Fabuloso viaje representando a la Federación Española de Ju-Jitsu (FEJJTEM)
Cuando uno regresa de un viaje al extranjero, así sea un
pequeño viaje, suele venir comparando lo externo con lo interno. Lo ajeno con
lo propio. Suele ser momento de decantarse entre el patriotismo y el
despotismo; entre el ‘chauvonismo’ y el quijotismo. Y he utilizado algunas
palabras francófonas a propósito, pues acabo de llegar –como quien dice- de
Francia.
El viernes, tempranísimo, quedamos en Torrejón de Ardoz un
grupito de yu-yitsucas para desplazarnos en taxi al aeropuerto. Eran las cuatro
de la madrugada.
Al llegar al aeropuerto empezamos a padecer el síndrome del
viajero; momentos de excitación sabiamente condimentados con espacios en que te
sientes más tirado que una colilla. Todo ello aderezado con el ‘show’ de
quitarse zapatos y cinturones, colmar bandejas de plástico con enseres
personales, etc. Fueron momentos en que surgió alguna anécdota como la del
pasajero que introdujo su maleta en el calibrador del revés. NO había manera de
sacar la maldita valija. Claro que, tanto demoró el embarque que, a los últimos
nos indicaron que pasáramos casi, casi, a la carrera sin mediciones ni
gandingas.
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Wladi y Paco en acción durante una de las sesiones |
Al poco de tomar tierra en el aeropuerto de Charleroi
(Bélgica) Paco Silvestre, Jesús Domínguez, Laura Marsella y quien esto suscribe
(Wadi Martín) se reunieron con Roberto de Juan representante de la Wolrd Kobudo Federation para
España. Dicha federación internacional era la organizadora del evento que
motivaba nuestro viaje en el que representábamos a la recién creada Federación
Española de Ju-Jitsu (FEJJTEM). De hecho, éramos los únicos españoles
asistentes en un congreso en el que había representados varias docenas de
países de la Comunidad Europea
y de fuera de ella.
Alquilamos un coche en el mismo aeropuerto y desde allí nos
trasladamos a Charleville (Francia) donde teníamos reserva en el Hotel
Campanile. 90 Km.
nos separaban aún de nuestro primer destino. Y ahí surgió una de esas primeras
reflexiones de las que hablábamos al iniciar esta crónica… ¡Vaya mierda de
carreteras! Esa suele ser la expresión de un españolito que sale de su tierra
patria para viajar en coche por lo que llamamos extranjero, englobando países
de muy diversa índole. En este caso, el traslado entre baches y obras fue
tortuoso, dado que, además, el tiempo era muy malo.
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En Charleroi poco antes de tomar el avión |
En cuanto nos libramos del equipaje nos aprestamos a buscar
dónde reparar energías y fuimos a dar a un Buffalo Grill, lo mismo que podíamos
haber acabado en cualquier otro local franquiciado; un Mc Donald en Moscú…
Cosas tiene la globalización. Poco después nos dimos traslado a Bazeilles a
presentarnos a la organización y a participar en la cena bufé a base de buenos
quesos franceses regados con Burdeos. Pronto nos recogimos para descansar.
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La expedición española |
A la mañana siguiente llegamos con tiempo para realizar el
calentamiento dirigido desde la grada por una monitora de aeróbic que combinó
movimientos marciales con el ritmo trepidante de la música. Muy divertido.
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Medallistas y jueces posan juntos |
Acto seguido se distribuyó a los participantes en los seis
tatamis de que consta la Maison
Departamentale des Sports. Una magnífica instalación que nos
recordó a la de la Federación Madrileña
de Yudo en Villaviciosa de Odón. En este caso la sorpresa es que se encuentra
en una pequña población de las Ardenas y que está mucho mejor equipada. Además,
la calefacción era notable en unos días muy fríos que nos tocó vivir en esta
región del norte de Francia.
Lo que más destaco, como cada vez que visito el país galo,
es la cultura deportiva que se respira. Familias enteras evolucionaban sobre el
tatami. Niños participando en cuatro sesiones encadenadas sin manifestar ni
aburrimiento, ni indisciplina. Todo un ejemplo.
Tuvimos ocasión de participar en varias sesiones de
diferentes estilos, siempre interesantes. Algo aprendimos de todos ellos y
caímos de nueva en la cuenta de que hay que seguir aprendiendo, entrenando,
investigando y reciclándose. Esperamos poder transmitir este sentimiento en
nuestras clases a nuestros alumnos de todas las edades.
La sesión matinal comenzó a las 11:45 y finalizó a las 17:00
horas. Y ya digo que niños de ocho y nueve años entrenaron como si no
estuvieran. No dieron ni una sola queja, ni una sola pelea, ni un solo llanto,
ni una sola mamá pidiendo nada o llamando la atención sobre algo relativo a sus
retoños.
