación ha estimado que debe recaudar más dinero de los niños; a quienes siempre esquilma sin piedad; bueno a sus santos padres. Eso de las pegatinas de los cinturones es todo un timo, un atraco a mano armada, una cacicada. Cuando un muchacho extravía un documento deportivo nos echamos a temblar. La Federación tramita muy gustosa un duplicado (y lo cobra, claro). Pero lo da “pelado”. Luego, cuando uno quiere tener de nuevo las pegatinas que acreditan el grado o cinturón que ostenta, hay que volver a pasar por caja. También hay que pagar por que le vuelvan a pegar a uno en su carné las licencias que hubiera tramitado anteriormente. Y son importantes, pues a llegar a la edad mínima de 15 años se puede iniciar la tramitación para la obtención del cinturón negro. En ese momento hay que tener todas las pegatinas y una serie de licencias. A saber, para el cinturón negro primero dan (el primero que se obtiene) hay que tener la licencia en vigor y las de los tres años anteriores. De no ser así, hay que tener las de cinco años anteriores (si no son consecutivos e inmediatamente anteriores al del año en curso). Fíjense en la importancia de los papelitos que les pegan a sus hijos en los carnés de yudo.

HORROROSA Y BOCHORNOSA COMPETICIÓN. Pésima organización

Los cadetes fueron citados de 16:00 a 16:30 en el Polideportivo, para proceder al pesaje y a la comprobación de la documentación. Al disputarse el campeonato por la tarde, muchos yudocas descuidaron su peso y hubo decenas de chavales corriendo, intentado bajar los gramos que excedían de la categoría en la que se habían clasificado. En estas edades siempre nos ha parecido una canallada, pero no hablaremos muy alto, pues algunos de nuestros alumnos se han empezado a apuntar a esta moda de bajar peso para un campeonato. En concreto, María Abial, que había sido aconsejada en sentido muy contrario, llegó al pesaje con 800 gramos de exceso. Tuvo que sudar de lo lindo, después de haber comido un gran plato de patatas sólo una hora antes.

Insistimos en recordar que no aconsejamos a ninguno de nuestros alumnos el bajar peso para un campeonato. Los que necesiten hacer dieta lo deberán hacer aconsejados por un médico y durante todo el año; no para ir a un torneo.

La cosa es que a María la dejaron clasificarse dado que era la única representante femenina en la categoría cadete de menos de 44 Kg. Como además, el año pasado ya obtuvo la medalla de bronce en la Final Autonómica y no ha faltado a ninguna concentración con la Selección Madrileña, se le echó una mano.

Menos suerte tuvo María Villar que no fue capaz de “sudar” los 250 gramos que se pasaba del límite de su peso. Con ella no hubo clemencia, ni siquiera cortesía. Una joven árbitra que debe pensar que en competiciones de muchachos de 12, 13 y 14 años hay que ensayar modos y maneras para cuando arbitre competiciones de mayor enjundia, despachó a María con cajas destempladas. No hubo protesta ninguna, primero porque no es nuestro estilo y segundo porque este tipo de actividades las seguimos como una parte de la educación de nuestros alumnos. María fue invitada a comer por los profesores Cristina y Wladimiro. Antes de elegir lo que quería el profesor le preguntó qué tal llevaba su peso. María aseguró que tenía un kilo de margen. Se zampó un bocadillo de panceta ahumada (beicon) en un pis pas. El bocadillo era de soberano tamaño, por cierto. Luego no fue capaz de bajar 250 gramos por más carreras que se dio. Hay que tener más coherencia con lo que se hace. Si uno está realmente al límite de una de las categorías y no necesita hacer dieta para estar en ella, lo que no puede hacer es descuidar un par de detalles. Por las mañanas se pesa menos que después de comer. Si se va muy ajustado a un pesaje vespertino, lo que hay que hacer es sin apenas comer. En cuanto se da el peso, se ingiere algo de alto valor energético y de no mucha dificultad de digestión (pasas, frutos secos, chocolate, pasteles…) Incluso hay quien gusta de llevarse un termo con té calentito con mucha azúcar o miel y unas gotas de limón. La sensación de hambre desaparece y se ingiere azúcar (combustible). En cuanto se acaba la competición se va uno a su bolsa, se saca un bocadillo de soberano tamaño (de beicon, por ejemplo) y resuelto el tema.

