María Abial, Sub-Campeona de Madrid
Yaiza martín y Laura Carriazo, cuartas clasificadas
Nos marchamos del Polideportivo Los Rosales en Móstoles con un regustillo agridulce en la boca. Después de haber disfrutado con el “super-ipón” de María Abial (uchimata estratosférico), nos tuvimos que conformar con que Yaiza Martín y Laura Carriazo se quedaran en el cuarto puesto, sin subir al podio. Además, Andrea no tuvo opciones y Juan Carlos Tomé tuvo un sorteo que podía haber firmado el peor de sus enemigos. En el primer encuentro se las vio con el campeón de la categoría y en el segundo con el tercero. Pese a todo, no somos amigos de las excusas y hemos sacado en claro que tenemos buenos mimbres para hacer mejores cestos del que sacamos de Móstoles… ¡y no fue malo! Ahora, en AYUDAS tenemos una sub-campeona de Madrid y no cualquier club (humilde como el nuestro) puede presumir de ello. Máxime cuando nuestra apuesta no es tanto por la competición como por otros aspectos del deporte mucho más enriquecedores (solidaridad, generosidad, amistad, superación, respeto, educación…).
Empezó la jornada con el habitual desbarajuste que caracteriza a todo cuanto organiza la Federación Madrileña de yudo. Ya nos tienen acostumbrados. Los clubes “grandes” consiguen pasar al área de la competición a varios monitores (hasta cuatro o cinco) y con eso pueden atender con comodidad a sus pupilos. Hablamos de clubes “grandes” y, a veces, no dejan de ser una asociación de varios profesores que dan de alta a una sola entidad y federan a todos sus deportistas por ella. Con ello ahorran algún dinero y luego pretenden mostrarse como una empresa seria.
El caso es que gracias a que en nuestra entidad tenemos a periodistas, por ejemplo, conseguimos flanquear el control de la entrada y atender a nuestras deportistas (aunque no tuvieron ningún problema para “dar su peso”). De esta manera, también supimos (al poder estar en los dos pesajes –el masculino y el femenino-) que alguno de esos “clubes grandes” sigue recurriendo a las trampas para proteger a sus deportistas amparándose en la famosa ley errónea de que los más siempre tienen razón; Y no sólo no la tienen sino que, además, sólo demuestran que son unos tramposos, que lo han sido siempre y que no están dispuestos a dejar de serlo. Un ejemplo: la rival de María Abial en la categoría más baja fue reprendida en la entrega de medallas por los técnicos encargados de llevar estas categorías, por no haber cuidado su peso. No es la primera vez que acude a un campeonato, ni tampoco la primera vez que recibe la ayuda de dejarla pasar con unos “gramillos” de más. Claro que se trata de una muchacha que resulta muy efectiva en competición y que ya ha conseguido algunos trofeos importantes. Pero, tal vez por eso mismo, habría que pedirla más rigor en su comportamiento (a ella y a quienes la amparan). Si tan sobrada está, que participe en el peso que la corresponde. Recordamos aquí que a nuestra yudoca María Villar la dejaron fuera de la prueba en la que se podía haber clasificado para esta Final Autonómica, por sólo 250 gramos. Y luego se preguntan por qué cada vez hay menos muchachos y muchachas de estas edades que se acerquen a nuestro bonito deporte.
MARÍA, SUB-CAMPEONA
En cualquier caso, hay que destacar que todos nuestros representantes en la Final Autonómica estuvieron bastante bien. Empezando por la sub-campeona, María Abial, hay que felicitarnos una vez más por el trabajo que llevamos a cabo en nuestra asociación. Cuando nuestros representantes ganan, lo suelen hacer de forma brillante. Eso es porque cuidamos, por encima de todo, la técnica, antes que la fuerza. Somos unos amantes de los principios del yudo (ceder para vencer, emplear la fuerza del rival en beneficio propio…). Por ello, nuestro objetivo, en especial en estas edades, es la de dedicar un exhaustivo esfuerzo a desarrollar al máximo los principios fundamentales de cada una de las técnicas de yudo. Luego, con deportistas formados, llegará el momento del recurso, de la estrategia, de la picardía... y no antes. Esta es una de nuestras señas de identidad; eso es algo que nos hace tan diferentes al resto de yudocas, o a la mayoría de ellos. La ejecución del uchimata de María sobre una rival que siempre se había mostrado inaccesible a sus esfuerzos viene a probar que cuando se trabaja duro siguiendo la línea que nos hemos trazado y teniendo fe en nuestra idea, más pronto que tarde, los éxitos llegan. Y cuando llegan, llegan para quedarse y no por medio de la casualidad, la oportunidad o la buena suerte.