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Los niños se portaron de maravilla |
Al acabar la primera jornada retornamos al hotel a
ducharnos. Qué bien le vino el agua calentita a Wladi, que viajó con un
estupendo ataque de lumbalgia y no consiguió dejar tan molesto compañero en el
país vecino –como era su intención-. A base de tortillitas de ibuprofeno la
cosa fue discurriendo más o menos según lo previsto. Claro que también nuestro
amigo Paco tuvo que tirar de estoicismo para combatir se pertinaz ataque de tos
adjunto a su supino resfriado, también exportado desde la tierra patria. En su
caso, tuvo que hacer todo un acto de valor para pasar a dirigir una de las
sesiones, cosa que el encomendó la organización. Todo un honor y privilegio.
Paco estuvo a la altura de las circunstancias pese a encontrarse febril y
mermado.
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La cámara filma a Paco durante la clase que impartió |
La noche del sábado teníamos cena y baile organizado también
por el maestro Alain Sailly. Por una pequeña confusión, la delegación española
tuvo que disgregarse lo que dio maravillosa ocasión a compartir mesa con las
gentes del lugar. Quien esto firma tuvo el privilegio de conocer al
extraordinario grupo del Verdon Goshindo Club con quienes charló durante toda
la velada y hasta se animó a bailar con las niñas Amandine y Fanny Laure. Desde
aquí enviamos un afectuoso saludo a todo el grupo, incluidos Antony Parisi,
Guillaume Lazarin y Myriem Colas.
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Durante la cena con los amigos del Verdon Goshindo Club |
Tampoco trasnochamos mucho el sábado pues el domingo
volvíamos a tener sesión de tatami. Además, llegamos prontito a la Maison des Sports para ver
las competiciones de dúo-kata y de grappling. Incluso en mejores condiciones
físicas tal vez hubiéramos tanteado la posibilidad de tomar parte en alguna de
ellas. Pero la sorpresa fue que llegamos cuando estaban ultimando algunos
preparativos, por lo que echamos una mano espontáneamente y se nos pidió
colaborar como jueces. De nuevo todo un placer y honor que recayó en nosotros,
en este caso en Francisco Andrés Silvestre y Wladimiro Martín.
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Paco y Wladi imponiendo recompensas a los destacados |
Tras la entrega de recompensas y medallas se volvió a
distribuir a los asistentes en los seis tatamis para desarrollar otras cuatro
sesiones de entrenamientos múltiples y simultáneos. Fue entonces cuando
conocimos la sala adjunta del polideportivo con tres rings de boxeo en la que
se concentraron algunos de los asistentes a aprender con el multicampeón
mundial, el canadiense Jean Yves Thériault. También se mantuvo durante todo el
evento una sala en la que uno podía recibir masajes terapéuticos, además de que
existía cafetería en el recinto, junto a diversas salas de reuniones y
polivalentes.
Tan fatigados como contentos, o viceversa, recogimos para
empezar el retorno. Volvimos a viajar por la triste y parcheada carretera que
conduce desde Bazeilles a Charleroi empleando casi dos horas para cubrir los
cerca de 100 Km.
Comimos en un restaurante de comida rápida en el que encontramos una
hamburguesa Andalousse. De manera que la pedimos para irnos sintiendo más en
casa. Luego, volvimos a sufrir las penalidades que se pasan en todo aeropuerto.
A Roberto le registraron el equipaje y se llevó la agradable sorpresa de que el
encontraron un objeto que creía haber extraviado. A cambio tuvo que dejar entierra
una navajilla multiusos que había olvidado facturar. También Laura olvidó una
botellita de agua en la bolsa y sufrió el consiguiente registro. Ya metidos
como sardinas en lata el avión emprendió su vuelo de regreso con media hora de
retraso. De manera que llegamos a casa al día siguiente, ya lunes, dado que
pasaban de las doce de la noche.
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Wladi con su amiga francesa Fanny Laure |
En resumen, una maravillosa aventura de un largo fin de
semana comprobando lo bien que funciona la organización que preside el maestro
canadiense John Therien, que también impartió una lección magistral, como el
organizador Alain Silly. Mucho es lo que hemos vivido y algo lo que nuestras
limitaciones nos han permitido aprender. Esperamos poder compartirlo pronto
tras este tiempo de descanso en que muchos están de vacaciones. No obstante
aprovechamos para recordar que en estos días mantenemos algunos entrenamientos.
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Fantástico aspecto en el momento del saludo general |
ENTRENAMIENTOS DE SEMANA SANTA
Esta tarde de martes día 26 de marzo tenemos sesión de yudo
recreativo de 20.00 a
21.30 horas en la sala de yudo del Castillejos para infantiles, cadetes,
juveniles y adultos.
Mañana miércoles día 27 entrenaremos por la mañana en la
misma sala. De 11.00 a
12.00 horas niños y de 12.00
a 13.30 cadetes, juveniles y adultos.
Os esperamos.
NOS VEMOS EN LOS TATAMIS
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