28.11.06

Ana Martínez fue la campeona


Campeonato 'Fin de Mes' del grupo de Defensa Personal Femenina La Alhóndiga
Se acerca el fin de mes y ya estamos a punto de celebrar una nueva edición de nuestras clásicas competiciones internas. De momento, como en el centro Cívico de La Alhóndiga (Getafe) sólo se entrena en la tarde de los lunes (de ocho a nueve y media), ya hemos realizado la primera de estas competiciones, que en esta ocasión, se ha desarrollado en ne-uasa.

Como se recordará, Cristina Carbonell está impartiendo lecciones de Defensa Personal Femenina de forma gratuita y altruista para mujeres de diversa procedencia que han decidido aproximarse a nuestras enseñanzas para conocerlas. Con estas lecciones en las que colabora la monitora María Abial y a las que acude Wladimiro Martín cuando acaba sus clases en la Escuela Municipal de Parla, nuestra asociación colabora a erradicar (con toda humildad, pero también con toda firmeza) la lacra que representa para nuestra sociedad la violencia machista.

Pese a la seriedad de nuestro objetivo (o precisamente por ello) el humor nunca falta. También va creciendo la camaradería entre todas las participantes al cursillo y el nivel de entrega es destacable. Tanto es así que tenemos que felicitar a todas las participantes en esta segunda competición de fin de mes del grupo de La Alhóndiga por su entrega. Se vieron encuentros de ne-uasa de mucho valor técnico y de envidiable entrega por parte de las contendientes. Al final la más efectiva fue Ana Martínez Pérez que demostró su firme resolución imponiéndose ronda tras ronda a todas sus compañeras en liza.

Enhorabuena a la campeona por su ‘momento de gloria’ y a todas las demás por su empeño y esfuerzo.

Raúl quedó 5º en el Villa de Madrid

Raúl Abial participó en el torneo internacional de yudo “Villa de Madrid” consiguiendo un meritorio quinto puesto. Lo cierto es que pudo haber obtenido una clasificación mejor dado que su sorteo fue bastante propicio. Pero el joven Raúl aún tiene mucho que aprender y mucha experiencia que ir adquiriendo. Pese a todo le felicitamos po la progresión que viene mostrando en los últimos meses y volvemos a agradecer al maestro Ortega su inestimable ayuda y colaboración en la formación de este yudoca.




El primer encuentro lo ganó Raúl a base de tesón y buen hacer. Su complicado rival extremeño no le dejó lucirse lo más mínimo. En un ataque simultáneo –Raúl entró un morote gari, mientras su oponente se lanzaba en sumigaesi- los árbitros dieron yuko en contra de nuestro yudoca. Nosotros entendíamos que podía haber sido ipón de Raúl, pero, claro, seguramente nos podía la pasión de querer lo mejor para nuestro deportista (Suele ocurrir, pero nosotros, al menos, lo reconocemos). En todo caso, el trabajo debía seguir y Raúl consiguió solventar la anticipación de su adversario en el agarre. Con el tema del kumikata medio resuelto llegaron los mejores momentos de Raúl que hizo un gran encuentro sobre todo en suelo, sin dar respiro a su rival, que se quedó sin poder articular sus ataques de seoe-nague.

Al final ganó Raúl al extremeño con dos yukos de movimientos hacia atrás aprovechando la tozudez de su adversario por tirarse al suelo en acciones de arrastre.

Raúl fue constante en su trabajo en ne-uasa

El siguiente encuentro lo libró Raúl dado que le valenciano no había dado el peso, por lo que pasó a disputar el pase a la final frente a un duro yudoca del País Vasco. Sabíamos que el vasco hacía movimientos de lucha lanzándose al suelo y agarrando los pies de sus contrincantes. Lo habíamos estudiado pero Raúl cayó, por inexperiencia ante la maniobra de su rival. Después, ya en el trabajo de ne-uasa, a punto estuvo Raúl de aplicar una palanca en posición yuyi. Pero hubo un instante en que no contaba con ventaja ninguna y Raúl no supo ver el peligro que corría. Su rival había conseguido alejarse mucho de las piernas de nuestro yudoca que seguía agarrado inútilmente al antebrazo de su oponente. Éste se revolvió y le pasó a controlar inmovilizándole durante veinte segundos con lo que sumó su segundo uasari.

Problemas con el agarre para Raúl

De este modo, Raúl pasaba a entrar en la repesca donde se midió a un fuerte andaluz que le dio muy pocas opciones. Nada más salir, Raúl actuó con rapidez cruzando el agarre y lanzando uno de sus temibles okuri asi barai.. Pero no era el día de Raúl que se vio demasiado atenazado por los nervios. Sólo consiguió trastabillar a su adversario que inmediatamente corrigió la posición y cobró ventaja en el agarre. De este modo, el andaluz lanzó un ataque que Raúl intentó contrarrestar, pero su rival fue rapidísimo y consiguió atrapar una pierna de Raúl y rematar el movimiento con una siega por el interior (o-uchi.gari) que Raúl “se comió”. Nada que objetar…

A punto de conseguir un ipón aplicando ude-isigui-asi-gatame

Nos gustaría seguir insistiendo en que el coraje lo deben poner los deportistas que saltan al tatami. Los profesores podemos colaborar (y debemos –y creemos que lo hacemos-) en la formación técnica de nuestros yudocas. También ayudamos en todo lo que podemos en su mejora física y en su adecuada puesta en forma. Lo que no podemos, ni queremos, es influir en la gallardía que debe poner cada cual en este dificilísimo mundillo de la competición de yudo.

A raúl hubo que estar recordándole continuamente que debía calentar para saltar a la cancha en las debidas condiciones. Cada vez que se le echaba un vistazo estaba inactivo, con la cara pálida y sin haber empezado a sudar ni una gotita pequeñita. Hay deportistas fríos o pasotas, otros calientes o nerviosos. Lo que no se puede es salir al tatami en un estado de semi-bloqueo e indolencia que no actúa más que de lastre a las posibilidades del más pintado. Es cierto que Raúl acudió a su cita sin compañeros de club, pero no menos cierto es que conocía a toros yudocas con los que podía haberse puesto a ejercitarse un poco mediante uchi-komi. También podía haber estirado un poco en el tatami aplicando multitud de ejercicios y movimientos que conoce de sobra. Lo que no parece de recibo es que, al final, su madre hubiera de cogerse un kimono para que Raúl hiciera unas cuantas entradas antes de comenzar su competencia.

Por no dilatar más el tema, hay que reflexionar en que en este mundillo de la competición es muy difícil imponerse al resto de rivales, aún teniendo el más firme deseo en hacerlo. Así es que sin esa firme voluntad… se nos antoja que resulta casi imposible imponerse ni al menos cualificado de los oponentes. ¡Hay que echarle más ganas Raúl!

