31.10.08

Completamos el cuadro de honor

Despedimos octubre con entrenamientos especiales

Con un entrenamiento ‘de miedo’ (estamos en ‘halloween’) hemos acabado el mes de octubre y, por tanto, las competiciones para saber quiénes serán los próximos cinturones rojos de cada grupo. También sabemos ya quiénes llevarán los cinturones negros honoríficos en cada clase; caso de los alumnos que más puntos han entregado. Sólo falta por decidir quienes llevarán los cinturones negros honoríficos en el CEIP Ciudad de Guadalajara y el cinturón rojo de chiqui-yudo de este colegio madrileño.

También tenemos que decir que hemos estrenado las libretas o cartillas de puntos, que han sido una sorpresa para los muchachos. En ellas se anota el ‘saldo’ de puntos de cada mes de manera que cada alumno podrá tener control de los 'yus' que va entregando a lo largo del curso.

En las clases de ayer jueves día 30 de octubre hemos tenido espectaculares concursos y emocionantes encuentros en nuestras clases de Parla. En la de chiqui yudo Iván Hidalgo ha hecho valer su veteranía, pese a ser manga naranja. El pequeño de los hermanos Hidalgo lleva ya dos cursos completos practicando yudo y ha hecho valer semejante bagaje. Consiguió ganar el torneo de sumo con que arrancamos, cada curso, las competiciones de fin de mes y, además, fue el alumno que más puntos entregó. Llevará, por tanto, el cinturón negro y rojo (entregó 250 puntos) en la clase de mangas naranjas (‘Chiqui-yudo’).

En la clase de mangas verdes, rojas y amarillas el cinturón negro lo llevará Miriam Castro que entregó 230 puntos. Su compañero David Yáñez fue el más eficaz en el torneo de sumo de su clase y ha conseguido el cinturón rojo.

En la tercera clase (la de yudo juvenil) se hizo con ambos cinturones honoríficos Víctor Irala, siendo el sorprendente vencedor del torneo y habiendo entregado 390 puntos (muchos de ellos ganados merced a su destacada participación en el ‘Ranking’ autonómico, recién celebrado).

Finalmente, en la clase de yudo-total hay que destacar la soberbia entrega de todos los participantes (14 yudocas, nada menos) que dio ocasión de asistir a espectaculares enfrentamientos plenos de emoción. Cuando parecía que nada iba impedir a Pablo proclamarse primer campeón de la clase de adultos, el sorprendente David Vázquez resurgió y consiguió hacerse merecedor de tal distinción. Desde aquí le felicitamos especialmente, así como al resto de sus compañeros. Hasta la neófita Raquel protagonizó un par de emotivas victorias con las que nadie parecía contar.

Yudocas del Guadalajara acuden al entrenamiento especial del viernes

Para esta tarde lluviosa y de vacaciones escolares habíamos montado unos entrenamientos especiales que han sido aprovechados por muchos yudocas de diferentes centros y que se desplazaron desde muy diferentes puntos de la Comunidad de Madrid (Pinto, Barajas, Torrejón de Ardoz, Parque de las Avenidas –Madrid-). Estamos muy satisfechos de que hayan aprovechado este entrenamiento (doble entrenamiento) hasta siete yudocas del CEIP Ciudad de Guadalajara (los hermanos Gómez Dios –Nicolás, Silvia y Nacho-, los hermanos Heredero Miralles –Carlos y Lucas- y los hermanos Prevel Gómez –Samuel y Miriam-).

Pese a la desapacible tarde nos reunimos en el gimnasio municipal de Parla varias docenas de yudocas de todas las mangas; d los dos mangas naranjas (Nacho Gómez y Lucas Heredero) hasta el juvenil Erick Bolaños. Trabajaron de maravilla y hubo ocasión de repartir en estos grupos, también, las cartillas de puntos. Después llegó el momento de proclamar el cinturón negro y llegó la primera sorpresa. Javier Moreno y Javier Pinilla entregaron, ambos, 370 puntos y, por tanto habían empatado. Como había que llevar a cabo la competición de sumo, pospusimos la decisión de desempatar. Y nos salió de maravilla porque Javier Pinilla ganó el campeonato y llevará el próximo mes el cinturón rojo y negro, mientras Javier Moreno será el cinturón negro honorífico.

Luego, con los mangas amarillas, azules (y con el juvenil) montamos una competición mixta. Primero se puntuaba en suelo, por lo que organizamos tríos con yudocas de tallas similares. Para acabar el campeonato se concursó en línea japonesa en un estimulante certamen de sumo. A todos sorprendió el infantil Adrián Rodrigo que acabó desempatando contra todo un cadete y cinturón marrón como Sergio Cortés, al que logró arrebatar el cinturón rojo. Por otra parte, José Manuel Sieiro será el cinturón negro honorífico del mes.

Os incluimos algunas fotos del entrenamiento llevado a cabo hace apenas unas horas, en las que se puede ver a los invitados que se desplazaron desde la Alameda de Osuna y desde el Parque de las Avenidas.

¡Ah! Y mañana nos vamos de excursión… Ya os contaremos.

29.10.08

Guillermo Simón, primer cinturón rojo del curso

Cada vez que llegamos a fin de mes se inicia la ronda de competiciones internas para dilucidar el yudoca más eficaz de cada grupo. A él le cabe el honor de llevar durante el mes siguiente el cinturón rojo y servir de ayudante al ‘profe’ o a la ‘profe’. Además, recogemos los puntos que los niños han ganado día a día, con su esfuerzo en cada clase y elegimos al cinturón negro correspondiente. Con ello reconocemos el valor que tiene ser el que más puntos entrega en un grupo y se le concede el derecho a portar durante el mes siguiente el ‘cinturón negro’. Ambos cinturones de honor son los ayudantes del mes siguiente, saludan junto a los profesores en el somen (o frente), bajo la imagen de Yigoro Kano. Ambos yudocas sirven de uke (con quien se muestra una técnica de yudo) al profesor o profesora; o ejemplifican los ejercicios que se proponen o repasan.

Dicho esto tenemos que explicar que los chicos del CEIP Ciudad de Guadalajara son los que abrieron la ronda de competiciones y lo hicieron con especial mérito. La profesora Cristina destacó el ejemplar comportamiento deportivo de todos los yudocas del grupo de mangas verdes, rojas y amarillas. El vencedor fue Guillermo Simón que se tuvo que emplear a fondo para vencer en la final al ‘manga verde’ Álvaro Hervella que merece ser especialmente destacado por su entrega y formidable participación. También fue muy meritorio el concurso de Miriam Prevel y de Álvaro Mercado, a la postre terceros clasificados.

El nuevo cinturón rojo será Guillermo, pero la felicitación va para todos animándoles a que continúen esforzándose como lo hicieron el pasado lunes. Muchos ánimos campeones.

El yudo y el levantamiento de piedras




Ya decíamos que te puedes encontrar un yudoca en los lugares más insospechados. Ayer veíamos un artículo publicado en el diario MARCA con un alcoyano dedicado a las labores de selección nacional en Malta; nada menos.

Hoy hemos seguido nuestra tarea de ‘buceo’ por los medios digitales y hemos encontrado a toda una yudoca (competidora, por demás) como María José Sardón que también triunfa en otra modalidad deportiva; rara modalidad deportiva. La vasca ha sido la primera mujer en levantar tres bolas de piedra de 100 kilogramos en menos de cinco minutos. ¡Casi nada!

