No fueron los únicos preparativos. Las inscripciones (que se estuvieron recogiendo hasta ultimísima hora pese a haber pedido diligencia en su entrega), las circulares, los listados, la programación, los ensayos, la recogida del tatami de diversos centros, la colocación de todo el material, incluida la megafonía, la cartelería…
Llegó el gran día. El viernes 23 teníamos ya todo el material en el Pabellón Castillejo pero había que organizarlo todo. Habíamos vuelto a quedar un buen grupo de voluntarios para poner todo en marcha. En colocar el tatami tardamos poco, la verdad, pero luego, estuvimos largo rato discutiendo sobre el momento álgido del festival: la llegada de Papá Noel y la entrega de regalos. Tras muchas ideas encadenadas dimos con la mejor solución. El papá Noel de yudo haría su aparición en el Pabellón, pero iría, posteriormente, al recibidor a entregar los regalos a los niños en orden escalonado; primero mangas naranjas, luego verdes, etc. Fue todo un acierto fruto de saber escuchar y de saber trabajar en equipo con libertad y sin imposiciones.
Casi una hora antes de lo previsto apareció algún niño dispuesto a comenzar la actividad. Tuvimos que rogar algo de paciencia e ir reuniendo niños en el recibidor del Pabellón. Un poco más tarde, cuando pasaban unos minutos de las 18.00 horas, los monitores empezaron a trasladar niños a los correspondientes vestuarios, claramente identificados por carteles de colores. Había uno para mangas naranjas, otro para mangas verdes, otro para mangas rojas, amarillas y azules, otro masculino y otro femenino. En total dimos buen uso de los cinco vestuarios del Pabellón pues en cada uno un monitor entretenía a los niños, recordando las canciones, poniendo a hacer pis a los más chiquitines, anudando correctamente los cinturones, etc. Ni un solo detalle se dejó al azar.
Puntualidad británica
A las seis y media en punto empezaron a aparecer en el tatami los niños, conforme a lo previsto. Dejaban sus chanclas en los bordes y se colocaban en fila para saludar. Ese momento lo aprovechaba Wladimiro Martín para dirigirse al público agradeciendo su presencia y explicando el objetivo principal del festival. No era otro que dar ocasión a los padres de ver cómo se trabaja con un sistema multinivel como el nuestro, con arreglo a lo que se viene haciendo en las clases de yudo, pero en un enorme tatami con más de 120 yudocas a la vez, cada cual haciendo lo que le corresponde hacer por su edad. Y todo ello con absoluto orden, dentro de un ambiente en el que el niño evolucionaba con espontaneidad y naturalidad. Todo un reto que se volvió a afrontar y a culminar con éxito sin necesidad de orden y mando. Es que detrás de lo que se vio hay muchísimas horas de trabajo y un gran equipo tan cargado de experiencia como de energía e ilusión por hacer bien el trabajo.
De esta manera, tras dirigir unas palabras al público, se comenzó el calentamiento de la forma más divertida posible: cantando. Ya empiezan a ser famosas nuestras canciones de yudo, de manera que estamos empezando en contratar un estudio de grabación y hacer una maqueta para presentar a concurso nuestros temas. Como detalle simpático diremos que, junto a los profesores, saludaron los niños con cinturón de honor (negro o rojo), como les corresponde en todas nuestras clases de yudo.
A continuación, se procedió a realizar una tabla de gimnasia en la que intervinieron algunos profesores y monitores para que los niños no se perdieran. Hay que recordar que en el tatami de Parla se reunieron niños de muy diversas procedencias y colegios (Parla, Pinto, Madrid, Loeches), por lo que la labor de los monitores era primordial y no defraudó ninguno. Estuvieron a la altura de lo que de ellos se esperaba, así como todo el equipo que se lució dando verdadera sensación de solidez y haciendo vislumbrar el enorme potencial que tiene y el gran futuro que le espera.
Tras la gimnasia se empezaron a realizar ejercicios de traslado a lo ancho del tatami (la gamba, coreanos, cangrejos, cosacos…) y posteriormente nuestras caídas y ejercicios gimnásticos (rodando hacia delante, rodando hacia atrás, deslizante hacia delante, voltereta lateral, pino puente, rondada con quinta, y, finalmente… el mortal). Bueno, realmente no fue el mortal el último ejercicio acrobático, que sólo realizaron los cinturones negros, el postrer ejercicio lo realizaron los niños: el salto del tigre. Hasta ocho monitores se tiraron al suelo para ayudar a los niños de todas las edades a lucirse realizando la paloma por encima de sus compañeros mayores. Fue uno de los momentos más espectaculares.
Programa técnico de yudo
Antes de pasar a desplegar el programa técnico se organizaron dos divertidos juegos de gran espectacularidad. En primer lugar una partida gigante de ‘water-polo seco’ con varios balones (globos) a la vez. Luego, con boca cerrada, había que ir buscando un determinado número de parejas, yudocas, orejas, narices, etc. Así hasta que al final acabamos todos los yudocas agrupados en un enorme abrazo de calidez y solidaridad.
Acto seguido al decir “por dos”, ya teníamos a los yudocas preparados para saludar y empezar a demostrar lo que han aprendido hasta ahora. A la señal, los niños de cada color de manga fueron realizando, de manera coordinada, su repertorio en suelo. Poco después, realizaron un randori de amigos. Y lo mismo en pie, con la salvedad de que los mangas naranjas hicieron randori de elefantes, de cigüeñas y de hormiguitas, los mangas verdes sólo levantando y el resto de niños, cada cual con el reglamento de su propio color de manga. Todos juntos pero no revueltos, como se suele decir.
