Haciendo las américas...
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Wladi, Miguel Ángel y Paco en el Congreso Mundial WKF |
No todos los días se cruza el charco, que se suele decir. No
todos los días se visita un país como Canadá y menos para participar en un gran
evento como el Congreso mundial de una Federación internacional como la World Kobudo.
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El equipo español al completo |
El pasado jueves 15 de mayo, día de San Isidro, se daban
cita en el Aeropuerto Adolfo Suárez de Barajas dos deportistas del club, el
profesor Wladi Martín y el primer kyu Miguel Ángel Moreno, con el presidente de
la Federación Española
de Ju-Jitsu (FEJJTEM), Francisco Andrés Silvestre. Eran las tres y media de la
madrugada.
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Emotivo momento de entrega de placa FEJJTEM al presidente de W.K.F Hanshi John Therien |
Allí coincidieron con otros dos deportistas españoles también
de la FEJJTEM,
como los tres anteriores, procedentes de Puertollano. Se trataba de Alejandro Tena y Martín Moreno,
quienes a la postre darían una gran alegría al conseguir el bronce en el
concurso de dúo kata.
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Alex y Martín trajeron el bronce para España |
El viaje fue,
como puede comprenderse, largo y lleno de anécdotas. Se hubo de hacer escala en
Frankfurt donde el grupo se reunió con el también español, Roberto de Juan,
presidente de World Kobudo España, procedente de Barcelona.
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Roberto, Wladi y Miguel Ángel |
Desde allí, aún
quedaba otro viaje, cruzando el charco, hasta Ottawa, donde surgió una simpática
anécdota que protagonizó Miguel Ángel. Tras creer que había pasado el férreo
control aduanero y por cosas de los idiomas, mientras esperábamos a dos de los
integrantes de nuestra expedición, cuatro policías salieron del recinto de
seguridad y volvieron a llevarse al sorprendido Miguel Ángel. Parece ser que le
habían invitado a permanecer en una fila para ultimar alguna comprobación y
nuestro deportista entendió que podía marcharse. Llegaron a explicarle que no
le iban a llevar detenido pero que había cometido una grave irregularidad. Todo
quedó aclarado poco después y pudimos marcharnos a la busca del maestro Norm
Beauchamp que se había tomado la molestia de acudir al aeropuerto a recogernos
para desplazarnos hasta el Hotel Hilton en que nos hospedaríamos y disfrutaríamos
del Congreso. En el trayecto comprobamos que también en Canadá hay atascos.
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Panorámica del Hilton Lac Leamy |
Congreso Mundial de la World Kobudo Federation
El viernes día 16 fue el primer día de congreso, todavía
con poca asistencia y ya había más de mil participantes. Durante cuatro horas,
cerca de medio centenar de maestros internacionales fueron rotando por veinte
tatamis diferentes. Imposible asistir a todo lo que se quería. Para colmo,
Miguel Ángel, legaba tocado con una inoportuna rotura fibrilar producida horas
antes de tomar el avión; todo un fastidio. Pese a todo, asistimos a clases de
goshindo, de canryu, de aikido, de BJJ… Nos volvió a gustar mucho Alain Sailly
al que ya teníamos el gusto de conocer. Nos encantó el maestro Sebastian
Damhaut de Bégica. Por cierto, que a Miguel Ángel le cupo el gran honor de ser
su uke en la primera clase a la que asistimos con él. Como estábamos tan
enfrascados en las técnicas que nos explicaba olvidamos tomar alguna foto. De
manera que cuando le pedimos que posaran para inmortalizar tal hecho, Sebastian
decidió hacer sufrir un poco a su uke español. Ahí os dejamos la simpática
imagen de recuerdo.
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Miguel Ángel fue el uke del belga Sebastian Damhaut |
Por la tarde
fuimos invitados a una simpática “beer & pizza party”, aunque, todo hay que
decirlo, con la tralla que llevábamos, alguno se quedó con hambre.
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Hasta en los jardines del hotel se celebró alguna clase |
El sábado 17 seguía el mismo ritmo de trabajo. Pero,
además, pudimos asistir a los exámenes de pase de grado de la organización que
nos parecieron interesantes por el clima de seriedad y la gran exigencia a que
se somete a los candidatos.
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Participantes eligiendo tatami y maestro |
También tuvimos
ocasión de presenciar una serie de entrenamientos con niños de la localidad
para promocionar las artes marciales. Varios tatamis con diferentes tatamis se
dedicaron a hacer disfrutar a los muchachos a los que se regalaba una camiseta
y se permitía acceder con ropa deportiva. Hubo presencia de televisión y gran
despliegue de medios lo que nos dio un poquito de envidia. El ambiente
fenomenal.
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Fenomenal ambiente |
Por la tarde se
realizó una gala de exhibiciones de todo tipo, alguna de ellas de muchísimo mérito
y la mayoría muy vistosas. Tomamos nota de varias ideas para sucesivos
compromisos.
