10.9.11

Fiestas de Parla


El ambiente en las fiestas de los pueblos, al menos en los de España, suele ser entrañable. Tiene un regusto especial y se ven prototipos de sujetos y personajes que se repiten así se encuentre uno en Cádiz, en Finisterre o en Tortosa. Parla ha dejado de ser un pueblo hace tiempo. Se aspira a ser gran ciudad. No obstante, este tipo de localidades de gran expansión en poco tiempo suele experimentar un retroceso en el tiempo cuando llegan las Fiestas Populares. Se vuelve un poco pueblo. Vuelve ese ambiente del que estábamos hablando.

En Parla se celebra la Señora de la Soledad, para lo cual, los que se dedican a esas cosas, trasladaron la imagen el domingo día 4 desde la ermita que lleva su nombre a otra parroquia que no lo lleva. Este hecho debió pasar desapercibido para la gran mayoría de los parleños y de quienes viven en la localidad. Pero, sin duda, marcó el comienzo de las fiestas de La Soledad (haciendo bueno el nombre). Luego, llegó el pregón de fiestas dándose por inauguradas las mismas de manera mucho más bullanguera y con un toque algo más oficial, al menos en lo que a sentido festivo se refiere.

El pregón fue ayer viernes y lo dio el televisivo (como ‘gran comunicador’ le presentaron) Jaime Cantizano. Le precedió en su alocución el alcalde de la localidad, José María Fraile (otro gran comunicador), que pese a su apellido no fue el encargado de llevar la imagen antes mentada de la ermita a la parroquia. El regidor estuvo muy animado dirigiéndose a sus convecinos. Utilizó un lenguaje directo y llano con mucha efusión y gran vigor. Fue una buena elección pues los abucheos y silbidos sobresalían por encima de los tímidos aplausos. Todo lo contrario ocurrió en cuanto el ‘gran comunicador’ tomó el micrófono. Fíjense si será gran comunicador el guapo Cantizano que, para su pregón de cerca de diez minutillos, se apoyó con sabia prudencia en la lectura de un papelillo que debía haber preparado (¿él mismo?) para la ocasión. Fue fantástico. Muy dentro de eso que he llamado sabor o ambiente de fiesta de pueblo.

A la finalización del pregón le llegó el turno a una banda de esas que tuvo gran fama en otros tiempos y que hoy día se dedica a reverdecerla por un módico salario, ajustado a las actuales circunstancias de la crisis pertinaz que nos asola (a unos menos que a otros). Los Hombres G tuvieron el buen gusto de no comenzar su actuación con el marcapasos de Marta habida cuenta de los riesgos que ello conllevaría tras tantos años de no darle cuerda al ser automático.

Lo de esta tarde ya es otra cosa. En la carpa (espléndida carpa ¡voto a bríos!) tendremos a los Melocos. Si bien la banda del Puerto de Santa María no habrá conseguido tan sonados sones como los que prometían que te retorcerías entre polvos pica-pica, sí que son, en cambio, más modernitos. Eso que ganará la chavalada que se espera en el Recinto Ferial. Son cosas de la edad, como ellos mismos nos cantarán. A cambio, saldrán perdiendo los nostálgicos cuarentones (y cincuentones) que hasta se emocionaron con el menor de los de la saga Summer. Juro que hubo hasta alguna lagrimilla.

Recordamos que el lunes sigue siendo fiesta en Parla. Tanto es así que a la carpa subirá David Otero a eso de las diez de la noche para demostrar que el Canto del loco no huele a Pescao (valga el juego de palabras).

… y luego, por mucho que se empeñen nuestras huestes de muchachadas queda poco de festivo y aún de festejable (si es que antes lo hubo). Es verdad que el librito que ha editado el Ayuntamiento (bien cargadito de ‘publi’ ¿cómo lo harán?) aún reincide en proponer salto, alegría y pellizco picarón. De hecho, se contará con Dinamita Pérez para amenizar a los ‘peques’ o con las famosas orquestas Renacer, Genuinos o Grupo Zero. También se propondrá dar por el bul (es un decir porque es lo menos malo de lo que le podría pasar) a algún animalillo de cuatro patas para que otros bípedos satisfagan sus sanos instintos animales (también). No quiero ahondar en esto porque dicen se trata de cultura e identidad y lo mismo aflora algo interesante.

Siguiendo con el razonamiento, insisto en que la semana debería ser normal para un buen deportista, mucho más aún para un yudoca de medio pelo. Así es que esperamos tener nuestras clases a reventar como es lo natural dada la valía del alumnado, la implicación del profesorado y el maravilloso conjuro químico que ambos componentes han dado en fructificar en nuestro crisol.

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Antes de acabar esta crónica nos gustaría, pese a todo, invitar a asistir a todos a uno de los actos de programa de fiestas. Se trata del festival rock de grupos locales que se desarrollará a partir de las ocho de la tarde del jueves 15 de este mes de septiembre. Lo decimos porque subirá a la carpa la banda Pin Up´s en la que tenemos un viejo conocido y antiguo compañero de muchos de los yudocas de nuestro colectivo. Así es que ese día procuraremos acabar prontito para ver si llegamos a tiempo a la actuación del grupo que lidera Carlos Muñoz que cambió los jaraigosis por los punteos electrificados y esperamos que haya sido para bien.

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