En esta imagen vemos el momento en que Raúl se empeña en seguir aferrado al brazo de su oponente cuando ya no tiene ninguna ventaja y sí mucho peligro. Hubiera sido sencillo girar, y levantarse, pero, a veces, no se ve la solución en el momento. Para eso está la experiencia y Raúl la está adquiriendo muy aprisa.

Iván García y Mamen Campillo acudieron a la clase de yudo del viernes

Dos valientes yudocas del IES Humanejos entrenaron en la Escuela Municipal de Parla




















Las clases de yudo y defensa personal del IES Humanejos comenzaron a principios de mes. Tenemos que decir con orgullo que el grupo ha arrancado con ganas y que estamos trabajando bien pese a la falta de medios que tenemos. De momento no han llegado los kimonos de la Comunidad de Madrid y los chavales entrenan en chandal. Tampoco ha llegado el tatami y sólo podemos utilizar ocho viejas colchonetas de gimnasia. Sin embargo, no nos arredramos. Los entrenamientos van siendo muy productivos y, poco a poco, vamos dándoles más intensidad. También es un inconveniente que los muchachos faltan mucho dado que se encuentran en pleno período de exámenes. Pese a todo tenemos que decir que estimamos que las cosas van muy bien. Tanto es así, que ya hubo dos de los nuevos yudocas que aceptaron nuestra invitación para acudir a uno de los entrenamientos de la Escuela Municipal de Parla. Fueron Mamen e Iván a quienes vemos trabajar en las imágenes y que acudieron al doyo municipal el pasado viernes día 24 de noviembre. Animamos desde aquí a todos los demás compañeros de Mamen y de Iván a que aprovechen las muchas oportunidades que les daremos de seguir una intensa carrera deportiva dentro del apasionante mundo del yudo.

22.11.06

Nuestros cadetes dieron la talla

Raúl Abial. Bronce y clasificado para el 'nacional'

Nuestros cadetes completaron un memorable fin de semana de yudo y de éxitos. Raúl Abial dio un recital de buen yudo y marcó nada menos que cuatro ipones en otros tantos encuentros. Uno de ellos fue el más rápido de todo el campeonato y lo materializó en apenas dos segundos: lo que tardó en agarrar y lanzar un soberbio okuri-asi-barai desde un agarre cruzado. Luego, para demostrar que la cosa no era improvisada marcó otro ipón de barrido desde similar agarre y también en movimiento de okuri-asi-barai.

Para completar su fenomenal trayectoria en la jornada de ayer domingo, Raúl marcó un fenomenal ipón en unos cuatro segundos al ‘contrar’ un movimiento de cadera de su oponente con un ura-nague espectacular. Su cuarto ipón vino de una palanca en un ude-isiji-yuyi-gatame, en un movimiento que tiene muy trabajado y que le valió ganar la medalla de bronce.


Sergio María, Erick Bolaños y Francis Pérez. Tres cadetes debutantes






En cuanto a Sergio María, Francis Pérez y Erick Bolaños, sólo podemos felicitarles a pesar de que no consiguieran una gran clasificación. Los tres participaban por primera vez en un campeonato de cadetes y lo hicieron con mucha valentía y resolución, pese a los lógicos nervios de estas citas. Ya les explicamos ‘in situ’ que ‘los nervios’ no son malos, ni buenos. “Hay que saber hacerse amigo de nuestros nervios”. Lo que tiene que quedar claro es que lo lógico ante un compromiso como es un ‘ranking’ autonómico de yudo es ponerse nervioso. Tanto más en estas edades en que todavía se tiene poca experiencia. Pero no por ponerse nervioso hay que sentirse mal o en desventaja. Cuando uno descubre que se está poniendo nervioso debe reflexionar y agradecer a la sabia naturaleza entrar en ese proceso en que el sistema nervioso está alerta y el corazón empieza a bombear más aprisa. Todo eso quiere decir que el organismo se está preparando para rendir a tope: los músculos reciben más oxígeno a través del bombeo acelerado del corazón, mientras que el sistema nervioso se tensa para poder lanzar a la máxima velocidad posible cualquier respuesta ante cualquier señal de alarma. Eso es todo y eso es bueno.


Raúl Abial. El bronce para el mejor de todos



Pero volvamos a Raúl que merece una crónica más extensa por varias razones. Lo primero porque, por fin, comprobó que vale mucho más de lo que sus clasificaciones venían indicando. Lo segundo porque demostró un yudo de alta escuela y en eso no vamos a dejar pasar una línea más para agradecer públicamente la labor del maestro Rafael Ortega que se vuelca en la educación como yudoca de Raúl.

Además de todo ello, Raúl tuvo un gesto de deportividad, nobleza y juego limpio muy destacable, pero que conviene relatar para compartir con todos nuestros amigos. Y lo queremos compartir porque sabemos que quienes leen el Yudiario (cada vez más gente de todas partes del mundo hispano parlante), saben perfectamente a estas alturas que nuestros objetivos deportivos no pasan por el ganar a toda costa, sino por educar a toda costa, por ejemplo. En un durísimo encuentro, frente a un rival muy bravo, Raúl s encontró desbordado. Su oponente se tiraba continuamente al suelo, unas veces con mucho peligro otras para escapar del agarre que conseguía aplicar Raúl. De este modo, a Raúl le quedaba la opción de tener paciencia, no caer en el marrullero planteamiento de su rival y enlazar con eficacia el trabajo de ne-uasa (yudo en suelo). Lo malo es que en un descuido siguió a su rival y vio como era volteado llevándose un yuko de desventaja. De tal manera que su rival exageró su táctica, ante la permisividad de árbitros jóvenes que no valoraban el deseo de Raúl de hacer su yudo ni el deseo de su oponente de no dejarse agarrar para lo que no dudaba en tirarse al suelo constantemente. Pero en una de estas, Raúl aplicó una magnífica palanca sobre el codo de su adversario desde el control en cruz (yuyi-gatame). Sólo el mate inexplicable del árbitro evitó la rendición del duro oponente de Raúl. Posteriormente, Raúl volvió a aplicar otro ude-isiji-yuyi-gatame y entonces el rival abandonó delante de las narices del árbitro. Raúl, en un acto reflejo aflojó para no lastimar al otro deportista, pero el árbitro sufrió un momentáneo ataque de ceguera y no cobró el incuestionable ipón. Como no somos amigos de escándalos realizamos nuestra protesta con toda la energía que nuestra educación nos permitió y parece que no fue bastante para hacer reflexionar a los tres colegiados que ni siquiera se reunieron a valorar los dos golpes sobre el tatami que propinó el rival de Raúl en señal de rendición. Así las cosas, sólo se consiguió que Raúl marcara un koka y que al rival le sancionaran con un sido, pese a mostrar durante cuatro minutos que su única intención era agarrar y tirarse al suelo; bonita táctica enseñan algunos entrenadores de tres al cuarto a deportistas en formación como son los cadetes de los que hablamos.


