22.7.10

Concentración para infantiles y cadetes

Comenzaron las sesiones de entrenamiento de la concentración de infantiles y cadetes, en la que se ha permitido la participación de alevines de segundo año. A fin de cuentas, durante la próxima temporada serán ya infantiles. En este caso se encuentra nuestra yudoca Marina Cabrero, que no ha dudado en tomar parte en los entrenamientos y se desplaza, a diario, desde Parla, en tren y Metro, con su compañera Itziar hasta las instalaciones del CSD. Todavía no ha cumplido los once años lo que da aún más mérito a su comportamiento.

No hemos podido acudir con ellas ni con el resto de yudocas de nuestra Asociación (Cristina Morales, Michelle Bolaños y Víctor Manuel Pérez), pero seguimos atentos sus movimientos. Tal vez podamos acudir aún a comprobar in situ cómo evolucionan en lo que queda de semana.

A la que felicitamos efusivamente es a Itziar que acude, por las mañanas, en tren, Metro y autobús, con su compañera Marina, y luego vuelve a la sesión de entrenamiento de la tarde, por los mismos medios. Con ello, contribuye a que su compañera menor pueda acudir a dichos entrenamientos, pese a tener que comer en apenas un cuarto de hora, para volver a marcharse corriendo. Todo un ejemplo, máxime cuando aún no se ha recuperado completamente de su lesión de codo sufrida en el Internacional de Totana.

De momento, repasando el reportaje fotográfico de la página digital de la Federación Madrileña nos ha chocado mucho ver tanta insistencia en llaves de yudo lanzándose de rodillas al suelo (o-toshi). Bien es cierto que se trata de que estos jóvenes yudocas vayan conociendo a nuestros campeones. Pero no es menos cierto que no es apropiado, a nuestro entender, el enseñar a niños de once, doce o trece años a tirarse de rodillas en técnicas como seoe-nague o seoe-otoshi. Creemos que son deportistas en formación y es demasiado pronto para enseñar acciones peligrosas para su salud y su desarrollo físico.

Pese a todo, estamos contentos de que algunos de nuestros yudocas de estas edades secunden este tipo de iniciativas de nuestra Federación Madrileña que suponen una gran oportunidad de reunir a jóvenes deportistas de muy distintas procedencias bajo la dirección de grandes yudocas y con la aportación de grandes campeones. Por ese motivo felicitamos a nuestros yudocas citados y, en especial a Itziar y Marina que se lo han tomado muy en serio. También aprovechamos para animar a Michelle, Cristina y Víctor que en la segunda jornada ya faltaron por motivos que es preferible no reproducir en público para que nadie piense que estamos en una página de humor. Volvemos a recordar que estamos empezando a preparar la siguiente temporada, que comenzará muy prontito y en la que tienen muchísimo que decir los que repiten categoría habiendo conseguido buenos puestos en distintas citas en 2009 – 2010. Este es el caso de Cristina Morales, que fue Sub-campeona de Madrid, o de Víctor Manuel Pérez, que fue Sub-campeón del ‘Ranking Autonómico’.

Muchos ánimos yudocas.

Por nuestra parte seguimos dando forma a la continuidad de nuestra Asociación, desligada ya de la exangüe Concejalía de Deportes del Ayuntamiento de Parla. Para ella el futuro es mucho menos prometedor que para nuestro grupo; estad seguros. De hecho, no queremos adelantar acontecimientos, porque cada día hay una leve variación y seguimos perfilando todo el conjunto, pero las cosas van pintando bien. Cada día que pasa vamos estando más seguros de que las cosas van a salir de maravilla para el interés general y podemos asegurar que tendremos soluciones para todos los casos particulares. Nosotros sí estamos velando por los intereses de cada uno de los individuos que componen el colectivo y también por el yudo parleño (en la parte que nos toca). Por eso agradecemos sobremanera la intervención del mismísimo presidente de la Federación Madrileña de Yudo, D. Francisco Valcárcel, ofreciendo todo su apoyo. Esperamos no tener que recurrir a él, pero el simple gesto de acercamiento nos fortalece y da ánimos para seguir peleando por lo que otros no lucharon, cuando, en realidad, era su deber. Nos ha costado mucho tiempo y esfuerzo levantar la escuela municipal de yudo y reanimar el yudo parleño que encontramos hace nueve años, poco menos que en la UCI. Ahora, se la entregan al mejor postor y nos ningunean nuestra labor. Ese es el premio por haber paseado el nombre de Parla por cuantos tatamis nacionales e internacionales ha sido posible. Pero no nos rendiremos; tendrán que seguir aguantándonos allá donde encontremos un rinconcito para tirar nuestras colchonetas al suelo.

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