Dicho de otro modo, a María Villar no la ayudó nadie de la Federación. Al contrario, parecía fastidiarles mucho los esfuerzos que realizaba María por conseguir dar el peso y hasta nos pareció que expresaron un cierto alivio cuando la joven árbitra dijo tajante que se cerraba el pesaje “y se acabó”. Así se promociona el yudo en una categoría en que cada vez hay menos niños en este tipo de competiciones. Por ejemplo: María era la única yudoca en su peso (en el que no dio). En el de arriba (al que la podían haber desplazado) sólo había dos. Si la hubiera permitido el cambio de peso, las tres hubieran quedado clasificadas para la Final Autonómica, por lo que a nadie hubiera perjudicado. Pero es que a estos árbitros les falta cintura. Luego dieron buenas muestras de ello cuando vieron a algunos de nuestros yudocas infantiles aparecer con nuestras características mangas azules (las que indican que el portador de las mismas tiene 12 o 13 años de edad). A Francis le arrancaron sus bandas azules de las mangas argumentando que no son reglamentarias. También a Raúl le obligaron varias veces a dar la vuelta a su kimono azul. Luego en la Final Autonómica obligan a llevar el azul y el blanco. El mundo del revés. Incluso hubo una anécdota que indica la falta de psicología de estos árbitros (por cierto muy “verdes” en sentido general, y más para la prepotencia que se gastan). A Asier, cuando salió a enfrentarse a un rival que le sacaba la cabeza, le midieron el largo de las mangas. Le obligaron a cambiar la chaqueta. Luego recién agarró a su oponente voló por los aires con el resultado de ipón. Nuestro compañero Asier es un buen deportista y está en camino de convertirse en un buen yudoca si sigue entrenando como hasta ahora. Pero aún no está maduro como sí lo están algunos yudocas de su categoría. Cualquiera podía ver que la tarea de Asier en ese encuentro era algo más que complicada. Cualquiera que supiera un poquito de yudo… Cualquiera menos una árbitra empeñada en demostrar que sabría arbitrar a dos yudocas de elite en un campeonato de máximo nivel (ese es el problema, que no está capacitada para ello y, sin embargo, lo intenta demostrar en campeonatos con muchachos de entre 12 y 16 años).

MÁS DE CINCO HORAS DE COMPETICIÓN

Pero aún hay mucho más. Y tanto que si hay más. Si se hubiera intentado hacer todo lo posible por alargar el campeonato del pasado sábado, seguramente no se habría conseguido prolongarlo tanto. El pesaje comenzó a las cuatro como queda dicho. Luego, para permitir que los infantiles no tuvieran que “estar tanto tiempo en el polideportivo” se citó a los infantiles a las 17:00 horas. ¡Vaya vista! Cuando nuestra expedición abandonó el polideportivo, faltaban cinco minutos para las 9 de la noche. Y aún se seguían disputando encuentros en el interior. Luego tendrían que realizar la fastuosa ceremonia de entrega de premios. Calculamos que los vencedores salieron del Juan de la Cierva a eso de las 10 de la noche. ¡Cómo se puede ser tan mantas organizando eventos de muchachos en edades en las que suelen ir acompañados de sus padres! Y toda la vida con el mismo sistema… ¿Es que no son capaces de citar por pesos además de por categorías, escalonando más la llegada de participantes a los pabellones? ¿Es que no se puede agilizar más la competición con jueces que sean “más yudocas” y “menos árbitros”? ¿Es que no se puede evitar tener que realizar una liga de tres yudocas cuando los tres yudocas están clasificados para la siguiente fase, (o al menos reducir más el tiempo de estos encuentros si es que es imprescindible saber quién ha de ocupar el primer puesto y quien los sucesivos)? HAGAN ALGO SEÑORES FEDERATIVOS Y DEJEN DE CASTIGAR CON TANTA CRUELDAD A QUIENES VAN A UN CAMPEONATO DE YUDO. Algunos padres ni siquiera entienden lo que está pasando en el tatami y no por ello dejan de pasar sentados tres, cuatro y hasta cinco horas, intentando dar ánimos con su presencia a sus hijos yudocas a los que ese día comprenden menos que nunca (¿cómo puede gustarles esto? deben pensar en todo momento). Ustedes sigan así y luego nos amenazan a los profesores con las típicas frases de “no se puede tener ningún niño sin licencia”, “que los infantiles tengan todas sus pegatinas en el carné o no podrán participar”… Pero si cada vez es más difícil explicar a un niño que esto del yudo es maravilloso y que en las competiciones lo importante es participar. Más cuando se ve lo que se vio en Getafe, con un personaje como el director de un importante gimnasio de la localidad, que se pasa gran parte de los prolegómenos del campeonato charlando con el representante de la Federación (el organizador). Luego va de tatami en tatami chillando a árbitros y deportistas en un claro intento de medrar y controlar lo que no pudieran controlar sus deportistas. Y si no le alcanza, ya sabemos como funciona este tipo de personajes que creíamos más propios del siglo pasado, pero que resisten el paso de modas. En el caso de no poder atender personalmente a su pupilo mandan a algún “meritorio” y éste da buena cuenta del repertorio aprendido de su maestro. “El rojo no ataca”, “eso es un ataque falso”, “a ver cuando sancionamos al blanco”… Todo, excediendo con creces el simple hecho de dar instrucciones a sus pupilos que es lo único que debería hacer un entrenador en estas categorías en que estamos hablando de niños, de adolescentes o de deportistas en plena formación, si se quiere. Así se les ve a los muchachos de este tipo de clubes de “creciditos”, de “chulescos” y de contrario a eso tan lindo que solemos llamar el espíritu del yudo. Y el que no sepa lo que es eso, como una vez me reconoció todo un sexto dan, que se lean “El espíritu del yudo” de Jazarin; si es que no han olvidado que la “jota” con la “u” es “ju” y no “yu”. Si no se han olvidado de leer, vamos.