El juego limpio y los entrenadores mediocres y tramposos
(Leed nuestra crítica feroz a entrenadores de mierda que van de maestros)

Nuestro mundillo de las competiciones de yudo es un mundillo bien curioso y singular. Partimos de la base de que nos parece excitante y enriquecedor por la cantidad de experiencias que nuestros deportistas pueden cosechar en este terreno, pero también son constantes los ataques al juego limpio, a la educación y cortesía que se producen a cada momento en este mundillo. Vamos a ser muy duros con ciertos entrenadores (nunca los llamaremos profesores, porque no lo son) que confunden el tocino con la velocidad. Y lo vamos a ser, aunque no es nuestro estilo, porque estamos hartos de estos sádicos que enseñan a trampear a chavales maravillosos a los que acaban obligando a realizar una regresión a la media muy preocupante. Para colmo, reducen lo que ellos siguen llamando “yudo” a una lucha en la que casi todo vale para ganar y en la que los principios serían ‘la ley del más fuerte’, ‘coge lo tuyo y sal corriendo, que el que viene detrás se jorobe’ y cosas por el estilo.

El yu-do es un deporte definido por dos palabras que muchos de estos entrenadores de pacotilla han olvidado.

YU es lo flexible, lo fluido… Es la capacidad ser como el agua, que no se puede romper ni cortar, que se adapta a cualquier espacio o situación; tomando la forma del recipiente que la contiene, endureciéndose ante el frío evaporándose cuando se calienta y sin dejar de ser nunca lo que es.

DO es el camino. Pero no una senda o carretera que se toma en un momento determinado y luego se abandona. Es el cauce de nuestras vidas; por dónde queremos ir en nuestro discurrir vital y, por tanto, implica la idea de destino o meta.

En definitiva, Yu-Do, debería ser la filosofía de ciertos deportistas (no competidores, por favor) que hacen de la flexibilidad y la fluidez su forma de comportarse en esta vida, siendo su propio camino la meta de sus vidas y siendo su meta el camino mismo para llegar a ella.

Comprendemos que para entender esto quizás haya que volver a recordar que uno de los principios del yudo es la humildad. Y claro, no hay más que asomarse a uno de estos campeonatos de la Federación para ver paradigmáticos casos de todo lo contrario: personajes soeces, desvergonzados, hirientes y maleducados que provocan, trampean, medran e intoxican el ambiente de cuanto les rodea. Son personajes cobardes que recurren a acudir a donde sea en tropel, para imponer esa ‘ley’ por las que rigen sus huecas vidas: la de que los que más chillan más razón tienen. ¡Valientes ignorantes! Más les valdría leer algún libro de vez en cuando.

Cuando Raúl ganó la final de repesca, lo hizo aplicando un soberbio ipón de ude-isiji-yuyi-gatame. Su rival era un muchacho como él: lleno de ilusiones, cargado de energía y con las características maravillosas que adornan a cualquier chaval de 14 o 15 años. Por eso nos parece terrorífico que caigan estos maravillosos chavales en manos de fascistas degenerados disfrazados de simpáticos entrenadores que les conducen por el terreno de la trampa, la mala maña, la pícara pose del medroso… Resultó que tras finalizarse esa final de repica en la que Raúl obtuvo su tercer puesto, en la mesa se anotó el nombre del perdedor en el lugar del ganador. Cuando estaban a punto de entregar las medallas, se concentraron cuatro yudocas junto al podio a la espera de recibir sus correspondientes medallas. Allí estaba el muchacho que había ganado a Raúl, los otros dos medallistas y… Con toda la jeta del mundo estaba también el muchacho al que había ganado Raúl en la final de repesca, seguramente todavía con el codo dolorido por haber tratado de aguantar la palanca de Raúl desde yuyi-gatame.

La suerte fue que, pese a nuestra humildad y carencia de medios, nos dimos cuenta de que se entregaban las medallas sin haber nombrado a Raúl. Nos dirigimos a la mesa y comprobamos con desagrado que se habían invertido los nombres. Lo que era una equivocación podía acabar en un lamentable error del que esperaba aprovecharse un muchacho de 14 o 15 años bien aleccionado por le miserable entrenador que dirige su carrera deportiva y pretende colaborar en la formación de su personalidad a través de un deporte tan maravilloso como el yudo. Todavía el chico se hacía el loco cuando se le preguntó por qué estaba a la espera de recibir la medalla. Sólo se sonrojó cuando se le preguntó: “¿de qué le has ganado a este chaval? –delante de Raúl-“. No tuvo más remedio que reconocer que con ese chaval había perdido. Hubo que ir a la mesa a reclamar y se arregló en apenas unos segundos. Pero el detalle nos invita a seguir explicando algo más.

Imaginemos que ese muchacho acude al campeonato con su familia y que una vez acabada la participación el profesor se ha de marchar. Pongamos por caso que su profesor es, por ejemplo, periodista y se marcha a trabajar. En ese ejemplo, el profesor del medallista podría ser licenciado en Ciencias de la Información y tener que acudir a un programa de radio que se emite en directo de dos a cinco en fines de semana. Y en ese mismo ejemplo, el entrenador del otro muchacho podría ser, por ejemplo, también, todo un campeón de yudo en las modalidades de katas y, antes, de lucha. Podría ser un tipo simpático y cachas, pero que no tiene más interés en la vida que ‘su’ gimnasio, ‘sus’ competidores y sus ‘mollas’. Pues bien, si seguimos con el ejemplo, el profesor que además es periodista se iría a su trabajo, confiando en la experiencia de la Federación y en la capacidad de los oficiales de organización deportiva. Mientras el profesor periodista se va a su programa de radio, el deportista que ha demostrado ser acreedor a la medalla de bronce se vería apeado del cajón del podio y, seguramente, intentaría informar de la injusticia que se está cometiendo en la mesa de organización. Dejo al buen criterio e inteligencia de nuestros lectores la resolución de este esperpéntico caso de picardía grosera donde las haya, a través del ejemplo planteado.

Pero antes de pasar a otra cosa, como además, este entrenador de mierda pudiera pasar por ser un reconocido árbitro, de esos que ya no tienen un pelo de tonto (ni de honestidad)… Recordamos que el curso pasado nos quejamos con amargura del injusto desenlace de un encuentro en el que participaba nuestro entonces cadete Sergio Martín. Nos pareció que el árbitro central se equivocaba al tomar una decisión. Como resultó que lo grabamos lo mostramos al responsable de arbitraje y nos dio la razón. Claro que nos dio la razón porque nos pusimos en la piel del otro deportista y cuando ya insistió hasta cuatro veces en que la decisión del árbitro para con ese yudoca era errónea es cuando le confesamos que nuestro pupilo era el agraviado. No tuvo entonces más remedio que hablar con el árbitro, que dicho sea de paso, es su amigo. Aceptamos muy gustosos las excusas del árbitro y explicamos a nuestro cadete que son cosas que pasan y que no tiene demasiada importancia. Luego nos dimos cuenta de que el rival de nuestro alumno Sergio Martín pertenecía a un club dirigido por un compañero del árbitro. Además de ser compañeros también son amigos… Nos quedamos con la mosca detrás de la oreja. Ahora constatamos la maniobra de ese árbitro en pro de tratar de sacar una medalla de bronce pro la vía de la trampa, para uno de sus pupilos de sólo 14 años. ¡Qué bonito! ¡Qué Macho!