A continuación os dejamos algunos artículos sobre la singular yudoca.




MARÍA JOSÉ SARDÓN

"Practicar yudo me ha servido para levantar piedras"

María José Sardón hace un ejercicio en el gimnasio del polideportivo de Urnieta.Foto: karlos corbella

Noticias de Gipuzkoa
jorge h. pérez


donostia.Toda una vida dedicada al deporte. ¿Cómo entró en este mundo? ¿Quién le animó?

Desde pequeña siempre he practicado deporte. Empecé en el yudo con seis años y, luego, con doce comencé a jugar a balonmano. Estuve compaginando los dos deportes hasta los 20 años. En balonmano, jugaba de portera, primero en el equipo de Urnieta y luego en Hernani. Un año fuimos campeonas de Guipozcoa. Y, al final, por tema de horarios, competiciones y entrenamientos dejé el balonmano y me dediqué más en serio al yudo. Y hasta hoy sigo compitiendo.

¿Por qué optó por el yudo?

Pues no sé, creo que me llenaba más. Estaba a gusto jugando a balonmano, pero me tuve que decidir en ese momento y el yudo era el deporte que más me llenaba. Andaba bastante bien en yudo y me comentaron que tenía posibilidades de hacerlo bien.

Lleva 28 años practicando yudo, ¿no se cansa?

Hay temporadas en las que tengo que tomarme un descanso para desconectar y luego volver con fuerzas. Pero no puedo estar sin hacer yudo. Lo llevo en la sangre y siempre se echa en falta. Igual te encuentras a disgusto, no duermes bien o estás tenso, entonces haces un buen entrenamiento, sudas y te vas tan relajada a la cama. Y esto sin competir; con entrenar ya es suficiente. Además, siempre he sido muy competitiva, siempre me ha gustado quedar campeona en todo. Pero se sufre mucho.


NOTICIAS DE GIPUZKOA
Sardón amplía su repertorio con un nuevo récord femenino

Levantó la bola de 100 kilogramos tres veces en cinco minutos
La harrijasotzaile de Urnieta realizó dos alzadas nulas y admitió que tiene margen de mejora

María José Sardón, en Irura. Foto: Dani Sagastume

Donostia. La harrijasotzaile de Urnieta María José Sardón dio un nuevo paso adelante en su progresión como levantadora de piedras, al levantar ayer en el frontón de Irura la bola de cien kilos, algo que ninguna mujer había logrado hasta la fecha. Sardón consiguió dar tres alzadas en una tanda de cinco minutos a esta mole, aunque no terminó satisfecha con su trabajo. Los jueces no dieron por buenos dos intentos de la guipuzcoana, que sufrió con una piedra incómoda como la bola. En una de las intentonas anuladas, la piedra se le escapó hacia atrás.

28.10.08

Yudocas en lugares insospechados

Hemos encontrado un artículo curioso. se trata de entrenadores españoles de deportes poco habituales, sobre todo, en lugares poco comunes. Y, claro, tenía que haber algún yudoca por medio... Ya se sabe: hay yudocas en los lugares más insospechados. Os incluimos a continuación la noticia encontrada en MARCA ayer mismo.




ENTRENADORES ESPAÑOLES TOMAN EL CAMINO DIFÍCIL Y SE LANZAN A LA AVENTURA EXÓTICA

Aquellos chalados con sus locos trabajos

Por QUIQUE PEINADO Entrenar hockey patines en Angola, judo en Malta, triatlón en Guatemala o fútbol sala en Japón son aventuras no al alcance de cualquiera. Sin embargo, una legión de entrenadores españoles, locos de su trabajo, escogieron el camino más difícil para ser profesionales (o ni eso) de los deportes que aman. MARCA.com os los presenta.

Carlos Carbonell tiene 32 años y tiene una profesión que ninguno de sus amigos podría ni imaginar: es el seleccionador nacional de judo de Malta. Desde su Alcoi natal y criado en el gimnasio de Miriam Blasco, decidió irse a estudiar a Inglaterra y consiguió su sueño de ser entrenador de judo a nivel profesional. ¿Hacerlo en Malta? Es extraño, pero fue su camino. Carbonell es un ejemplo del espíritu aventurero de muchos entrenadores españoles que, aunque en sus deportes no es fácil ganarse la vida, deciden irse a vivir a lugares que algunos ni visitaremos de vacaciones.

En Angola el hockey patines habla catalán
Miquel Umbert es un histórico del hockey patines español. Fue seleccionador nacional y entrenador de grandes equipos en la OK Liga. Funcionario del Ministerio de Sanidad, entrena al GEiEG de Girona, de 1ª Nacional, y desde hace un año es seleccionador de nada menos que Angola. Seleccionador... y muchas cosas más: "Ahora tenemos a varios jugadores viviendo en Girona. Yo les busco familias para alojarse y el equipo donde jugar. Se lo paga todo la Federación angolana y, al final, son más profesionales que mis jugadores de aquí", dice Umbert. Así que Cataluña cuenta con una colonia de angoleños que juegan al hockey gracias al trabajo del técnico. "Yo les busco el visado, los estudios... Todo".

Desde hace un año vive a caballo entre Girona y Angola. Tiene un piso en Luanda, la capital, pero se traslada por todo el país. Da clinics, entrena a chavales y busca talentos para una selección envejecida. "Aquí viven sin reloj. Todo cuesta una barbaridad. Tengo que pedir un papel y hay que llamar un montón de veces para que se haga rápido", señala.

"Son un país maravilloso, con una fuerza enorme. Además, están sacando 2,8 millones de barriles de petróleo al día, así que el gobierno está invirtiendo una barbaridad. Serán una potencia en breve", añade Umbert, marcando las dos orillas en las que vive África. "A veces llego a mi casa de Luanda, a 40 grados, y no hay agua. Y sabes que no se solucionará en cuatro días. Además, no salgo a la calle sin el guardaespaldas que me asignaron. Mi casa está a 700 metros de la Federación y no se me ocurriría ir solo. Aquí una pistola vale 30 euros", dice.

Con 52 años, 30 como entrenador y 10 como seleccionador absoluto, hay que estar hecho de otra pasta para irte a Angola. La familia, dice, "se lo toma bien, sabe que es mi vida", pero para Umbert está siendo una experiencia mucho más allá de sticks y pelotas. "Son gente muy respetuosa, se aprende mucho de ellos", acaba.

Murcia, Guatemala, Eslovaquia y mucho, mucho triatlón
Un madrileño medio murciano, de 31 años, que entrena triatletas juveniles y sub-23 de Guatemala y cuya novia trabaja para el cónsul de Eslovaquia. Suena raro, ¿no? "Dicho así, es una locura", se ríe al teléfono Jaime Martínez, que lleva año y medio viviendo en Ciudad de Guatemala, capital del país, entrenando a los triatletas más jóvenes. A través de la Federación española consiguió el trabajo y allí sigue.

"Siempre había pensado irme un tiempo a Latinoamérica, pero pensaba más en Argentina o México; al final acabé aquí", dice Martínez. Cuando le llegó la oferta investigó por Internet. "Había dos tipos de ciudades: las muy peligrosas y las medio peligrosas. Para los extranjeros, según vi yo en webs oficiales, no había ni una sola ciudad segura. Aquí sabes que no tienes que ir a determinados sitios y te dicen que vayas siempre con el seguro de la puerta del coche cerrado", señala.

