El pasado domingo tuvimos el “Open Nacional cadete” en el Fernando Martín de Fuenlabrada.
En primer lugar decir que nuestro representante, Raúl Abial no estuvo muy fino que digamos. Perdió a las primeras de cambios con el que luego resultaría sub-campeón del torneo. Luego se repescó y ganó un encuentro por ipón al representante de Castilla La Mancha. Después, perdió contra el canario, al que iba ganando por yuko, en un competido encuentro en el que se vió al mejor Raúl.
En segundo lugar, felicitamos desde aquí a la parleña Lorena Blanco que quedó sub-campeona de su peso en el mismo “Open” (¿por qué lo llamarán ‘open’ si hay siete pesos por categoría?). el caso es que felicitamos a la yudoca del Club deportivo Alterna y nos sentimos muy orgullosos de que, de vez en cuando, viene a entrenar con nosotros.
Y por hablar un poco de algunas cuestiones de este llamado ‘Open’, diremos que se citó a los deportistas a las ocho de la mañana. (De la madrugada diríamos en broma). Pero la broma fue para los familiares de los yudocas que estuvieron esperando (cerca de un centenar) a las puertas del Polideportivo, hasta que las abrieron una hora después. Un bonito detalle para promocionar nuestro deporte. Pero hubo más.
Por poner el ejemplo de nuestro representante, diremos que estuvo a las ocho de la mañana en el Polideportivo, como se le había indicado. No se le entregó ni una camiseta, ni un poster, ni un escudo, ni ‘ná’ de ‘ná’. Desde las ocho de la mañana, tuvo que esperar hasta las 11:15, en que intervino por primera vez en el torneo. Otras veces hemos criticado deportes como el fútbol (ver www.wladiario.blogspot.com), pero, nos quedamos sin argumentos cuando asistimos a campeonatos tan largos y tediosos como el del pasado fin de semana. Luego nos quejamos de que la juventud abandona nuestro “apasionante” deporte.
OTRA PERLA
En la categoría de menos de 50 kilogramos se produjo un lindo espectáculo en uno de los encuentros. En plena disputa, uno de los muchachos arrojó un vómito sobre el tatami. Uno de los árbitros del tatami, nuestro viejo amigo Antonio López Toro que estaba fuera –sin arbitrar-, nos hizo un comentario al ver el vómito. Hace unos minutos han descalificado a un murciano y no ha devuelto ni la mitad que ese zagal. Pero los árbitros no se decidían a aplicar el reglamento. Llamaron al médico y la señora galeno determinó (según nos dijeron después) que no se trataba de un vómito. No dudamos ni un ápice de la capacidad de la señora doctora, pero estamos seguros de que maneja poco el Diccionario de la Real Academia. El caso es que, tras la consulta al médico, el chico prosiguió su encuentro. Dos cositas… Lo que el Diccionario de la Real Academia dice que significa vomitar es: “tr. Arrojar violentamente por la boca lo contenido en el estómago”. Ahora viene la pregunta. ¿De dónde sacaría el muchacho el líquido que echo por la boca, para no ser un vómito? La otra cosita es, casi, si se nos permite, la más importante. Mientras se recurrió a los ‘popes’ del arbitraje para tomar la determinación de que el encuentro siguiera, tras estar interrumpido cerca de un cuarto de hora, el vómito (nosotros sí que lo llamamos por su nombre) estuvo en el tatami, sin que nadie lo limpiara. Bonito espectáculo. Pero que muy bonito y edificante para todos. Y a todo esto, los dos muchachos, el del vómito y el que no había vomitado, esperando plantados en el tatami, mirando de reojo la regurgitación (‘useáse’ vómito), sin poder hacer nada. ¡Qué lindezas!
CONCLUSIÓN (por decir algo)
Entre tanta anécdota digamos que vimos muy poquito Yu-Do. O casi nada si tenemos en cuenta lo que significan las dos palabritas que definen nuestro deporte (YU= flexible, fluido; DO= camino). Sí que vimos fantásticos luchadores de quince años, vimos esforzados atletas de músculo y temperamento ataviados con yudoguis haciendo una lucha parecida a la grecorromana, pero descalzos y sobre tatamis de los que se usan en yudo. También vimos entrenadores (adiestradores podríamos añadir con más concisión) que bramaban por que sus luchadores ganasen a cualquier precio (o casi); y, casi siempre, el precio era olvidarse de hacer yudo.
Y a todo esto, sólo se consiguió una medalla de plata entre los 28 deportistas masculinos de Madrid. Ni uno sólo más se clasificó entre los tres primeros de ninguno de los siete pesos. Y eso que seguimos desde hace años con las famosas concentraciones urbanas en las que se aplica el famosos sistema de machaque "sálvese quien pueda". Habrá que tener paciencia ¿no?
