Lo importante de toda concentración de personas –sea ésta en forma de congreso, curso, simposio, debate…- es precisamente eso: las personas. Decir que una asamblea o un curso no fue interesante vale tanto como decir que las personas no interesaron a quien así enjuicia. Vistas así las cosas habría que añadir que incluso de personas anodinas o de poco relieve, se puede (se debe) aprender, si es que uno quiere llegar al final de sus días con sensación de “haber estado aquí para algo”.
Dicen que cuando esto que llamamos “vida” se acaba, lo importante es saber contestar a la única pregunta que, según Tagore, nos hará a cada ser humano el “Creador” de este lío que llamamos Universo:
¿Dónde tienen las vacas las orejas… detrás, delante o debajo de los cuernos?
Los que respondan bien, dice Tagore que irán a un lugar al que solemos referirnos como “Paraíso”; y los que no…
En todo caso, la reflexión quizás sea la de vivir observando lo que le rodea a uno sacando algún provecho de ello. No todos tenemos la suerte de convivir con inventores (del yudo, o del karate, por ejemplo), ni con grandes campeones que jamás fueron vencidos salvo por árbitros despiadados, ni con gente influyente en su entorno y en el de los demás. Pero, incluso los que no tenemos esa suerte, estamos a veces dispuestos a aprender de los demás.
Sirva este preámbulo para decir que el pasado fin de semana, un grupo de amigos de Madrid, se desplazó a Valencia para participar en el curso y posterior gala de lo que se llama “Hall of fame”, del Internacional Scholl of Martial Arts. La experiencia resultó enriquecedora, así como el contacto con artistas marciales y deportistas de muchos puntos de España e incluso del extranjero. Especial mención merece el maestro francés Jacques Levinet, con su método eminentemente práctico de defensa personal. También destacó la aportación del resto de maestros que completaban el cartel: Pedro Rodríguez Dabauza, Antonio Montes y Justo Diéguez.
El curso se impartió el sábado 22 de octubre en el Polideportivo Pechina (Antiguo Matadero) de la valenciana calle Pérez Galdós. A lo largo de unas dos horasy media se fueron sucediendo las demostraciones y explicaciones. Comenzó Rodríguez Dabauza con algunas series de combinaciones. Le siguió el maestro de tae-kuon-do Antonio Montes, que defendió el aspecto más tradicional de su especialidad frente a la preponderancia del mundo de la competición. Posteriormente le llegó el turno al maestro Levinet, cerrando la ronda de intervenciones el maestro Justo Dieguez.
Por la noche, en el Hotel ABBA, se entregaron diferentes distinciones entre los asistentes. Los madrileños desplazados hasta Valencia, para participar en este evento fueron: José Luis de Antonio con su alumno Lorenzo, Manuel Rojas, David Moronta (profesor de Parla), Javier Alumbreras y el profesor Wladi.
29.10.05
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