LOS NUESTROS FANTÁSTICOS

Después de esta crítica que uno no quisiera tener que hacer -porque además parece de lo más estéril, cuando se lleva haciendo (dentro y fuera) desde hace muchos años y sólo se ha conseguido enemistades y poco más-, pasemos a algo mejor. La actuación de los nuestros fue muy buena y augura más éxitos en el futuro. Pero, aún queda mucho y no hay que olvidar que hay que seguir trabajando con el mismo interés y redoblando los esfuerzos si cabe.

Las chicas tuvieron la fortuna de clasificarse automáticamente. En el caso de YAIZA y MARÍA ABIAL lo hicieron sin saltar al tatami. No es ninguna suerte pues llegarán a la Final Autonómica sin demasiadas referencias, ni rodaje. En cuanto a ANDREA ABAD y a LAURA CARRIAZO, ambas quedaron terceras de tres, pero estuvieron bien. Deberán apretar para realizar un papel digno en la cita del 7 de mayo, pero tenemos un par de semanas que hay que aprovechar.

En cuanto a JUAN CARLOS TOMÉ, hay que decir que está atravesando un estupendo momento de forma. Le falta bastante rodaje en cuanto a estrategia y planteamiento de los torneos, pero también puede trabajar algunos aspectos concretos de aquí al momento de la Final Autonómica, para la que se ha clasificado como subcampeón del Área 3. En estos momentos estaría en el nivel de los ocho primeros y se trataría de subir un escalón para pasar a disputar las medallas y (¿quién sabe?)… dar la campanada y meterse en un Campeonato de España.

En su mismo peso estuvo RICARDO GONZÁLEZ que se fue diluyendo después de haber empezado francamente bien. Su mejor encuentro lo disputó contra su amigo y compañero Juan Carlos al que estuvo a punto de ganar. Ricardo tiene que darse cuenta de que le faltó forma física, pero que cuando estuvo en plenitud trató de tú a tú al que luego fue sub-campeón; a su amigo Juan Carlos. Hay que animarse y procurar entrenar un poco más. Es tan fácil como acudir a la hora anterior los días que no se tenga excesiva carga con los estudios (todos los viernes, por ejemplo).

ASIER PÉREZ, por su parte, todavía tiene que seguir madurando pues en su categoría se las tiene que ver con auténticos “hombres”. Pero hay que recordar que el próximo año, Asier seguirá siendo cadete y, si sigue con su nivel de progresión, puede empezar a postularse como uno de los candidatos a sacar medalla en esta fase local, para lograr de una vez participar en una Final Autonómica. Estamos seguros de que está capacitado para ello.

Lo de CARLOS GRANDE es una cuestión de confianza. A nosotros nunca se nos escuchará hablar de falta de fortuna, más que en casos muy concretos y casi siempre antagónicos a aquellos en que algunos entrenadores hablan de “mala suerte”. Carlos ha experimentado una notable progresión en los últimos años y lo que hay que pensar es en mantener esa progresión. Hace dos cursos Carlos no hubiera ni soñado con obtener una medalla de bronce en una Fase Zonal como la disputada el sábado en Getafe. La rabia es que se quedó un peldaño por debajo del lugar que da derecho a ir a la Final Autonómica. Pero hay que ver lo positivo y es esa medalla de bronce, que, aunque ahora sepa a poco, debe ser un premio al esfuerzo que viene realizando Carlos y la prueba de que puede aspirar a más. Y si no sólo hay que mirar las fotos del encuentro que perdió y ver cómo tuvo muchos momentos de dominar a su complicadísimo rival e incluso claras oportunidades de haberle ganado por ipón.

