Hace algunos años, a nuestros alumnos mayores (mayores que los demás, que para nosotros sigue siendo adverbio y no sustantivo), les propusimos crear un ‘banco del tiempo’. Hoy el ‘profe’ dedica media hora a los que preparan su examen de cinto negro, mañana ellos atienden al equipo de alevines en un campeonato, por ejemplo…
Nuestro Banco del tiempo quebró… claro que no recibió inyección alguna de Gobierno digno de dicho nombre ni de ningún otro.
He tardado cinco minutos en encontrar el planillo que tan insistentemente se me ha reclamado (“Wladimiro, no has puesto dónde se celebra la competición del sábado”). Claro que lo puse: en el Polideportivo Municipal de San Fernando de Henares. “pero hombre… habrá más de uno”. “Sí, unos 20; como en Manhattan”.
Aquí está el planillo del Polideportivo Municipal de San Fernando de Henares (el de la piscina de verano; el del campo de fútbol).
Creo que algunos padres me deben cinco minutos. Ya se los pediré de mil amores y seguro que ellos me los dan (también de mil amores). Igual mañana mismo nos tomamos algo charlando de yudo (lo que más nos gusta a los yudocas). Será después de que vea a sus hijos sobre un tatami. Ya tengo el yudogui preparado.
Nos vemos en los tatamis. Hasta mañana.
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