En un país sin demasiada tradición deportiva (a los últimos Juegos Olímpicos fueron 12 deportistas, y ninguno estuvo siquiera cerca de ganar un diploma), vivir del deporte es una quimera... que cumple Jaime Martínez. En un país con una renta per cápita de unos 4.300 dólares al año él gana 1.500 al mes, un sueldo normalito aquí y de lujo allá. Sin embargo, es difícil sacar adelante buenos deportistas por la falta de profesionalización. "Al final, a la edad de los míos es cuando están a mayor nivel. Todavía estudian y pueden entrenar más. Cuando empiezan a trabajar, se acabó el triatlón", acaba Martínez.

Mira que está lejos Japón, y su fútbol sala
Sito Rivera ha entrenado al Polaris World Cartagena y al Martorell de la LNFS. A sus 52 años, no lleva más de cinco dedicándose a entrenar profesionalmente. Sin embargo, el año pasado la clásica historia negra del deporte español (el Martorell desapareció) le llevó directamente a Japón, al Urayasu, con el que la pasada temporada conquistó la Copa Puma. Ahora es co-líder de la Liga japonesa, de ocho equipos, en la que sólo dos de ellos son profesionales. No es el caso del equipo del entrenador catalán. "Aunque aquí, primero montan una estructura y luego ya vendrá el equipo. En las oficinas trabajan profesionalmente cuatro personas, y tres de ellas hablan español o portugués", cuenta.

De Japón admira su veneración por el respeto a los demás. Entiende que la represión de su cultura genera fenómenos depravados, pero afirma que "la gente aquí es feliz como vive y siempre tratan de hacerte la vida fácil, desde cuando preguntas algo en la calle hasta en el trabajo". Sin embargo, tanto orden conlleva desventajas, sobre todo en el fútbol sala. "Su competitividad es muy buena, pero a veces son muy 'cabezas cuadradas', les falta imaginación. Por ejemplo, si les dices que hay que centrar al segundo palo, lo harán 100 veces, incluso cuando no haya nadie", señala.

Cuando, pasada la cincuentena, dejas a tu familia (mujer y dos hijos) en Mataró y te vas a Japón solo es porque lo que haces te gusta demasiado. "En las conversaciones que tuve con la familia sobre esto hablábamos de que es mi manera de realizarme, algo que no todo el mundo consigue. A veces lo paso mal, pero en el fondo sé que soy un privilegiado", señala.

Rivera reconoce que quiere volver a España, pero sabe que, posiblemente, no será a hacer lo que más le gusta. "Hay muy pocos puestos de entrenador, y en el fondo sabes que tu futuro va a ser volver a tu anterior trabajo [funcionario] y a entrenar algún equipo cerca de Mataró por las tardes", acaba.

Entrenador español más Turquía no es igual a Luis Aragonés
El Arkas de Esmirna, equipo de voleibol, no es el Fenerbahçe de fútbol, ni mucho menos, "pero somos el tercer deporte después del baloncesto", dice Fernando Muñoz, ex seleccionador de categorías inferiores (y segundo de la absoluta) en España, que comienza su tercera temporada en la Liga turca de voleibol.

Hace dos años, cuando llegó, ganó la Liga. Él y su Güiza particular, Pedro Suela (internacional español que se fue con él al Arkas), forman el binomio español del equipo. Y aunque tenga su 'compañía' y hace 10 años ya entrenara en Italia (Cosenza), reconoce que "a veces te sientes un poco solo cuando vives fuera, es lógico. Mi objetivo es regresar a España y ser seleccionador", reconoce. Divorciado y con su hija en Madrid, afirma que una aventura de este tipo requiere "estar respaldado económicamente, porque no es fácil" el cambio.

En Turquía, además de por Luis Aragonés, le preguntan "por los toros y por San Fermín. Aunque seamos mediterráneos y tengamos muchos puntos en común, somos muy diferentes", acaba.

No hay que irse tan lejos para buscar diferencias entre seres humanos. Si nos comparamos con estos valientes, aunque seamos del mismo país, encontramos que ellos tienen un gen, el de la aventura, que no todos poseen.

27.10.08

Entrenamiento especial el viernes 31

Aprovechando que se trata de jornada no lectiva para los escolares

Tenemos en marcha un entrenamiento especial en el gimnasio municipal de Parla (Sala de Yudo) para este viernes, día 31 de octubre, aprovechando que la mayoría de los profesores de yudo trabajan cuando dejan de hacerlo (en pleno curso) la mayoría de los profesores de los colegios a los que acuden nuestros yudocas en edad escolar. Hemos querido, con ello, ofrecer una alternativa a los padres que no tienen fácil tener controlados a sus hijos. Nos haríamos cargo de los niños que acudan a nuestra actividad y pasarían la tarde con nosotros.

El plan es recoger a los muchachos (mangas ‘verdes’, ‘rojas’ y ‘amarillas’) a las cuatro de la tarde en la puerta del colegio. Desde allí nos trasladaremos hasta la localidad del sur de la Comunidad donde los chicos entrenarán con niños de sus edades, con arreglo al siguiente horario: de 17:00 a 18:00 horas (mangas verdes y rojas), y de 18:00 a 19:00 horas (mangas amarillas y azules). La vuelta la calculamos a eso de las 20:00 horas en que llegaríamos al mismo punto de partida.

Como se trata de un día especial cursaremos invitación a los niños de Parla para que puedan quedarse a las dos horas de yudo. De esta manera, también los visitantes del barrio de la Alameda de Osuna podrían tener el tiempo ocupado y seguir practicando con niños de sus edades. En todo caso, ya avisamos que dosificaremos las tareas de los yudocas para que no se vean sometidos a esfuerzos impropios e innecesarios.

También queremos agradecer, desde este mismo momento, la buena disposición del papá Nico y Cía., que ya se ha ofrecido a llevar a sus hijos mangas verdes y a otros cuantos yudocas, en su coche. Con ello, y contando con los vehículos de los profesores, Cristina y Wladimiro, podrían aprovechar esta actividad casi todos los niños del grupo.

El lunes se repartirán las circulares y autorizaciones, que se deben devolver el miércoles, cumplimentadas, si se desea participar en este entrenamiento. Y aprovechamos para recordar que se trata de un primer paso para ir perfilando los equipos que presentaremos en la Fase Previa del Trofeo Peralta (que viene a ser el Campeonato de Madrid por equipos de yudo, para estas edades). A ver si nos animamos mucho y nuestros yudocas de diferentes centros se van conociendo y haciendo amigos. Eso es lo más importante, sin duda.


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26.10.08

Partido de fútbol-sala con yudocas

Este pasado sábado, cuatro de nuestros yudocas disputaron un partido de fútbol-sala, gracias a haber quedado integrados en el equipo alevín que participa en la competición de la Junta del Distrito de Barajas. Hay que recordar que la Sociedad Cooperativa Almayara coordina algunas actividades extraescolares del CEIP Ciudad de Guadalajara (yudo, fútbol, baloncesto, iniciación deportiva, pintura y música, ritmo y movimiento). De este modo, como experiencia piloto, se ha dado entrada en este equipo de fútbol-sala a algunos de nuestros yudocas más aplicados al objeto de medir nuestras posibilidades y pensar en la posibilidad de crear nuevos equipos de diferentes categorías y deportes, de cara al próximo curso. Ya seguiremos informando.