Estábamos a punto de concluir, pero aún quedaba por demostrar que en nuestra escuela los niños, desde muy temprana edad, tienen nociones de defensa personal y también de katas de yudo. Sí, sí, de katas de yudo. Así es que todos distribuidos por el tatami desarrollamos a la vez el primer grupo del Seryoku-zen yo kokumin tai yu.
Llega el Papá Noel yudoca
Finalizada la kata de defensa personal se advirtió al público, por megafonía que el espectáculo iba a continuar aunque los más pequeños (mangas naranjas) iban a recibir una visita sorpresa. Fue el momento en que irrumpió el Papá Noel yudoca, que organizó todo un espectáculo y sorprendió a propios y extraños. Para empezar demostró que era, además de Papá Noel un buen yudoca realizando varias llaves de yudo con Sergio Cortés (2º Dan). Luego, micrófono en mano dio una gran sorpresa al profesor Wladimiro. Los alumnos del grupo de adultos se habían organizado para entregar en público a su profesor una placa, un libro y una gran tarjeta con todas las firmas y dedicatorias.
A instancias del público, Wladi leyó la leyenda de la placa: “A Wladimiro Martín de la Guerra en agradecimiento por tu admirable entrega y dedicación, gran profesor y mejor persona, que nos hace crecer cada día como alumnos. Nos vemos en los tatamis”.
Tras tan emotivo momento, todavía se realizaron tres katas simultáneas. Itziar Sánchez y Marina Cabrero realizaron yu-no-kata, Sonia Sieiro y Sergio Cortés, demostraron nague-no-kata y Wladimiro Martín y Rodolfo Cruz se aplicaron con Kodokán-gosin-yitsu-no-kata.
Entre tanto, los mangas naranjas recibían sus regalos y también se recogía a los mangas verdes para que fueran a continuación a por sus obsequios.
Posteriormente, los que quedaban en el tatami realizaron la tabla de estiramientos por parejas, mientras los mangas rojas eran requeridos para ir a recoger sus regalos y visitar a Papá Noel-yudoca.
Acabado todo el espectáculo los mangas amarillas pudieron pasar por el recibidor mientras mangas azules colaboraban con cadetes, juveniles, adultos y monitores a desmontar todo. Así da gusto. En pocos minutos el pabellón quedó impoluto, mientras los padres pudieron recoger a sus hijos de manera escalonada, sin aglomeraciones. Hasta tuvieron tiempo, los que así lo quisieron, de fotografiar a sus hijos con el Papá Noel-yudoca.
No vamos a acabar esta crónica sin ensalzar la labor de este humilde pero sólido colectivo, que, una vez más, dio muestras de su enorme potencial. Mientras sigamos firmemente unidos y no mostremos fisuras seguiremos unidos por la vía de la aceptación y no de la imposición. Ese es uno de los pocos secretos que tenemos. Que nunca lo olvidemos.
Algunos agradecimientos especiales
Nunca dejaremos de agradecer lo suficiente a los padres de nuestros alumnos el habernos hecho depositarios de su confianza para educar a sus hijos a través del yudo. Sin su ayuda todo esto sería imposible. Y su colaboración... hasta contaron en japonés desde la grada cuando se lo pedimos.
También queremos resaltar la actitud de algunos niños que no quisieron perder la ocasión de hacer grupo pese a estar enfermos. Ejemplares fueron en este sentido José Alberto Santiago, David Rubio y Álvaro Forcén.
Ya le hemos citado antes pero no por ello dejamos de ensalzar la labor de monitores y equipo de organización (los padres Christian, Daniel, Juan Pedro, Jesús, Félix, Emilio, Anselmo; los profesores y monitores Cristina, María, Sergio, Sonia, Itziar; los ayudantes Adri, Oscar, Sergio, Diego, Marina, Miguel, Jose, David).
A los compañeros, ahora en la empresa Forus, y a la propia empresa, les agradecemos las muchas facilidades que nos pusieron en todo momento, lo mismo que a la Concejalía de Deportes del Ayuntamiento de Parla.
A la Federación Madrileña de Yudo y a ABC, junto a la empresa Cronodis, les volvemos a agradecer su generosidad al haber proporcionado los regalos que se repartieron entre todos los participantes.
Al Club Silver y a la profesora Raquel Escalona agradecemos su apoyo y el haber acudido en nuestra llamada.
A nuestros fotógrafos y a quienes filmaron en video (Sélica, Isabel, Pedro y Francisco Javier)... no se puede estar en misa y repicando campanas. Muchas gracias.
A todos nuestros yudocas, desde el más chiquitín hasta el más grande, que dieron lo mejor de sí mismos demostrando que no hay buenos profesores sino buenos alumnos.
Algunas cifras
Se repartieron 500 regalos entre los 200 niños participantes.
Se colocaron 100 colchonetas de yudo.
Participaron 47 mangas naranjas, 43 mangas verdes, 38 mangas rojas, 29 mangas amarillas, 21 mangas azules, 13 cadetes, 11 juveniles, 7 monitores y 8 adultos.
La exhibición duró una hora y media.
Estuvieron representados las asociaciones, clubes y colegios de yudo: AYUDAS, Ciudad de Guadalajara, María Moliner, Magerit, EE.MM. Parla, CDE SILVER, Torrente Ballester y WLAC-Yudo.
Participaron seis cinturones negros con titulación de la Federación Española de Yudo.
Tuvimos un 6º dan, un 5º dan, dos 2º dan y 11 cinturones negros 1º dan.
CONCLUSIÓN: Acabamos tan cansados como orgullosos y con ganas de realizar el II PARLA-Vidad.
NOS VEMOS EN LOS TATAMIS
PARLA-Vidad |
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