A veces nos comenta el padre de algún alumno que él practicó yudo hace años, pero que ya no puede volver a practicarlo. Casi siempre hay algún prejuicio detrás de ese comentario. "Ya no estoy para esos trotes", "tengo la espalda fatal" y comentarios por el estilo vienen a matizar un desconocimiento de lo que el yudo, a cualquier edad, puede aportar; tanto en lo físico como en lo mental o espiritual.
Pero lo cierto es que los recuerdos de estos antiguos practicantes suelen descansar en entrenamientos de mucha dureza y sólo enfocados a destacar en el mundo de la competición... ¡craso error! El yudo es básicamente una gimnasia que bien empleada tiene efectos medicinales, siendo además divertido y eficaz como medio de defensa personal. Claro que para todo ello hay que acudir a centros especializados en los que poder encajar con arreglo a los objetivos propios. Es decir, equilibrar los objetivos colectivos (los del gimnasio o club) con los individuales.
Aquí os dejamos un vídeo que hemos rescatado de un programa de TeleMadrid en que se muestra a nuestro amigo y compañero Félix del Valle en una clase dirigida por el maestro rafael Ortega en el Gimnasio banzai. Todo un ejemplo y motivo de reflexión para los que (con apenas cuarenta años) se sienten "viejos" para practicar yudo.
Pero lo cierto es que los recuerdos de estos antiguos practicantes suelen descansar en entrenamientos de mucha dureza y sólo enfocados a destacar en el mundo de la competición... ¡craso error! El yudo es básicamente una gimnasia que bien empleada tiene efectos medicinales, siendo además divertido y eficaz como medio de defensa personal. Claro que para todo ello hay que acudir a centros especializados en los que poder encajar con arreglo a los objetivos propios. Es decir, equilibrar los objetivos colectivos (los del gimnasio o club) con los individuales.
Aquí os dejamos un vídeo que hemos rescatado de un programa de TeleMadrid en que se muestra a nuestro amigo y compañero Félix del Valle en una clase dirigida por el maestro rafael Ortega en el Gimnasio banzai. Todo un ejemplo y motivo de reflexión para los que (con apenas cuarenta años) se sienten "viejos" para practicar yudo.
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