31.10.11

Lo pasamos genial en nuestra excursión a Cercedilla




Ha sido una 'pasada'. Nuevamente hemos disfrutado de lo lindo en nuestra tradicional excursión a Cercedilla, con paseo por el Camino Puricelli y merienda en las Dehesas del Valle de la Fuenfría. Y nuevamente hemos visto respaldada nuestra medioambiental iniciativa por muchísimos de nuestros yudocas y sus familiares. 38 personas en total de AYUDAS (y/o WLAC-Yudo) iniciamos la caminata de cerca de 10 Km. desde la estación de Cercanías de Cercedilla.

El grupo más numeroso se congregó en el bulevar de la estación de Cercanías de Parla. Allí acudieron tempranito los profesores Cristina y Wladi y fueron dando la bienvenida a quienes iban llegando. Nuestro yudoca Jesús Sánchez con sus dos hijos, también yudocas, Andrés y María, fueron los primeros. Lástima que no pudiera acudir la mamá Paola, que también es practicante de yu-yitsu, con nuestros amigos del CDE Areté de Alberto Álvarez. A cambio, llegaron con la primita, Laura, de los niños.

Enseguida llegó nuestra monitora Itziar, que trajo a su primo Edgar a la actividad. Luego llegaron los padres de Daniel López con la hermanita, Carla, de nuestro nuevo yudoca del CEIP Magerit. También llegaron casi a la vez los padres de otro nuevo yudoca, en este caso de las EE.MM., Hugo Díaz. Enseguida, los dos mangas naranjas se harían muy amigos. Y poco después harían un estupendo trío con otro manga naranja muy espabilado, del Ciudad de Guadalajara; Enzo.


Al poco llegó Andres David, el sobrino de otro de nuestros yudocas de la clase de adultos, José Luis Molano. Acudió Andrés David con sus padres. Tardó poco en hacer buenas migas con Luis Alberto Champi, otro manga amarilla del Magerit, que acudió a la cita con su padre, aunque éste no pudo más que acercar a su hijo al punto de encuentro y no participó en la excursión.

Tampoco podemos olvidar a la familia Hidalgo que trajeron a los hermanos Rubio, David y Pilar, dado que el padre de estos se encuentra accidentando. Echamos de menos al matrimonio, que el año pasado acudió con sus hijos y con la familia Hidalgo. Así es que, desde aquí le deseamos una pronta recuperación.



Decíamos que Paco Hidalgo y su esposa Montse Bravo acudieron con sus dos hijos pequeños, los yudocas Iván y Luis. El mayor, nuestro cinturón negro Paquito Hidalgo, se quedó en casa este año. De hecho echamos de menos a alguno de nuestros alumnos adolescentes, que se suelen apuntar a esta excursión. Hasta escogimos el horario de este año para no obligar a nadie a madrugar y sirvió de poco en este sentido.


Desde Parla, conforme a lo previsto, cogimos el tren de las 11:16 horas en dirección a Chamartín. Allí llegamos a las 12:00 y nos encontramos con dos alumnos del CEIP Ciudad de Guadalajara a los que agradecemos enormemente el haber representado a este colegio en nuestra actividad. De esta manera contamos con el manga naranja Enzo Taconet y con el manga roja Flavio Carrasco. El pelirrojo pequeñín acudió con su padre, Christian, que también es yudoca (cinturón negro) y nos respalda en cuantas actividades realizamos, desde hace lustros. No en vano, él mismo fue alumnos del CEIP Ciudad de Guadalajara. También contamos con la presencia del manga roja de este colegio de la Alameda de Osuna, Flavio Carrasco que acudió en familia, con su hermana Martina (excelente deportista también) y con Mónica, su madre, y Salvador, de quien supimos había practicado yudo, también, cuando era niño, en el Colegio Nuestra Señora de la Fuencisla, en Usera.



Desde Chamartín salimos a la hora prevista, ya en el tren con destino a Cercedilla. Y como siempre, al pasar el Parque de la Cuenca Alta del Manzanares volvimos a divisar, a través de las ventanillas del tren, varias manadas de cervatillos y ejemplares desperdigados en grandes cantidades.