De momento, lo que hay que agradecer es a los dos alevines de parla (y a sus padres) el haber colaborado con la puesta en marcha de este equipo, que no en todo momento parecía asegurada. Y aprovechamos para explicar que la colaboración de los padres es fundamental en estos aspectos. Claro que también parece de Perogrullo tener que recordar que todo se hace por los niños (sus hijos).

Sea como fuera, antes de comenzar el juego se repartieron copias de una carta de presentación en la que se recordaba que el objetivo de este equipo no es otro que el de aportar un nuevo campo de expansión y un nuevo ámbito para que los muchachos se relacionen en el sano espíritu deportivo. Lo de quedar en un determinado puesto de la clasificación será una consecuencia de múltiples factores (azar, fortuna, eficacia, esfuerzo, calidad de los rivales…). Y esperamos que entre ellos no se encuentren nunca ni la riña, ni la presión, ni la responsabilidad, ni el requerimiento al árbitro, ni el atajo, ni la trampa, ni el grito, ni el fingimiento, ni el ventajismo, ni el preludio, ni el medio, ni nada por el estilo. Hemos recorrido durante años canchas de lo que se llama fútbol base y hemos escuchado entrenadores gritar de malas maneras a sus alumnos, padres de niños increpar a árbitros y jueces; hemos visto niños fingir lesiones y dolores para intentar sacar ventajas que sus piernas no alcanzaban a dar; hemos asistido a peleas por si el balón había rodado por un lado de la línea o por el otro…

En cambio, el pasado sábado asistimos a un espectáculo deportivo muy digno y divertido. Los niños no se recriminaron nada en ningún momento. Tampoco se dirigió al árbitro ningún deportista, ningún entrenador y ’casi’ ningún padre. El resultado fue lo de menos, porque todos los niños se esforzaron mucho y hubo lindas jugadas y goles de mérito. Es cierto que el Colegio Santa María de la Hispanidad venció 5 a 3 al equipo en que se integraron nuestros yudocas (el Ciudad de Guadalajara); pero no es menos cierto que la mejor jugada de todo el partido la protagonizaron los chiquillos de nuestro equipo y encima acabó en gol; aplaudido gol (incluso por seguidores del equipo rival).

Para acabar sólo nos queda felicitar a Daniel Pacheco y David Yáñez (de Parla), así como a Guillermo Simón y a Samuel Prevel (de la Alameda de Osuna). Demostraron ser buenos yudocas, también fuera del tatami.

24.10.08

Comenzamos a impartir clases de yudo en el IES El Olivo


Tenemos otra buena noticia que dar a nuestros asociados y amigos. Esta semana hemos impartido las primeras clases oficiales en el IES El Olivo de Parla. Anteriormente el profesor titular era nuestro amigo David Moronta al que una nueva normativa ha obligado a impartir clases de yudo solamente en el IES Las Américas. No debió hacerlo nada mal el maestro Moronta en cursos anteriores, pues nos hemos encontrado a 33 alumnos inscritos en la actividad. Y tenemos que reconocer que hemos comenzado con muy buen pie; los muchachos (y muchachas, que hay muchísimas) han trabajado con gran interés y aplicación.

Es tal la acogida por parte de los muchachos del mencionado instituto parleño que ya hemos empezado a hacer planes con ellos. En cuanto vayamos consiguiendo que acudan a las clases con sus correspondientes yudoguis vamos a ir programando entrenamientos voluntarios con los yudocas de las escuelas municipales de la Delegación de Deportes, para aprovechar que son más veteranos y que pueden ‘espabilar a los nuevos yudocas. Se trata, en definitiva, de aplicar el principio de Yigoro Kano del Sita Kyoei (o mutuo beneficio). Precisamente basándonos en este principio, también vamos a buscar yudoguis en nuestro almacenillo para ver si vamos equipando, al menos a los más menuditos (suelen dejarnos chaquetas –sobre todo- de tallas pequeñas.


Campeonatos por equipos

Por otra parte, estamos tratando de confeccionar equipos de las categorías cadete, infantil, alevín (y puede que benjamín) para participar en las fases clasificatorias del Trofeo Peralta. En estos días iremos informando pues las pruebas comienzan en noviembre (ya falta muy poquito). De momento estamos pesando a los yudocas y recomendando a algunos que comprueben el peso en una bascula fiable (de Farmacia, por ejemplo).


Excursión a Gredos

También tenemos en marcha un plan para reunir un grupo de yudocas (y familiares) interesados en acudir el sábado día 1 a una excursión por la Sierra de Gredos. Saldríamos tempranito el sábado para recorrer alguna ruta que nos prepararían nuestros yudocas alpinistas (sobre todo Marco Castellanos –que es de quien partió la idea-) y que se trazarían en función del nivel de los asistentes a la marcha. Al acabar la sesión, existe la posibilidad de pernoctar en una casita del pueblo de Lanzahita, con capacidad para nueve personas (en cama). Es muy importante contactar con el ‘profe’ Wladi para ir aclarando los que irían y los que se quedarían a pasar… ¡una noche de miedo! No hay que olvidar que es día 1 de noviembre.


Equipo de fútbol

Algunos de nuestros yudocas alevines (Daniel Pacheco y David Yáñez) han sido invitados a jugar en un equipo de fútbol-sala que ha formado la Sociedad Cooperativa Almayara, que es la encargada de gestionar las actividades extraescolares en el CEIP Ciudad de Guadalajara. Ya sabréis que en este colegio también tenemos una interesante escuela de yudo a cuyo cargo se encuentra la profesora Cristina y que cuenta con treinta excelentes yudocas. Se trata –lo del fútbol sala- de una experiencia piloto que puede desembocar en que formemos algunos equipos de alevines, benjamines y ‘pre-benjamines’, para disputar algunos partidos amistosos. Incluso cabe la posibilidad de que diéramos un paso más y el próximo curso inscribiéramos los equipos en la liga municipal correspondiente. Os mantendremos informados.

19.10.08

Sonia Sieiro campeona en el Ranking Autonómico

Ganó todos sus encuentros por ipón


Buena actuación de nuestros cadetes

  • Carlos Muñoz 5º

La mañana del domingo fue la continuación de la jornada anterior, la del sábado por la tarde. Nuestros cadetes acudieron puntuales a su cita y solventaron sus trámites de control de documentación, de pesaje, el calentamiento… No estuvo encargado del calentamiento colectivo (como la tarde anterior) nuestro campeón Oscar Peñas. De este modo, los muchachos calentaron a su libre albedrío sobre el tatami. Lo hicieron los que fueron citados a primera hora de la mañana. Luego, las chicas y los cadetes de pesos más altos no tuvieron tanto espacio. Como fueron citados más tarde, el pabellón se había quedado pequeño.

Creemos que se debe hacer un esfuerzo mayor en calcular el tiempo que necesitará cada ‘tanda’ de muchachos y citar más escalonadamente a los deportistas. Pero como se trata de darle al césar lo que es del césar, también vamos a expresar aquí nuestra felicitación a la organización (a la Federación Madrileña de Yudo) por el celo mostrado al organizar este evento. Se notó el esfuerzo por hacer las cosas de otra manera, con más mimo, cuidando algunos detalles.

