Quizás el ejemplo se nos haya ido por las nubes de la solemnidad, pero no quisiéramos por ello dejar de dar la impresión que merece cada uno de los actos que venimos realizando, cuando cumplen parte de un proyecto, de un todo, de un plan; por mucho que se conviertan en rutinarios.
Un entrenamiento debe de ser rutinario por su propia naturaleza. La continuidad o perseverancia en el tiempo hacen de un entrenamiento algo especial, algo destacable de entre otros muchos a pesar de perderse entre la serie de actos similares a la que se adscribe para cobrar significado. Estos detalles saltan precisamente cuando el tiempo hace mirar a cada uno de esos actos individuales como lejanos y con la perspectiva que sólo el tiempo da a los seres humanos.
Ayer sábado hubo dos actividades que no por rutinarias deberían dejarse pasar sin un análisis a conciencia. Por un lado, se desarrolló el primer entrenamiento federativo de yudo de la Madrileña de esta temporada 2010 / 11. Por otro lado, se volvieron a reunir un grupo de profesionales (profesores, técnicos, deportistas, contables, abogados, periodistas…) empeñados en crear, por primera vez en España una Federación de Yu-yitsu. En ambas actividades tuvo presencia nuestro grupo (léase WLAC – Yudo o AYUDAS, como se quiera) y en ambas nos sentimos comprometidos por muy diversas cuestiones. No vamos a explicar cuáles son esas cuestiones, porque nos son propias y no tenemos por qué andar con justificaciones que, por otra parte, nadie nos ha pedido (¡de momento!)
Pero sí que queremos profundizar en la importancia que nos parece tiene cada una de estas actuaciones.
De un lado tenemos que felicitar a la Federación Madrileña de Yudo por haber apostado hace lustros por un proyecto singular cual era el de los Entrenamientos Federativos. Esa felicitación, por supuesto, hay que hacerla extensiva a los dos grandes artífices del éxito de este veteranos e incombustible programa; los maestros Rafael Ortega y
De otro lado, seguimos embarcados en el proyecto de creación de la Federación Española de Yu-yitsu, aventura que habrá de costarnos algún quebradero de cabeza, como ya le está costando a más de uno (y todavía nos preguntamos por qué). De momento, el profesor Wladimiro sigue al frente del Departamento de Comunicación desde el que realiza su labor como periodista que es (Licenciado en Ciencias de la Información, para más señas). Y siempre es un reto ayudar a gestar un proyecto, desde sus más tiernos comienzos, máxime cuando se trata de algo de la importancia de la que estamos hablando.
Como quiera que ambos proyectos, de los que acabamos de hablar, requieren de trabajo, compromiso y esfuerzo, pedimos a quienes nos acompañan en esta y similares aventuras en que nos embarcamos que sigan, como siempre, fieles a nuestros principios de trabajo y humildad. Nosotros a lo nuestro, que suele decirse. Y si nuestros alumnos, amigos, socios y simpatizantes nos siguen apoyando, señal de que seguimos por el camino que iniciamos hace muchos años. Con el aliento de los nuestros nos basta y tampoco pedimos más. Nosotros obramos de igual manera con quienes apoyamos. Siempre nos tendrán a su lado procurando ni llamar la atención, ni pedir nada a cambio. Nunca hemos pedido nada y las pocas veces que hemos tenido la tentación de hacerlo no nos han dado más que lo que nos pertenecía (podríamos hablar más de restitución que de donación).
Como colofón a esta crónica queremos agradecer a nuestros fenomenales yudocas Carlos Mingorance, José Manuel Sieiro y Sonia Sieiro el haber acudido al entrenamiento federativo, desplazándose desde la localidad de Illescas (los hermanos Sieiro) y desde Pinto (Carlos), realizando un esfuerzo que habría quedado estéril sin la complicidad de sus padres a quienes también agradecemos su total entrega.
Recomendamos echar un vistazo a los ‘blogs’ Yudo Banzai
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