19.11.15

Trofeo Peralta y normas de yudo

En estos días hemos estado haciendo diversos intentos para confeccionar equipos con los que participar en el Trofeo Peralta de yudo de la Federación Madrileña. Cada vez son más las dificultades para conseguir implicar en este tipo de eventos, por otra parte escasos y atractivos. No hay más torneo por equipos de yudo para benjamines, alevines, infantiles y cadetes que éste.

Por un lado, la experiencia nos indica que si no hay un compromiso en firme, al final son muchos los que se ausentan en el momento preciso de la cita perjudicando a los que sí acuden. Por otro lado, no es fácil tener un deportista adecuado en cada uno de los pesos del equipo correspondiente. Para colmo, cuando sí los hay se puede encontrar uno con que ese niño o niña falta muchísimo a sus entrenamientos por lo que no se considera adecuado citarle para un evento de cierta importancia, "premiando" su falta de asiduidad y su inconstancia.

Hoy día los niños tienen muchísimas tareas y focos de atención, lo que sin duda enriquece a los más activos. Los hay (muchísimos) que practican natación; uno de los deportes más sobrevalorados, por cierto. Otros estudian idiomas -hasta chino aprenden los niños ahora-, cultivan artes -pintura, música...- o tienen curiosas aficiones como ir a los toros o de caza con sus papás. Por no decir que los más dotados practican varios deportes y, claro, la mayoría se organiza sobre la base de ligas y no de eventos puntuales como el yudo.

Lo entendemos todo y lo respetamos. Pero lo nuestro es el yudo y tenemos que velar por lo nuestro. De manera que, una vez finalizado el plazo de inscripción para el Trofeo Peralta por equipos y sin haber encontrado soluciones fiables para participar en ninguna de las categorías, renunciamos a hacerlo pese a que tanta simpatía nos despierta este evento. Una pena... Como recordaba hace poco una cadete: "va a ser el primer año que no participemos después de haber ido todos los años desde bien chiquititas".

No pasa nada. Procuraremos organizar alguna actividad, en compensación, más de nuestro estilo; más de carácter deportivo-social, en la que no haya tanta limitación de participación, ni tantos condicionantes. Ni tampoco haya campeones ni medallas por medio.

NORMAS: Algunas cosas que recordamos a los yudocas y a los padres de yudocas

El yudo es un deporte que proviene de Japón, país curioso donde los haya y, en todo caso, muy diferente a España.

Antes de entrar al tatami de yudo -máxime si la clase ya está empezada- se debe pedir permiso al profesor. Una vez éste lo da se saluda (dado que no se ha llegado al saludo colectivo), se acerca uno al profesor y se pide disculpas por llegar tarde explicando el motivo. Por cierto que la puntualidad es una virtud y no debiera ser para los niños una cuestión de azar o puntería. Es alarmante la falta de puntualidad de muchos de nuestros alumnos de todas las edades. Para colmo, también son muchos los que "se tienen que ir" unos minutos antes de finalizar ésta para "no llegar tarde" a otra actividad. hay un refrán que dice que "el que mucho abarca poco aprieta".

Al tatami se accede descalzo por cuestión de higiene y eso implica que al salir del mismo -sobre todo si se piensa regresar a él- hay que hacerlo calzado. Por eso recomendamos a nuestros yudocas acudan con chanclas para desplazarse por las instalaciones hasta el momento de pasar el tatami. es una cuestión de sentido común y de higiene. Nos evitaríamos muchos hongos y papilomas.

Los niños y las niñas deben acudir con la cara limpia. La clase de yudo no es una fiesta a la que haya que ir maquillado o con las pestañas cargadas de productos para realzarlas. Hay que pensar en los demás. Tampoco es normal que los niños vengan pintados del colegio. Se pasa por el lavabo y se les lava la cara (o brazos) para que no practiquen yudo embadurnados con pinturas que pueden producir daño al empezar a sudar o dejar marcas en los yudoguis de sus compañeros.

El yudo se practica sin camiseta y sin leotardos, medias o lo que hoy se conoce como legins. De hecho, las chicas pueden llevar camiseta blanca bajo la chaqueta del yudogui, pero debe de ser una camiseta distinta a la que se lleva todo el día. Se trata de poderla quitar al acabar la sesión para no irse con una prenda mojada (sudada) y estar expuesto a constiparse. es justo lo contrario de lo que algunos padres piensan. Si el niño está malito que se quede en casa y si viene a la clase de yudo que se quite la camiseta. Si sale con ella mojada agravará su resfriado y, en cambio, no va a protegerle ante ese inminente resfriado. Para eso mejor tomar mucha fruta.

Por cierto que la camiseta blanca del equipo de las chicas debe de ser de las normales y no de tirantes ni escotada. Volvemos a lo de estar cómodo para practicar un deporte y no a buscar lo que realce ciertos encantos. Un entrenamiento o clase de yudo puede ser muy divertido pero no bajo las reglas de una fiesta o guateque.

Respetamos todas las modas, todas las tendencias, todas los "postureos"... pero fuera del tatami. En el doyo se lleva el pantalón sin arrastrar por el suelo. Es decir que se debe de ver descubierto al menos medio tobillo. Tampoco se lleva el pantalón bajado mostrando el calzoncillo, por muy moderno que éste sea, ni la tanguita, por muy sexy que ésta sea.

El profesor deja en silencio su móvil mientras imparte sus clases por lo que los alumnos deben de obrar de igual modo.