A ver si colaboramos

Cuando llegamos al Pabellón Europa encontramos, ya desde el sábado, un despliegue de medios que intentaba, claramente, dar orden y sentido a un encuentro deportivo al que se ha querido revestir de cierta importancia (la tiene; por supuesto). Quizás el estilo de cada cual sea diferente y muchos opinemos que se podría mejorar o cambiar alguna cosa. Pero no deja de ser de justicia el reconocer ese esfuerzo del que hablábamos antes. A cada entrenador, al ir a bajar a los vestuarios, se le entregaba un juego de fotocopias con los sorteos de las categorías a desarrollar. También se le proporcionaba una credencial de acceso a pista. Luego, algunos profesores tiraban de las mallas de separación de la grada y permitían colarse a familiares y amigos. Así, volvieron a chillar más, a pie de pista los de siempre, los de los clubes bullangueros, ruidosos, chabacanos y groserotes (menos educados). Siempre es conveniente ir recordando a los árbitros para donde escorar los pequeños restos (que tanto inclinan la balanza, sobre todo hablando de niños y niñas). Ya volveremos al tema.

También se controló con mayor esmero (pero sin rigidez y con cierta flexibilidad) cuestiones como la documentación de los deportistas, el acceso a la pista, etc.

En fin, expresamos nuestra felicitación por la clara voluntad de cambiar ciertas cosas y animamos a nuestros mandatarios a seguir por ese camino. Y, sobre todo, expresamos nuestro ruego por seguir esforzándose en el sentido de que un niño (y su familia) no se vea en la necesidad de pesarse a eso de las 9:30 horas y acabe disputando la final a eso de las 13:00 horas. Son muchas horas y siempre queda el consuelo de que ‘para eso son los mejores’. Pero también hay casos de muchachos que se pesaron a las 10:30 y disputaron su primer encuentro alrededor de las 12:00 horas. Y ya se sabe que, en yudo, casi la mitad de participantes pierde el primer encuentro (se libran los que pasan ronda). De ellos, otra mitad no entra en repesca y se ven obligados a esperar otro buen rato para comprobarlo. En fin, a ver si logramos hacer menos duro el panorama a los que no ganan, pues estamos hablando de edades en que hay que promocionar el yudo; luego no nos lamentemos.

Nuestros cadetes, bien

Nos falta una pequeña vuelta de tuerca con nuestros cadetes. Se trata de una categoría compleja en la que ganan muchachos muy endurecidos en relación con la mayoría de los restantes participantes. Cuando ves el podio de algunas categorías de cadetes ves muchachos que no sólo hacen ‘mejor’ yudo que sus rivales (a veces ni eso); son, también, más fuertes, más coriáceos, correosos y atléticos; tienen carácter más aguerrido y ‘luchan’ tanto como intentan aplicar técnicas de yudo.

Este preámbulo ha de servir para explicar que nuestros cadetes hacen buen yudo, llevan la iniciativa y afrontan sus encuentros con deseo de imponer las técnicas que aprenden y practican con ilusión en las clases. Pero, -hay puede estar una de nuestras claves- en nuestras cases cuidamos de que el yudoca cadete (y también el infantil y el alevín…) aprenda a hacer yudo-total. Es decir que no nos obsesiona el preparar niños de 13 o 15 años para ‘ganar’ campeonatos. Nosotros enseñamos yudo pie y también yudo suelo, aunque siga habiendo tendencia a que los árbitros levanten –al momento- a los yudocas que dejan de estar en pie. Y es que sabemos que contribuye al desarrollo de estos chavales, que complementa su corolario técnico para formarse como yudocas completos y les habilita a aprender a defenderse en peleas callejeras, por no hablar de su preparación física. Por lo mismo, no tenemos demasiado tiempo de explicar a estas edades tácticas ni estrategias, porque introducimos en nuestras clases (en las normales y no en sesiones especiales con un grupo restringido) katas y tablas de movimientos de ataque y defensa (hablamos de defensa personal o de lo que el maestro Ortega llama ‘yudo para la calle’).

Dicho todo esto, queremos animar a Sergio Cortés, David Monforte, Oscar Manchado y Carlos Muñoz a seguir entrenando como hasta ahora. Que no se preocupen si no llegan los resultados deportivos (medallas en competición –siai-); que más pronto que tarde pueden tener otros alicientes y premios. Algunos, como David Monforte se encuentra en un momento de desarrollo que no se corresponde con el de la mayoría de los oponentes con que cruza sus conocimientos. Sin embargo tiene buenos fundamentos y puede acabar siendo un gran yudoca. Además es un gran atleta que practica otros deportes, como su amigo Sergio Cortés, con lo que deben entender que el yudo les sirve, además de para su formación, para destacar en esos otros deportes.

También se marcharon un poco defraudados Carlos Muñoz y Óscar Manchado. En el caso de Carlos la pena fue que gozó de una gran ocasión de dar un salto cualitativo. Acabó 5º clasificado, aunque constató que todavía le queda mucho para igualarse a los que suben al podio. Tanto a él como, sobre todo, a Óscar Manchado, hay que recordarles que se les dio la oportunidad de entrenar un poco en septiembre y no la aprovecharon.

Nuestra campeona Sonia Sieiro; el espectáculo del coraje

Sonia es campeona; sabe ganar. Eso viene de fábrica y no siempre es mejor (ni peor): ¡es así! El yudo de Sonia es sencillo. Quizás sea demasiado sencillo para medirse a rivales que ya andan avezadas en estrategia, en correr para dar el peso, antes de cada prueba, en manejar el tiempo del encuentro (‘perrear’ cuando se va ganando y cosas de esas). Sonia lanza la cadera con potencia y con su archisabido agarre. No acaba de acondicionar a su acervo técnico algunas técnicas que su entrenador lleva tiempo intentando explicarle para que le sean ‘propias’. Pero tiene un coraje que no se sabe donde mete la menudita yudoca parleña. Es de esos deportistas de fe ciega en sus posibilidades, capaz de echar por tierra ‘pequeñas conspiraciones’. Así le sucedió esta mañana al enfrentarse a una deportista fantástica, de un prestigioso club, que estuvo a punto de privar de disputar la final a Sonia. Lo vamos a contar.

