23.1.06

'Ranking' Autonómico. Cadetes masculinos

Buen tono general de nuestros cadetes

Llegó el turno de los cadetes. Madrugamos y estuvimos a eso de las 8:15 en las instalaciones del CSD para que se pesaran Ricardo González, Adrián Berzal y Asier Pérez. David Lasarte no se presentó en el lugar en que nos habíamos citado los que nos desplazábamos desde Torrejón de Ardoz. En cuanto cumplimos con el trámite del pesaje y del control de documentación nos trasladamos al pabellón en que se iba a disputar la competición. Asier organizó el calentamiento de sus compañeros y pronto entramos en acción.

Ricardo y Adrián estuvieron bien pero perdieron ambos en el primer encuentro. Ricardo, quizás tuvo más opciones que su compañero Adrián de clasificarse, pero ambos fueron derrotados y, sin embargo, sólo Adrián se repescó. Pero Adrián pagó caro el ser novato en la categoría y tampoco salió bien librado de su segundo encuentro. En todo caso, ambos son buenos yudocas que tienen que entender la cita como una nueva ocasión para seguir aprendiendo.

Asier, por su parte, estuvo excepcional en una categoría extremamente competida y con mucho nivel. Su primer combate, cuando empezaba a complicársele, lo acabó por la vía rápida con un soberbio ipón en movimiento de contraataque. Después en el siguiente encuentro –épico encuentro- se vació ante un duro rival. Fue un combate (y no nos gusta usar este término, pero en este caso sí que lo fue) de los que hacen afición. La dura resistencia de su rival era continuamente asaltada por Asier, que enseguida se despistó y fue a remolque en todo el encuentro. Asier hizo un terrible esfuerzo y parecía que, en cualquier momento, iba a remontar el resultado adverso. Su rival empezaba a ser minado en su resistencia, de tal manera que tuvo que ser asistido en una ocasión por el médico (sólo estaba agotado). Tanto fue así, que tras ganar a Asier, el muchacho pudo oponer muy poca resistencia más en sus siguientes encuentros de forma tal que no consiguió ganar en la repesca en la que había entrado. Sólo se le puede felicitar a un yudoca cuando hace un combate como el que hizo Asier. En esos casos, la derrota sabe a triunfo; son de las que hacen crecer a un hombre, a un deportista. Lástima que el sorteo emparejara a Asier con su duro rival en el segundo encuentro; de otro modo, creemos que podría haber llegado lejos en este ‘Ranking’.

Sergio sigue sorprendiendo

El caso de Sergio sigue siendo sorprendente. Sabemos qu3e empezó a practicar yudo la temporada pasada en su instituto, enganchado a lo que se ha denominado en la Comunidad Autónoma de Madrid como ‘Campeonatos Escolares’. Enseguida, empezó a aceptar invitaciones de nuestros alumnos de las escuelas municipales de Parla (compañeros suyos de instituto). Tanto fue así que se convirtió en asiduo de nuestros entrenamientos para invitados y decidió, finalmente, apuntarse, este curso, como un alumno más de nuestra escuela municipal de yudo. Ya deslumbró en sus participaciones anteriores contra rivales mucho más experimentados en campeonatos por equipos y en la Liga Juvenil. Ahora, ha resultado todo un yudoca (pese a lo poco que lleva entre nosotros). Su primer encuentro se saldó con un ipón de contra a las primeras de cambio. El segundo fue de más mérito, pues su rival, pese a ser más joven que él, es todo un consumado competidor. Pese a ir perdiendo con él acabó marcando uno de los ipones más espectaculares de la mañana. Luego, con el que quedó campeón en su peso, hizo lo que pudo para acabar perdiendo. Era uno de los pocos cinturones negros de la competición.
Ya en repesca, tuvo otro de esos combates épicos en los que, incluso sin ganar, hay algo de triunfo. De hecho, los árbitros acabaron reconociendo que habían cometido un error. El error que le costó a Sergio no poder pasar a disputar la final de repesca y optar a quedar tercer clasificado. Remontó un 'uasari' que le marcó su duro rival marcando otro él. Después, tras acometer una interminable serie de ataques hasta el borde de la extenuación acabó realizando un a contra sobre un movimiento de su rival. Parecía claro que estaba ganado el combate. Tanto fue así que Sergio encadenó en 'ne-uasa' para apurar el poco tiempo que quedaba. Al levantarse del suelo vino la sorpresa. Al marcador aún no había subido la ventaja y un árbitro empezaba a indicar que era de su rival. El árbitro central lo tenía clarísimo, pero el otro juez de esquina (el más alejado de la acción) estuvo de acuerdo en que no había sido contra sino que prevalecía el ataque. No hubo tiempo para nada pues sólo quedaban tres segundos. Lo que ocurre es que el encuentro lo grabaron los pares de Asier. Así es que nos callamos la boca muy compungidos y nos reunimos en un lado para observar el vídeo y ver si nuestra parcialidad nos había impedido juzgar correctamente. Pero se demostró que los árbitros habían cometido un error.