Como dice un buen amigo nuestro: “podemos parecer gilipoyas, incluso puede que lo seamos, pero, por favor, si nos tratan como a gilipoyas, que no nos enteremos o aténganse a las consecuencias”.

NOTA: Tenéis el enlace a lo que escribimos en su momento aquí: http://yudiario.blogspot.com/2006/01/ranking-autonmico-cadetes-masculinos.html#links, para que veáis que ya entonces fuimos muy educados y comprensivos con lo que entendimos era un despiste arbitral.

Carlos Muñoz con su profesor

21.11.06

Nuestra crítica feroz a los luchadores de la "casa de los guerreros"

Habíamos prometido una crónica más larga de lo acontecido en este fin de semana y aquí la tenemos. Lo malo es que para extendernos un poco más, tenemos que hacer una fuerte crítica hacia el comportamiento de algunos colectivos de clubes poderosos dentro de nuestro mundillo. No nos da ningún miedo. Quien esto suscribe –Wladimiro Martín de la Guerra, para quien lo quiera saber- ya está acostumbrado a ser tildado de enemigo de ciertos colectivos feroces que cuelen amoscarse cuando un individuo desafía su prepotencia desde la independencia y a pecho descubierto. Para ir contra la basura sólo hay que tener un poco de sensibilidad y no resignarse a estar siempre oliendo a podrido. Con sólo un poquito de olfato ya te llega el hedor a podredumbre de la “casa de los guerreros” y otros entornos similares en los que se preconiza el ‘todo vale que somos los mejores (y si no lo somos da igual, que haremos trampas, para parecerlo)’.

De verdad que lamentamos tener que colgar de la Red esta crítica durísima pero han rebasado el límite de nuestra paciencia y habrá que empezar a plantarse ante este tipo de situaciones mostrando por los medios que tenemos nuestro más profundo rechazo a este tipo de conductas poco cívicas y fuera de lo que conocemos como el juego limpio.

Celia Díaz con su compañera la infantil Sonia Sieiro



Nuestra cadete Celia Díaz, no debía haber participado en el ‘ranking autonómico’ celebrado el pasado sábado día 18 de noviembre. No debía haberlo hecho porque tiene un gran nivel pese a que comenzó a practicar yudo en su instituto dentro del programa de campeonatos escolares de la Comunidad de Madrid. Lo que queremos decir es que todavía no tenía el cinturón azul cuando se inscribió en el ‘ranking’ y la Federación exigía este grado como mínimo a los participantes. Nos parece todo un disparate esta limitación, que viene a vaciar de autoridad al profesor, que es quien mejor sabe el nivel que tiene cada uno de sus pupilos. Además, sucede que en nuestra escuela no somos muy dados a conceder grados con generosidad, por lo que un cinturón naranja de nuestra escuela –pongamos por caso- podría ganar a un cinturón marrón, aunque se tratara de una super-endiosada chavalilla tocada por la gracia de haber caído en la “casa de los guerreros”. No es que lancemos un reto, que no somos amigos de hacerlo, es que ponemos un ejemplo para estimular la fantasía de nuestros lectores.

En el caso de Celia, hay que recordar que acudió a la competición sin más compañía que el de sus padres y el de la esposa de su entrenador (dado que éste se encontraba trabajando en otro lugar). Al grupo se unió, luego, Sonia Sieiro, nuestra fenomenal infantil que consiguió subir al podio en la categoría de las más ligeras. Con ese equipazo respaldando su actuación, Celia encaró sus dificilísimos encuentros. A su falta de experiencia, a su carencia de conocimientos técnicos y a su juventud, Celia añadió unos cuantos ingredientes haciendo un explosivo cóctel: fe ciega en sus posibilidades y en los escasos conocimientos que sus profesores le han ido transmitiendo. Además, hay que decir que Celia tiene a toneladas lo que otros pretenden inocular a sus pupilos mediante técnicas fascistas, neo-nazis y rayanas en la ilegalidad: un coraje a prueba de bomba.

Vamos a explicarnos porque la cosa tiene miga. En su primer encuentro Celia pagó la novatada y perdió ante una rival muy experimentada y luchadora. Tanto nivel tenía su rival que Celia entró en la repesca. Allí se encontró con varias deportistas mucho más experimentadas que ella a las que, no obstante, ganó con autoridad gracias a su firme temperamento.

Fue en uno de esos encuentros de la repesca en los que Celia se cruzó con una luchadora de uno de los grandes ‘clanes’ del yudo madrileño. Son ‘clanes’ en los que si hay dificultades, se despliega todo un aparatoso dispositivo para recordar a rivales, árbitros y espectadores (casi siempre familiares de deportistas), que ‘ahí están ellos’. ¡Mucho cuidadito! Cuando Celia aplicó uno de sus fulminantes movimientos aprendidos hace pocos meses, resultó que lo hizo con la simpleza de querer proyectar a su adversaria en el tatami y sin especular con no ser contra-atacada. El resultado fue que se cobró un uasari, que a nuestro juicio fue poco premio a la impecable ejecución de la llave y a su resultado. Claro que no debía parecer bien a la respetable concurrencia que una de las ‘chicas de moda’ de un poderoso clan se marchara a su casa sin medalla, eliminada del torneo por una desconocida de Parla. Se le daba una ‘oportunidad’ a la favorita a la espera de su fulminante reacción. Pero fue Celia la que siguió insistiendo en sus escasas posibilidades, que pasaban por seguir atacando con sus escasas armas (un buen jaraigosi y unos conceptos muy claros de cómo atacar a una rival que se defiende extendida boca abajo en el suelo).

Como las cosas no pintaban bien para la aguerrida y endiosada promesa del yudo universal, se desplegó el aparatoso dispositivo de presión de su sectario respaldo barriobajero. Es cuando descubres que a pie de tatami están las amigas, las vecinas, la madre, el padre, el entrenador, el amigo del entrenador, el entrenador del entrenador y unos cuantos acompañantes más, dispuestos a dejarse la garganta en pro de la victoria de su idolatrada campeona de 15 años. El estruendo es monumental y la endiosada señorita ataviada de dones celestiales -no se sabe procedentes de donde-, empieza a montar su numerito. La frustración de la guerrera sólo es comparable a su rabieta. Empieza a faltar gravemente al respeto a la deportista que tiene enfrente, a los árbitros y a los sagrados principios del yudo que sus entrenadores, por supuesto, desconocen. El clima hace que la desconocida de Parla sea sancionada en dos ocasiones pese a ser la más noble en su planteamiento. Llega a ser sancionado con sido en dos ocasiones. Pero aún no basta. La guerrera de la ‘panda del moco’ sigue perdiendo pese a los esfuerzos del ‘coro de plañideras’ (por no llamarlas algo más grave que atentaría como agravio comparativo con las honradas trabajadoras del oficio más antiguo del mundo).