En primer lugar decir que nuestro representante, Raúl Abial no estuvo muy fino que digamos. Perdió a las primeras de cambios con el que luego resultaría sub-campeón del torneo. Luego se repescó y ganó un encuentro por ipón al representante de Castilla La Mancha. Después, perdió contra el canario, al que iba ganando por yuko, en un competido encuentro en el que se vió al mejor Raúl.
En segundo lugar, felicitamos desde aquí a la parleña Lorena Blanco que quedó sub-campeona de su peso en el mismo “Open” (¿por qué lo llamarán ‘open’ si hay siete pesos por categoría?). el caso es que felicitamos a la yudoca del Club deportivo Alterna y nos sentimos muy orgullosos de que, de vez en cuando, viene a entrenar con nosotros.
Y por hablar un poco de algunas cuestiones de este llamado ‘Open’, diremos que se citó a los deportistas a las ocho de la mañana. (De la madrugada diríamos en broma). Pero la broma fue para los familiares de los yudocas que estuvieron esperando (cerca de un centenar) a las puertas del Polideportivo, hasta que las abrieron una hora después. Un bonito detalle para promocionar nuestro deporte. Pero hubo más.
Por poner el ejemplo de nuestro representante, diremos que estuvo a las ocho de la mañana en el Polideportivo, como se le había indicado. No se le entregó ni una camiseta, ni un poster, ni un escudo, ni ‘ná’ de ‘ná’. Desde las ocho de la mañana, tuvo que esperar hasta las 11:15, en que intervino por primera vez en el torneo. Otras veces hemos criticado deportes como el fútbol (ver www.wladiario.blogspot.com), pero, nos quedamos sin argumentos cuando asistimos a campeonatos tan largos y tediosos como el del pasado fin de semana. Luego nos quejamos de que la juventud abandona nuestro “apasionante” deporte.
OTRA PERLA
En la categoría de menos de 50 kilogramos se produjo un lindo espectáculo en uno de los encuentros. En plena disputa, uno de los muchachos arrojó un vómito sobre el tatami. Uno de los árbitros del tatami, nuestro viejo amigo Antonio López Toro que estaba fuera –sin arbitrar-, nos hizo un comentario al ver el vómito. Hace unos minutos han descalificado a un murciano y no ha devuelto ni la mitad que ese zagal. Pero los árbitros no se decidían a aplicar el reglamento. Llamaron al médico y la señora galeno determinó (según nos dijeron después) que no se trataba de un vómito. No dudamos ni un ápice de la capacidad de la señora doctora, pero estamos seguros de que maneja poco el Diccionario de la Real Academia. El caso es que, tras la consulta al médico, el chico prosiguió su encuentro. Dos cositas… Lo que el Diccionario de la Real Academia dice que significa vomitar es: “tr. Arrojar violentamente por la boca lo contenido en el estómago”. Ahora viene la pregunta. ¿De dónde sacaría el muchacho el líquido que echo por la boca, para no ser un vómito? La otra cosita es, casi, si se nos permite, la más importante. Mientras se recurrió a los ‘popes’ del arbitraje para tomar la determinación de que el encuentro siguiera, tras estar interrumpido cerca de un cuarto de hora, el vómito (nosotros sí que lo llamamos por su nombre) estuvo en el tatami, sin que nadie lo limpiara. Bonito espectáculo. Pero que muy bonito y edificante para todos. Y a todo esto, los dos muchachos, el del vómito y el que no había vomitado, esperando plantados en el tatami, mirando de reojo la regurgitación (‘useáse’ vómito), sin poder hacer nada. ¡Qué lindezas!
CONCLUSIÓN (por decir algo)
Entre tanta anécdota digamos que vimos muy poquito Yu-Do. O casi nada si tenemos en cuenta lo que significan las dos palabritas que definen nuestro deporte (YU= flexible, fluido; DO= camino). Sí que vimos fantásticos luchadores de quince años, vimos esforzados atletas de músculo y temperamento ataviados con yudoguis haciendo una lucha parecida a la grecorromana, pero descalzos y sobre tatamis de los que se usan en yudo. También vimos entrenadores (adiestradores podríamos añadir con más concisión) que bramaban por que sus luchadores ganasen a cualquier precio (o casi); y, casi siempre, el precio era olvidarse de hacer yudo.
Y a todo esto, sólo se consiguió una medalla de plata entre los 28 deportistas masculinos de Madrid. Ni uno sólo más se clasificó entre los tres primeros de ninguno de los siete pesos. Y eso que seguimos desde hace años con las famosas concentraciones urbanas en las que se aplica el famosos sistema de machaque "sálvese quien pueda". Habrá que tener paciencia ¿no?
QUÉ RAZÓN TIENES WLADI!!! SIGUE CON TU LUCHA QUE SOMOS MUCHOS LOS QUE TE APOYAMOS
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