El primer encuentro de Sonia fue visto y no visto. Pese a que Sonia dio en la báscula 45,6 Kg. y pese a que es cadete de primer año, su motivación y concentración eran tremendas. De ese modo, las dos primeras rivales (duras rivales) fueron vencidas por ipón con cierta soltura. La primera con su tokui-uasa, la segunda mediante la aplicación de su técnica de control favorita: kesa gatame. Después llegó un durísimo encuentro para entrar en la final. Ahí queremos explicar algo que no conseguimos soportar… y mira que llevamos años. Se produjo una de esas situaciones en que el profesor tiene que disimular que la cosa huele a chamusquina, luchando por ser positivo y transmitir a su pupilo (alumna en este caso) vibraciones positivas. Ves que el árbitro se equivoca y pone en ventaja a una durísima rival (conocida por haber conseguido algún efímero éxito –como todos los de estas edades-). Los chicos de estas categorías pueden ser inmaduros, alocados, apoquinados o chuletas; pero no son tontos. Empiezan a oler también a chamusquina. Ves que el arbitraje no permite continuar trabajando en suelo; suena ‘mate’ tan pronto te colocas en la espalda del rival para intentar aplicar una técnica de sime-uasa. Luego, notas cierta generosidad al valorar las técnicas de la rival; notas que no sanciona lo que parece una actitud pasiva… Luego ves que Sonia, perdiendo dos yukos frente a uno, vuelve a intentar otro contra-ataque y el árbitro central vuelve a incurrir en el mismo error que ha puesto en ventaja a la rival. Menos mal que en esta ocasión proclama ipón, y los dos jueces de silla entienden que eso es ya demasiado. Le anulan el ipón (dicen que no hay ventaja alguna) y sigue la contienda. Entonces Sonia aplica un movimiento cargado de potencia, de furia, que su rival a duras penas contrarresta. Está claro que ha derribado a su ponente, pero esa generosidad en valorar el resultado de las llaves se encoge ahora. Un yuko nítido queda sin proclamarse. Podemos ser parciales y estar viendo lo que no es tal. Nos mordemos la lengua. Pero el tiempo sigue su camino inexorable y esto se está acabando. Para colmo, Sonia se enreda en el suelo, pero consigue bloquear a su rival. Ahora, en cambio, el árbitro (la árbitro central) considera que debe seguir dejando correr el crono (los dos jueces le acaban pidiendo que levante a las yudocas). Siempre hemos dicho que podemos parecer tontos, que incluso podemos ser tontos, pero nos joroba que nos traten como a tontos. La árbitro central debió pensar que estaba todo el pescado vendido y, total, para que se iba a complicar. Dejó correr el crono largos segundos, sin ningún sentido ni argumento técnico; quedaba más de medio minuto cuando se bloquearon en suelo, Sonia y su oponente, y apenas diez segundos al levantarse.

Esos diez segundos son un preciado botín en deporte; en cualquier deporte y tanto más –quizás- en el yudo. Sonia debió de apretar los dientes; debió de pensar en lo mucho que había en contra y en lo difícil que se lo había puesto su rival -una fantástica yudoca- y la árbitro central; una nefasta juez, que no aplicó el principio de igualdad, pues fue claramente parcial –y entendemos que en ello no hubo consciencia pues, de otro modo, estaríamos argumentando todo esto en otras instancias y con otro tono-. Pero también debió atisbar Sonia ese resquicio que sólo encuentran los auténticos supervivientes, los deportistas con ese apellido de ‘campeón’. Su rebeldía encontró el canal apropiado y lanzó con furia la última andanada; quemó el último cartucho. Y resultó que no era un cartucho, fue ago más; una especie de cañonazo. Sonia descargó su poderoso movimiento de cadera y volteó vehementemente a su rival, lanzándola fuera del tatami. Por fin la árbitro cobró ipón ante tan soberbio movimiento que enmudeció a unos seguidores de un lado y provocó la explosión de alegría de un minúsculo grupo del otro.

Los muchos y los pocos

Tenemos que añadir a este relato una consideración final. Pero ello no será sin antes aclarar que ese ‘combate’ recién narrado era el pase a la final y que en la final Sonia acabó por la vía rápida su encuentro con una oponente de mucha mayor envergadura. Marcó ipón en pie a una yudoca que tuvo que dar enérgicas carreras para perder el peso que le sobraba para entrar en la categoría de Sonia (de 44 a 48 Kg.). Eso que nos ahorramos nosotros.

Y ahora vamos con esa consideración final que surge al hilo del último párrafo de nuestro relato del épico encuentro. Hablábamos de que la deportista rival contaba con algunos seguidores que animaban y jaleaban a su compañera y que Sonia apenas contaba con la ayuda de su atribulado y nervioso entrenador, además de su familia en la grada.

Es curioso que cada vez que contamos o vemos alguno de estos encuentros tan dramáticos y ajustados haya por medio algún ‘gran club’. Parece que tener la suerte de inscribirse en alguno de los clubes que más licencias tramitan en la Federación da un plus. Siempre queda la sensación de que los escudos que predominan (son más) acaban marcando algo más que la procedencia del deportista.

Por si algunos árbitros leen este YUDIARIO vamos a apelar a su sagrado deber de postularse lo más asépticamente posible (con limpieza) ante los deportistas que saltan al tatami. Que, por favor, recuerden –los árbitros y árbitras- antes el principio de igualdad que si son hijos de formidables yudocas o de estupendos árbitros. Rogaría desde aquí a los árbitros a que apliquen sus simpatías y antipatías en otro lugar que no sea el escenario en que deben aplicar un reglamento compuesto de reglas iguales para todos (para los que tiene escudo o para los que van co yudogui prestado). Los deportistas que representan a un club, en nuestro deporte, en realidad se representan a ellos mismos (no les metan en las mierdas de los que no ejercen de deportistas) y, sobre todo, no les juzguen por sus maestros o entrenadores; casi siempre son mejores los deportistas. Pero es que además, en estas edades habría que poner aún más celo en estas cuestiones porque estamos hablando de niños que pueden sufrir frustraciones (y no todos cuentan con padre y madre yudocas para consolar a la criatura, cuando sabe –porque lo saben- que se ha aplicado un reglamento diferente para ellos).

En esta ocasión hacemos este comentario porque nos salió bien la cosa. La mayoría de las veces nos callamos –en situaciones similares- porque no queremos que nadie piense que nos da por el recurso a la pataleta. No queremos que nos regalen nada, pero ya que andamos en estas, que no nos lo quiten; y, de paso, hacemos un llamamiento al querido estamento arbitral: vayan tomando nota de anécdotas como la relatada, porque hubo una demostración de coraje y yudo formidables. Una pequeña yudoca parleña tuvo tanto afán de superación como desfachatez pareció demostrar quien debía juzgar su comportamiento deportivo –su extraordinario comportamiento deportivo-; ¡qué ceguera, señora árbitra!

18.10.08

'Ranking' Autonómico Infantil

Carlos Mingorance, José Manuel Sieiro y Víctor Pérez quedaron en 5ª posición

Nos quedamos con la miel en los labios. Nuestros infantiles estuvieron valientes y aguerridos, pero faltó un poco de fortuna para culminada su buena actuación con alguna recompensa en forma de presea. Claro que a nosotros no nos importa demasiado eso, aunque nos entristece que algunos hayan salido un ‘pelín’ disgustados del pabellón Europa de Leganés esta tarde de sábado.

Pero vamos por el principio, porque tenemos que dar un tirón de orejas (con mucho cariño, pero también con energía). Para empezar, no entendemos lo que nos ha pasado con el pesaje. Un muchacho se sube a la báscula y se pasa casi tres kilogramos del máximo de la categoría en que dijo a su profesor que le inscribiera. Sobra decir que se hubo de marchar cariacontecido sin poder concursar. Así son estas cosas (poco ‘yu’ me dirán Uds. y yo estoy de acuerdo pero no puedo hacer nada). Luego llegan dos de nuestros ligeros y nos llevamos la sorpresa mayúscula. Ninguno llegaba al peso en que solicitaron ser inscritos. Es decir que pesaban 41,5 Kg. cuando estaban inscritos en la categoría de más de 42 Kg. y hasta 46 Kg. La solución era sencilla pero, desde luego, sólo la tomamos por que no se marcharan a casa otros dos yudocas nuestros sin concursar. Ambos infantiles debieron beberse medio litro de agua, pesarse y… visitar varias veces el urinario.