Varias veces estuvo a punto de conseguir la rendición de su rival Celia al continuar en ne-uasa a su oponente que insistía en defenderse tumbada boca abajo cada vez que se tiraba al suelo sin conseguir resultado con sus presas de lucha. En una de esas, enrabietada en grado superlativo, la asilvestrada fajadora se abalanzó con crueldad sobre el cuello de Celia del que se prendió como ave de rapiña esperando que el peso de su cuerpo colgado literalmente de su presa obrase el milagro de derribarla al suelo. El movimiento, tan alejado de lo que es el yudo como próximo a la brutalidad, tuvo un inmerecido premio. Celia cayó y su rival cobró un uasari que le abría el camino a la victoria tan ansiada como gritada ya por docenas de voces a escasos metros de Celia.

La tragedia la podía firmar en ese momento el mismísimo Eurípides, Esquilo o incluso Sófocles. La fuerza de los dioses, de los inventores del ‘yudo moderno’, de los propietarios de la patente de los campeones, caía sobre una desconocida de Parla que había osado insolentar la supremacía de esas deidades de barrio. Celia iba a tener que entregarse a su cruel destino como castigo a su insolencia, como castigo a su debilidad. Ella sola frente al imperio de los gañanes y cicateros. Sola, con la única ayuda de la mujer de su ‘profe’ ausente, que se limitaba a lanzar, entre el estruendo, mensajes tales como: “lo estas haciendo muy bien Celia”, “sigue atacando que tú puedes”, “sigue en suelo que lo vas a conseguir”…

Y vaya que si lo consiguió. Tras ser derribada por su oponente y subir el uasari al marcador, se revolvió antes de ser controlada en el suelo (se demuestra que se es campeón, hasta cuando le proyectan a uno) y trató nuevamente de estrangular a su rival. Era la enésima vez que Celia se aplicaba en un jadaka-yime sobre su adversaria y también la enésima vez que el árbitro daba mate con más diligencia que sentido del yudo. Pero esta vez Celia madrugó a todos. Su rival abandonó mientras el coro de plañideras enmudecía. Se oyó clara la voz incrédula de la madre que se preguntaba: ¿Pero, por qué abandona? Y nosotros le contestamos desde aquí. Porque a su hija la han enseñado a defender boca abajo cada vez que se va al suelo con un movimiento de fuerza. Y eso le ha hecho ganar muchos encuentros desde que era una niña bien pequeña y con eso la han convencido a Ud. de que su hija es una maravilla y a ella de que es la ostia en verso chino. Seguramente su hija es una chavalilla maravillosa señora madre, pero la ha puesto a las órdenes de la horda de fascistones adiestradores de fieras que tienen por lema ‘por donde vamos arrasamos’. Seguramente su hija va a volver a ganar muchos combates con la cicatera estrategia que ya domina y que tantos encuentros han hecho ganar a la panda de nazis a la que ya pertenece su hija con su consentimiento. Ud. misma gritó hasta la extenuación a su hija de 14 o 15 años que se fuera al borde para hacer sus presas de lucha libre sabiendo que corría peligro si volvía a dejar a su rival aplicar otra estrangulación. Ustedes saben mucho de estrategia barata y muy poco de lo que es la vida, por eso seguramente se juntan entre mediocres, entre los que disfrutan en su continua muestra de crueldad hacia el que esté fuera de su círculo. Seguramente que en próximas citas la endiosada niña guerrera hará valer su cicatera táctica porque le habrá echado más horas a endurecer sus músculos, su sensibilidad, su vanidad y su soberbia. Pero no crean que con ello gana el yudo: el yudo lo están asesinando Ud. los de la “casa de los guerreros”, que por donde pasan ya no vuelve a crecer la hierba ni tampoco el yudo, ni el sentido común ni muchas otras cosas.

Cuando por fin Celia se cobró la trabajada victoria que hemos relatado, se fue a compartir el momento con su compañera Sonia Sieiro. Ese era nuestro numeroso grupo en la cancha. Al ratito, Sonia acudió a la mujer de Wladimiro y le explicó que Celia tenía un bocado en una de sus manos. No se lo podía creer y acudió a Celia a pedirle que le mostrara la mano. Celia, todavía con los ojos enrojecidos porque se le habían saltado las lágrimas de rabia ante la falta de deportividad de su rival. Pese a haber finalizado ya el encuentro Celia se mostraba remisa a mostrar la prueba del delito a la que hacía las veces de monitora. Cuando se descubrió el dorso de la mano se apreciaba con absoluta nitidez la marca de la dentadura de una muchacha de 15 años que había querido derrotar a Celia a cualquier precio. Las dos mujeres se abrazaron y con una sonrisa de complicidad dieron por zanjado el asunto. No se puso en conocimiento de la organización el suceso porque somos gente pacífica y no nos gusta hacer daño a nadie. Pero queremos publicar desde aquí que como sigan buscándonos nos van a encontrar. La mordedura de la víbora es inocua a quienes tienen el antídoto del YU-DO (camino de la flexibilidad). De poco te valió tu mordedura cicatera niña maleducada; lo que más le importaba –la victoria- no la consiguió y tuvo que tragar su propio veneno, el mismo que le va a condenar a la vida que le espera, llena de la amargura de la pócima que quiso inocular, con malas artes, a la rival por la que sólo siente envidia y camufla en odio. A esa que cree su rival, que encarna cualquier persona íntegra, valiente y honesta se la va a encontrar mil veces en la vida y no se llamará siempre Celia, pero siempre la habrá de mirar desde abajo porque estando donde estás siempre se hundirá más y más en el fango que la atrapa.

Por cierto, en una ocasión, uno de los ‘famosos’ de este aguerrido clan de meapilas que se dedica a ‘instruir’ a muchachas como la de nuestro relato, planteaba a quien esto suscribe:

- ¿Pero qué es el yudo?

No le contestábamos porque creíamos que era una ironía viniendo de una persona propietaria de un gimnasio muy popular, volcado en el adiestramiento de luchadores con kimono. Pero lo preguntaba muy en serio. Y cuando le explicamos muy sucintamente lo que quiere decir Yu-Do, insistió:

- ¿Pero eso donde lo pone?

