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Felicidades David Rubio, Luis Hidalgo y Álvaro Forcén |
El pasado domingo día 5 de julio hemos tenido un examen para
cinturones negros de yudo y pases de grado ("danes" que se dice en japonés). En primer lugar, tenemos que
agradecer a la Federación Madrileña de Yudo el haber incorporado al profesor
Wladi Martín al tribunal de grados de las correspondientes pruebas. De este
manera tuvo ocasión de examinar a dos grandes yudocas como Antonio Domínguez y
Pedro Amalio García. Ambos consiguieron el quinto dan de yudo con un magnífico
examen que sólo venía dar la imagen de lo grandes yudocas que son. Fue todo un
honor.
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Wladi entrega el quinto dan a Pedro Amalio García |
En el Polideportivo Municipal José Caballero teníamos cinco
aspirantes al preciado cinturón negro. Dos de ellos, muy jovencitos, Francisco Javier
Martínez Ovalle -con quince años recién cumplidos- y Javier Moreno; ambos
nacidos en 2000. Los otros tres, David Rubio, Luis Hidalgo y Álvaro Forcén ya
se habían presentado a examen en Villaviciosa en el mes de diciembre de 2014
sin éxito. De ellos, David y Álvaro son nacidos en 1998 y Luis en 1999.
Finalmente, aprobaron su prueba estos tres últimos, consiguiendo dominar sus
muchos nervios y realizando ejercicios de mérito suficiente para demostrar el
nivel mínimo requerido. Tenemos que felicitarles por el curso que llevan de
trabajo y sacrificio tras haber sabido sobreponerse a la decepción del pasado
mes de diciembre.
Muy tempranito coincidieron todos los yudocas del club en el
coqueto pabellón de Alcobendas. Enseguida saltaron al tatami a calentar y dar
un último repaso a sus ejercicios. La tensión estaba a flor de piel.
El primero en salir a examen fue Álvaro Forcén que consiguió
dominar sus nervios realizando un examen bastante lucido. Enseguida cogió
confianza tras bordar la primera pregunta: "fundamentos". Siempre
decimos que hay que saberse bien los fundamentos porque vienen a ser la tarjeta
de presentación en el examen. Bien por Álvaro. Y bien por su uke Luis Hidalgo.
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Wladi con Javier Semelas, Javier Mora y Pedro Amalio García |
A continuación se presentó Luis Hidalgo con David Rubio de
uke. También hizo un buen trabajo aunque también se le notó atenazado. Su
trabajo en suelo fue bastante sólido y en la kata acabó de disipar dudas.
Poco después le llegó el turno al más jovencito de nuestros
candidatos, con 15 años cumplidos el pasado mes de junio. Javier Martínez metió
la pata en los fundamentos y los nervios pudieron con él; una lástima. Luego
cometió algunos errores más, seguramente fruto de los nervios. Nos dio mucha
pena porque, para colmo se cometió, por parte de la organización, un garrafal
error al ser nombrado entre los que promocionaban. Entendemos perfectamente su
frustración pero volvemos a animarle desde aquí, como ya hicimos in situ. Por su juventud tiene muchísimo
futuro en este deporte si sabe superar la decepción.
También tenemos que agradecer a David Rubio el haberse
puesto a disposición de Javier para ser su uke; incluso para entrenar con él
los días precedentes en su propia casa -en la de David-. Lo mismo podríamos
decir de Jaime Alamillo que se desplazó hasta el polideportivo de Alcobendas
para hacer de uke de sus compañeros David Rubio y Luis Hidalgo.
Aún quedaba por saltar al tatami Javier Moreno que no tuvo
su día. Bastante ha pasado nuestro deportista en los últimos días por lo que
solo podemos valorar muy positivamente el que se presentara a examen. Sólo eso
ya es meritorio. Otra cosa es que los nervios traicionan al más pintado y se
comiera caídas de yudo ejecutando alguna de ellas muy rígido y equivocando
algún movimiento en la kata. También a Javier animamos a pasar el mal rato,
descansar y ver las cosas con tranquilidad. El cinturón negro, su objetivo, lo
tiene al alcance de la mano trabajando duro un poco más; no está tan lejos.
Finalmente, el último de nuestros representantes fue David
Rubio que vino a hacer el mejor ejercicio de los cinco, con un examen muy
aseadito y con ejecuciones de yudo suelo de mucha calidad.
Ahora a empezar a
aprender yudo
En muchos gimnasios de yudo, hace años y hasta hoy en la
actualidad, se suele decir a los que consiguen el cinturón negro: "ahora
empezarás a aprender yudo". Que cada cual reflexione sobre ello.
