27.8.15

Estamos de Mundial



En estos días disfrutamos del mundial de yudo de Astana (Kazajistán) que podéis seguir en Ippon.tv.

Podéis recabar mucha información que vamos volcando, de este gran evento, en nuestro facebook. Búscanos como WLAC Yudo.

Muy pronto volvemos a pisar tatami, así es que os recomendamos aprovechar estos últimos días de descanso.

NOS VEMOS (muy pronto ya) EN LOS TATAMIS

2.8.15

Promoción de yudo en el Campamento Multiactividad del Ayuntamiento de Parla



Acabó el Campamento Multiactividad del Ayuntamiento de Parla, que se ha venido desarrollando durante todo el mes de julio en dos turnos, cada cual a lo largo de una quincena. la primera del 1 al 15 y la segunda del 17 al 31. En cada una de ellas, se distribuyeron los niños de entre 7 y 14 años de edad en diferentes grupos. Hasta seis hubo: tres de niños de entre 7 y 10 años y otros tres de niños de entre 8 y 14 años de edad. Los menores, desarrollaron su actividad en las instalaciones deportivas de Las Américas y en la piscina de agua salada o playa de Parla. Los mayores estuvieron en las instalaciones deportivas del Castillejos, incluidas las piscinas.

Durante tres días seguidos, cada grupo emplea casi dos horas de la mañana, a primera hora en diferentes grupos de deportes o actividad física a cuyo cargo se responsabiliza uno de los monitores de la Concejalía de Deportes del mencionado Ayuntamiento. Son grandes profesionales de los que me enorgullezco de ser compañero y de los que siempre aprendo algo; lo mejor de la casa que se suele decir.

De esta manera, los niños, cada tres días participan en diferentes actividades físicas. Los menores (en Las Américas) se emplean en fútbol, atletismo y juegos tradicionales a cuyo cargo están Maite Araco, Marta Bon y Marta Pérez. En cuanto a los mayores, en la primera quincena se adiestran en deportes de pista cubierta, baile y expresión corporal y deportes de aire libre como el tenis (con Ángela Bautista, Juan Antonio García y Félix López). En cuanto a la segunda quincena, los deportes de aire libre son sustituidos por el yudo, el yu-yitsu y la defensa personal, que es cuando tengo el honor y el privilegio de aportar mi granito de arena.


No obstante, además, de lo expuesto, hay un día en cada quincena en que a los menores se les da la oportunidad de pasar por las actividades de los mayores y viceversa. Es decir, que en ese día los menores acuden a las instalaciones de los mayores y practican baile, deportes de pista cubierta y yudo (en la segunda quincena). Entre tanto los mayores pasan el día en Las Américas y se bañan en la piscina de agua salada, teniendo oportunidad e practicar fútbol, atletismo y juegos tradicionales.

En lo que a mí respecta, puedo decir que me complació mucho encontrarme con algunos yudocas de las Escuelas Municipales y por ende de nuestro club (WLAC Yudo). Fueron un gran apoyo en los talleres destacando muy especialmente Pedro Rodríguez, Ángela Gallego y Sergio Santos. también diremos que Noemí Gallego se ofreció varios días a colaborar como monitora demostrando una gran madurez en una niña de 14 años recién cumplidos.

Entre las reflexiones que nos toca hacer como balance de cada nuevo reto cumplido y por la parte que a mi me toca quiero dejar por escrito algunas consideraciones. A pesar de haber planificado las clases a desarrollar en el campamento supe, a tiempo, improvisar y no ceñirme a lo planificado. Creo que hubiera sido desastroso. Me explico.

