- Naira Pérez y María Sánchez campeonas de dúo-kata en Trofeo Rincón del Jiu-Jitsu
- Sergio Cortés, sub- campeón en lucha en V Trofeo Rincón del Jiu-Jitsu
- Miguel Serrano séptimo clasificado en la Final Autonómica cadete
- José Alberto, séptimo clasificado en la Final Auotnómica infantil
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José Alberto, en el centro de la imagen, con sus compañeros Javier y Marco Antonio |
Va a ser difícil de olvidar esta pasado sábado día 4 de mayo en que tanto esfuerzo hubo de hacerse y tanto esfuerzo se requirió de muchos de los representantes de nuestro colectivo. Además, no podemos olvidar que hoy domingo día 4 se acaba un gran puente para los millones de madrileños que conformamos lo que llamamos Comunidad Autónoma. Con todo, el balance ha sido muy bueno y eso que hubo muchas anécdotas y dificultades de las que ahora vamos a pasar a dar cuenta. Y lo vamos a hacer, como suele ser nuestra costumbre, con detalle. Para eso está el YUDIARIO, para quienes gustan de leer y enterarse de nuestras peripecias y opiniones. ¡Allá vamos!
Para empezar, tenemos que felicitar a los maestros Rafael
Ortega y Manuel Jiménez, que en tan complicada jornada consiguieron reunir a
más de medio centenar de yudocas en el tatami del CSD. También nos sentimos orgullosos
de haber contribuido con la presencia de dos de nuestros deportistas: Sergio
Ranera y José Manuel Sieiro. El primero se desplazó desde Guadalajara y el
segundo desde Illescas. Es decir, que ambos se tomaron la molestia de acudir al
entrenamiento federativo desde distintas otra Comunidad Auotónoma. ¡Todo un mérito!
Allí estuvo, haciendo acto de presencia, el profesor
Wladimiro, para comprobar, una vez más que algunos jóvenes no se toman tan en
serio este tipo de oportunidades como el sentido común indica debieran hacer. Ellos
sabrán.
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José Manuel Sieiro, en el centro de la imagen, atraviesa la colchoneta haciendo el pino |
Al mismo tiempo, la profesora Cristina acudía al
Polideportivo Joan Miró de Móstoles, con la monitora María, para atender a
nuestros chavalines. También la monitora Itziar se acercó a echar una mano y
hasta Sergio Ranera decidió, al finalizar su entrenamiento, acercarse al
mostoleño pabellón deportivo a pasar el día colaborando con la buena marcha del
evento.
El entrenamiento fue muy intenso y vino a sustituir el
torneo de yudo amistoso dado que la gran mayoría de los participantes eran de
nuestro club. No era cosa de hacer que se desplazasen hasta Móstoles para
concursar entre ellos. De manera que la decisión de la organización nos pareció
un acierto. Además, todos los niños se fueron con premio.![]() |
María e Itziar, nuestras monitoras |
A continuación, comenzó el Torneo de jiu-jitsu para las
categorías de infantiles, cadetes, junior y senior; en las modalidades de lucha
y de dúo-kata. También en este apartado tuvimos representación. Nuestro
deportista Sergio Cortés concursó en lucha (-69 Kg.) obteniendo una
meritoria plata.
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Sergio, el primero por la izquieda, en el podio |
A todo esto, el profesor Wladimiro se desplazaba desde el
CSD hasta la localidad de Villaviciosa. Allí se disputaba la Final Autonómica de cadetes y
allí contábamos con la representación de Miguel Serrano. No lo hizo nada mal
aunque cometió algunos errores. Su prime encuentro lo resolvió bastante bien
ante un duro rival al que acabó venciendo por aplicación de técnica de
sime-uasa (lo que habitualmente conocemos por estrangulazión). En su segundo
encuentro, tuvo pocas oportunidades pues su rival se anticipó y conectó un
estupendo movimiento de cadera. Nada que objetar.
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Naira, María y Marta en el centro del podio |
Miguel fue repescado y tenía una gran oportunidad en su
primer encuentro. El rival parecía asequible y a las primeras de cambio se notó
que Miguel podía, pero no andaba muy concentrado. De hecho, en un movimiento
demasiado infantil se dejó inmovilizar por su adversario, que, naturalmente,
aprovechó el regalo. Será que hacemos poco trabajo de suelo en nuestras clases…
¡Debe de ser eso!