Es de toda lógica que no se puede practicar yudo con elementos metálicos, duros o rígidos. Nos referimos a horquillas, broches, pendientes, anillos, pulseras, colgantes, gargantillas y todo tipo de elementos lo que hoy se conoce como pirsin (piercing). El hecho de que no se vea el adorno (piercing) del ombligo no reduce en nada su obvia peligrosidad para la práctica de un deporte tan completo y exigente como el yudo. Algunas niñas argumentan que no se lo pueden quitar y nos van a obligar a demostrarles que nosotros, no sólo sí podemos sino que también debemos.

El pelo, cuando es largo, debe de estar recogido con gomas o cintas (sin elementos metálicos), de manera que no quede coleta que también acaba siendo muy incómoda para el propio practicante y para sus compañeros.

Los niños pequeños deben de aprender a ponerse el cinturón. A medida que pasan los años los niños pequeños de nuestra sociedad -cada vez más tecnológica- van perdiendo habilidades relacionadas con la psicomotricidad fina. Como son torpes para atarse los cordones del zapato se les compra unos con cintas autoadhesivas del tipo Velcro. Como tarda en atarse el cinturón se lo pongo yo que tengo prisa.

Que sepan los padres de niños pequeños que en las clases se les enseña a atarse el cinturón. Pero los niños son muy listos y saben que si insisten se les soluciona el problema sin tener que esforzarse. No destruyan el trabajo de horas del profesor en cinco minutos de prisas. Incentiven a que sean los niños los que aprendan a atarse el cinturón cuando les cambian para entrar en clase; son cinco minutos más y es por su educación. Es frustrante para un profesor comprobar, un día tras otro que emplea más tiempo en enseñar a atar cinturones que en explicar técnicas de yudo. Últimamente he escuchado mucho aquello de que los niños vengan educados de casa. No quiero polemizar, pero creo que en el entorno familiar se les puede ayudar mucho a dejar claro lo que significa sentarse, a que entiendan lo que significa no interrumpir a un adulto que está hablando, a enseñarles a manejar sus dedos para atarse el cinturón de yudo o los cordones de las zapatillas, etc. ¡Ah sí... la excusa de la falta de tiempo!

Es normal comprar yudoguis grandes para que "duren" un par de años (o tres), pero lo propio es meter los bajos y las mangas para evitar situaciones de riesgo. También los cinturones se pueden cortar para que no haya que darles tantas vueltas alrededor de los más menuditos. En nuestra escuela también pedimos a los padres que cosan bandas de colores en las bocamangas de las chaquetas para distinguir las edades de nuestros yudocas. La naranja es para niños de 3, 4 o 5 años. La verde para los de 6 y 7 años. La roja es para los de 8 y 9 años. La amarilla es para los de 10 y 11 años. Y, finalmente, la azul es para los niños y niñas de 12 y 13 años de edad. Lo dejamos aquí por escrito por más de que es una de esas cosas en las que ya hemos dejado de insistir ante la sensación de estar clamando en el desierto. Por ejemplo, en algunos centros también hemos dejado de repartir YUS o puntos de yudo. Lo lamentamos mucho pero también tiene su explicación. A lo largo del curso pasado y anteriores llegamos a tener la sensación creciente de ser auténticos persecutores de padres que no nos traían los puntos al comienzo de la última clase de cada mes. Y cada vez eran más los padres perseguidos y más nuestra sensación de persecutores. Hemos perdido lo que creíamos una valiosa herramienta para motivar a los niños, pero hemos ganado en tranquilidad... ¡todos!

En definitiva. Apelamos al sentido común de todos los deportistas de nuestro colectivo y de sus familiares en el caso de lo más pequeños. Se trata de actuar con sentido común. O de ver a los mayores, que deben de ser ejemplo de los menores (de ahí la responsabilidad de los cinturones negros). El propio profesor no se propone como ejemplo para nadie pero procura dar ejemplo dentro de la clase de yudo. Se trata de fijarse en él. 

También recordamos que muchos niños siguen sin contar con algún seguro deportivo lo que nos parece increíble si se piensa que la cobertura sale por unos tres euros al mes. Pero es que además, el seguro deportivo se tramita junto a la licencia sin la que no se puede pasar de cinturón ni acudir a las actividades del club, más allá de las clases pactadas para el curso presente.

Ya que estamos con el tema de los seguros queremos explicar, una vez más, el protocolo ante una lesión.

Normas de actuación para utilizar el seguro de accidente deportivo

Ante una lesión, lo primero es notificarlo al club informando del seguro que se ha tramitado. En las tarjetas WLAC que repartimos a todo el que ha tramitado licencia vienen los teléfonos y la licencia/s tramitada/s.

Los que tienen licencia de la Federación Madrileña de yudo están asegurados por ASISA. En Parla tienen la clínica WellCare en Avenida de Las Lagunas 4.

Para urgencias o fuera de horarios de esta clínica se debe acudir al Hospital Sur, calle Estambul 30 de Alcorcón. Pero hay que rellenar un cheque y un parte que tiene el club.

Los que tienen la licencia de la FEJJTEM están cubiertos por MAPFRE y pueden acudir al Hospital de Parla siempre y cuando comuniquen antes el accidente al club para rellenar el parte.

Para cualquier duda informamos muy gustosos en el club. No duden en plantearnos sus dudas, por teléfono, correo electrónico o en persona, que procuraremos aclararlas con mucho gusto.

NOS VEMOS EN LOS TATAMIS

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