19.10.08

Sonia Sieiro campeona en el Ranking Autonómico

Ganó todos sus encuentros por ipón


Buena actuación de nuestros cadetes

  • Carlos Muñoz 5º

La mañana del domingo fue la continuación de la jornada anterior, la del sábado por la tarde. Nuestros cadetes acudieron puntuales a su cita y solventaron sus trámites de control de documentación, de pesaje, el calentamiento… No estuvo encargado del calentamiento colectivo (como la tarde anterior) nuestro campeón Oscar Peñas. De este modo, los muchachos calentaron a su libre albedrío sobre el tatami. Lo hicieron los que fueron citados a primera hora de la mañana. Luego, las chicas y los cadetes de pesos más altos no tuvieron tanto espacio. Como fueron citados más tarde, el pabellón se había quedado pequeño.

Creemos que se debe hacer un esfuerzo mayor en calcular el tiempo que necesitará cada ‘tanda’ de muchachos y citar más escalonadamente a los deportistas. Pero como se trata de darle al césar lo que es del césar, también vamos a expresar aquí nuestra felicitación a la organización (a la Federación Madrileña de Yudo) por el celo mostrado al organizar este evento. Se notó el esfuerzo por hacer las cosas de otra manera, con más mimo, cuidando algunos detalles.

A ver si colaboramos

Cuando llegamos al Pabellón Europa encontramos, ya desde el sábado, un despliegue de medios que intentaba, claramente, dar orden y sentido a un encuentro deportivo al que se ha querido revestir de cierta importancia (la tiene; por supuesto). Quizás el estilo de cada cual sea diferente y muchos opinemos que se podría mejorar o cambiar alguna cosa. Pero no deja de ser de justicia el reconocer ese esfuerzo del que hablábamos antes. A cada entrenador, al ir a bajar a los vestuarios, se le entregaba un juego de fotocopias con los sorteos de las categorías a desarrollar. También se le proporcionaba una credencial de acceso a pista. Luego, algunos profesores tiraban de las mallas de separación de la grada y permitían colarse a familiares y amigos. Así, volvieron a chillar más, a pie de pista los de siempre, los de los clubes bullangueros, ruidosos, chabacanos y groserotes (menos educados). Siempre es conveniente ir recordando a los árbitros para donde escorar los pequeños restos (que tanto inclinan la balanza, sobre todo hablando de niños y niñas). Ya volveremos al tema.

También se controló con mayor esmero (pero sin rigidez y con cierta flexibilidad) cuestiones como la documentación de los deportistas, el acceso a la pista, etc.

En fin, expresamos nuestra felicitación por la clara voluntad de cambiar ciertas cosas y animamos a nuestros mandatarios a seguir por ese camino. Y, sobre todo, expresamos nuestro ruego por seguir esforzándose en el sentido de que un niño (y su familia) no se vea en la necesidad de pesarse a eso de las 9:30 horas y acabe disputando la final a eso de las 13:00 horas. Son muchas horas y siempre queda el consuelo de que ‘para eso son los mejores’. Pero también hay casos de muchachos que se pesaron a las 10:30 y disputaron su primer encuentro alrededor de las 12:00 horas. Y ya se sabe que, en yudo, casi la mitad de participantes pierde el primer encuentro (se libran los que pasan ronda). De ellos, otra mitad no entra en repesca y se ven obligados a esperar otro buen rato para comprobarlo. En fin, a ver si logramos hacer menos duro el panorama a los que no ganan, pues estamos hablando de edades en que hay que promocionar el yudo; luego no nos lamentemos.

Nuestros cadetes, bien

Nos falta una pequeña vuelta de tuerca con nuestros cadetes. Se trata de una categoría compleja en la que ganan muchachos muy endurecidos en relación con la mayoría de los restantes participantes. Cuando ves el podio de algunas categorías de cadetes ves muchachos que no sólo hacen ‘mejor’ yudo que sus rivales (a veces ni eso); son, también, más fuertes, más coriáceos, correosos y atléticos; tienen carácter más aguerrido y ‘luchan’ tanto como intentan aplicar técnicas de yudo.