Al final Miguel quedó en séptima posición, una clasificación
honrosa que supo a muy poco viendo el sorteo y las posibilidades de que
dispuso. Pero nuestro deportista ya ha tomado buena nota de cómo afrontar el
futuro –entrenar más y con mejor actitud- por lo que creemos muy positiva su
experiencia.
Al finalizar el concurso nuestro cadete, todavía tuvo tiempo
el profesor de acercarse al Joan Miró de Móstoles, para apoyar a Sergio en su
participación. Al finalizar, profesores y monitores comimos sin abandonar las proximidades
del polideportivo dado que a las 15:30 horas estaban citados los benjamines y alevines
que habrían de participar en dúo-kata. Con el tiempo justo para dar las
bienvenidas a los que llegaron puntuales, Wladimiro volvió a trasladarse a
Villaviciosa de Odón, mientras Cristina, María, Itziar y Sergio acompañaban a
nuestros niños y se aprestaban a colaborar con la organización.
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Sergio y María asistiendo desde una de las mesas de control |
Una tarde muy larga
Mientras Wladimiro retornaba a Villaviciosa en Móstoles se
quedaba parte de nuestro equipo atendiendo a los alevines y benjamines que
llegaban escalonadamente. Muy de agradecer, a partir de ese momento, la ayuda
de Laura Sebastián, que ejerció como una monitora más. Sinceramente
agradecidos.
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María Carbonell y Laura Sebastián, con la lista de participantes en la mano |
Al poco dio comienzo el Trofeo en su modalidad de dúo kata
para los pequeños. Fue entonces cuando se vivieron algunos de los momentos más
simpáticos y también espectaculares de la tarde. Muchos de nuestros alevines y
benjamines van cogiendo el pulso a este tipo de encuentros de dúo-kata, de katas
musicales o de kata en sentido general. Muy destacado fue el papel de la pareja
formada por Naira Pérez y María Sánchez, que acabó proclamándose campeona en su
categoría. Además, María se llevó dos medallas dado que en el mismo grupo
consiguió el bronce con su compañera Marta Serrano, que también ha tenido un
arranque fulgurante en éste, su primer curso como yudoca.
Entre tanto, en Villaviciosa de Odón teníamos a tres representantes
infantiles participando en la Final
Autonómica. Tanto para Javier Martínez, como para Marco
Antonio Mingorance se trataba de su primera cita de importancia en dicha
categoría. El próximo curso volverán a poder concursar en la categoría
infantil, momento en que darán su verdadera talla.
Juan Carlos, Alba y Paulina, del CEIP Magerit de Parla |
Javier Martínez saltó al tatami, justo al mismo tiempo que su compañero José Alberto; cada uno en un extremo del pabellón. Demasiado por un club humilde como el nuestro en el qe andamos detrás de la fórmula esa de la ubicuidad pero no damos con ella. Javier, no tuvo su día. Saltó a la cancha muy frío y poco concentrado. Fue una pena porque es un yudoca muy trabajador que ya va mereciendo alguna alegría. Seguro que llega muy pronto.
José Alberto lo iba haciendo de maravilla, al mismo tiempo. Su
ventaja era de un uasari y un yuko. Pero se vino abajo físicamente y se complicó
un primer encuentro del que salió desfondado. Es verdad que José Alberto hace
un notable esfuerzo viniendo a entrenar desde Pinto. Pero no lo es menos que
estos muchachos, en líneas generales, no saben encontrar momento para hacer un
poco de Putin, montar en bicicleta, etc. En los momentos de tiempo libre, para
mejorar su forma física (o no perderla en días de vacaciones).
Carlos Bermejo, con gran estilo, durante su actuación |
José Alberto repescó y no lo hizo mal, pero ya contaba con un lastre importante: una fatiga tremenda. Al final, como en el caso de su compañero, el cadete Miguel, su honroso séptimo puesto supo a poco. Pero también creemos que la experiencia fue muy positiva para José Alberto, que sólo hace unas semanas se tomaba de muy diferente manera sus entrenamientos. De un tiempo a esta parte su actitud ha cambiado diametralmente y ponto empezará a recoger frutos.
