El yudo está de luto. El avión iraní siniestrado en Teherán con 168 pasajeros llevaba entre ellos a la selección nacional junior. En total ocho jóvenes yudocas, junto con dos entrenadores y un representante de la Federación deportiva iban en el avión accidentado.
Ser yudoca y joven es una bendición. Ser yudoca y joven en un país como Irán, seguramente es muy duro. Es probable que se tratara de algo más que deportistas. Sus sueños de entrenar duro para vencer estarían trufados con el deseo de escapar del entorno circundante. Ahora, ya han escapado. Descansen en paz.
Los yudocas de AYUDAS quieren expresar desde este YUDIARIO su profunda consternación y dejar muestra de sus condolencias a quienes alcance esta tragedia; entendiendo que nos alcanza a todos los yudocas del mundo.
Las noticias recogidas en prensa las podéis leer en la página de la ANPEJ o pinchando este ENLACE
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