A todo esto hay que añadir que uno de los infantiles inscritos no se presentó en el pabellón, ni dio señales de vida. Aún no sabemos si se encuentra bien, si ha tenido algún impedimento para acudir a su cita con el resto de compañeros, si le ha tocado la lotería y se ha ido a Cancún a celebrarlo… A ver si nos enteramos la próxima semana.

Ahora viene la anécdota más ‘gorda’. Estuvimos toda esta semana recordando si cada cual tenía su yudogui blanco y azul como exigía la federación para esta convocatoria. El profesor llegó a prestar tres de sus yudoguis (dos azules y uno blanco). Pues bien, con todo resuelto, resulta que va uno de los infatiles a los que el ‘profe’ ha prestado un yudogui azul y se presenta sin el blanco… Queridos yudocas; ¡a ver si espabilamos!

Hablando de lo deportivo

Con las cosas de esta guisa podía parecer que la cosa presagiaba una tarde gris y poca propicia para los de nuestra escuela. Pronto le llegó el turno a Carlos Mingorance, un yudoca infantil que viene a entrenar con nosotros, desde Pinto, y que se incorporó a principios de octubre. En apenas cinco segundos marcó un soberbio ipón de seoe-nague. Luego le llegó el turno a Víctor M. Pérez Ramos y también marcó un fenomenal ipón de o-gosi. Parecía que las cosas se arreglaban.

El turno le llegó a Francisco Hidago que se las vio con un yudoca muy combativo y más experto que él. Paco lo hizo de maravilla, pero había diferencia de tamaño y envergadura. Demasiados problemas que Paco no pudo resolver pese a mostrar mucho arrojo. Además, hay que decir que Paco ha retomado el participar en este tipo de encuentros y lo ha hecho por decisión propia. Le felicitamos por todo ello y le recomendamos algo de paciencia. Luego, paco entró en repesca y aplicó un buen trabajo de ne-uasa consiguiendo inmovilizar a su rival y ganar por ipón. En el siguiente encuentro de la repesca no pudo con su adversario y acabó en novena posición (lo que no es ninguna deshonra en todo un ‘ranking’ de carácter autonómico).

Todos nuestros yudocas entraron en repesca cuando, de repente, como aquejados por un mal fario, empezaron a caer frente a rivales más poderosos. Se ve que estamos a principio de temporada y empezaba a pesar la falta de entrenamiento (normal). Pero ekl resultar todos repescados constaba que no caían ante cualquiera y que estaban a buen nivel. Luego, una vez en la repesca, volvimos a acusar algo de ausencia de fortuna. José Manuel Sieiro notó la falta de peso y cayó por ipón ante un fenomenal barrido de su oponente. Carlos Mingorance, muy cansado, disputó mucho su último encuentro de repica y acabó desfalleciendo. Víctor Pérez también estuvo muy combativo en su final de repesca y tuvo muchas opciones (hasta se puso en ventaja), pero su falta de experiencia la aprovechó su ponente, muy vivo y con gran eficacia. Finalmente, Adrián Rodrigo también estuvo resuelto y combativo. No le bastó pues el sorteo le enfrentó a los mejores y acabó séptimo.

Finalmente, decir que Víctor Irala estuvo muy bien y tuvo grandes opciones, sobre todo con su fenomenal trabajo de ne-uasa (se está convirtiendo en todo un especialista). Lo malo fue que se enfrentó a chicos rápidos y todos especialistas en seoe-nague de rodillas. Víctor, en ese sentido no cuenta con tanta experiencia y se ‘comió’ varios de estos movimientos. Pese a todo estuvo entre los mejores y se quedó a un paso de las medallas.

En definitiva, nuestros infantiles volvieron con tres quintos puestos, un séptimo y dos novenos. Esto garantiza que tengamos un espléndido futuro por delante. No acabamos más que empezar a entrenar y podemos presumir que mejoraremos mucho de aquí a que empiecen las fases clasificatorias para el Campeonato de Madrid. Para entonces podemos tener a un florido ramillete de bravos yudocas muy bien preparados y con opciones a llevarse muchas alegrías. Ánimos y a seguir entrenando que lo estáis haciendo de maravilla.

RESULTADOS:

- De 42 a 46 Kg.

Carlos Mingorance (5º puesto)

José Manuel Sieiro (5º puesto)

Víctor Irala ((7º puesto)

- De 50 a 55 Kg.

Francisco Hidalgo (9º puesto)

- De 55 a 60 Kg.

Víctor M. Pérez (5º puesto)

- Más de 66 Kg.

Adrián Rodrigo (9º puesto)

Mañana… ¡más y mejor!

Pasamos ecuador del primer mes del curso

Nuestro primeros campeones

'Los Jamones'

Ya hemos pasado el ecuador de nuestro primer mes de clases con un balance magnífico. Estamos muy contentos (profesores y alumnos) y los padres de nuestros nuevos alumnos están tan satisfechos como se muestran expectantes por poder ver pronto a sus hijos practicando nuestro deporte. Les pedimos un poco más de paciencia porque muy pronto vamos a tener ocasión de reunir a nuestros alumnos en algún entrenamiento de puertas abiertas con el objetivo de ver todo lo que hacemos en nuestras clases. Si todo va conforme a nuestras previsiones y no nos saturamos aún más nuestro calendario previsto para este trimestre otoñal, es muy probable que a mediados del próximo mes de noviembre podamos hacer una de nuestras primeras ‘mañanas del YU’.

De momento queremos rendir homenaje en este YUDIARIO a algunos alumnos que ya han destacado en sus respectivas clases al realizarse alguno de nuestros juegos más celebrados. Les vamos a explicar…

Hace muchos años el profesor Wladimiro impartía una de sus clases de yudo a un grupo de inquietos yudocas. Había uno de ellos de extraordinaria emergía y creciente personalidad que se rebelaba a cada nueva indicación del profesor con grandes muestras de carácter indómito. El niño era capaz de concitar la atención de algunos compañeros y el ‘profe’ ya había conseguido dejar sin demasiados seguidores al pequeño líder. Pero el niño no se rendía y tensaba cada más la cuerda (esa cuerda por al que el ser humano busca sus límites y los de los demás). La cosa requería imaginación y el joven profesor Wladi acabó obligando al niño a colgarse de una espaldera. Aquello fue aceptado como ‘castigo’ por el niño rebelde, pero fue muy aplaudido por los demás. La ocurrencia fue que se le colgó al niño como un jamón advirtiéndole que hasta que no estuviera ’curado’ no podría incorporarse a la clase con el resto de compañeros.

Debió de hacer gracia eso de colgarse como un jamón al resto de compañeros que empezaron a llamar la atención del profesor que se vio obligad a ‘castigar a otros niños’. La cosa se escapó de las manos del ‘profe’ de yudo y pronto había más ‘jamones’ que niños practicado yudo según lo programado. La situación s requería un nuevo esfuerzo de imaginación. De manera que se suspendió lo que se estaba haciendo y todos (incluido el profesor) acabaron colgados de las espalderas. Una vez en las espalderas empezaron nuevos juegos. Unos decían que excompañero no era un jamón, sino un chorizo. Se referían a que tratando de aguantar más tiempo colgados como un jamón, la cara se enrojecía por el esfuerzo realizado. Otros decían que ellos eran mejor jamón que el de al lado que no resistía tanto…

El profesor se bajó de las espalderas y se dio cuenta de que sus alumnos acaban de dar con un nuevo juego. Acababan de nacer ‘los jamones’. Se organizaron grupos de chicos de características similares y comenzamos a medir la capacidad de cada cual para permanecer colgado de una espaldera sin más ayuda que la fuerza prensil de las manos. Al final hubo un ‘campeón’ o jamón más curado y un grupo de niños muy sonrientes y contentos. Bueno, hay que decir que pese a lo festivo de la situación hubo un niño que no mostró ninguna alegría ante el nuevo juego. Todo lo contrario, el primer niño en ser ‘castigado’ seguía mostrándose algo tosco, cariacontecido y… ‘castigado’. Son cosas del yudo (de la vida).