Planifiqué mis sesiones de manera progresiva en cuanto a dificultad, comenzando con una sesión en la que se explicaban algunos fundamentos, siguiendo el guión de una clase piloto cualquiera de yudo (saludo, calentamiento, mini-tabla de musculación, ejercicios de ne-uasa, caídas, ejercicios de tachi-uasa, un poco de defensa personal y algún randori dirigido por objetivos). El primer grupo con el que me estrené fue diligente y muy aplicado. Me sorprendió muchísimo. Pude trabajar con ellos muy bien aunque enseguida comprobé que se interesaban mucho más por aplicaciones concretas de defensa personal que por aprender los fundamentos de las sencillas técnicas de proyección que se les enseñó. Pero al hacerme cargo del segundo grupo, todo cambió... ¡para mal! La dinámica del grupo era muy otra. Niños con mucha energía, chillones, "hiperactivos", incapaces de aplicar sencillas normas sin bordear sus límites o traspasándolos... La sesión se me escapaba de las manos. Con mucha calma fui hacia mi mochila y saqué una de mis armas secretas: un silbato. Soplé con fuerza y pedí a todos los revoltosos muchachos que se sentasen frente a mi. Empecé a hablarles bajando el tono de voz. Me costó captar su atención. Empecé a explicar que el yudo viene del yu-yitsu que a su vez es un conjunto de técnicas que empleaban los samurai. Expliqué qué significa la palabra samurai, a qué se dedicaban, quién era Yigoro Kano, cómo fundó su escuela de yu-yitsu, sus inicios hasta convertirse el yudo en deporte olímpico, lo que se perdió y ganó por el camino... hasta les hablé de mi amigo Anton Geesink, de mi profesor Rafael Ortega. Para mi sorpresa, a los cinco minutos de empezar a hablar, las dos docenas de niños se comportaban de nuevo como una masa uniformada, pero ésta vez silenciosa, atenta... Los niños tenían los ojos muy redondos y las bocas abiertas. Yo también estaba perplejo.


La gran conclusión que saqué es que, tal vez -y esta es una opinión mía personal- los niños necesiten que se les hable más. Quizás estén empezando a estar saturados de pantallas luminosas para el sano ejercicio humano de comunicarse y de buscar información; quizás.

A partir de aquel momento empecé a proponer ejercicios (fuera de mi planificación) casi todos de aplicación directa a la defensa personal, que dejaba practicar poco tiempo, para volver a reunir a los niños sentados frente a mí y proseguir con alguna charla. A veces las charlas se alargaban, digamos que más de lo razonable. Y es que ya empezaban a levantar la mano (también eso costó lo suyo) para hacer preguntas. Pero lo razonable no es siempre lo apropiado y lo apropiado no siempre es lo razonable.

Lo cierto es que "no enseñé yudo" estrictamente. Seguramente, si algún purista -de los muchos con que contamos- de nuestro deporte viera una de mis sesiones diría que no enseñé yudo. Yo puedo estar de acuerdo en parte, sólo en parte. También puedo añadir que se hizo lo más adecuado y que los niños trabajaron más y mejor que en experiencias similares anteriores; no en cuanto a la intensidad física -fueron muy vaguetes- pero sí en cuanto a interés, concentración, etc.

De manera, que, muy a mi pesar, también tengo que decir que el yudo "clásico" no atrae a este colectivo de niños con el que tuve contacto en la segunda quincena de julio. No atrae en cuanto a remangarse y ponerse manos a la obra a practicar técnicas de inmovilización, de proyección... Por poner un ejemplo: no hicimos ni una sola caída clásica, al modo clásica. Las pocas que realizamos fueron siempre a través de técnicas de defensa personal.

En el tercer día de taller, en cada grupo, no obstante, realizamos un torneo. Sí es verdad que algún niño -y niña- mostró rechazo absoluto a eso de enfrentarse, cara a cara, a un compañero, en este caso rival. Pero, en la práctica, todos se emplearon a fondo en el sencillo torneo de ne-uasa que organicé en cada grupo. ¡Qué paradoja!

Además, en ese tercer día de despedida del taller en cada grupo les proyecté un vídeo resumen de la actividad del club que gustó mucho. Ahí sí se sintieron atraídos por lo que veían que no era otra cosa que yudo; yudo como el que se les intentó desde un principio explicar.



Me queda claro que, de los cerca de cien niños que he tenido la gran oportunidad de acercar al mundillo del yudo ninguno o muy pocos se interesarán por inscribirse en las escuelas municipales o en cualquier club de yudo para practicar nuestro deporte. El fútbol seguirá atrayendo como un imán gigantesco con medios que no tenemos otros deportes. Tal vez me equivoque. No creo. No obstante, por otros canales estará llegando nuestro mensaje dado que son muchos los grupos de las escuelas municipales (de yudo) que tienen lista cerrada. Y eso desde el mes de julio en que se acabó la reserva de plaza de alumnos veteranos.