¡Menudo personaje! Cuando entramos en un pequeño debate, el tal entrenador fascistoide confesó que todo eso de ceder para vencer, del camino de la flexibilidad y tal, está muy bien y que él lo usaba para “vender el yudo”; pero confesó no creerselo. Mierda de mercantilista; ya podía ponerse a vender muebles de cocina, por poner un ejemplo, y no perjudicar a los que seguimos las enseñanzas de Yigoro Kano. Pero la anécdota viene bien al caso para ilustrar por dónde nos movemos en esto del yudo, en qué lo estamos convirtiendo y los peligros de que estos sujetos tengan tanto poder dentro de una Federación, ejemplar en muchas cosas, pero al pairo de este tipo de fachas de la más baja catadura moral. Seguiremos denunciando casos como este en los que se atenta contra el juego limpio que es para el yudo parte sustancial.

18.11.06

Estamos de enhorabuena

Sigue nuestra prodigiosa racha de triunfos y tenemos que saber disfrutarla porque todo en esta vida, por definición, tiene un fin, como nosotros mismos. Pero de momento seguimos paladeando cada nueva victoria de los nuestros, especialmente cuando se fragua desde la humildad que nos caracteriza. Y no por ello creemos ser inferiores a nadie, pero nos negamos a encarnar el papel chulesco o prepotente que vemos con demasiada frecuencia en algunos entrenadores de este mundillo nuestro.

Nuestros alevines que consiguieron el tercer puesto en el Campeonato del Polideportivo La Fortuna

De momento, antes de pasar a hacer nuestra crónica definitiva –que será extensa, lo prometemos-, tenemos que felicitar, una vez más, a nuestros valientes yudocas. Para empezar, los infantiles tuvieron el mérito de participar en un duro torneo por equipos en la mañana del sábado 18 en el Polideportivo de La Fortuna. Tras cuatro disputadísimos encuentros quedaron clasificados en cuarta posición consiguiendo el pase a la Final Autonómica que se disputará el 17 de diciembre en Getafe. Pero es que además, por la tarde acudieron a su “ranking” autonómico, como si tal cosa. Y no lo hicieron del todo mal, pues Sergio Cortés ganó un encuentro consiguiendo un fenomenal ipón de couchi-gari y David estuvo a punto de pasar la primera ronda en su primer año en la categoría. Luego, un poco más tarde, Carlos se vio sorprendido por un rapidísimo rival que no le metió en la repesca, lo miso que les sucediera a sus dos compañeros.

Sergio Martín, con chandal blanco y negro, posa junto a nuestros alevines e infantiles. Sergio se brindó a actuar como monitor con sus compañeros menores dado que el 'profe' tenía otros compromisos deportivos en otro lugar.



Pero nuestros éxitos no quedaron ahí solamente. El equipo alevín dio un fantástico recital pese a contar sólo con tres participantes (no faltaba cubrir dos pesos). Pese a salir perdiendo sus encuentros por dos a cero, supieron imponerse en su liguilla frente a otros tres equipos. Tras quedar campeones de este grupo pasaron a las semifinales conquistando el tercer puesto, que también da derecho a acudir a la Final Autonómica a disputar en Getafe el 17 de diciembre.





Por si todo esto fuera poco, nuestras chicas en el “ranking” autonómico tuvieron una memorable jornada. Celia, pese a ser sólo cinturón naranja, se clasificó en quinta posición tras eliminar a una de las favoritas y estar a punto de subir al podio. Ya hablaremos con más calma de la actuación de celia Díaz, porque no tiene desperdicio todo lo que le acaeció. De momento vayan por delante nuestras más efusivas congratulaciones por su magnífico comportamiento, por su tesón y gallardía. Antes de pasar a otra cosa, queremos dejar constancia aquí y ahora de nuestro orgullo al contar con una muchacha como Celia entre nuestros alumnos. Estamos seguros de que será una gran yudoca, como ya empieza a demostrar que es una gran persona, por lo que la felicitamos y animamos a que continúe por ese camino que sólo saben recorrer los más grandes.

Sonia se aplica con contundencia en un movimiento de control en suelo sobre su rival

Finalmente, hay que felicitar a la menudita Sonia Sieiro, todo tesón y temperamento, que se estrenó en la categoría infantil con muy buen pie. Comenzó pagando la novatada y perdiendo el primer encuentro, quizás por llegar un tanto despistada al pabellón polideportivo. Pero entró en repesca y es cuando se vio a la Sonia que todos conocemos. Marcando dos fantásticos ipones a rivales de más peso y experiencia consiguió subir al podio, proclamándose tercera y ganando, por ende, el derecho a participar en el XXVII TORNEO INTERNACIONAL. VILLA DE Madrid, que se celebrará el próximo sábado día 25 de noviembre en el Polideportivo La Fortuna (Leganés).

Sonia Sieiro, tercera en el 'ranking' autonómico, con su 'profe'


Como decíamos al principio, no hemos podido esperar para transmitir a través de este ‘blog’ tan gratas noticias de nuestro colectivo. Así es que según hemos llegado de una larga e intensa jornada de yudo y trabajo, nos hemos puesto frente al ordenador para iniciar esta crónica que prometemos ampliar muy pronto. Permaneced atentos a esta dirección y conectaos de vez en cuando que no tardaremos en actualizar datos, aportando lo que hagan nuestros cadetes en la jornada de mañana domingo día 19 de noviembre.

Ánimos y a seguir entrenando, sin descuidar los estudios.


Miguel Serrano controla a un yudoca de otro equipo en posición kesa


Una pelota encontrada en el suelo sirvió para empezar a calentar

También el calentamiento sirvió para disfrutar

Un momento en el que Sergio se ve luchando por mantener su agarre frente a un complicado yudoca de otro equipo




15.11.06

Ya han empezado las clases de yudo en el IES Humanejos


Ya hemos comenzado a dar clases de yudo en el IES Humanejos de Parla. Estamos muy contentos por ello, y, también, por el grupo que tenemos. Nos ha costado mucho organizar el asunto, pero comenzamos las clases el pasado jueves día 9 de noviembre y ayer martes, día 14 dimos nuestra segunda clase, que es cuando tomamos esta imagen. A partir de ahora estamos seguros de que el grupo irá aumentando, porque los que han comenzado su aprendizaje de yudo lo han hecho con mucha ilusión y ganas de progresar. Claro que además tenemos el apoyo de algunos alumnos veteranos como Sergio María, Carlos Grande y Manuel Cota. Gracias a ellos, las clases son más senillas de llevar y los nuevos yudocas tienen siempre a mano una referencia o modelo.

Entre nuestros nuevos compañeros destaca que se han animado varias chicas, que están mostrando muy buenas maneras. Son: Andrea Diz, Andrea Coma, Mamen Campillos y Lucía Gómez. Junto a ellas, también entrenan Iván García, Alejandro Barquilla y Francisco José Esteban. Además, nos han prometido integrarse en nuestras clases Omar Sánchez, Ainhoa Caro y Blanca Agudo. Les estamos esperando con impaciencia porque sabemos que juntos lo pasaremos en grande.

