En este curso en que tanta guerra nos están dando algunos ‘niños’ con edades para haber dejado de serlo hace casi una década, o por ahí, nos es muy grato dar la siguiente noticia: ¡Hemos pasado un maravilloso Día del Yudo Familiar!
Hablamos en serio, estamos teniendo problemas con algunos niños treintañeros que no entienden lo que significa integrarse en un grupo, aceptar las normas establecidas antes de que ellos llegaran, seguir un calentamiento, practicar las llaves que indica el profesor, hacerlo en el momento en que lo manda el profesor, situarse en el lugar ñeque indica el profesor cuando tiene que hacer alguna explicación… No son capaces de seguir el calentamiento so pretexto de alguna incurable lesión y luego son los cachas del barrio que no se cortan a la hora de repartir estopa… En fin. Nos quedamos con nuestros niños, con los mangas naranjas verdes, rojas, amarillas y azules que trajeron a sus familiares a jugar a nuestro yudo (el yudo de verdad).
El pasado sábado habíamos programado una actividad encajándola con un pelín de precipitación. Nos dimos cuenta en una de las últimas ‘Mañanas del Yu’ de que había gran deseo, por parte de nuestros más jóvenes yudocas, de participar en algún entrenamiento con sus familiares. La idea surgió concretamente cuando se nos ocurrió, por promocionar nuestra actividad, entregar a los propios yudocas de las clases infantiles, una invitación para sus padres. Algunos niños lo entendieron y convocaron a algún familiar. Pero los hubo que se presentaron con su yudogui puesto y con su correspondiente papá o mamá. Incluso hubo un ‘manga verde’ que participó en la Mañana del YU con su madre, su padre y hasta con una tía.
Tras la anécdota, tomamos buena nota y, en cuanto hemos encontrado un hueco en nuestro apretado calendario de actividades, hemos aceptado la insinuación. Dicen que “a buen entendedor, pocas palabras bastan”. Así es que en la misma semana dimos nuestra circular y cruzamos los dedos pensando que no íbamos a tener mucho éxito en nuestra convocatoria al no haber avisado con más tiempo. (¡Qué equivocados andábamos!)
Cuando llegamos al tatami, a eso de las diez y media, había 45 personas esperando a iniciar nuestro ‘Día del Yudo Familiar’. Más de 40 tomaron parte, finalmente en la sesión que se extendió hasta casi las 13:00 horas. Fue, de verdad, una deliciosa mañana de deporte… de yudo, que se nos hizo corta. Es que nos encanta el yudo.
Para empezar, comenzamos calentando como más le gusta a los niños: jugando. Que será lo que tiene el juego, que le gusta a todo el mundo. Pero claro, para eso hace falta proponer juegos originales y nosotros, modestia aparte, en eso no andamos nada mal provistos. Propusimos dos equipos y en cada uno de ellos, los padres eran los encargados de cargar a caballito (a ‘coscoletas’) a sus retoños –algunos de los cuales, dicho sea de paso, era pesada carga, que conste-. Dispuestos de este modo se infló un globo que sirvió de ‘balón’ y había que marcar gol –los caballos con los pies y los jinetes con las manos, siempre sin poder agarrar el globo. Se entiende ahora que este primer juego lo hayamos bautizado como el ‘futballo’.
Entre el calor que tuvimos en Madrid el sábado y lo pequeña que quedó la sala, todo el mundo rompió a sudar enseguida. Pero, no por ello dejaron de atender todos con atención cuando se explicó el siguiente juego: el ‘fútbol de los encadenados’. Había que emparejarse (otra vez cada yudoca con su familiar) para atarse un pie, con el cinturón, al del compañero. Y así encadenados, como quien dice, se juega a este singular y divertídismo fútbol… otra vez con el globo, sin porteros y con toda la pared por portería.
Todavía hubo ocasión de jugar al ‘balompato’ y al ‘waterpolo-seco’. El ‘balompato’ se parece al balonmano, pero sin botar el globo, sino dándole palmetazos –no vale agarrar el globo- y saltando, pues los pies están atados, el uno al otro. En el ‘waterpolo-seco’, la regla principal es la de no levantar el cinturón del suelo, de tal manera que se juega acostado en el suelo, boca arriba o boca abajo. Se hace muchos abdominales y lumbares a base de intentar dar el globo desde estas posiciones y, también se puede hacer la gamba para ir más rápido boca arriba.
Tras los juegos comenzamos a explicar los fundamentos del yudo en suelo (ne-uasa). Si al principio de la sesión, al momento del saludo explicamos algunas de las diferencias entre el yudo y otros deportes, al llegar al suelo (ne-uasa) pudimos explicar alguna diferencia entre la forma de enseñar yudo en nuestra escuela y en otras. Explicamos la importancia de defender boca arriba con las piernas siempre por delante enfrentadas al oponente, compañero o agresor. Entonces llegaron las primeras prácticas, tras explicar las cuatro formas básicas de control (yoko, kami, tate y kesa). Entonces, los niños se sintieron protagonistas explicando a sus papás la forma en que se coge cada una de estas posiciones fundamentales de inmovilización. Luego hubo que aplicarlas en randori; randori entre padres e hijos.
