7.6.05

FIN DE CURSO C.P. RAMON CARANDE

>Se nos fue un curso más en el colegio Ramón Carande
Se nos va acabando el curso 2004 – 2005 y nos llena de sentimientos contradictorios. El primero y más fuerte es, por supuesto, el de tristeza de perder de vista durante mucho tiempo a nuestros fantásticos yudocas. Algunos vendrán cambiados, otros quizás no sigan estudiando yudo con nosotros (estudiando la vida; preparándose para ella con la ayuda del yudo). A todos les esperamos ansiosos, para seguir siendo espectadores privilegiados de su maduración en hombres y mujeres fabulosos –tenemos lo mejor de la juventud; solemos decir-. Pero, por otro lado, también llegamos a estos momentos con mucho trabajo y creemos se aproxima nuestro merecido descanso. Son momentos en que uno ya ve el fin y se lanza hacia él sabiendo que luego llega algo de pena (¡se acabó!). Pero todo lo que acaba permite que algo nuevo empiece y ya andamos con un ojo puesto en nuestro final de curso y otro en nuestros proyectos inmediatos. Pronto iréis teniendo noticias.
De momento, a los que hemos despedido es a los muchachos del C.P. Ramón Carande de Torrejón de Ardoz. El trabajo en este centro ha sido agotador, en especial con el grupo de adolescentes. Pero creemos que hemos salvado un curso interesante, aunque probablemente sea el que más nos esté haciendo reflexionar –el grupo de adolescentes-: habrá cambios. Lo que sí tenemos que hacer sin dejar pasar más tiempo es pedir disculpas. En el informe que se entregó a los padres de estos yudocas del C.P. Ramón Carande en nuestra fiesta de despedida del curso, se filtraron por error algunas notas personales del profesor Wladimiro, que jamás debieron publicarse. Un lapsus lamentable, provocado por nuestro escaso dominio de ciertos programas informáticos que esperamos entiendan. Ya nos hemos disculpado ante quienes pudieran sentirse heridos por ello y lo volvemos a hacer desde este lugar ante todos.
En cuanto a la finalización del curso, propiamente dicha, hay que recordar que el martes 31 de mayo, cuando íbamos a comenzar nuestra fiesta de despedida, en Torrejón de Ardoz diluviaba. Por primera vez en los 14 cursos que llevamos impartiendo la actividad en el centro, se celebró nuestra clausura en nuestro pequeño gimnasio. Aunque de reducidas dimensiones, hay que decir que la sala estaba espléndida, con las colchonetas relucientes; recién tapizadas por los profesores Cristina y Wladimiro. Se reunió a los alumnos de los dos grupos –el de mangas naranjas y verdes, con el de infantiles, cadetes y juveniles- y todos juntos demostraron su progresión en este deporte. Fueron muchos los padres que asistieron a nuestra sencilla y humilde despedida; todos salieron contentos de la participación de sus hijos, que, de momento, van por buen camino, por buen “do”. No hay que olvidar que yu-do son dos palabras japonesas que vendrían a traducirse como camino (“do”) y fluido o flexible (“yu”). Es algo así como hacer de nuestra vida el camino incruento; la vía fluida.
En el aspecto deportivo, al recontar los puntos entregados por los más pequeños, nos encontramos con que Armin Heidarinezhad (manga verde) resultó el campeón del curso con 302. En segundo lugar con 243 puntos entregados estuvo Luis Antonio García (manga verde). El tercer puesto fue para Alberto Casas (manga naranja) con 206 puntos.
Eso en cuanto a la clasificación general. En la de mangas naranjas fue segunda Cristian Moreno a quien sólo faltaron 13 puntos para alcanzar a su compañero Alberto, que le “quitó” el tercer puesto de la clasificación general. Tuvo 193 puntos. Los terceros clasificados en mangas naranjas, fueron Adrián Fernández (139) y José Miguel Cuesta (84), mientras que en mangas verdes lo fue Alba Toledo (114). Todos se llevaron su correspondiente trofeo, pues al margen de esta clasificación que sólo pretende animar a los niños a seguir entrenando y aprendiendo mucho yudo, lo cierto es que todos completaron un excelente curso.

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