Cuando los árbitros se equivocan

Conviene aprovechar este episodio que le costó un encuentro importante a Sergio Martín para analizar este tipo de cuestiones. Para empezar, el reglamento de arbitraje de yudo es uno de los más complicados de todos los que existen en deporte. En segundo lugar, todos los árbitros son yudocas (mínimo cinturones negros) y para arbitrar se les exige una serie de cursos y reciclajes técnicos. Además, el yudo es un deporte que para ser juzgado hay que aplicar criterios subjetivos (los árbitros tienen que interpretar, por ejemplo, si cada yudoca en liza aplica intencionalidad a sus técnicas). Dicho todo esto, hay que añadir que este deporte es originario de Japón, país muy respetuosos con sus tradiciones, motivo por el que deportes como el yudo es difícil que evolucionen rápidamente (sobre todo en temas como el arbitraje).
Dicho todo esto aún hay que decir que la derrota de Sergio, pasado el primer momento de fastidio y decepción, se aceptó como un avatar más del juego. En toda confrontación deportiva siempre hay mucho de azar y de juego... ¡y hay que aceptarlo! Ya no es sólo que los árbitros tiene derecho también a equivocarse, es que hay que aceptar ese margen en que las cosas no son como debieran porque nada en el deporte es ciencia exacata.
Lo que no vamos a hacer, por educados, es no manifestar nuestra protesta y pasar por tontos. En esta sociedad, si no se reclama algo es que no se tiene razón y punto. Hicimos ver varias veces la grabación al responsable de arbitraje que estuvo caballeroso y muy juicioso. Sin dejar de defender a los árbitros, como es su obligación -tampoco había ninguna falta, pues nuestra reclamación jamás fue contra la labor de los árbitros sino contra un error puntual- acabó reconociendo que estaba bastante claro que el movimiento era de Sergio y que le habían birlado su ventaja; ventaja con la que hubiera pasado a la final de repica a disputar el bronce. Pero, en todo caso, para un debutante en competición oficial individual es suficiente premio lo que hizo. Así es que sólo queda animar a Sergio a seguir con su imparable progresión para que cuando lleguen las fases zonal y comarcal (del Campeonato Autonómico) deje constancia de su yudo de manera definitiva.

Raúl y Javier Galindo

Poco o nada se les exigía a Raúl Abial y a Javier Galindo por diferentes motivos. Raúl Abial concursaba en la categoría de los más ligeros. ¡Qué remedio! Con sus escuetos 40 Kg. participaba en la categoría de ligeros en la que entran yudocas `por debajo de los 50 Kg. Nada menos que 10 kilogramos más podían pesar los rivales de Raúl. Con tal desproporción bastante hizo el valiente yudoca, que llegó a repescarse y a tener en jaque a rivales mucho más corpulentos.
Otro tanto le ocurría a Francisco Javier Galindo. Nuestro peso pesado, en realidad era el más ligero en su categoría. Con sus 86 kilogramos compitió con rivales de más peso (quizás de 15 kilos más). Pero en el caso de Galindo hay que destacar que para él, el simple hecho de hacerse presentado a la que fue su primera competición oficial ya fue todo un ejemplo de superación. Javier tiene el problema de que tiene que quitarse su aparato de la oreja para poder practicar yudo; el aparato que le permite paliar un poquito su sordera. En esas condiciones, en el primer año de cadete y si el nivel (cinturón) mínimo ya se hace bastante con saltar al tatami a medirse con rivales mucho más experimentados, corpulentos y mayores. Pero siempre tiene que haber un comienzo y Javier ya ha dado el primer paso. Seguro que el próximo año lo hará mucho mejor cuando madure un poco, coja experiencia y asiente su yudo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario