Fue un verdadero placer volver al Gimnasio Banzai y más hacerlo acompañado de una alumna de la categoría de Ariadna Gamito. La parleña fue escogida para tomar parte en un entrenamiento especial en el que un selecto grupo de mangas rojas trabajaron con nuevos métodos ideados por el maestro Rafael Ortega.
A estas alturas nos parece pedante resaltar la admirable labor por el yudo que hace Rafael Ortega, siempre al pie del cañón (como pocos), siempre evolucionando e investigando (como ninguno). Fruto de esta inacabable pasión que tiene Ortega por el yudo en evolución ha surgido ahora un nuevo proyecto que tuvimos ocasión de ver en vivo y quedamos impresionados.
Lo singular del evento no fue solo la novedosa forma de plantear el entrenamiento. Además, los niños evolucionaban desarrollando el trabajo marcado por sus fichas; ordenadas por su grado de dificultad técnica.
Pero, además, compartieron tatami con yudocas adultos que entrenaban del mismo modo, aunque con diferentes fichas. De este modo, nuestros mangas rojas tuvieron ocasión de compartir tatami, nada menos que con todo un campeón como Ángel Parra. Con ello, niños de nueve años de edad vieron premiado su interés y comprendieron que es cuestión de tiempo el pasar a entrenar como los grandes campeones… ¡ya lo están haciendo!
Finalmente, como todos los años por estas fechas, el grupo de profesores de la escuela R. Ortega dedicó un buen rato a discernir cómo evolucionan las clases y a hablar de cuestiones que afectan al colectivo; al equipo de trabajo. Capítulo destacado tuvo el recién celebrado Festival de Yudolandia en Ajalvir, como no podía ser de otro modo. . En ese sentido, ya se trabaja para corregir los pequeños detalles que pudieran ser susceptibles de mejora, para el futuro. No obstante, tras pulsar la opinión de los interesados (alumnos y familiares de alumnos) estamos orgullosos de poder decir que todo salió de maravilla y que nuestra escuela se ha apuntado un nuevo triunfo.
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