Al llegar a Cercedilla, nos encontramos con varios yudocas más de nuestras entidades. Repitieron, como el año pasado, Javier y Cristina Moreno, con sus padres; Javier Martínez con los suyos; las hermanas Susana y Mónica Espiñeira, con su padre; y Pau Inglés con el suyo.

Así es que, tras la foto tradicional de grupo, que algunos se volvieron a perder, echamos a andar en un par de grupos, dando tiempo el que salió más tarde, a los que no encontraban dónde estacionar el vehículo. La partida fue, poco más o menos, según lo previsto, pasados unos minutos de las 13:30 horas.



Enseguida se fueron formando pequeños grupos según acomodaban la marcha unos y otros a las fuerzas e intereses de cada cual. Pero este año hicimos una parada colectiva al llegar al Hospital de la Fuenfría y evitamos que se nos despistara un grupito, como el año pasado.

Así dimos ocasión a los más rezagados a volverse a agrupar y caminar juntos por las pistas que conducen a las Dehesas y al estacionamiento de Majavilán. Allí llegamos sobre las 15:30 tras dos horas de paseo que aguantaron todos los niños como auténticos jabatos.

Como, además, hacía un tiempo espléndido, comimos todos con avidez, y los niños se apresuraron a organizar sus juegos al aire libre. Los padres, por su parte, se acercaron al Bar Restaurante Cirilo, que en esta ocasión sí encontramos abierto. Allí sentaron estupendamente los cafetitos calentitos y descubrimos que este establecimiento sólo cierra un mes al año; del 13 de noviembre al 13 de diciembre. Y recordando, descubrimos que nuestra anterior excursión a Cercedilla se celebró el 13 de noviembre de 2010. Mira que tuvimos tino para encontrarnos cerrado el fenomenal chiringuito en el primer día que se tomaba de vacaciones. Lo tendremos en cuenta a partir de ahora para sucesivas subidas en grupo al Valle de la Fuenfría de la sierra madrileña.


Tras los cafetitos, algunos caminaron hasta la calzada romana cuyo comienzo de los restos se encuentra cercano. Otros siguieron jugando por la explanada de la Fuente de la Teja.

La vuelta fue un pelín apresurada dado que nos descuidamos con los horarios de gustito que estábamos todos. Y quedó demostrado que se camina mucho más ligero cuesta abajo. Vinimos a recorrer la misma distancia en casi la mitad de tiempo. Con ello, conseguimos llegar al tren que salía a las 18.35 sin necesidad de esperar toda una hora al siguiente.

En el propio tren de vuelta fuimos despidiéndonos dado que los primeros en bajar fueron Cristina y Wladimiro que se apearon en Matespesa (Alpedrete), pues habían quedado en pasar la noche en casa de la hermana del profe. Luego, en el resto del viaje algunos aprovecharon para echar una reparadora siestecita. Ahora, nos queda el resto del puente para recuperar fuerzas y energías de esta estupenda pero fatigosa excursión. Hay que reconocer que tenemos unos yudocas muy valientes. Algunos mangas naranjas cubrieron sin pestañear los casi 10 Km. de recorrido total de nuestra ruta.

Antes de acabar volvemos a recordar que estamos a la espera de cuantas fotos nos hagáis llegar y agradecemos a Christian las que ya nos ha hecho llegar, algunas de las cuales ya ilustran esta crónica. Adems, aprovechamos para agradecer la participación de cuantos vinieron a esta ya tradicional salida de WLAC-Yudo y os esperamos en la próxima en la que estamos seguros, acudirán muchos de los que no han podido sumarse a ésta.


Un último consejo: id poniendo a punto vuestras bicicletas. Parece que el invierno se va a resistir a llegar y lo mismo acertamos con algún fin de semana soleado para organizar otra de nuestras salidas; en este caso en bici. Si nuestro calendario nos lo permite, procuraremos organizar una salida en bici en noviembre.


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