Nos quedamos con la miel en los labios. Nuestros infantiles estuvieron valientes y aguerridos, pero faltó un poco de fortuna para culminada su buena actuación con alguna recompensa en forma de presea. Claro que a nosotros no nos importa demasiado eso, aunque nos entristece que algunos hayan salido un ‘pelín’ disgustados del pabellón Europa de Leganés esta tarde de sábado.
Pero vamos por el principio, porque tenemos que dar un tirón de orejas (con mucho cariño, pero también con energía). Para empezar, no entendemos lo que nos ha pasado con el pesaje. Un muchacho se sube a la báscula y se pasa casi tres kilogramos del máximo de la categoría en que dijo a su profesor que le inscribiera. Sobra decir que se hubo de marchar cariacontecido sin poder concursar. Así son estas cosas (poco ‘yu’ me dirán Uds. y yo estoy de acuerdo pero no puedo hacer nada). Luego llegan dos de nuestros ligeros y nos llevamos la sorpresa mayúscula. Ninguno llegaba al peso en que solicitaron ser inscritos. Es decir que pesaban 41,5 Kg. cuando estaban inscritos en la categoría de más de 42 Kg. y hasta 46 Kg. La solución era sencilla pero, desde luego, sólo la tomamos por que no se marcharan a casa otros dos yudocas nuestros sin concursar. Ambos infantiles debieron beberse medio litro de agua, pesarse y… visitar varias veces el urinario.
A todo esto hay que añadir que uno de los infantiles inscritos no se presentó en el pabellón, ni dio señales de vida. Aún no sabemos si se encuentra bien, si ha tenido algún impedimento para acudir a su cita con el resto de compañeros, si le ha tocado la lotería y se ha ido a Cancún a celebrarlo… A ver si nos enteramos la próxima semana.
Ahora viene la anécdota más ‘gorda’. Estuvimos toda esta semana recordando si cada cual tenía su yudogui blanco y azul como exigía la federación para esta convocatoria. El profesor llegó a prestar tres de sus yudoguis (dos azules y uno blanco). Pues bien, con todo resuelto, resulta que va uno de los infatiles a los que el ‘profe’ ha prestado un yudogui azul y se presenta sin el blanco… Queridos yudocas; ¡a ver si espabilamos!
Hablando de lo deportivo
Con las cosas de esta guisa podía parecer que la cosa presagiaba una tarde gris y poca propicia para los de nuestra escuela. Pronto le llegó el turno a Carlos Mingorance, un yudoca infantil que viene a entrenar con nosotros, desde Pinto, y que se incorporó a principios de octubre. En apenas cinco segundos marcó un soberbio ipón de seoe-nague. Luego le llegó el turno a Víctor M. Pérez Ramos y también marcó un fenomenal ipón de o-gosi. Parecía que las cosas se arreglaban.
El turno le llegó a Francisco Hidago que se las vio con un yudoca muy combativo y más experto que él. Paco lo hizo de maravilla, pero había diferencia de tamaño y envergadura. Demasiados problemas que Paco no pudo resolver pese a mostrar mucho arrojo. Además, hay que decir que Paco ha retomado el participar en este tipo de encuentros y lo ha hecho por decisión propia. Le felicitamos por todo ello y le recomendamos algo de paciencia. Luego, paco entró en repesca y aplicó un buen trabajo de ne-uasa consiguiendo inmovilizar a su rival y ganar por ipón. En el siguiente encuentro de la repesca no pudo con su adversario y acabó en novena posición (lo que no es ninguna deshonra en todo un ‘ranking’ de carácter autonómico).
Todos nuestros yudocas entraron en repesca cuando, de repente, como aquejados por un mal fario, empezaron a caer frente a rivales más poderosos. Se ve que estamos a principio de temporada y empezaba a pesar la falta de entrenamiento (normal). Pero ekl resultar todos repescados constaba que no caían ante cualquiera y que estaban a buen nivel. Luego, una vez en la repesca, volvimos a acusar algo de ausencia de fortuna. José Manuel Sieiro notó la falta de peso y cayó por ipón ante un fenomenal barrido de su oponente. Carlos Mingorance, muy cansado, disputó mucho su último encuentro de repica y acabó desfalleciendo. Víctor Pérez también estuvo muy combativo en su final de repesca y tuvo muchas opciones (hasta se puso en ventaja), pero su falta de experiencia la aprovechó su ponente, muy vivo y con gran eficacia. Finalmente, Adrián Rodrigo también estuvo resuelto y combativo. No le bastó pues el sorteo le enfrentó a los mejores y acabó séptimo.
Finalmente, decir que Víctor Irala estuvo muy bien y tuvo grandes opciones, sobre todo con su fenomenal trabajo de ne-uasa (se está convirtiendo en todo un especialista). Lo malo fue que se enfrentó a chicos rápidos y todos especialistas en seoe-nague de rodillas. Víctor, en ese sentido no cuenta con tanta experiencia y se ‘comió’ varios de estos movimientos. Pese a todo estuvo entre los mejores y se quedó a un paso de las medallas.
En definitiva, nuestros infantiles volvieron con tres quintos puestos, un séptimo y dos novenos. Esto garantiza que tengamos un espléndido futuro por delante. No acabamos más que empezar a entrenar y podemos presumir que mejoraremos mucho de aquí a que empiecen las fases clasificatorias para el Campeonato de Madrid. Para entonces podemos tener a un florido ramillete de bravos yudocas muy bien preparados y con opciones a llevarse muchas alegrías. Ánimos y a seguir entrenando que lo estáis haciendo de maravilla.
RESULTADOS:
- De 42 a 46 Kg.
Carlos Mingorance (5º puesto)
José Manuel Sieiro (5º puesto)
Víctor Irala ((7º puesto)
- De 50 a 55 Kg.
Francisco Hidalgo (9º puesto)
- De 55 a 60 Kg.
Víctor M. Pérez (5º puesto)
- Más de 66 Kg.
Adrián Rodrigo (9º puesto)
Mañana… ¡más y mejor!
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