Tras las posiciones de control se pasó a explicar los principales movimientos de defensa en suelo: gamba, puente y giro. De nuevo los niños tuvieron ocasión de demostrar lo bien que conocen estos argumentos defensivos. Al practicar el giro, boca abajo, cuatro patas y en pie, desarrollamos un concurso para ver los más rápidos. Fue uno de los momentos más divertidos, sin duda.
Todavía hubo ocasión de enseñar e grupo de juego con el brazo y las katas de defensa personal que venimos practicando en este último trimestre del curso. Al concluir este estudio dimos oportunidad de realizar algunos randori entre padres, por un lado, y entre yudocas, por otro. Luego, por si había alguna cuestión familiar pendiente que dirimir, también hubo randori (tachi-uasa) entre padres e hijos.
No faltó nuestra habitual sesión de estiramientos antes de saludar para dar fin a nuestra nueva actividad que tanto éxito consiguió. Nos sentimos muy satisfechos de la respuesta por parte de nuestros yudocas y sus familiares. De verdad que nos da mucho ánimo para seguir por nuestro camino. Tuvimos ocasión de conocer a padres de algunos de nuestros alumnos a los que aún no habíamos tenido ocasión de saludar. Y lo hicimos, como nos gusta: sobre un tatami. Fue una delicia ver a nuestros mangas naranjas con sus padres. Pero también fue muy agradable ver a algunos ‘mangas azules’ que se han acercado a nuestra escuela este mismo curso, acudir con sus familiares a disfrutar de nuestro deporte. Gracias a todos. Prometemos volver a repetir la experiencia.
LISTA DE YUDOCAS PARTICIPANTES:
Mangas Naranjas:
Iván Hidalgo
Hablamos en serio, estamos teniendo problemas con algunos niños treintañeros que no entienden lo que significa integrarse en un grupo, aceptar las normas establecidas antes de que ellos llegaran, seguir un calentamiento, practicar las llaves que indica el profesor, hacerlo en el momento en que lo manda el profesor, situarse en el lugar ñeque indica el profesor cuando tiene que hacer alguna explicación… No son capaces de seguir el calentamiento so pretexto de alguna incurable lesión y luego son los cachas del barrio que no se cortan a la hora de repartir estopa… En fin. Nos quedamos con nuestros niños, con los mangas naranjas verdes, rojas, amarillas y azules que trajeron a sus familiares a jugar a nuestro yudo (el yudo de verdad).
El pasado sábado habíamos programado una actividad encajándola con un pelín de precipitación. Nos dimos cuenta en una de las últimas ‘Mañanas del Yu’ de que había gran deseo, por parte de nuestros más jóvenes yudocas, de participar en algún entrenamiento con sus familiares. La idea surgió concretamente cuando se nos ocurrió, por promocionar nuestra actividad, entregar a los propios yudocas de las clases infantiles, una invitación para sus padres. Algunos niños lo entendieron y convocaron a algún familiar. Pero los hubo que se presentaron con su yudogui puesto y con su correspondiente papá o mamá. Incluso hubo un ‘manga verde’ que participó en la Mañana del YU con su madre, su padre y hasta con una tía.
Tras la anécdota, tomamos buena nota y, en cuanto hemos encontrado un hueco en nuestro apretado calendario de actividades, hemos aceptado la insinuación. Dicen que “a buen entendedor, pocas palabras bastan”. Así es que en la misma semana dimos nuestra circular y cruzamos los dedos pensando que no íbamos a tener mucho éxito en nuestra convocatoria al no haber avisado con más tiempo. (¡Qué equivocados andábamos!)
Cuando llegamos al tatami, a eso de las diez y media, había 45 personas esperando a iniciar nuestro ‘Día del Yudo Familiar’. Más de 40 tomaron parte, finalmente en la sesión que se extendió hasta casi las 13:00 horas. Fue, de verdad, una deliciosa mañana de deporte… de yudo, que se nos hizo corta. Es que nos encanta el yudo.
Para empezar, comenzamos calentando como más le gusta a los niños: jugando. Que será lo que tiene el juego, que le gusta a todo el mundo. Pero claro, para eso hace falta proponer juegos originales y nosotros, modestia aparte, en eso no andamos nada mal provistos. Propusimos dos equipos y en cada uno de ellos, los padres eran los encargados de cargar a caballito (a ‘coscoletas’) a sus retoños –algunos de los cuales, dicho sea de paso, era pesada carga, que conste-. Dispuestos de este modo se infló un globo que sirvió de ‘balón’ y había que marcar gol –los caballos con los pies y los jinetes con las manos, siempre sin poder agarrar el globo. Se entiende ahora que este primer juego lo hayamos bautizado como el ‘futballo’.
