En el WLADIARIO tenéis mucha información de la legendaria figura de un yudoca de la talla de Yves Klein (que suena a colonia, pero en realidad era todo un artista). Podéis llevaros una sorpresa leyendo su historia y, además, observaréis, perplejos, que no siempre el yudo estuvo practicado, en sus albores, por gente de bajo relieve intelectual. Hoy día da gusto comprobar que nuestros máximos representates son gente instruida, que muchos de nuestros maestros más veteranos hacen esfuerzos por cultivarse, que nuestros mejores deportistas (yudocas) son universitarios... Pero no siempre fue así. Hace pocos años destacar en yudo parecía sinónimo de bajo perfil cultural; parecía que para llegar a cinturón negro y seguir practicando yhudo hacía falta ser poco menos que un botarate sin perfil, con escasa capacidad cultural y nula sensibilidad artística. En los orígenes del yudo ocurría, más bien, todo lo contrario.
Por cierto, en el Círculo de Bellas Artes se encuentra la interesante exposición 'Herencias', que reúne obras de la familia Klein (Marie Raymon, Francis e Yvez Klein) hasta el 17 de enero de 2010. Yo ya la he visitado y salí cargado de energía (azul, para más señas).
ESTUVIMOS EN LA EXPOSICION
HOMENAJE AL PINTOR QUE FUE YUDOCA
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