16.7.13

Acabó la primera quincena del Campamento Multiactividad



De la Concejalía de Deportes del Ayuntamiento de Parla

Hemos finalizado ayer lunes día 15 la primera quincena de Campamento Multiactividad de la Concejalía de Deportes del Ayuntamiento de Parla. Ha sido una paliza para los monitores, sobre todo a la hora de aguantar a grupos de niños entre los que se encuentran alguno muy mal educados, con los que poca labor se ha podido hacer. No son tiempos en que un profesor, monitor o educador cuente con medios de legitimación de su autoridad. A ello –o precisamente por ello- se une la desidia y desobediencia generalizada de los niños. Pero no sólo de adolescentes o pre-adolescentes hablamos. También muchos de los pequeñines acudieron al campamento con firme convicción de que la obediencia o el respeto no es cosa suya.



Entre lo positivo estuvo el tener ocasión de impartir algunas clases de yudo a más de cien niños inscritos en esta primera quincena de campamento. El año pasado ya hubo una experiencia similar. En aquella ocasión se estructuró sobre la base de todo un mes de actividades. Entonces, todos los grupos rotaron por la actividad de yudo que me planteé como una ocasión de lujo para promocionar nuestro deporte. A la postre, pese a resolver los cursillos con pequeños torneos y reparto de premios (medallas, mochilas, etc.) la promoción sólo alcanzó para que se inscribieran en la actividad, al curso siguiente, tres niños. De ellos, dos hermanos se nos van a vivir a otra Comunidad Autónoma y una niña se da de baja por preferir la Pintura y no encontrar tiempo para el yudo en su apretada agenda.

Así las cosas y escarmentado de tanta generosidad poco correspondida planteé este campamento de muy diferente manera. Las clases fueron muy dinámicas pero ni siquiera se explicaron las caídas de yudo. No son los niños de hoy especialmente significados por su capacidad de sacrificio como para tenerles tirándose al suelo… ¡con lo que cuesta luego volverse a levantar! De manera que se explicaron sencillos fundamentos tanto en pie como en suelo y se pasó a dar un sentido en la defensa personal de cuanto se iba explicando incorporando algunas técnicas concretas para cada situación o posición. El riesgo era mayor y, lamentablemente, ocurrió lo que podía ocurrir. Una muchacha, de las que con más interés y atención participa en las clases sufrió una lesión, practicando yudo suelo. Pese a todo, hubo ocasiones en que se consiguió centrar la atención de muchachos y muchachas de entre 11 y 14 años de edad, que ya es méritorio.

Al finalizar los tres días de cursillo con cada grupo algunos alumnos admitieron sentir interés por el yudo, reconociendo haberse sorprendido de las posibilidades de nuestro deporte y estar muy equivocados en sus prejuicios hacia él. Veremos cuando llegue la hora de la inscripción si este cambio de táctica da sus frutos. Lo que si venimos comprobando desde hace tiempo es que los chicos de hoy en día gustan mucho más de practicar defensa personal que de ejercitarse en movimientos de yudo más propios de ser empleados en confrontaciones deportivas. Los tiempos cambian y ya habíamos ido adaptando nuestra programación a los sondeos que periódicamente vamos realizando. Pero la constatación de cómo enfocar el yudo a grupos de hostiles púber captando su atención nos ha llevado a volver a reflexionar sobre el asunto y admitimos que le vamos a dar una vuelta de tuerca más al asunto. Ahora que se acerca el período de vacaciones, que es cuando damos una vuelta a lo realizado en el curso para programar el siguiente, admitimos que tenemos el firme propósito de adecuar nuestra programación a los tiempos que corren. Todo deporte que no evolucione tiende a su desaparición y nosotros no estamos dispuestos a perder la riqueza del nuestro obstinándonos en no ofrecerlo de la manera adaptada a los gustos de a quienes nos debemos: nuestros alumnos. Y además, procuraremos no mezclar las churras con las merinas, que se suele decir. Seguiremos diferenciando bien lo que es el chiqui-yudo, el yudo infantil, el yudo recreativo y el yudo deportivo.

Volviendo al campamento diremos que ha sido un placer volver a coincidir con algunos de nuestros mejores yudocas. Nos ha hecho mucha ilusión contar con Jesús de María Valderas –debutante en el campamento por ser de los menores-, Andrés Sánchez, Enrique Pedro Valderas, María Sánchez, Juan Pedro Rodríguez, Noemí Gallego, Sergio Rey, Susana Espinosa. Además, nos gustaría destacar a la cadete Marina Cabrero que ejerció de monitora echando una mano al profeso y resultando una colaboradora fundamental. También la infantil Ariadna Gamito se animó a acudir una de las mañanas como monitora dando mucho dinamismo a la sesión.

Como quien esto suscribe es empleado a media jornada en la Concejalía de Deportes del Ayuntamiento de Parla y ha estado 15 días a jornada completa, se libra de seguir en la segunda quincena con el siguiente campamento multiactividad. No habrá promoción del yudo, pero sí descanso para un veterano profesor, un tanto requemado en los últimos tiempos… Será por el sol que con tanto furor luce por estos pagos en este caluroso verano que aún no ha hecho más que comenzar.

Cojan Uds. fuerzas que volveremos muy pronto y con más ganas. Y, por supuesto, permanezcan atentos a este YUDIARIO que aún tenemos una importantísima cita el domingo día 21 en Ajalvir. Esperamos poder anunciar muy pronto un nuevo éxito de nuestro club. A ver si nuestros candidatos saben lucir el buen yudo que tienen y se hacen acreedores al ansiado título de cinturón negro primer dan de yudo.

NOS VEMOS EN LOS TATAMIS

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