Pero ahora, como profesor de yudo, yo, Wladimiro Martín, me
voy a dirigir a los padres de yudocas más que a sus propios hijos. Algunos
creen saber algo (o mucho de yudo) por haberles acompañado en muchas (o no tan
"muchas") ocasiones a diversos eventos. Son muy pocos los padres de
yudocas los que saben algo de este complicado deporte que es el yudo. A todos
los demás me dirijo para tratar de explicar que el título de cinturón negro no viene
como consecuencia de una serie de años de práctica, sino como culminación de un
proceso de maduración. El yudo es, por una parte, un deporte como todos los
demás. Pero, por otra, tiene algo diferente por lo que algunos lo definen como
arte marcial (horroroso término a mi juicio, pero que nos vale ahora para tratar
de explicar lo que viene a continuación). La simple repetición de ejercicios
gimnásticos de un deporte (cualquier deporte) conlleva una serie de ventajas y
efectos. Pero el yudo, además, tiene algo de búsqueda de la perfección en su origen
y algunos tardamos en descubrirlo, mientras, otros, no lo descubren jamás. Tiene
algo de cultura zen. No es lo mismo, por ejemplo, dar una voltereta que hacer
una caída de yudo. Y el yudoca que se ha caído de una moto en marcha sabe de qué
hablo. Si un niño pasa diez, doce o catorce años haciendo volteretas mientras
su profesor le recrimina continuamente que cruza las piernas, que no las coloca
adecuadamente, etc. el niño sigue haciendo volteretas con sus consiguientes
ventajas como ejercicio físico, pero se romperá la crisma como intenté
realizarla al caerse de una moto en marcha. Y esto, cuando lo juzgan veteranos
profesores de yudo en un examen de cinturones negros salta a la vista. Son
ejemplos.
De lo que queremos hablar ahora es de las consecuencias de
obtener el cinturón negro, porque últimamente salimos un poco escaldados. Uno
de los últimos diplomas de cinturón negro lo hemos entregado hace poco a uno de
nuestro alumnos, que lo había obtenido dos años atrás y eso porque vino a
reincorporarse tras ofrecer disculpas por haberse despedido 24 meses atrás,
casi, casi a la francesa que se dice.
Es cierto que para muchos se plantea como un objetivo -el
cinturón negro-. Admitimos barco, por supuesto. Pero no acabamos de entender la
obsesión de conseguir un cinturón de color negro para meterlo en un cajón. Si
están a la venta en cualquier tienda de deportes. ¿O es por poner el diploma en
el cuarto del chaval?
No importa; hemos empezado por decir que lo entendemos.
Ahora lo que viene es una pregunta: ¿Tiene la culpa el profesor de que una vez
obtenido el cinturón negro se meta en el cajón y se olvide uno del yudo? Lo
digo por esos chavalillos que una vez cumplen su objetivo pasan a gozar de una
saludable amnesia que les permite cruzarse cara con cara con su profesor y no
reconocerle siquiera; ni le saludan. Vamos que algunos ni le miran a la cara.
Muy peligroso debe de ser ese profesor de yudo que ha aplaudido las virtudes de
su pupilo y tratado de corregir sus defectos o de intentar conseguir que
superase sus limitaciones. ¡Qué peligroso debe de ser el que conoce las
debilidades de uno! Será por eso...
Nos hemos pasado todo un curso recordando a nuestros infantiles
y cadetes que hay que implicarse más en los entrenamientos, que no lleguen
tarde a las clases, que presten más atención porque no acaban de corregir
pequeños detalles (sencillos de corregir) por más que se les repite... Hemos salido
amargados de muchas de nuestras clases con adolescentes o púber a los que no
veíamos forma de motivar, de llegar con nuestro mensaje; ni con refuerzo
positivo, ni con leches en vinagre. Hemos querido hacer llegar nuestro mensaje
a sus padres y familiares y llegamos a la conclusión de que no nos han
entendido o comprendido; o no ha llegado nuestro mensaje por más que creemos habernos
esforzado en lanzarlo. Pero lo que no vamos a tolerar es que se nos diga que no
hemos cumplido nuestra parte. Nos ha parecido que alguno ha venido a insinuar
que antes preparábamos a los candidatos a examen mucho más. Y volvemos a
aquella famosa frase de "lo regalado, ni agradecido ni pagado". No
hay derecho a decir algo así cuando los muchachos van a regañadientes -si es
que van- a eventos especialmente montados para ellos, racanean en sus clases y parecen
carecer de actitud en muchas ocasiones.
