De la Concejalía de Deportes del Ayuntamiento de Parla
Hemos finalizado ayer lunes día 15 la primera quincena de
Campamento Multiactividad de la
Concejalía de Deportes del Ayuntamiento de Parla. Ha sido una
paliza para los monitores, sobre todo a la hora de aguantar a grupos de niños
entre los que se encuentran alguno muy mal educados, con los que poca labor se
ha podido hacer. No son tiempos en que un profesor, monitor o educador cuente
con medios de legitimación de su autoridad. A ello –o precisamente por ello- se
une la desidia y desobediencia generalizada de los niños. Pero no sólo de
adolescentes o pre-adolescentes hablamos. También muchos de los pequeñines
acudieron al campamento con firme convicción de que la obediencia o el respeto no
es cosa suya.
Entre lo positivo estuvo el tener ocasión de impartir algunas
clases de yudo a más de cien niños inscritos en esta primera quincena de
campamento. El año pasado ya hubo una experiencia similar. En aquella ocasión
se estructuró sobre la base de todo un mes de actividades. Entonces, todos los
grupos rotaron por la actividad de yudo que me planteé como una ocasión de lujo
para promocionar nuestro deporte. A la postre, pese a resolver los cursillos
con pequeños torneos y reparto de premios (medallas, mochilas, etc.) la promoción
sólo alcanzó para que se inscribieran en la actividad, al curso siguiente, tres
niños. De ellos, dos hermanos se nos van a vivir a otra Comunidad Autónoma y
una niña se da de baja por preferir la Pintura y no encontrar tiempo para el yudo en su
apretada agenda.
Así las cosas y escarmentado de tanta generosidad poco correspondida
planteé este campamento de muy diferente manera. Las clases fueron muy dinámicas
pero ni siquiera se explicaron las caídas de yudo. No son los niños de hoy
especialmente significados por su capacidad de sacrificio como para tenerles
tirándose al suelo… ¡con lo que cuesta luego volverse a levantar! De manera que
se explicaron sencillos fundamentos tanto en pie como en suelo y se pasó a dar
un sentido en la defensa personal de cuanto se iba explicando incorporando
algunas técnicas concretas para cada situación o posición. El riesgo era mayor
y, lamentablemente, ocurrió lo que podía ocurrir. Una muchacha, de las que con
más interés y atención participa en las clases sufrió una lesión, practicando
yudo suelo. Pese a todo, hubo ocasiones en que se consiguió centrar la atención
de muchachos y muchachas de entre 11 y 14 años de edad, que ya es méritorio.
Al finalizar los tres días de cursillo con cada grupo algunos
alumnos admitieron sentir interés por el yudo, reconociendo haberse sorprendido
de las posibilidades de nuestro deporte y estar muy equivocados en sus
prejuicios hacia él. Veremos cuando llegue la hora de la inscripción si este
cambio de táctica da sus frutos. Lo que si venimos comprobando desde hace
tiempo es que los chicos de hoy en día gustan mucho más de practicar defensa
personal que de ejercitarse en movimientos de yudo más propios de ser empleados
en confrontaciones deportivas. Los tiempos cambian y ya habíamos ido adaptando
nuestra programación a los sondeos que periódicamente vamos realizando. Pero la
constatación de cómo enfocar el yudo a grupos de hostiles púber captando su
atención nos ha llevado a volver a reflexionar sobre el asunto y admitimos que
le vamos a dar una vuelta de tuerca más al asunto. Ahora que se acerca el período
de vacaciones, que es cuando damos una vuelta a lo realizado en el curso para
programar el siguiente, admitimos que tenemos el firme propósito de adecuar
nuestra programación a los tiempos que corren. Todo deporte que no evolucione
tiende a su desaparición y nosotros no estamos dispuestos a perder la riqueza
del nuestro obstinándonos en no ofrecerlo de la manera adaptada a los gustos de
a quienes nos debemos: nuestros alumnos. Y además, procuraremos no mezclar las
churras con las merinas, que se suele decir. Seguiremos diferenciando bien lo
que es el chiqui-yudo, el yudo infantil, el yudo recreativo y el yudo deportivo.
Volviendo al campamento diremos que ha sido un placer volver
a coincidir con algunos de nuestros mejores yudocas. Nos ha hecho mucha ilusión
contar con Jesús de María Valderas –debutante en el campamento por ser de los
menores-, Andrés Sánchez, Enrique Pedro Valderas, María Sánchez, Juan Pedro
Rodríguez, Noemí Gallego, Sergio Rey, Susana Espinosa. Además, nos gustaría
destacar a la cadete Marina Cabrero que ejerció de monitora echando una mano al
profeso y resultando una colaboradora fundamental. También la infantil Ariadna
Gamito se animó a acudir una de las mañanas como monitora dando mucho dinamismo
a la sesión.
Como quien esto suscribe es empleado a media jornada en la Concejalía de Deportes
del Ayuntamiento de Parla y ha estado 15 días a jornada completa, se libra de
seguir en la segunda quincena con el siguiente campamento multiactividad. No
habrá promoción del yudo, pero sí descanso para un veterano profesor, un tanto
requemado en los últimos tiempos… Será por el sol que con tanto furor luce por
estos pagos en este caluroso verano que aún no ha hecho más que comenzar.
Cojan Uds. fuerzas que volveremos muy pronto y con más
ganas. Y, por supuesto, permanezcan atentos a este YUDIARIO que aún tenemos una
importantísima cita el domingo día 21 en Ajalvir. Esperamos poder anunciar muy
pronto un nuevo éxito de nuestro club. A ver si nuestros candidatos saben lucir
el buen yudo que tienen y se hacen acreedores al ansiado título de cinturón
negro primer dan de yudo.
NOS VEMOS EN LOS TATAMIS
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