Hemos dejado para el final el relato del encuentro de Marco
Antonio porque fue esperpéntico. Ahora que Dalí tiene una exposición soberbia
en el Reina Sofía, creemos que más de uno se ha dado un paseo por allí –mira que
lo dudamos- y ha querido hacer del surrealismo su bandera.
Marco Antonio se mostró más combativo y eficaz que su rival al que dominó en todo momento y, sin embargo, al finalizar el encuentro el marcador reflejaba lo contrario. Para empezar, desapareció por arte de magia un uasari a su favor. Luego, los árbitros le escamotearon dos volteos que bien pudieron ser valorados ambos como yuko. Poco después, sancionan a ambos por falta de acometividad –surrealista, ya digo- y al poco, cuando inmoviliza a su rival no se considera el osaekomi. Poco después le inmovilizan a él fuera del área de combate, mientras el juez señala que están ambos fuera y el árbitro central sí que corre para señalar un oasekomi inexistente. Uno ya lleva demasiados años en este mundillo como para no comprender algunas cosas. Sigue habiendo árbitros prepotentes a los que hay que reclamar más imparcialidad y, sobre todo, más sensibilidad; más amor al yudo ¡Al de todos! Bien es cierto que en estas edades el resultado debe de seguir siendo secundario (y terciario) valiendo siempre más el esfuerzo del deportista, su actitud, su puesta en escena su despliegue técnico (el que sea con arreglo a su edad). Pero no es menos cierto que a estas edades hay niños con un espíritu crítico muy desarrollado y con mucha inteligencia como para no comprender que había mucha hostilidad hacia su persona. Precisamente nuestro yudoca Marco Antonio es uno de ellos. Además de ser un excelente yudoca es un fenomenal estudiante y sigue una interesante carrera musical, formándose como violinista en el Conservatorio de Getafe. De ahí que apelemos a la sensibilidad del colectivo arbitral. Es en estas edades en las que se produce –estadísticamente hablando- el mayor número de abandonos en la práctica del yudo.
Los más pequeños aguardando al momento del comienzo de sus encuentros |
Todo esto lo decimos aquí ya que, in situ, procuramos, tras dar nuestra queja, quitar yerro al asunto. Aplaudimos al árbitro que vino a charlar con nosotros intentando dar su versión de los hechos con ánimo de conciliar y no entendemos a los otros dos que no se tomaron ni la molestia de dar su explicación. Simplemente no recordaban el uasari de Marco Antonio. Para colmo, fue en un movimiento muy similar al que se produjo cuando su rival cobró igual puntuación en un gesto muy dudoso, que tanto podía haber sido a favor de Marco Antonio como de su adversario.
En fin, son cosas del deporte que hay que aceptar, pero te
vienen a suceder, casi siempre, en encuentros con clubes de mucho prestigio o
presencia –lo que se prefiera- en el ámbito de la Federación Madrileña
de Yudo (la de todos los yudocas madrileños -¿todos?-).
Se nos marchó Marco Antonio ofuscado por más que le explicamos el gran valor de haber tomado parte en tan importante cita y haber estado a tan gran nivel. No lo pudo hacer tan pronto supo que no iba a repescar porque había prestado su yudogui azul a otro deportista de un club amigo, David Lechosa del TKD Coslada. Se marchó cariacontecido sin llegar a comprender nuestras palabras de ánimos y esperemos que no se haya ido con la música a otra parte, porque tiene un gran futuro, también, como yudoca.
También el profesor Wladimiro se marchó con la música a otra
parte. Vuelta a enfilar el camino hacia el Polideportivo Joan Miró de Móstoles.
Allí había subido la temperatura y el pabellón empezaba a ser un hervidero. Llegaban
los minibenjamines y los menores; los que nuestras amigas Patricia y Leticia
denominan “chupetines”.