Pero, otra reflexión que me hago es que la oportunidad que tuve de difundir mi querido deporte no ha sido vana. Sé que muchos niños y niñas se sorprendieron de las posibilidades de nuestro deporte y que llegaron a sus casas contando a sus progenitores avatares y anécdotas de su incursión en tan desconocido ámbito deportivo. También sé que sus ocupados progenitores aprecian, de alguna manera, ese intento tozudo de un servidor de inculcar algo de disciplina (de la que emana de dentro a fuera) y de transmitir valores. Con eso me vale de momento y con haber vuelto a comprobar que he acabado muy fatigado de bregar en la tarea que me hace sentir útil a la sociedad. Será que me he vuelto a emplear a fondo en ello. E insisto: no lo hago por los demás; lo hago por mí. Yo cumplo mi parte. El que lo quiera entender: fantástico. El que no quiera ver; qué le vamos a hacer. Y el que lo entienda mal; que se lo haga mirar.



El viernes día 31 del pasado mes de julio, el último día del campamento multideporte, se celebró una jornada especial. Muy tempranito, antes de abrir las puertas a la chavalería participante, los monitores montaron todo lo necesario para realizar una sesión de rotación por diferentes juegos acuáticos. Es decir, que desde las 9.30 hasta las 10.30 horas (en que se abren las puertas de la piscina al público) se iba a desarrollar una ghimkana (que se dice). Los niños se lo pasaron genial aunque volvimos a tener algún problemilla con eso de entender y respetar las normas.

Acto seguido, unos monitores se ocuparon de acompañar a los niños al merendero mientras otros recogían el material a toda mecha. Ya todos en el merendero se procedió a dar cuenta del almuerzo "saludable". Y es que, previamente, se había indicado a los niños que trajesen viandas imaginativas y sanas para compartir. Algunos hicieron caso y trajeron suculentas brochetas de fruta, pastelitos y canapés caseros de alto valor nutritivo. Otros... una enorme bolsa de patatas fritas. Volvió a fallar el mensaje seguramente a pesar de haberse comentado oralmente y dejado por escrito en circular repartida a cada uno de los muchachos.

Tras el almuerzo se aprovechó para refrescarse en la inmensa piscina del Castillejos. Y ya, para acabar, se volvió a merendero donde nos visitaron representantes del nuevo equipo de gobierno municipal del Ayuntamiento de Parla. En concreto, tuvimos la agradable sorpresa de contar con la concejala de Participación Ciudadana, Elena Taboada, y con el coordinador de Educación y Cultura, Daniel Sánchez. Ambos colaboraron en la entrega de diploma y camiseta a cada niño y agradecieron la labor de los monitores entre los que falta citar a la compañera Araceli, que hizo una gran labor supliendo a una compañera accidentada en pleno desarrollo de sus funciones; gajes del oficio.

Todavía al dar salida a cada niño se les obsequió con una bolsita de promoción que incluía un chicle y una muestra de pasta dentífrica. Pese a darse en la puerta no se consiguió que quedase un reguero de papelitos del envoltorio del chicle y unos cuantos tubitos de pasta repartidos por el suelo. Pero la buena noticia es que la mayoría de los padres se despidieron agradeciendo mucho la implicación y labor del equipo de monitores.

Tras los abrazos de despedida, algunos salieron directamente hacia sus destinos vacacionales y otros, a sentarnos frente al ordenador para escribir. Nos gusta y seguimos pensando que hay a quien les gusta, también, leernos. Lo hacemos con la sana intención de informar a nuestros socios, amigos y seguidores, por más que crecen los que nos buscan dobleces que no hay, intenciones que no tenemos y hasta ideas que no hemos expresado. No importa. Como decía el ingenioso hidalgo manchego:

Ladran, Sancho, luego cabalgamos.

Que Uds. cabalguen felices este verano (o ladren).



NOS VEMOS EN LOS TATAMIS