Me encuentro con mucho tiempo; unas 24 horas al día. Me encuentro con mucho tiempo, pero con pocos ánimos. Pero también es cierto que había prometido contar algunas anécdotas sobre el gran maestro Antón Geesink, recientemente fallecido en Utrecht (Holanda). Creo que ya han pasado unos días desde que conocí la triste noticia y es hora de soltar lo que se lleva dentro, siquiera sea por el mero truco de sentirse mejor. Ahí va esa catarsis, que aprovecho para rendir mi humilde homenaje a Antón.
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