Este preámbulo ha de servir para explicar que nuestros cadetes hacen buen yudo, llevan la iniciativa y afrontan sus encuentros con deseo de imponer las técnicas que aprenden y practican con ilusión en las clases. Pero, -hay puede estar una de nuestras claves- en nuestras cases cuidamos de que el yudoca cadete (y también el infantil y el alevín…) aprenda a hacer yudo-total. Es decir que no nos obsesiona el preparar niños de 13 o 15 años para ‘ganar’ campeonatos. Nosotros enseñamos yudo pie y también yudo suelo, aunque siga habiendo tendencia a que los árbitros levanten –al momento- a los yudocas que dejan de estar en pie. Y es que sabemos que contribuye al desarrollo de estos chavales, que complementa su corolario técnico para formarse como yudocas completos y les habilita a aprender a defenderse en peleas callejeras, por no hablar de su preparación física. Por lo mismo, no tenemos demasiado tiempo de explicar a estas edades tácticas ni estrategias, porque introducimos en nuestras clases (en las normales y no en sesiones especiales con un grupo restringido) katas y tablas de movimientos de ataque y defensa (hablamos de defensa personal o de lo que el maestro Ortega llama ‘yudo para la calle’).

Dicho todo esto, queremos animar a Sergio Cortés, David Monforte, Oscar Manchado y Carlos Muñoz a seguir entrenando como hasta ahora. Que no se preocupen si no llegan los resultados deportivos (medallas en competición –siai-); que más pronto que tarde pueden tener otros alicientes y premios. Algunos, como David Monforte se encuentra en un momento de desarrollo que no se corresponde con el de la mayoría de los oponentes con que cruza sus conocimientos. Sin embargo tiene buenos fundamentos y puede acabar siendo un gran yudoca. Además es un gran atleta que practica otros deportes, como su amigo Sergio Cortés, con lo que deben entender que el yudo les sirve, además de para su formación, para destacar en esos otros deportes.

También se marcharon un poco defraudados Carlos Muñoz y Óscar Manchado. En el caso de Carlos la pena fue que gozó de una gran ocasión de dar un salto cualitativo. Acabó 5º clasificado, aunque constató que todavía le queda mucho para igualarse a los que suben al podio. Tanto a él como, sobre todo, a Óscar Manchado, hay que recordarles que se les dio la oportunidad de entrenar un poco en septiembre y no la aprovecharon.

Nuestra campeona Sonia Sieiro; el espectáculo del coraje

Sonia es campeona; sabe ganar. Eso viene de fábrica y no siempre es mejor (ni peor): ¡es así! El yudo de Sonia es sencillo. Quizás sea demasiado sencillo para medirse a rivales que ya andan avezadas en estrategia, en correr para dar el peso, antes de cada prueba, en manejar el tiempo del encuentro (‘perrear’ cuando se va ganando y cosas de esas). Sonia lanza la cadera con potencia y con su archisabido agarre. No acaba de acondicionar a su acervo técnico algunas técnicas que su entrenador lleva tiempo intentando explicarle para que le sean ‘propias’. Pero tiene un coraje que no se sabe donde mete la menudita yudoca parleña. Es de esos deportistas de fe ciega en sus posibilidades, capaz de echar por tierra ‘pequeñas conspiraciones’. Así le sucedió esta mañana al enfrentarse a una deportista fantástica, de un prestigioso club, que estuvo a punto de privar de disputar la final a Sonia. Lo vamos a contar.