Entre el calor que tuvimos en Madrid el sábado y lo pequeña que quedó la sala, todo el mundo rompió a sudar enseguida. Pero, no por ello dejaron de atender todos con atención cuando se explicó el siguiente juego: el ‘fútbol de los encadenados’. Había que emparejarse (otra vez cada yudoca con su familiar) para atarse un pie, con el cinturón, al del compañero. Y así encadenados, como quien dice, se juega a este singular y divertídismo fútbol… otra vez con el globo, sin porteros y con toda la pared por portería.
Todavía hubo ocasión de jugar al ‘balompato’ y al ‘waterpolo-seco’. El ‘balompato’ se parece al balonmano, pero sin botar el globo, sino dándole palmetazos –no vale agarrar el globo- y saltando, pues los pies están atados, el uno al otro. En el ‘waterpolo-seco’, la regla principal es la de no levantar el cinturón del suelo, de tal manera que se juega acostado en el suelo, boca arriba o boca abajo. Se hace muchos abdominales y lumbares a base de intentar dar el globo desde estas posiciones y, también se puede hacer la gamba para ir más rápido boca arriba.
Tras los juegos comenzamos a explicar los fundamentos del yudo en suelo (ne-uasa). Si al principio de la sesión, al momento del saludo explicamos algunas de las diferencias entre el yudo y otros deportes, al llegar al suelo (ne-uasa) pudimos explicar alguna diferencia entre la forma de enseñar yudo en nuestra escuela y en otras. Explicamos la importancia de defender boca arriba con las piernas siempre por delante enfrentadas al oponente, compañero o agresor. Entonces llegaron las primeras prácticas, tras explicar las cuatro formas básicas de control (yoko, kami, tate y kesa). Entonces, los niños se sintieron protagonistas explicando a sus papás la forma en que se coge cada una de estas posiciones fundamentales de inmovilización. Luego hubo que aplicarlas en randori; randori entre padres e hijos.
Tras las posiciones de control se pasó a explicar los principales movimientos de defensa en suelo: gamba, puente y giro. De nuevo los niños tuvieron ocasión de demostrar lo bien que conocen estos argumentos defensivos. Al practicar el giro, boca abajo, cuatro patas y en pie, desarrollamos un concurso para ver los más rápidos. Fue uno de los momentos más divertidos, sin duda.
Todavía hubo ocasión de enseñar e grupo de juego con el brazo y las katas de defensa personal que venimos practicando en este último trimestre del curso. Al concluir este estudio dimos oportunidad de realizar algunos randori entre padres, por un lado, y entre yudocas, por otro. Luego, por si había alguna cuestión familiar pendiente que dirimir, también hubo randori (tachi-uasa) entre padres e hijos.
No faltó nuestra habitual sesión de estiramientos antes de saludar para dar fin a nuestra nueva actividad que tanto éxito consiguió. Nos sentimos muy satisfechos de la respuesta por parte de nuestros yudocas y sus familiares. De verdad que nos da mucho ánimo para seguir por nuestro camino. Tuvimos ocasión de conocer a padres de algunos de nuestros alumnos a los que aún no habíamos tenido ocasión de saludar. Y lo hicimos, como nos gusta: sobre un tatami. Fue una delicia ver a nuestros mangas naranjas con sus padres. Pero también fue muy agradable ver a algunos ‘mangas azules’ que se han acercado a nuestra escuela este mismo curso, acudir con sus familiares a disfrutar de nuestro deporte. Gracias a todos. Prometemos volver a repetir la experiencia.
LISTA DE YUDOCAS PARTICIPANTES:
Mangas Naranjas:
Iván Hidalgo
(con su padre y su madre)
Alex Asensio
(con su padre)Alex Asensio
Arancha García
(con su padre)
Clara Isabel Talavera
(con su madre y un hermano)
Sammy Awad
(con su padre y su madre)
Pilar Rubio
(con su madre)
Mangas Verdes:
Luis Hidalgo
(con su padre y su madre)
Sergio Velarde
(con su madre)
Mangas Rojas:
Jesús Lázaro
(con su madre su hermana y un tío)
Mustafá Awad
(con su padre y su madre)
Mangas Amarillas:
Miguel Serrano
(con su padre y su madre)
Mangas Azules:
Sergio Cortés
(con su padre)
David Monforte
(con su padre)
Iván García Parada
(con su padre, su madre y sus abuelos)
Daniel Ruedas
(con su padre y su hermana Alia)
Juveniles:
Paula Szymkowicz
María Abial
(con su madre)
Ricardo González
(con su sobrina)
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