Ha sido todo un éxito el III Congreso de Profesores de Yudo de la Federación Madrileña que se tiene que anotar un gran tanto. Además, el evento se consolida y empieza a dar muestras de madurez. El propio director de la Escuela Federativa Nacional, Vicente Carratalá, elogió la organización del acontecimiento augurando un próspero futuro dado que el Congreso se nutre principalmente de las aportaciones de los propios profesores madrileños. Y entre estos profesores madrileños había dos de WLAC-Yudo y muchos amigos más, de los que estamos muy orgullosos.
Una de las primeras conclusiones que uno saca al participar en este tipo de eventos es que no todas las ponencias o comunicaciones interesan por igual. Es natural. Pero no por ello hay que dejar de reconocer la alta capacidad de nuestros profesionales; en este caso de nuestros colegas. Es motivo de emoción –si se permite la sensiblería- el constatar que se forma parte de un colectivo con gente inquieta que investiga, analiza, estudia y… comparte. Partiendo de esa base, todo es positivo; todo es enriquecedor.
Con respecto al Congreso del año pasado hemos echado de menos algunas personalidades que nos entusiasmaron. A cambio hemos tenido nuevas impresiones (favorables impresiones) de personas que sólo conocíamos de vista y que nos han dejado algo más que una favorable impresión. También hemos sido unos cuantos los que hemos repetido, lo que habría que cuidar y evitar en un futuro para dar mayor versatilidad al Congreso. No conviene que haya ‘fijos’ por el bien del colectivo.
De entre nuestros amigos nos gustaron especialmente las presentaciones de David Moronta, Pedro Rodríguez Dabauza, José Luis Barbat, José Miguel Urrea, Oscar Peñas, Mari Paz Campa, del altísimo nivel de ponentes y comunicaciones los profesores Rodolfo Cruz y Wladimiro Martín no desentonaron. Volvieron a gustarnos, como el año pasado, el estilo directo de Antonio Guerra y la valiosa información que siempre aporta, junto con el riguroso trabajo de Alfonso López y su concreción científica. Además, este año hemos tenido la sorpresa de conocer a Francisco Nicolás y su exquisito trabajo en condiciones difíciles y con chavales especiales y la minuciosidad y precisión de las propuestas de María Merino (otro gran fichaje).
Entre lo más emotivo, por la parte que nos toca, estuvo la presentación de Manuel Jiménez a nuestro compañero Rodolfo Cruz, que nos parece viene a abrir una nueva etapa. No hay que olvidar que la ponencia de Rodolfo era sobre José Luis de Frutos y que tanto él como Manuel Jiménez son dos de los alumnos que más pueden hablar sobre su desaparecido profesor. Fueron, de hecho, ‘hermanos de tatami’ si se nos permite la expresión.
No menos emotiva fue la comunicación de la excepcional Mari Paz Campa hablando de ‘Cáncer de mama y deporte’ y haciéndolo en primerísima persona. La ovación que se llevó sólo viene a representar una mínima parte del cariño que se la tiene y del reconocimiento a su gran esfuerzo. Ojalá el aplauso haya servido para mitigar una mínima parte del dolor por el que ha pasado esta compañera.
Justo a continuación de tan emocionante vivencia saltó Wladi a hablar del Legado Geesink. ¡Vaya momento! Quizás por ello y por la hora modorra asignada (cinco de la tarde tras opípara comida) se encontró un poco frío el recibimiento de sus compañeros. Pese a todo nos aseguraron que la presentación fue muy amena y sorprendente. De todas maneras, sabemos por experiencia que ahora queda casi lo mejor, que es transcribir para el futuro lo expuesto y dejarlo por escrito. En ese sentido tenemos que decir que a los asistentes la Federación Madrileña les regaló el libro del II Congreso de Profesores celebrado el año pasado y en el que se incluye Lengua, Literatura y yudo. La palabra del profesor Wladimiro Martín.
Nos hemos dejado para el final lo que supuso también acto de cierre del congreso. Hablamos de la estupenda mesa redonda, moderada por nuestro amigo Fernando Diéguez, en que se reunió nada menos que a cuatro yudocas olímpicos de la talla de los españoles Oscar Peñas y Joaquín Ruiz, junto a Ezio Gamba (Campeón en Moscú 1980) y Héctor Rodríguez (Campeón en Montreal 1976). Con ellos estuvieron el médico Francisco Luis Gómez y los técnicos Lee Young y Vicente Cepeda. Muchísima experiencia olímpica para ilustrar el tema de la mesa: Olimpismo e Historia.
Héctor Rodríguez
Ezio Gamba
Clausuró el congreso el presidente de la Federación Madrileña de Yudo Francisco Valcárcel que destacó la oportunidad brindada a todo el mundo de exponer sus propias ideas y pensamientos en un clima de máxima libertad y respeto. En efecto así fue, lo que da aún más grandeza a este evento por el que vamos a seguir apostando en la humilde medida de nuestras fuerzas.
NOTA: Una vez más agradecemos el servicio prestado por el departamento de prensa, documentación y difusión de la Federación Madrileña de Yudo de quien nos hemos tomado la libertad de utlizar algunas de las imágenes que ilustran esta crónica.
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