El primer encuentro de Sonia fue visto y no visto. Pese a que Sonia dio en la báscula 45,6 Kg. y pese a que es cadete de primer año, su motivación y concentración eran tremendas. De ese modo, las dos primeras rivales (duras rivales) fueron vencidas por ipón con cierta soltura. La primera con su tokui-uasa, la segunda mediante la aplicación de su técnica de control favorita: kesa gatame. Después llegó un durísimo encuentro para entrar en la final. Ahí queremos explicar algo que no conseguimos soportar… y mira que llevamos años. Se produjo una de esas situaciones en que el profesor tiene que disimular que la cosa huele a chamusquina, luchando por ser positivo y transmitir a su pupilo (alumna en este caso) vibraciones positivas. Ves que el árbitro se equivoca y pone en ventaja a una durísima rival (conocida por haber conseguido algún efímero éxito –como todos los de estas edades-). Los chicos de estas categorías pueden ser inmaduros, alocados, apoquinados o chuletas; pero no son tontos. Empiezan a oler también a chamusquina. Ves que el arbitraje no permite continuar trabajando en suelo; suena ‘mate’ tan pronto te colocas en la espalda del rival para intentar aplicar una técnica de sime-uasa. Luego, notas cierta generosidad al valorar las técnicas de la rival; notas que no sanciona lo que parece una actitud pasiva… Luego ves que Sonia, perdiendo dos yukos frente a uno, vuelve a intentar otro contra-ataque y el árbitro central vuelve a incurrir en el mismo error que ha puesto en ventaja a la rival. Menos mal que en esta ocasión proclama ipón, y los dos jueces de silla entienden que eso es ya demasiado. Le anulan el ipón (dicen que no hay ventaja alguna) y sigue la contienda. Entonces Sonia aplica un movimiento cargado de potencia, de furia, que su rival a duras penas contrarresta. Está claro que ha derribado a su ponente, pero esa generosidad en valorar el resultado de las llaves se encoge ahora. Un yuko nítido queda sin proclamarse. Podemos ser parciales y estar viendo lo que no es tal. Nos mordemos la lengua. Pero el tiempo sigue su camino inexorable y esto se está acabando. Para colmo, Sonia se enreda en el suelo, pero consigue bloquear a su rival. Ahora, en cambio, el árbitro (la árbitro central) considera que debe seguir dejando correr el crono (los dos jueces le acaban pidiendo que levante a las yudocas). Siempre hemos dicho que podemos parecer tontos, que incluso podemos ser tontos, pero nos joroba que nos traten como a tontos. La árbitro central debió pensar que estaba todo el pescado vendido y, total, para que se iba a complicar. Dejó correr el crono largos segundos, sin ningún sentido ni argumento técnico; quedaba más de medio minuto cuando se bloquearon en suelo, Sonia y su oponente, y apenas diez segundos al levantarse.

Esos diez segundos son un preciado botín en deporte; en cualquier deporte y tanto más –quizás- en el yudo. Sonia debió de apretar los dientes; debió de pensar en lo mucho que había en contra y en lo difícil que se lo había puesto su rival -una fantástica yudoca- y la árbitro central; una nefasta juez, que no aplicó el principio de igualdad, pues fue claramente parcial –y entendemos que en ello no hubo consciencia pues, de otro modo, estaríamos argumentando todo esto en otras instancias y con otro tono-. Pero también debió atisbar Sonia ese resquicio que sólo encuentran los auténticos supervivientes, los deportistas con ese apellido de ‘campeón’. Su rebeldía encontró el canal apropiado y lanzó con furia la última andanada; quemó el último cartucho. Y resultó que no era un cartucho, fue ago más; una especie de cañonazo. Sonia descargó su poderoso movimiento de cadera y volteó vehementemente a su rival, lanzándola fuera del tatami. Por fin la árbitro cobró ipón ante tan soberbio movimiento que enmudeció a unos seguidores de un lado y provocó la explosión de alegría de un minúsculo grupo del otro.

Los muchos y los pocos

Tenemos que añadir a este relato una consideración final. Pero ello no será sin antes aclarar que ese ‘combate’ recién narrado era el pase a la final y que en la final Sonia acabó por la vía rápida su encuentro con una oponente de mucha mayor envergadura. Marcó ipón en pie a una yudoca que tuvo que dar enérgicas carreras para perder el peso que le sobraba para entrar en la categoría de Sonia (de 44 a 48 Kg.). Eso que nos ahorramos nosotros.

