27.2.11

Repóker de promesas

Geniales… simplemente geniales han estado nuestras más jóvenes y prometedoras yudocas. Este pasado sábado dí 26 de febrero quedará en nuestra memoria dejando un agradable poso de satisfacción. Ha sido uno de esos fines de semana en que uno se siente colmado; orgulloso, pleno… ¡Qué magníficas chavalillas tenemos!



Tuvimos que madrugar para llegar al Polideportivo de Aluche a la hora convenida. Allí nos encontramos a nuestra cinturón negro Sonia Sieiro que participaba en su primera actividad como voluntaria, convocada por la Federación Madrileña de Yudo. Nos hizo muchísima ilusión y no pudimos evitar felicitar su actitud efusivamente. Este tipo de yudocas que se implica en cuanto hace y propone nuestra Federación (que somos o deberíamos ser todos) está colaborando a que el yudo, tal y como lo concebimos, siga adelante; con la excelente salud de la que goza en la actualidad. Muy positivo consideramos el paso que ha dado Sonia Sieiro y esperamos que, en el futuro, cunda el ejemplo y haya algún otro compañero que se anime a seguir sus pasos.



Enseguida llegó nuestra alevín Ariadna Gamito y nos aprestamos a cumplir el trámite del pesaje. Allí surgió la primera anécdota que vamos a relatar con detalle para ver si cunde el ejemplo en el páramo. La niña dio en la báscula 44,300 Kg. Al salir le explicó a su profesor que no entendía por qué la habían inscrito en menos de 42 Kg. Aunque bien es cierto que no podía evitar sonreír pensando en la ventaja que el azar había depositado en ella. Hubimos de explicar que no sería honesto concursar con tal ventaja y que, en todo caso, si conseguía un puesto de mérito no iba a encontrar satisfacción alguna en ello. Ariadna no dudó ni un segundo y acompañó a su profesor (no hemos dicho entrenador –recuérdalo-) al lugar donde instantes antes se había pesado. Se le explicó lo sucedido a la voluntaria que abrió los ojos como un búho sin dar crédito a lo que escuchaba. Comprobó dónde había inscrito Ariadna y agradeció efusivamente nuestro gesto, que ella debía pensar impropio mientras para nosotros es de lo más natural… no nos conocía.

Olga echó una mano como reportera

Al final nuestra jugada fue magnífica porque Ariadna concursó de manera extraordinaria y salió plenamente satisfecha con la medalla de bronce que se colgó al cuello en el podio. De hecho, en su primer año de alevín, Ariadna sólo pudo ser superada por una rigurosa sanción ante una rival a la que ella misma tenía en alta estima. El año pasado ya se había medido a ella y reconocía que se trataba de una muy eficaz yudoca.


Al acabar su participación, Ariadna todavía tuvo ocasión de acudir a la contigua cancha de hockey para re-encontrarse con sus antiguos compañeros de equipo, saludarles y desearles mucha suerte en su encuentro. Al acabar, volvió a ver a sus compañeras menores (las benjamines), para animarlas y ver cómo evolucionaban.

Las benjamines


A pesar de que Angélica se había presentado a las nueve de la mañana por un pequeño despiste, las benjamines actuaban a continuación de las alevines. Hubo una nutrida participación de las pequeñas yudocas lo que hizo que se retrasara un poco la actividad. Pero bien valió la pena esperar un poquito para contemplar la maravillosa actuación de nuestras intrépidas yudocas. Su actitud fue valiente, llevando en todo momento la iniciativa. Hicieron caso a su profesor, tuvieron paciencia y madurez, siguieron con mucho interés y cortesía las indicaciones de los árbitros y, lo más importante, consiguieron nuevas amigas sin dejar de hacer un grupo compacto entre ellas. Fueron como una piña.



Tanto Angélica Corredera, como Nayra Pérez, como Pilar Rubio hicieron un gran esfuerzo que, a la postre, se tradujo en el reconocimiento público de subir al podio a recoger una medalla de bronce. Aún más eficaz estuvo Noemi Gallego que llegó a la final de su peso en la que acabó exhausta, después de haber estado toda la semana malita. Por ese esfuerzo extra, por su actitud y por lo mucho que ha mejorado hay que felicitar a Noemí aún más efusivamente. Esta niña ha podido comprobar la relación entre esfuerzo y mérito, como también lo han podido hacer sus compañeras, si bien citamos el caso de Noemí por tener más relieve dado el gran esfuerzo que viene haciendo a lo largo de todo el curso. Ella se lleva las mejores felicitaciones, pero debe compartirlas con este soberbio grupo de muchachas que brillan con luz propia año tras año. Ya el curso pasado nos regalaron otra esplendida actuación en el memorial Peralta por equipos llegando a subir al podio en la Final Autonómica; todo un lujo para nuestro colectivo. Todo AYUDAS y todo WLAC-Yudo está orgulloso de este grupo de niñas que encarna nuestro espíritu; el ideario de todo el colectivo. Son capaces de la máxima excelencia por la vía del esfuerzo sin dejar nunca de sonreír (es que no dejan nunca de pasárselo bien con lo que hacen).




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