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El maestro Georges Serei a sus 93 años todo un ejemplo |
El domingo 18, con las fuerzas ya limitadas por el
esfuerzo asistimos a la última sesión de trabajo, cada vez con más presencia de
participantes de muchas procedencias. Destacaba el numeroso grupo de Noruegos
deslazados hasta Canadá, coincidiendo con franceses, austríacos, belgas,
mejicanos, estadounidenses…
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Wladi practica con Miguel Ángel |
Por la tarde
presenciamos una interesante velada de Kick Boxing; de todo se aprende. Y sin
solución de continuidad, nada más finalizar, el maestro Jacques Beaudry, nos
recogió en su coche para desplazarnos hasta su club, el St. Jean de Bosco de
Hull, cruzando el río Ottawa, en la zona francófona, concretamente en Gatineau.
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Los tres madrileños en el doyo quebequés |
Lunes 19. Se puede decir que fue nuestro primer
día de descanso que aprovechamos para hacer algo de turismo. Y era, para más
señas el Día de la
Fiesta Nacional… qué casualidad.
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Multitudinaria clase de yoga al aire libre |
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Wladi en la clase de yoga al aire libre |
Ya conocíamos
la zona del “market” donde alguna noche nos habíamos escapado a tomar algún
refresco para paliar nuestras fatigas. Pero, aún no conocíamos nada como quine
dice. De manera que, entre eso y que no encontrábamos taxi en la zona
residencial en que nos encontrábamos, nos machacamos a pata los cinco o seis
kilómetros hasta el “down town”. En ese momento descubrimos literalmente la
maravillosa ciudad que se abría ante nosotros. Impresionante el simple hecho de
cruzar andando el puente Alexandra.
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Vista de Ottawa desde el puente Alexandra |
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Alexandra bridge |
Tanto nos gustó
la experiencia que a partir de ese día, todos los demás, hasta nuestro retorno,
hicimos el mismo paseo. Luego a la vuelta, tomar un taxi nos dio la oportunidad
de charlar con gentes del lugar. La mayoría de los taxistas eran inmigrantes de
muy diversas procedencias. Charlamos con un serbio, un marroquí, un nigeriano,
un libanés… hasta con un canadiense de pura cepa que se autoproclamaba un “pájaro
raro”. Nos dieron una visión muy alejada de lo convencional de ese gran país
que es Canadá, en el que también existe mucho clasismo, por decirlo finamente. Nos
impresionó la anécdota del taxista que se quejó a una pareja de policías. Dos
jovencitas acababan de estacionar su impresionante Porsche dando un golpe a otro
taxi y dejándolo en zona prohibida. El pobre, lejos de encontrar que se
recriminara a las guapas jóvenes consiguió ser “emplumado” él mismo. A las
chicas, nadie las dirigió siquiera la palabra y eso que estaban presenciando
todo en una terraza próximo. Otro taxista que había presenciado todo, nos
explicó que en Canadá un emigrante siempre es un emigrante y si tiene un
problema con un canadiense de piel clara y ojos azules, aunque tenga razón la
pierde. Para que luego digan de España.

Martes 20. Este día fue todo un hito pues a los
maestros Wladi y Paco se les ofreció impartir una clase en el club de yudo en
que se les dio hospedaje. Al principio el ambiente, como puede suponerse, era
frío. Pero, con su habitual talento, ambos se hicieron con el grupo y acabó
gustando lo que mostraron. Tanto fue así que el jueves siguiente asistieron
muchos más yudocas.
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Aspecto del Saint Jean Bosco club |
A parte del
compromiso y dado que se pasaban muchas horas en un doyo, los tres españoles,
Miguel Ángel, Paco y Wladi aprovecharon para entrenar un poco y dar repaso a
algunas katas.
Miércoles 21. Como volvíamos a tener un día libre
repetimos nuestro paseo hasta el centro de la ciudad y aprovechamos para hacer
algunas compras. Empezábamos a conocer los sitios más interesantes en que
aprovisionarnos de recuerdos para muchos de nuestros amigos españoles. Tan
emocionados estábamos que ese día volvimos también a pata con lo que anduvimos
cerca de 12 o 13 Km.
Creo recordar
que fue ese día en el que coincidimos, a la puerta de la National Gallery
con una menuda mujer colombiana de origen de unos 66 años de edad. Al descubrir
que hablábamos en español se dirigió a nosotros y charlamos más de media hora. Ana,
que así se llamaba no relató su azarosa vida –una vida de película- y nos dio
otra versión, muy pegada a la realidad, de Canadá. Nos quedó claro que es
tierra de oportunidades si se llega joven, cualificado, sabiendo inglés y… sin
novia.
Jueves 22. Como queda dicho, teníamos una nueva
oportunidad de lucirnos en el Club de
judo Saint-Jean Bosco de Hull. No defraudamos porque pusimos toda la carne
en el asador. Esta vez, tras unas breves palabras de introducción en inglés y
francés, por parte de Wladi, comenzó Paco con sus explicaciones. Para finalizar
fue el profesor Wladimiro el que enseñó algunas cosillas de encadenamiento
pie-suelo y algunas técnicas, que gustaron mucho, en suelo.