Y ahora vamos con esa consideración final que surge al hilo del último párrafo de nuestro relato del épico encuentro. Hablábamos de que la deportista rival contaba con algunos seguidores que animaban y jaleaban a su compañera y que Sonia apenas contaba con la ayuda de su atribulado y nervioso entrenador, además de su familia en la grada.

Es curioso que cada vez que contamos o vemos alguno de estos encuentros tan dramáticos y ajustados haya por medio algún ‘gran club’. Parece que tener la suerte de inscribirse en alguno de los clubes que más licencias tramitan en la Federación da un plus. Siempre queda la sensación de que los escudos que predominan (son más) acaban marcando algo más que la procedencia del deportista.

Por si algunos árbitros leen este YUDIARIO vamos a apelar a su sagrado deber de postularse lo más asépticamente posible (con limpieza) ante los deportistas que saltan al tatami. Que, por favor, recuerden –los árbitros y árbitras- antes el principio de igualdad que si son hijos de formidables yudocas o de estupendos árbitros. Rogaría desde aquí a los árbitros a que apliquen sus simpatías y antipatías en otro lugar que no sea el escenario en que deben aplicar un reglamento compuesto de reglas iguales para todos (para los que tiene escudo o para los que van co yudogui prestado). Los deportistas que representan a un club, en nuestro deporte, en realidad se representan a ellos mismos (no les metan en las mierdas de los que no ejercen de deportistas) y, sobre todo, no les juzguen por sus maestros o entrenadores; casi siempre son mejores los deportistas. Pero es que además, en estas edades habría que poner aún más celo en estas cuestiones porque estamos hablando de niños que pueden sufrir frustraciones (y no todos cuentan con padre y madre yudocas para consolar a la criatura, cuando sabe –porque lo saben- que se ha aplicado un reglamento diferente para ellos).

En esta ocasión hacemos este comentario porque nos salió bien la cosa. La mayoría de las veces nos callamos –en situaciones similares- porque no queremos que nadie piense que nos da por el recurso a la pataleta. No queremos que nos regalen nada, pero ya que andamos en estas, que no nos lo quiten; y, de paso, hacemos un llamamiento al querido estamento arbitral: vayan tomando nota de anécdotas como la relatada, porque hubo una demostración de coraje y yudo formidables. Una pequeña yudoca parleña tuvo tanto afán de superación como desfachatez pareció demostrar quien debía juzgar su comportamiento deportivo –su extraordinario comportamiento deportivo-; ¡qué ceguera, señora árbitra!

1 comentario:

  1. Partiendo de que me extraña que publique esto el autor, que me parece muy bien que tenga que aprobar los comentarios, pero sería mejor dejar opinar y luego borrar si no gusta.

    Bueno me presento, como judoka (me vais a perdonar pero no se escribir judo sin J), con más de 20 años pero que no se nada de judo y me falta mucho por aprender. Pero mis ojos no dan credito a lo que leen en este articulo, parece un narrador de la radio, como si fuera un suceso o algo parecido.
    Parece mentiera que estemos hablando de Judo.
    Me quedo con Su rebeldía encontró el canal apropiado y lanzó con furia la última andanada; quemó el último cartucho. Y resultó que no era un cartucho, fue ago más; una especie de cañonazo. Sonia descargó su poderoso movimiento de cadera y volteó vehementemente a su rival..
    Alucino en colores a leer como describen una entrada que no se donde narices esta la cadera, ya que es más un ko soto gake con brazos que otra cosa.