Daniel, Edgar, Raúl y José Luis con sus medallas |
El torneo se alargaba. En eso la responsabilidad non fue de la organización. O, en todo caso, no sólo fue de la organización. Vimos niños muy pequeños, incuso algunos que no participaban en el Trofeo, corriendo por todas partes e invadiendo zonas de competición. Algunos padres asaltaban zonas restringidas para jugar con sus hijos o tomar fotos en el podio que, por momentos, se convirtió en poco menos que una atracción de feria. Incluso se retrasó la entrega de medallas por esta permanentemente ocupado por quienes no debían estar en él en ese momento. A todo ello se sumaba la sempiterna inquietud de los niños más pequeños y su falta de atención. Hubo que luchar, casi a brazo partido, para sacar adelante el evento que con tanto cariño habían organizado nuestras compañeras del Rincón del Jiu-Jitsu. A última hora llegaban algunos padres a dar quejas por la clasificación de sus hijos de 4, 5 y 6 años de edad. Todo ello ante la pasividad de los propios entrenadores del club, que en lugar de evitar que el padre llegase hasta la organización se sumaban a la protesta ralentizando aún más la conclusión del campeonato. Una pena.
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Aarón y Ainhoa en el podio |
En lo que a nosotros concierne, diremos que también nuestros pequeñines lo hicieron muy bien en una especialidad que no es la nuestra. También diremos que se notó quienes son los que habitualmente trabajan y se esfuerzan en las clases y quiénes los que no lo hacen tanto. Además, influyó que algunos fallaron a última hora, dejando a algunos niños colgados con el ejercicio que habían preparado. Y recordamos que los últimos tres viernes se dedicaron a que los niños aprendieran y entrenaran sus ejercicios. Hubo que modificar parejas con lo que todo el trabajo se vino abajo en algunos casos.
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María y Naira en acción |
Dicho todo esto también queremos dejar aquí por escrito que sabemos a través de nuestros viajes y de congresos o eventos internacionales como se comportan los niños de otros países en eventos de este tipo. Los niños y sus padres. Recientemente, en la Eurobudo celebrada en Francia hubo cerca de medio centenar de niños de cortas edades participando en el evento. Fueron cuatro horas seguidas el sábado y otras cuatro el domingo. Y era como si no hubiera niños (ni padres). Ninguno salía sin permiso del tatami; ni a beber agua, ni a mear… ni tampoco a cagar (con perdón). Ningún familiar abandonaba el espacio asignado –grada- si no era para salir del pabellón a estirar las piernas (o a jugar con os niños más pequeños fuera del recinto en que se celebraba la actividad). No había niños vestidos de calle jugando por las instalaciones. Tampoco había ningún niño, de paisano o con kimono tirado por el suelo, ni encaramado en lugares que sólo la imaginación infantil hacen escalables. Y no por ello vimos chillar, ni golpear a los niños. Igual se trata de esa palabra… Cómo era esa palabra… Creo que se decía algo así como Educación.
Fernando y Brando durante su actuación |
Como resumen a esta larga crónica (que su tiempo lleva y no siempre se aprecia el esfuerzo de informar –gracias-) diremos que acabamos la larga jornada muy satisfechos y orgullosos, una vez más, de nuestros deportistas y del gran equipo que tenemos. También nos sentimos honrados de tener amigos como los que tenemos. Felicitamos pública y efusivamente a todo el Club Rincón del Jiu-Jitsu por su esfuerzo, por el gran evento que organizaron y por lo mucho que aguantaron. También por su profesionalidad y capacidad organizativa.
¡Qué bonitas medallas! |
En lo que a nosotros toca, quitando detalles técnicos que hablamos en donde se tienen que hablar –el tatami- valoramos mucho el esfuerzo de nuestros yudocas y deportistas de todas las edades y la implicación de nuestros padres. Son ejemplares, casi siempre, y ya podían tomar un poco de ejemplo de ellos algunos otros… ¡Parecen franceses! o extranjeros por si hay alguna francofobia por ahí.
Gracias a todos por una larga y densa, pero también fenomenal, jornada deportiva.
Os animamos a seguir este YUDIARIO ahora que se atropellan
las actividades en este ‘sprint’ de final de curso, para estar puntualmente
informados. Y, como siempre:
NOS VEMOS EN LOS TATAMIS
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