Tenemos que recordar que hemos empezado las clases pese a que aún no hemos recibido el tatami ni las equitaciones que pronto nos hará llegar la Comunidad de Madrid. No en vano este instituto de Parla se ha sumado a la campaña de campeonatos Escolares que tiene entre sus deportes promocionados el yudo. Estamos seguros de que en poco tiempo esta nueva sección dará mucho y bueno que hablar.

12.11.06

Primera jornada de la Liga Juvenil

Ganamos en nuestro debú

Luego nos ganaron un equipo de Getafe y un combinado de Coslada y Alcalá




Si el pasado fin de semana arrancó la Liga Femenina y dimos cuenta de la participación de nuestra compañera Yaiza Martín, ahora tenemos que hablar de la primera jornada de la Liga Juvenil. En ambos casos son campeonatos a celebrar por sistema de liga, pero con algunos matices. En ambas competiciones sólo existe una división lo que indica que puede uno concursar contra un equipo de cualquier nivel. En el caso de la Liga Juvenil hay que recordar que existen cuatro grupos de once equipos cada uno. Por ello, habrán de realizarse sendas ligas en cada uno de los grupos, lo que hará que cada equipo se enfrente a los otros diez de su grupo. Para ello se deberán organizar tres jornadas, de las que las próximas fechas son: sábado 10 de febrero y sábado 14 de abril.



Tras las tres jornadas en que se celebran las ligas, propiamente dichas, se realiza una última jornada en la que se enfrentan los cuatro mejores de cada grupo (o liga). Esa cuarta jornada, que se celebra el 9 de junio, se organiza en forma de eliminatoria. Es el día en que se conoce al campeón de la Liga Juvenil. Para estar en esa jornada, hay que hacer un gran trabajo a lo largo de toda la temporada. No es, de momento, nuestro objetivo, pero sí que animamos a nuestros jóvenes yudocas a intentar la proeza de meterse en esa gran fiesta del yudo nacional juvenil. Pero, vamos por partes…



En primer lugar, hay que felicitar a nuestros juveniles por su entrega y capacidad de compromiso. Se suele criticar a la juventud de nuestros días por su falta de compromiso. Son clichés que se aplican desde estamentos muy rancios para condenar a los jóvenes a la categoría de vagos, licenciosos… Nada que ver con lo que nosotros estamos acostumbrados a ver en nuestros tatamis. Será porque el sólo hecho de acudir a un doyo a practicar yudo ya es algo que distingue al que lo hace; será que en cuanto se pisa un tatami ya se entra en un mundo de exigencias que marca y forja el carácter… Sea como fuera, los nuestros son de lo mejor y se miden con rivales, todos ellos pertenecientes a una auténtica élite. Estos muchachos que acudieron el sábado pasado a la Liga Juvenil de la Federación Madrileña de yudo pertenecen a la flor y nata de nuestra actual juventud. Y los son junto con los otros jóvenes de otros lugares y entidades que practican el deporte más noble de cuantos existe, el único que recomienda la UNESCO y el que más destaca la Organización Mundial de la Salud: el yudo. No por ello deben olvidar que su principal tarea en esta etapa de sus vidas es la formación (intelectual, social, humana, física, personal…), por lo que les seguimos animando a que cumplan nuestra famosa regla de “Las cuatro emes”: “Comer Mucho, entrenar Mucho, dormir Mucho y estudiar Mucho”. Con ello hacemos una broma sobre lo que propuso Víctor Paredes cuando era preparador físico del Rayo Vallecano en la Primera División. El equipo hizo una buena temporada y le preguntaron por su secreto. Entonces explicó que aplicaba la regla de las tres ‘emes’. Nosotros hemos añadido la cuarta ‘eme’ para recordar a los estudiantes que sigan con ahínco su formación, pues de ella depende gran parte de su futuro.



En lo que a la propia competición se refiere, hay que señalar que comenzamos nuestra andadura con muy buen pie. Pese a que el equipo salió incompleto (nos faltaba el deportista que debía participar en menos de 81 Kg.), nuestros muchachos ganaron el primer envite. Sergio Martín marcó nada más salir un yuko y pudo administrar su ventaja, pese a plantear muy mal su encuentro, desde el punto de vista estratégico. Eso le costó un sobre esfuerzo que hubo de pagar descansando en la siguiente ronda, para poder recuperarse. No vino mal pues se le dio entrada al más joven de todos los participantes, a Francis Pérez que dio una lección de coraje y valentía. Ya llegaremos a eso, que ahora toca recordar que Richi, también ganó su encuentro pese a haberse lastimado la muñeca en el entrenamiento del viernes anterior y salir un tanto mermado. Las dificultades de Ricardo González en pie, las suplió con creces con su trabajo en suelo. Marcó un buen ipón aplicando un incontestable control en tate-sio-gatame (inmovilización de coraza). Después, Asier salió cojeando al tatami, pues también se había hecho daño en el entrenamiento del miércoles. Pese a todo acabó el encuentro, sin poder remontar el uasari que le cobró su rival, pero vendiendo cara su derrota. Luego, Carlos, que se hubo de medir con rivales mucho más pesados, aguantó las embestidas de su poderoso contrincante, como pudo, y sacó el máximo provecho de la primera ocasión que tuvo en ne-uasa. Su jadaka-yime tardó tres segundos en surtir el efecto buscado: la rendición del contrincante. De esta manera, a los muchachos del Santa Cruz se vieron derrotados por los nuestros por un 3 a 2 (30 a 17) suficiente.

Pero, a partir de ahí, las cosas cambiaron. El sorteo nos llevó a enfrentarnos al Ronin y fue entonces cuando se le dio entrada en el equipo a Francis Pérez, que, en ningún momento eludió el compromiso. Se las tuvo que ver con un muchacho muy experimentado y sabía que tenía pocas opciones. Pero, eso sólo hace espolear el coraje de los valientes, que son los que se crecen en la adversidad. Francis es un valiente y no le importa tener recién cumplidos los catorce años. Con su actitud dio una lección de gallardía, de bizarría, de denuedo, de arrojo (palabras, todas, que han dejado de usarse, porque ha dejado de verse lo que significan). Gracias, Francis por tu bravura y por lo que de ella seguimos aprendiendo los que amamos este deporte. Incluso el maestro Rafael Ortega, al que no pasó inadvertido el intenso combate de Francis, elogió la actitud de nuestro yudoca.



El caso es que Francis hizo un gran encuentro, al límite de sus posibilidades, no bastó para animar a sus compañeros. Ricardo cayó enseguida, cazado en un buen movimiento de su rival y, poco después, Asier decidió no medirse a su adversario por no forzar su rodilla. Finalmente, Carlos hizo lo que pudo en la categoría más alta (de peso).

