Comenzó el Super-Campamento multideportes de Parla hoy lunes
día 2 de julio. Se recibió a los 150 niños participantes en la entrada del
Polideportivo Castillejos donde se fueron agrupando según lo previsto en seis
grupos por edades afines. Mientras seis monitores y técnicos deportivos íbamos
aunando, cada uno a su grupo, el coordinador Alberto Álvarez reunía a los
padres para explicarles el funcionamiento del campamento.
En lo que al yudo se refiere, el primer grupo en tomar
contacto con este deporte lo componían 22 muchachos de 11 o 12 años de los que
veinte no tenían noción alguna de nuestro deporte. De este modo, a lo largo de
dos horas se les pudo ir instruyendo en nuestra peculiar escuela en la que, por
ejemplo, contamos en japonés.
La sesión exigió toda la profesionalidad de quien esto
suscribe dada la peculiar idiosincrasia de los jóvenes de hoy en día (y de
todas las épocas). Se constata que una sesión de dos horas es difícil de llevar
con jóvenes que no brillan especialmente por su paciencia. Pese a todo,
aprovechando su espontaneidad se pudo trabajar bastante bien, salvando honrosas
excepciones. Por ejemplo, una niña no puede hacer volteretas porque le sangra
la nariz. Otra sufría terribles dolores de codo en el calentamiento que le
inhabilitaron para toda práctica a lo largo del resto de la sesión.
Por otra parte, se constata que, pese a los tiempos que
corren, el contacto físico sigue siendo una carencia en nuestros muchachos y
muchachas de estas edades. Siempre hay sonrisas y rechazos cuando se explica tate-sio-gatame
o cualquier otra forma de inmovilización. También fue imposible separar a las
tres únicas muchachas del grupo que practicará yudo estos tres primeros días de
campamento.
Pese a todo, se puede decir que el objetivo se ha cumplido
con creces en esta primera sesión en que se han explicado algunas normas básicas
de funcionamiento y del propio yudo. Fue complicado explicar que cuando se les
sentaba al profesor era para explicar algo y que, por tanto, se necesitaba un
poco de silencio sino ya de atención. Pero también hay que decir que la gran
mayoría de los que componen este grupo se esforzaron por atender mientras unos
pocos de sus compañeros seguían a su bola (por usar un lenguaje próximo al de
los chavales).
No habrá fotos en estos esporádicos comentarios de la marcha
del campamento y también evitaremos dar nombres para preservar la sagrada
intimidad de los participantes, todos menores de edad, por ende. No obstante,
por mantener vivo este YUDIARIO y dar algo de información de nuestros avances
en este nuevo proyecto, iremos incluyendo alguna que otra crónica para quienes
tengan el gusto y el tiempo de seguir con sus lecturas la marcha de nuestro colectivo
en estos días de verano. Todo sea por el yudo.
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