Estamos muy orgullosos de cómo han arrancado las clases de yudo de nuestra Asociación. En Parla, en estos momentos, en las listas figuran 97 yudocas de todas las edades. Por supuesto, el motor sigue siendo el Chiqui-yudo que vuelve a contar con lista de espera. Lo que no sabemos es lo que ha pasado en la oficina del Colegio San Ramón (sede de la Delegación de Deportes del Ayuntamiento de Parla). Hay alguien que no se entera o que no se quiere enterar, que ya es peor. Ya desde el año pasado habíamos dicho que el cupo para chiqui-yudo era de 24 plazas y sólo han ofertado 20 (a piñón fijo, que se dice). Pero lo sorprendente es que en la siguiente clase (la de mangas verdes, rojas y amarillas) han inscrito a 24 niños; o sea, justo al revés. Vamos a ver si ponen un poquito más de celo y conseguimos acoger a los niños que se han quedado sin la actividad antes de que los papás opten por otras actividades para que sus hijos estén ocupados. No creemos que una de esas actividades sea el chiqui-karate, que se ha quedado sin lista de espera (ni siquiera cubre los veinte inscritos) pese al enraizamiento con que cuenta este deporte en Parla.
Del karate ya hablaremos si llega el caso, que no tiene desperdicio. De momento, los yudocas a lo nuestro… a buscar el camino de la flexibilidad (¡que no es poco!).
Los yudoguis
De verdad que no tenemos nada contra almacenes como Decatlon, que visitamos de vez en cuando (muchas más veces, por ejemplo, que El Corte Inglés). Lo que pasa es que velamos por nuestros yudocas. Cuando un padre no es debidamente informado, suele caer en ‘trampas’ y reclamos publicitarios. Los kimonos que se venden en Decatlon como ‘yudoguis’ no son tal. El yudogui debe ser una prenda de algodón 100%, por eso encoge tanto. Además, al tratarse de este tejido tan natural se evitan eczemas, por un lado, y se favorece la transpiración, por otra. Con ello, es el tejido ideal para niños con asma o dificultades respiratorias. Además, el yudogui se agarra y debe de ser una prenda fuerte y no tan liviana como los karateguis (en karate no se agarran, no se tocan). No es la primera vez que en una clase de yudo oímos desgarrarse un karategui. Si tienen problemas para adquirir un yudogui adecuado para sus hijos, consulten con sus profesores. Cualquier profesor compra uno o dos yudoguis para su uso propio, cada año. Están acostumbrados a ir a tiendas especializadas en las que les aplican algún descuento. Seguro que se lo pueden aplicar a sus alumnos como hacemos en nuestra Asociación de Yudocas y Deportistas de Acción Social. Consulten los precios con ellos.
Si ya han adquirido uno de esos karateguis… qué le vamos a hacer. Nuestro consejo es que lo guarden para tener un yudogui de repuesto y que compren uno adecuado. No obstante, los niños pueden ir a la clase con lo que tengan, por supuesto. Otra cosa es que, ya avisamos, que en competiciones oficiales, por ejemplo, no permiten participar con ese tipo de kimonos económicos, como tampoco valen para exámenes o cursos de la Federación. También es momento de avisar, para los niños que prefieren el yudogui azul, que en algunos campeonatos oficiales (sobre todo a partir de benjamines) se exige el yudogui de color blanco.
Del karate ya hablaremos si llega el caso, que no tiene desperdicio. De momento, los yudocas a lo nuestro… a buscar el camino de la flexibilidad (¡que no es poco!).
Los yudoguis
De verdad que no tenemos nada contra almacenes como Decatlon, que visitamos de vez en cuando (muchas más veces, por ejemplo, que El Corte Inglés). Lo que pasa es que velamos por nuestros yudocas. Cuando un padre no es debidamente informado, suele caer en ‘trampas’ y reclamos publicitarios. Los kimonos que se venden en Decatlon como ‘yudoguis’ no son tal. El yudogui debe ser una prenda de algodón 100%, por eso encoge tanto. Además, al tratarse de este tejido tan natural se evitan eczemas, por un lado, y se favorece la transpiración, por otra. Con ello, es el tejido ideal para niños con asma o dificultades respiratorias. Además, el yudogui se agarra y debe de ser una prenda fuerte y no tan liviana como los karateguis (en karate no se agarran, no se tocan). No es la primera vez que en una clase de yudo oímos desgarrarse un karategui. Si tienen problemas para adquirir un yudogui adecuado para sus hijos, consulten con sus profesores. Cualquier profesor compra uno o dos yudoguis para su uso propio, cada año. Están acostumbrados a ir a tiendas especializadas en las que les aplican algún descuento. Seguro que se lo pueden aplicar a sus alumnos como hacemos en nuestra Asociación de Yudocas y Deportistas de Acción Social. Consulten los precios con ellos.
Si ya han adquirido uno de esos karateguis… qué le vamos a hacer. Nuestro consejo es que lo guarden para tener un yudogui de repuesto y que compren uno adecuado. No obstante, los niños pueden ir a la clase con lo que tengan, por supuesto. Otra cosa es que, ya avisamos, que en competiciones oficiales, por ejemplo, no permiten participar con ese tipo de kimonos económicos, como tampoco valen para exámenes o cursos de la Federación. También es momento de avisar, para los niños que prefieren el yudogui azul, que en algunos campeonatos oficiales (sobre todo a partir de benjamines) se exige el yudogui de color blanco.
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