Para acabar, el equipo de Parla se midió a un potentísimo combinado de yudocas del gimnasio Ichi-Ban de Alcalá de Henares y del centro municipal de Coslada. La derrota de los nuestros fue sin paliativos. Pero, a pesar de todo destacamos la actuación de Raúl que con sus escasos 47 Kg. tampoco tuvo ninguna objeción en medirse a un rival mayor, más experimentado y con 13 kilogramos más de peso que él. Con dichos obstáculos, Raúl luchó hasta donde pudo, poniéndoselo muy difícil a su rival. Después, Sergio pasó al peso superior para dar descanso a Richi y también acusó la diferencia de kilogramos. Asier y Carlos cerraron la participación de los nuestros con poca fortuna, pero habiendo cumplido una vez más nuestros objetivos: aprender, participar, pasárselo bien y no hacerse daño. Con ello, todos salimos con ganas de volver a participar en una nueva jornada. La próxima en esta categoría será, como queda dicho, el sábado 10 de febrero. Pero antes, algunos de estos juveniles tendrán ocasión de reforzar el equipo masculino que hemos inscrito en la Tercera división En este caso, la primera jornada se celebrará el próximo sábado día 2 de diciembre. En ella, el equipo de Parla se medirá al Markobal, al Yudo Club Guimar, al Perú y al Rivero Roma. El pesaje es de 15:30 a 16:30 horas, por lo que ya os emplazamos a quedar en el Consejo Superior de Deportes a las 15:45 horas.



Antes de marcharnos, una vez ya cambiados de ropa, todo el equipo acudió a ver el encuentro de los equipos Yudo R. Ortega y Magerit. Ambos equipos se medirán al nuestro al estar todos en el mismo grupo de esta Liga Juvenil. Además, existe amistad con los deportistas y buenos yudocas del Yudo R. Ortega, por lo que fue un placer presenciar el encuentro. Aquí os dejamos algunas imágenes magníficas de este episodio que se saldó con una trabajada victoria de los muchachos de Ortega. Entre todo ello destacamos los maravillosos ‘sasaes’ de José (en 81 Kg.), la soberbia actuación del ligero y la remontada del peso pesado, que se produjo gracias a la fe inquebrantable en sus posibilidades; sin olvidar que todos estuvieron a un gran nivel.



Para acabar, queremos dejar aquí nuestra gratitud a todos los que se acercaron a apoyar a nuestros chicos. Muchísimas gracias a la compañera Celia Díaz que el próximo fin de semana participará en el "Ranking" autonómico de cadetes; y muchísimas gracias también a la familia de Asier y Francis (incluida la novia de Asier), que siempre hacen el esfuerzo de seguir a nuestros chicos. Y a los que no fueron, pedirles que reflexionen sobre la importancia de sentirse acompñados en este tipo de actividades. El equipo lo formamos otods y no sólo los que saltan al tatami. Os esperamos a todos en nuestras próximas citas, a saber, el "Ranking" del próximo fin de semana, el curso de yu-yitsu en Barcelona y la primera jornada de la Tercera División. No faltéis.

6.11.06

Liga Femenina de Primera División


Yaiza abrió el fuego en cuanto a la participación de nuestros yudocas en las Ligas de la Federación Madrileña de Yudo. Como este año no hemos podido formar un equipo para participar en la Liga Femenina, Yaiza se ha incorporado al equipo que se ha formado en el gimnasio Banzai: el Yudo Club R. Ortega.






Yaiza aplica una palanca en el codo de su rival




Y pasaron con nota su primer examen. Pese a medirse con yudocas muy experimentadas hicieron un gran papel las jovencísimas integrantes del Yudo R. Ortega. En el primer encuentro se las vieron con las muchachas del Body Training. Yaiza, al ser la ligera, abrió el fuego en un encuentro muy disputado. Empezó encajando un uasari en contra. En frente tenía una rival muy fuerte. Claro que hay que recordar que Yaiza luchaba en el primer peso, el de menos de 52 Kg. cuando ella pesa 46 Kg. Pero a una especialista en ne-uasa, como es ella y todo alumno de R. Ortega, no se le puede dar ni un milímetro de confianza. Fue lo que hizo su rival y tuvo que rendirse ante la fulminante aplicación de una palanca de codo (ude isiji yuyi gatame) por lo que Yaiza ganó por ipón. Después le tocó el turno a Sonia que en un abrir y cerrar de ojos marcó un soberbio ipón, con lo que casi ni nos dejó disfrutar de su triunfo. Se había encarrilado la primera victoria dado que el equipo rival no tenía un peso cubierto. Pese a ello, la joven Luisa también quería dejar su granito de arena en la victoria. Pese a su juventud y poca experiencia suplió su desventaja con un entusiasmo y una bravura sobresalientes. Acabó marcando un espléndido ipón de contra-ataque, con lo que la primera victoria del equipo en la Liga se consiguió por 4 a 1, con broche de oro: nada menos que con cuatro ipones (uno en suelo, otro de movimiento directo, otro de contra-ataque y el cuarto por incomparecencia, al no tener deportista en ese peso, el equipo rival).

Sonia marca su ipón

Después resultó que uno de los equipos que el sorteo nos había cruzado en el camino no había comparecido. Con ello, llegó el turno de enfrentarse al Miriam Blasco Yudo Club, en el que militaba, por poner un ejemplo, Cecilia Blanco, campeona de Europa. Bastante hicieron las valientes chicas del R. Ortega que vendieron cara su derrota dando serios problemas a sus rivales. De hecho, Yaiza se las vio con una veterana a la que dio trabajo, pese a las duras embestidas de una rival mucho más fuerte. Finalmente, cuando parecía que el encuentro iba a acabar en tablas, el árbitro cobró un uasari en contra de Yaiza que intentó contra-atacar a su rival y cayó de espaldas. Ya estamos un poco hartos de este tema así que sólo diremos a los árbitros que procuren valorar lo que hace la deportista a la que le dan una ventaja tan importante como un uasari. Porque en este caso, no hizo absolutamente nada, más que intentar no caer al suelo cuando Yaiza intentaba proyectarla con un movimiento de gonosen-uasa.

La valiente Luisa



En fin, sólo nos queda felicitar a las valientes componentes de este equipo, que, muy probablemente no conseguirá una magnífica clasificación este año, pero, seguramente pasa por ser uno de los equipos con más futuro de toda la sección. Y no hay que olvidar que ya no militan en segunda División, pues se ha fundido la Segunda con la Primera y sólo hay una. Si Yaiza sólo tiene 16 años, recordemos que Sonia tiene 15 y Luisa también 15, como Mónica que no pudo participar en esta primera cita y por eso la animamos desde aquí. Además, Katia también tiene 15 años, mientras María, que pasa por ser al “veterana” aún no ha cumplido los veinte.

El equipo (todas de azul) con las hermanas Blanco (Cecilia a la izquierda)