Desde aquellos momentos (hace muchos lustros) hasta ahora, cada mes ponemos en marcha este juego, tan beneficioso para las espaldas de nuestros yudocas. Es un juego tan sencillo como eficaz para estimular el crecimiento de los niños; tan ‘duro’ como divertido. Además, sirve para ganar un montón de puntos pues premiamos a todos los que aguantan un poquito, esforzándose por superar sus propias limitaciones (avanzado el curso damos puntos a los que consiguen estar suspendidos más tiempo que en precedentes ocasiones). Es decir que no se trata sólo de ganar a los demás, sino de superar límites propios. Por otra parte, es el momento de que niños menos fuertes que sus compañeros toman protagonismo; suelen ser campeones de jamones niños muy delgados o de gran espíritu de sacrificio.

Dicho todo esto queremos ensalzar la fantástica participación en nuestro primer torneo de jamones de Silvia Gómez Dios (campeona en el grupo de mangas verdes, rojas y amarillas) y de Lucas Heredero Miralles (en chiqui-yudo). La clasificación final en el CEIP Ciudad de Guadalajara fue la siguiente:


CHIQUI-YUDO

1º Lucas Heredero

Adrián García

MANGAS VERDES, ROJAS Y A.

1ª Silvia Gómez

Sara Barthelemy

¿Y QUÉ PASA SI NO HAY ESPALDERAS?

El juego del ‘ESPAGAT’

Este juego de ‘los jamones’ se desarrolla en aquellos lugares en que tenemos espalderas. Pero en los que no contamos con este elemento hemos buscado algún sustituto. Ninguno ha llegado a gozar de tanta popularidad y aceptación entre nuestros alumnos como ‘los jamones’. No obstante, acabó imponiéndose como sustitutivo ‘el espagat’. Se trata de otra prueba de resistencia que desarrollamos de forma similar a ‘los jampones’ (por eliminatoria).

En el caso del ‘espagat’ (o spagat, en francés) medimos a cada uno de nuestros alumnos en el centro de una colchoneta. Lo hacemos con un cinturón que acto seguido extendemos en la colchoneta (a lo largo) y marcamos con una tiza la altura del yudoca sobre el suelo. Le decimos que permanezca en entre las rayas hasta tener a todos dispuestos para comenzar. Si se trata de una clase poco numerosa se puede realizar con todos os chicos a la vez este concurso.

Se da la señal de comienzo y los muchachos deben conseguir tocar la marca de las tizas con los pies (al menos con los dedos). El que más aguanta en la posición es el vencedor; así de sencillo.

También se puede añadir una cuarta (con mano) a la medida de la longitud (atura) del niño, si estamos en una clase con niños muy elásticos. Y, también se pueden añadir dificultades cuando se encuentran algunos niños muy resistentes. Por ejemplo, a veces obligamos a hacer el primer grupo de ‘kokumin tai yu’ a diferentes velocidades para añadir un nuevo elemento de dificultad (mangas rojas y/o amarillas) o ejercicios de cerrar y abrir puños con brazos extendidos en diferentes posiciones, para endurecer la prueba (mangas azules).

En este juego, realizado ya en la clase de mangas verdes y rojas de Parla el campeón ha resultado ser Raúl López Ortega.


OTRAS CONSIDERACIONE S Y REFLEXIONES

Todavía recuerdo el día en que apareció en una de mis clases de yudo una mamá con un niño de seis años cuya cara me parecía extrañamente familiar. También la mamá me recordaba vagamente a alguien. Resultó ser una alumna que había tenido cuando impartía clases de nuestro noble deporte en el Liceo Nuestra Señora del Rosario de Torrejón de Ardoz. Llegaba a otro colegio de la misma localidad, con su hijo de la mano, para que su retoño se incorporara a nuestra disciplina. Fue un momento fabuloso; tenía la oportunidad de reanudar la formación de una persona, en los principios del yudo, a través de su hijo.

Además de constatar que uno va cumpliendo años, aquel suceso me llenó de orgullo. Ya no era sólo que un yudoca recordara a su profesor con romanticismo, sino que rebuscaba para que enseñara yudo a su hijo como lo había hecho con su propia persona. Estos detalles van llenando a uno de cierta sensación de plenitud, de un tufo a sentir que algo estamos haciendo con nuestra vida por esta sociedad, por los nuestros… por nosotros mismos. Nos vamos haciendo viejos sin duda.

Durante este curso nos hemos encontrado con otro particular asunto que nos ha movido a reflexionar, a sentirnos muy responsables y, a la vez, muy orgullosos. En nuestra clase de chiqui-yudo de las escuelas Municipales de la Delegación de Deportes del Ayuntamiento de Parla tenemos dos nuevas alumnas con una singularidad. Se trata de dos preciosas niñas de cuatro años cada una que son las hijas de dos compañeras, ambas profesoras de otras escuelas municipales de la mencionada Delegación de Deportes. Que dos personas cualificadas y expertas en el mundo del deporte, que, además, cuentan con larga experiencia en la docencia, decidan que sus hijas pasen a practicar yudo con uno, es un honor, es motivo de orgullo y, sobre todo, crea una gran responsabilidad.

Además, queremos aprovechar para mostrar otro detalle del que también nos sentimos muy orgullosos. Resulta que nuestro grupo de chiqui-yudo está a tope y, encima tiene lista de espera. Pero es que resulta que el curso pasado también tuvimos el grupo completo y una pequeña lista de espera (menor a la que tenemos en estos momentos). Y, para colmo, queremos recordar que de los niños del grupo de chiqui-yudo del año pasado, ninguno se ha dado de baja. Algunos siguen siendo mangas naranjas y continúan en el grupo de ‘chiqui-yudocas’ y otros han cumplido siete años y han pasado a uno de los dos grupos que tenemos con mangas verdes.

Sólo tenemos una pequeña pega e las clases de nuestras escuelas municipales de Parla. Se trata de la atracción que han ejercido nuestras clases de yudo total de martes y jueves sobre las de lunes, miércoles y viernes. Se ha producido un movimiento bascular de trasvase de yudocas que ha fortalecido extraordinariamente el grupo de martes y jueves y nos a dejado mermado el de lunes, miércoles y viernes. Parece que detrás de esta circunstancia está la creciente demanda de actividades de dos hora semanales (dos días a la semana). Incluso algunos niños de nuestras clases de tres días por semana han optado, este curso, por matricularse en los grupos de martes jueves. A eso hay que sumar el deseo creciente de contar con la tarde de los viernes como una tarde más de solaz y esparcimiento, como lo pueda ser la de los sábados. Bueno, el yudo es ceder para vencer, así es que ya estaos ideando estrategias para adaptarnos a estas circunstancias sin que se desequilibren nuestros grupos.