Insisto en que no me refiero a nadie en particular y sí, un
poco, a todos en general, con el ánimo de que todos mejoremos. No queremos a
nadie cabreado, no es nuestra intención; todo lo contrario. Lo que intentamos
promover es una reflexión conjunta.
Muchos ánimos a todos
No queremos acabar nuestro escrito sin volver a lanzar un
mensaje de ánimos a todos nuestros yudocas. Recordamos que tenemos cuatro
nuevos cinturones negros en el club. Uno lo obtuvo en Valdemoro el pasado sábado
28 de junio y los otros tres ayer domingo en Alcobendas. Estamos de
enhorabuena.
Animamos a los que tendrán que volver afrontar la prueba a superarse
a sí mismo lo antes posibles siendo positivos y pensando que ya están más
cerca. Hay que aplicar la ley del yudoca que se tiene que levantar cada vez que
cae.
También nos dirigimos a nuestros cinturones negros (a
todos). Tienen la responsabilidad (y el honor ¡coño!) de propagar lo especial
que es nuestra disciplina (deporte si se quiere), de dar ejemplo y distinguirse
ante otros deportistas y ante otras personas. Se tiene que notar que uno es
cinturón negro de yudo; dentro y fuera del tatami. Y recordamos que no es lo
mismo -en esto tampoco- tener que ser. No es lo mismo ser cinturón negro que
tener cinturón negro.
Cerrado por
vacaciones
Por lo que a nosotros respecta, damos por concluida esta
intensa temporada en que ha habido de todo. Ha habido mucho bueno y algunas pocas
cosas que nos han conseguido amargar un pelín. El caso es que hemos llegado con
las fuerzas justas como para intentar acometer dos eventos que teníamos en el
aire. Pedimos disculpas a sus organizadores que con tanto cariño contaban con
nosotros y esperamos comprendan nuestra situación y que ninguno de nuestros
alumnos ha podido comprometerse a participar en ellos. Lo entendemos con lo
apretadas que tenemos todos nuestras agendas y la gran cantidad de oferta que
nosotros mismo generamos. Nos referimos al Campamento organizado por la escuela
de Rou Shi Do para los días 10, 11 y 12 en Villacañas y el Summer Camp de
Casteldefels que se celebrará del 20 al 26 de julio (período en el que, por
cierto, el profesor estará en pleno campamento multiactividad del Ayuntamiento
de Parla).
Más adelante nos reservamos la posibilidad de incluir un
balance de la temporada con algunos juicios de valores y conclusiones para
afrontar el 2015-2016, pero, de momento, nos despedimos deseando a seguidores,
socios, simpatizantes, familiares, etc. feliz verano y buenas vacaciones (al que
las tenga). Reiteramos nuestro mensaje de ánimos a todos en la perseverancia de
esfuerzos tendentes a cumplir objetivos. Claro que también hay que descansar de
vez en cuando para volver con redoblada energía.
Disfrutad de la naturaleza. Mirad el cielo por la noche, sin
prisas. Despojaos de ropas innecesarias. Mojad todo vuestro cuerpo a cualquier
hora al aire libre. Dejad que la brisa seque vuestro sudor o vuestra piel
mojada. Aprovechad para leer, para charlar con personas extrañas de lugares a
los que acudís de visita. Detened el ritmo de vuestras vidas para ver el paso
del tiempo de una manera diferente. Dad las gracias al árbol por su sombra, aprovechadla.
Refrescaos en las fuentes y reflexionad sobre el agua y los manantiales. Haced
fotos para tener recuerdos, para vosotros y los más allegados. Ya nos haréis
llegar alguna a nosotros. Haced ejercicio. Id andando a lugares habituales a
los que nunca antes habíais ido caminando. Comed frutas y vegetales de
temporada, a ser posible comprados a los propios agricultores o en mercadillos.
Saboread los ricos alimentos de cada región, de cada pueblo, de cada rincón. Dormid
cuando os plazca, despertaos cuando queráis. Sentid la libertad de las cosas
simples que no tienen precio. Y si además de todo eso nos podéis llevar en
vuestros pensamientos, como nosotros haremos con vosotros, sentiremos henchirse
nuestros corazones y nos llegará el dulce sabor de vuestra amistad. Estad
seguros de que las ondas positivas nos llegarán como dulce néctar como
esperamos hacer nosotros. Os queremos.