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Paco en acción con Miguel Ángel de uke |
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Wladi explicó algunas técnicas de encadenamiento pie-suelo |
NOS HAN PROMETIDO ENVIAR VIDEO QUE TOMARON EN NUESTRAS CLASES. TAN PRONTO LO TENGAMOS LO PUBLICAREMOS EN ESTE YUDIARIO
Al finalizar,
los lazos de amistad se estrecharon y podemos decir que uno de los fines
primordiales del deporte –que a veces se olvida- se cumplió: hacer amigos a lo
largo y ancho del mundo. Tal fue la receptividad que no descartamos tener
visita de este magnífico grupo de yudocas en un futuro en nuestra propia
ciudad. Se da la circunstancia de que vienen haciendo un largo viaje cada año
en sus más de 50 años de historia. Vimos fotos de sus visitas a Paris y también
a Japón; y se desplazan con niños y adultos.
Viernes 23. Volvimos a tener día libre y
aprovechamos para variar nuestra ruta en busca de acceder al Lago Leamy que habíamos
visto desde el Hilton, pero que nos habíamos quedado con ganas de visitar. Sólo
llegamos hasta las inmediaciones dado que el camino peatonal estaba anegado de
aguas. Hay que precisar que la ciudad de Ottawa tiene carriles bici que también
se usan para practicar futin, pero realmente todo el mundo coge el coche –y menudos
coches- para desplazarse de un lado a otro. Así es que volvimos a lo que ya
conocíamos.
Sábado 24. Fue otro día grandioso y nos llevamos
una magnífica sorpresa. Elm presidente de World Kobudo Federation, el maestro
John Therien acudió en persona a recogernos al club San Juan Bosco y nos dio un
paseo turístico por lugares que no habíamos visto aún de la ciudad de Ottawa y
de la colindante de Gatineau. Después, ya reunidos de nuevo con Roberto de Juan
y con el maestro Norm Beauchamp nos invitó a visitar su magnífico club (uno de
ellos) donde aún nos aguardaba otra sorpresa. A Paco y a Wladi les hizo entrega
de placa de agradecimiento por su colaboración en el recién celebrado Congreso
Mundial.
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Wladi y Paco con sus placas junto a hanshi John Therien |
Después de tan
emotivo momento, Hanshi John Therien nos invitó a comer en un estupendo
restaurante japonés. Fue un magnífico colofón a un viaje en el que hubo
intensas emociones, mucha experiencia positiva y nuevas e interesantes
amistades.
Domingo 25. Por la mañana tuvimos tiempo de acudir
a desayunar al Café Cognac de Gatineau en la
Rue Montcalm donde ya teníamos algo de
amistad con los camareros, que curiosamente nos soltaban las cuatro palabras en
español que sabían. Después, esperamos a uno de nuestros amigos Jean Jacques,
que se había ofrecido a llevarnos hasta el aeropuerto. Mientras llegaba aún
pudimos presenciar un entrenamiento de los yudocas locales que afinaban su
puesta a punto con visitas a inminentes pases de grado. Hasta tuvimos el honor
de que nos consultaran algunas cuestiones técnicas que atendimos encantados.
Cuando llegó
nuestro amigo le advertimos de que nos habían avisado de que se estaba desarrollando
la maratón de la ciudad. No pareció arredrarse. Pero pronto descubrimos que había
calculado mal. Se topó con controles policiales impidiendo el paso hasta en
siete ocasiones. Acabamos de ver algunos rincones desconocidos de las ciudades
colindantes y dimos más vueltas que un trompo. Por fin, parecía haber
encontrado la autopista directa al aeropuerto, pero se equivocó y la cogió en
sentido contrario. Ya andábamos todos un poco nerviosos, pero no dejábamos de
gastar bromas. Menos mal que habíamos calculado salir con mucha antelación. Ya
en el aeropuerto volvimos a coincidir con Roberto y comenzamos a prepararnos
para el largo peregrinaje por los aeropuertos. Primero teníamos que acudir a
Montreal para tomar un avión hasta Frankfurt y desde allí hasta Madrid.
Lunes 26. Por todo lo dicho, unido a la
diferencia de seis horas, se entenderá que la noche del domingo y el propio
lunes lo pasamos entre aviones y aeropuertos. Menos mal que no tuvimos
demasiados problemas de puntualidad, muy al contrario que a la ida.
La llegada a Barajas
fue bastante puntual, pero desplazarse hasta donde entregaban las maletas
facturadas, que llegaran las mismas y volver a encontrar la salida fue todo un
poema. Afortunadamente, nos esperaban familiares que nos desplazaron a nuestras
casas. A Miguel Ángel le llevó su padre a Parla y a los profesores paco y Wladi
les llevó la profesora Cristina a Torrejón de Ardoz.
Como anécdota
final, decir que el profesor Wladi llegó a su casa, deshizo la maleta, se
ducho, enganchó su mochila de faena y se montó en la moto para desplazarse a
Parla a impartir cuatro clases seguidas de yudo. Ni jet lag ni nada de nada. Poca cosa para un yudoca que se precie de
tal.
SEE YOU ON THE TATAMI!!!