Nuestros otros cuatro participantes en la Final Autonómica estuvieron muy bien. Y eso que algunos no tuvieron demasiadas opciones frente a sus rivales. Pero es que hay que recordar que los cuatro han nacido en 1990. Eso quiere decir que los cuatro volverán a ser cadetes en la próxima temporada, en la que no tendrán rivales de más edad que ellos. A estas edades, tener un año más que los rivales no deja de ser una ventaja, por lo que animamos a nuestro cuarteto de cadetes a que sigan profundizando en su estudio del yudo y a esforzarse en sus entrenamientos, porque es muy probable que el próximo año recojan el éxito que en esta ocasión se les ha mostrado esquivo.
YAIZA SE QUEDÓ A UN PASO DE LA MEDALLA
Yaiza, por ejemplo, planteó sus encuentros muy bien. Pero dos simples errores le costaron quedar apeada de los puestos de honor, después de haber tenido un sorteo poco favorable. En su categoría se las vio con muchachas de más peso que ella, lo que la ponía en la tesitura de no cometer el más mínimo error. Lamentablemente, son edades en que esa es una tarea demasiado pesada, cuando de lo que se trata es de experimentar y seguir creciendo como yudocas. Pese a que Yaiza ya había quedado medalla de bronce el año pasado, hay que pensar que su cuarto puesto fue más que meritorio y toda una garantía para seguir trabajando con el argumento de volver a meterse el próximo año en la Final Autonómica, para ir a ganarla.
LAURA TAMBIÉN FUE CUARTA
Qué lástima que Laura no confíe más en sus posibilidades. Se quedó cuarta y sin medalla, cuando apenas disputó ningún encuentro, salvo el último. No se puede acudir a una competición tras otra sin atacar, sin arriesgar. Pero, para eso, hay que trabajar un poco más en los entrenamientos. Nos queda todo un año para conseguir que Laura se espabile un poco y empiece a dar su verdadero nivel. Tiene movimientos de mucho valor, pero si no intenta realizarlos es como si no los tuviera. En el caso de Laura se trata de ponerle más coraje, de momento.
JUAN CARLOS NO PUDO CON LOS MEJORES
A veces no basta con una admirable puesta en forma como la que suele tener Juan Carlos. Se trata de un buen deportista que sale al tatami con muy buena disposición. Pero, no entrena lo suficiente… No es una contradicción. Estamos hablando de un muchacho que practica dos deportes y a veces se diluye. El balonmano (que también practica Juan Carlos) tiene muy poco que ver con el yudo. Es verdad que seguramente en sus partidos de balonmano sacará provecho de sus conocimientos de yudo; pero a la inversa no ocurre lo mismo. Eso se debe a que el yudo es un deporte muchísimo más completo. Por eso nos da mucha pena que Juan Carlos, que iba con mucha ilusión a esta Final Autonómica, no le haya dedicado más tiempo al yudo, porque podía haber sacado mucho más. Pero nos queda el próximo año y esperamos que Juan Carlos haya sacado sus conclusiones. Si quiere seguir sacrificando el salir 15 o 20 minutos a botar una pelota en un partido a nuestras actividades, estará en su derecho. Luego las lamentaciones serán las que sobren. Creemos que puede seguir compaginando ambos deportes. Sólo le invitamos a reflexionar en una serie de cuestiones: con 15 años ya ha participado en una Final Autonómica en la categoría cadete y el próximo año volverá a ser cadete; actualmente va a pasar a cinturón marrón y puede optar al cinturón negro el próximo curso; en el balonmano el éxito y el fracaso depende de un grupo, casi al ciento por cien, mientras que en el yudo el esfuerzo individual es casi el ciento por cien de la clave del éxito.
ANDREA ABAD. METERSE EN UNA FINAL AUTONÓMICA CON CINTURÓN NARANJA
No se le puede pedir más a Andrea Abad por su participación en esta Final Autonómica de yudo cuando hace sólo cinco meses no pensaba ni en practicar este deporte. Quizás haya descuidado en las últimas semanas su preparación. Al principio, cuando comenzaba sus primeros pasos en el yudo su entrega era digna de todo encomio. No es que ahora sea mala, pero debería haberse planteado seguir en la misma línea ante el reto de medirse con las mejores de su categoría. En todo caso, también será cadete el próximo año y, probablemente, tenga menos problemas con su peso, por lo que desde aquí también animamos a Andrea a que siga entrenando duro, pues puede conseguir grandes hitos en este deporte.
9.5.05
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