    Bueno te voy a comentar el combate que dudo que estemos viendo lo mismo.
    Empezamos con una ataque que dan para azul, que podemos entrar en debate si es o no es. Pero te recuerdo que son 3 ARBITROS los que estan en el tatami por lo que parece más que el problema lo tienes tú con los arbitros que ellos con los club o entrenadores de las competidores.
    Para mi no es yuko. Seguimos.
    Trabajo en suelo se abrazan no hacen nada, mate. Bien.
    Yuko de azul correctisimo, lo siento pero va perdiendo, correctamente tu alumna, minuto 2:18 en el marcador y se coloca en la espalda para trabajar suelo. Min 2:00. Blanco suelta o se le escapa el cuello y el arbitro da Mate, 18 seg, trabajando suelo a favor de tu niña, que más quieres. No se porque te quejas que corta acción, lo siento pero estas equivocado.
    Seguimos.
    Min 1:46 yuko para tu chica, y porque no se ve, pero azul frena con el codo, no te digo koka porque no se ve, asique correctisimo para la arbitro que no llevaba las gafas para ver bien.
    Van a suelo y da mate cuando azul se pone de pie. Trabajo en suelo, lo que a tiempo se refiere correctisimo.
    1:22 Ataque de blanco y azul sale fuera. Da gracias a Dios que pisa fuera, lo que no es shido porque blanco esta atacando. Piñazo que se lleva tu alumna, tendria que tener mas cuidado, si esto fuera Enero tu chica estaria eliminada.

    Ippon mal dado, y tiene su explicación que si quieres educadamente se lo preguntas al arbitro. Por eso los compañero, porque recuerdo que son 3 arbitros los que arbitran se lo corrigen. Una cosa que no tiene más importancia, que corregir. Y punto.

    Aqui no se que pasa porque se va la imagen y n olo veo.

    Wazari de Azul, perfectamente dado, hay pausa y falta algo de continuidad y fuerza para ser ippon, que por cierto no es ipón.
    Trabajo en suelo de 20 sg, te invito a que te leas el reglamento de arbitraje, asi de memoria, se dejara continuar en suelo siempre que exista un trabajo o una progesión en suelo. Azul, intenta sacar su pierna, primero usando su mando, luego cambia y se ayuda con su otra pierna, y final mente otra vez con la mano, con lo que ya no hay progresión y da Mate, si usamos cronometro que se ha pasado 5-3 sg. Dios mio no somos maquinas.

    Ataque de azul y buena defensa de blanco, trabajo en suelo 10 seg, y porque blanco se levanta. no entiendo porque dices que no deja trabajar. Sigo pensando que estamos viendo combates diferentes.

    Ultimo ataque de blanco, justo azul esta llevando el pie a la zona fuera blanco esta lanzando su ataque con la pierna y no cadera, lo cual es dentro aqui y en japon.

    Asi que por la parte que me toca de arbitraje, y no soy ningun experto, estas totalmente equivocado, yo creo que ha estado correctamente arbitro y no se a favorecido a ningun competidor.

    Si consideras que tu alumna ha sido perjudicada injustamente te invito a que hagas un escrito a la federación, la cual tendrás respuesta de gente experta de este video te aseguro verán.

    Si es cierto que siempre acusamos a los arbitros cuadno creemos que nuestros alumnos son victimas de una derrota pero nunca decimos que nos a favorecido en una victoria. Ya que si topas con otro arbitro como tu dices que te quiere perjudicar, el wazari de azul te da ippon y te quedas fuera de la final.

    Si tan facil te piensas que es arbitrar un combate te invito a que te pongas en el tatami. Ya que esta señorita y no señora, ha pasado 4 examenes para estar donde esta, muchos años de judo para poder hacer esos examenes y muchos ctos. arbitrados. Si tu crees que ella lo ha echo mal, entonces vamos a tener que salir muchos arbitros fuera del colectivo arbitral.

    Por las horas que son no voy a corregir lo que he puesto, espero no ofender a nadie, y espero esto se quede en el olvido y en un cabre del momento y lleve a más, ya que somos pocos y creo que estamos para ayudarnos todos y entre todos. Los niños no tienen culpa y parece más algo personal, porque me da a entender eso, asi que por favor.

    Disfrutemos de nuestro deportes el Judo.

    Un saludo a todos los judokas. Y por supuesto felicidades a Sonia por ganar.

    Un judoka.

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