En cuanto a los infantiles, también nos tenemos que felicitar en líneas generales. Lo primero por su generosa entrega y lo segundo porque también van para arriba como cohetes. Ellos no se dan ni cuenta y nos hacen sonreír. FRANCIS PÉREZ estuvo fenomenal en un peso que no es el suyo. En cuanto pegue un estironcillo, que ya está a punto de tener por eso de las hormonas y tal, se va a poner a la altura de chavales que van por delante en su desarrollo. Esas cosas no se eligen y hay que saber esperar. Pero el próximo año seguirá siendo infantil y pasará a ser uno de los favoritos.

Por su parte a RAÚL ABIAL le viene pasando algo parecido. En su caso es una cuestión de kilogramos. Le faltan siete para el límite del peso más bajo, con lo que toca lidiar con chavales que le dominan por fuerza. Eso no nos preocupa, porque la fuerza se coge tarde o temprano. Lo importante es que siga haciendo el buen yudo que hace (marcó dos ipones fantásticos).

Tampoco lo hizo mal SERGIO MARÍA, aunque fue de más a menos. Sergio empieza a dar muestras de tener el primer rival dentro de sí mismo. Hay que aclararse en eso, si no es muy complicado disfrutar en este mundillo tan duro. Y si no se disfruta se acaba abandonando, por demasiadas razones. Algunas ya las hemos explicado al comienzo de estas líneas. Pero Sergio también será infantil un año más, lo que le coloca en el lugar de los favoritos y -¡ojo!- que eso no es ni una responsabilidad, ni nada malo. Eso quiere decir que el profesor sabe que tiene nivel suficiente para seguir entrenando como hasta ahora (bueno como hasta hace poco en que no tuvo que ser castigado por sus padres), y aspirar entonces a lo más alto.

En cuanto a MARÍA VILLAR y su amarga experiencia con una intransigente juez hay que recordarle que vivió una experiencia dura, pero que ya tiene edad para responsabilizarse de sus decisiones… ¡Ese bocata de beicon!

Por su parte ROBERTO MOLINA, nuestro compañero de la clase de yu-yitsu, merece todo tipo de elogios. Entrena con mucha afición y no falta a ninguna actividad, por dura que a otros les pueda parecer. Se enfrentó a cinturones marrones de muy buenas hechuras, y eso que sólo tiene todavía cinturón amarillo. Enhorabuena. Creemos que hemos ganado un buen yudoca, aunque siga entrenando en la clase de yu-yitsu. Nosotros le recomendamos desde aquí que se piense el cambiarse a la clase de yudo donde hay más nivel de entrega y muchos compañeros de su edad.

En el mismo peso de Carlos participó AARÓN SÁNCHEZ, que puede aspirar a mucho más de lo que consiguió. El año pasado estuvo a punto de meterse en la Final Autonómica. Este año ha llegado muy corto de preparación física. Es algo que se les viene advirtiendo a todos los cadetes e infantiles del Ramón Carande (de Torrejón de Ardoz). Entrenar sólo dos horas a la semana para estas edades es muy poquito. A Aarón se le ha recomendado que los fines de semana aproveche que tiene un padre deportista y se vaya con él a hacer “futin” (algo es algo). De todas maneras tiene que conseguir domar su yudo (demasiado bravo) y pulir algunas técnicas que seguro le permitirán marcar ipón. Además, hay que recordar que el próximo curso seguirá siendo cadete y tendrá mucho que decir en al categoría si sigue los consejos de sus profesores.

Finalmente, a ADRIÁN BERZAL le felicitamos por muchas cosas. La primera por haber participado en el campeonato, tras haber superado un gran número de dificultades. Después hay que destacar que hizo un fenomenal campeonato aunque saliera decepcionado. Hay cosas que sólo se aprenden cuando se experimentan. Es una dura ley de esta vida, que el yudo enseña a aceptar. Si uno nunca se ha enfrentado a un “morotero”, lo más normal es que le “cacen”. Y al bueno de Adrián le “cazaron” dos “moroteros” seguidos. No debe preocuparse porque ya tiene la vacuna ¡Seguro! Ahora en las clases trabajaremos este asunto y lo importante es que Adrián recuerde que tuteó a todo un campeón de España de la categoría haciendo buen yudo. Hasta estuvo a punto de marcarle ipón de uchi-mata si llega a tener un poco más de ritmo de competición. Puede convertirse en un gran yudoca si le echa un poquito más de esfuerzo.

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