
Sergio marcó el ipón de la tarde; espléndido uchi-mata, 'marca de la casa'
Ya nos esperábamos que iba a ser durísimo el paso de nuestros dos jóvenes y valientes yudocas por el senior. Participar en toda una fase sector de un Campeonato de España Absoluto no es cualquier cosa. Sólo los más valientes y eficaces yudocas de entre los que haya están capacitados para tal empresa (que dirían los cruzados). Pero Sergio Cortés y Sonia Sieiro no desentonaron ni mucho menos. Ambos vendieron cara su piel (que se suele decir) y estuvieron a la altura de las circunstancias pese a su falta de experiencia en estas lides. Tomamos buena nota de todo y sacamos buenas conclusiones; eso es lo positivo.
Como el pesaje de Sergio era a las dos de la tarde pudimos acudir al pabellón de la Federación Madrileña de yudo en Villaviciosa, tras haber tomado parte activa en una nueva Mañana del YU (la segunda de este curso). Así, completamos un maravilloso día de yudo, con merienda campestre incluida por exigencias del guión. No fuimos los únicos pues las inmediaciones del Pabellón se encontraban repletas de gentes en plena merendola. También aquí conviene hacer una pequeña parada para agradecer a la Federación Madrileña los bocatas que repartió.
Como el pesaje de Sergio era a las dos de la tarde pudimos acudir al pabellón de la Federación Madrileña de yudo en Villaviciosa, tras haber tomado parte activa en una nueva Mañana del YU (la segunda de este curso). Así, completamos un maravilloso día de yudo, con merienda campestre incluida por exigencias del guión. No fuimos los únicos pues las inmediaciones del Pabellón se encontraban repletas de gentes en plena merendola. También aquí conviene hacer una pequeña parada para agradecer a la Federación Madrileña los bocatas que repartió.


La pena fue que en el siguiente encuentro Sergio fue desbordado por no saber encontrar su agarre, en un torneo en que eso significa poco menos que una sentencia firme de ser devastado. También de eso hemos sacado positivas conclusiones y tenemos trabajo por delante, hasta tal punto que estamos deseando reunirnos con los muchachos en las clases de la tarde para compartir experiencias.
Lo cierto es que Sergio tuvo sus opciones, pese a todo, en ese segundo encuentro y que, por tanto, pese a sus 17 años, estuvo a buen nivel. Luego, su rival y verdugo deportivo perdió ante uno de los ‘cabeza de serie’ y se vio sin la recompensa de la repesca.

En cuanto a Sonia hay que felicitar su actitud y su comportamiento después de haber salido de una lesión que le ha impedido entrenar como en ella es costumbre. Por otra parte, se puede decir que era su primera competición oficial de la temporada, tras largo período de inactividad en este terreno. Así todo, Sonia dio todo sobre el tatami y tuvo claras opciones de haber aplicado su excelente yudo. No es menos cierto que volvimos a constatar que falta una pata en el cuadro técnico de Sonia y que vamos a seguir peleando hasta asentar ese apoyo sin el que se queda un pelín cojo el argumentarlo de nuestra juvenil de primer año. Sonia tiene 16 años y ah sabido enfrentarse a las mejores sin desentonar lo más mínimo. Primero fue mandada a la repesca por la que a la postre resultaría sub-campeona. Luego, en un descuido (de fundamentos) la que finalmente se llevaría el bronce y el paso al Cto. de España, estranguló a Sonia, que sigue despistada en el trabajo de ne-uasa para gran disgusto de sus maestros, Wladimiro y Rodolfo (que presumen de profundizar en este terreno tanto como en cualquier otro o más).

Pese a todo las conclusiones, decíamos, son muy buenas. Dos chavales de mucha juventud como Sonia (16 años) y Sergio (17 años) han dado la talla y han aplicado buen yudo en la cita de los mejores. Uno de ellos se permite el lujo de meterle un estratosférico ipón a un veterano y la otra sólo es doblegada por dos de las tres mejores. Les queda mucho por delante y, para colmo están intactos de yudo y de fuerzas. Son deportistas aplicados en sus estudios y entrenan tres días por semana. ¡Sólo tres dís por semana! Tenemos yudocas para rato y vamos a cuidar con mimo que así sea. Además, seguiremos apostando por lo nuestro, máxime visto lo visto: demasiado estibador de puerto, demasiado descargador de pianos que acaba reventado ante otro igual de fuerte, pero un poco más habilidoso. Mucho atleta de fondo que acaba jadeando por correr como pollo sin cabeza y sin idea clara de qué hacer tras tanto correr. ¡Qué lástima de condiciones físicas!
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