2.1.10

Fabulosa Excursión por el Valle de la Fuenfría

Pasamos un día inolvidable. Estábamos locos por ver a nuestros chicos, a los que no veíamos desde el inicio de las vacaciones y ya se les echaba de menos. Además, tuvimos la suerte de volver a coincidir con nuestros amigos Christian y Dani Corroto; dos magníficos ex-alumnos. Dani, además, trajo a su hija mayor Ayelén, una encantadora princesita de seis años que dio ejemplo como deportista.

Habíamos quedado a las 9:30 en Torrejón, un grupo, y en Parla, otro. Los parleños madrugaron y decidieron coger el tren a las 9:45, quince minutos antes de lo previsto. De ese modo, tuvieron que esperar un ratillo en la estación de Atocha.

Entre tanto, en Torrejón, Christian acudía a casa del profe y se trasladaban a la estación donde habían quedado con Daniel Corroto y su hijita Ayelén. Dani se retrasó unos minutillos, pero había margen. Lo que pasa es que en Atocha se impacientaban.

Enseguida coincidimos todos en el andén por donde pasaría el tren hacia Cercedilla. Lo tomamos tras hacernos una foto de grupo con la que recordar el día, que empezaba de maravilla. Nos habíamos reunido trece amigos de AYUDAS y no parecía que hiciera mal día.

Se nos hizo corto el desplazamiento hasta nuestro destino, entre bromas y comentarios. Al llegar, tardamos bastante en arrancar tras visitar los servicios y la tienda de alimentación que los chicos bautizaron como ‘el chino’.

Tras hacer acopio de energía tras ingerir algún alimento, nos pusimos a subir por el empinado Paseo de las Ródenas. En diez minutos alcanzamos el Camino Puricelli, entre jadeos y alguna que otra protesta. Más de uno debió de pensar que la excursión era para caminar unos cien metros.

En cuanto alcanzamos el Camino Puricelli fuimos avanzando en pequeños grupos según el ritmo de cada cual. Curiosamente, la menor de las participantes, Ayelén, con sólo seis añitos iba en el grupo de cabeza sin dar signo alguno de fatiga. Por otra parte, la temperatura era excelente para caminar. Algunos se quitaron los abrigos y los ataron a la cintura. Y, por supuesto, no nos cayó, en toda la excursión, ni una gota de agua. Nos alegró mucho porque íbamos dispuestos a todo, pero se habrá jeringado más de un aguafiestas que andaba presagiándonos lluvias torrenciales y diluvios bíblicos. Lo dicho, somos yudocas y lo hubiéramos pasado igual de bien, pero es que no nos cayó ni una gotita de agua.

Al poco de llegar al hospital que se cruza siguiendo el camino optamos por seguir por la carretera, para alcanzar los estacionamientos de Las Dehesas. Allí hay mesas, servicios y explanadas en las que encontramos algo de nieve; lo suficiente para jugar un rato y hacer un muñeco de nieve. Pero, antes, repusimos fuerzas dando buena cuenta de los bocatas que llevábamos preparados. ¡Qué bien sabían en pleno Valle de la Fuenfría!

Al acabar la pitanza los mayores nos acercamos a Casa Cirilo a tomar algo caliente, mientras que nuestros jóvenes yudocas se entregaban a carreras y juegos en la nieve. Hasta echaron un partidillo de fútbol al encontrarse en la zona un balón. (NOTA: Para quienes no sepan lo que es el fútbol diremos que es un raro deporte que se juega, por equipos, con balón al que se desplaza a base de patadas, hasta pasarlo bajo un arco o portería. Es normal que no se conozca dado que no se oye hablar de él en ningún lugar y los medios de comunicación no suelen hacerle un hueco entre sus informaciones, ni siquiera los dedicados al deporte).

Bromas aparte, diremos que al dar un paseo por la zona vimos una fuente que resultó ser La Fuente La Teja. Curioso, porque la última excursión que realizamos, hace apenas un par de meses, fue a la Fuente de la Teja en Parla. En aquella ocasión fuimos varias docenas de personas, todas en bicicleta.

Cuando ya convinimos oportuno emprendimos el camino de regreso por la misma senda por la que habíamos subido. En ese momento apreciamos aún mejor las excelentes vistas del valle y de Cercedilla.

Llegamos a la estación con tiempo de coger un servicio especial que funciona precisamente los sábados. Al lelgar a Atocha, el grupo de parleños se despidió y el de torrejoneros continuó en el mismo tren; no en vano el servicio desde Cercedilla llega hasta Guadalajara, pasando por Torrejón de Ardoz.

Una vez en Torrejón, Christian, que vive aún más allá, en Serracines, acercó a Dani y a su hija a su casa y también hizo lo propio con los profes Cristi y Wladi.

Algunos reconocieron encontrarse fatigados. De hecho, en el viaje en tren, al regresar, más de uno se entregó a un reparador sueño, que sólo interrumpía al oír las bromas de los compañeros.

Tan contentos salimos de esta primera excursión del año que ya pensamos en convocar a todo el que quiera para otra. Estad atentos a este YUDIARIO porque cabe la posibilidad de que la convoquemos para el próximo sábado día 9; así de pronto.

Acudieron a esta excursión:

Adrián Rodrigo, Ayelén Corroto, Christian Taconet, Cristina Carbonell, Cristina Morales, Daniel Corroto, Dany Ruedas, Itziar Sánchez, Marina Cabrero, Michelle Bolaños, Víctor Manuel Pérez y Wladi Martín.

Marina con las gafas de Itziar

LO QUE MÁS NOS GUSTÓ:

  • Que vino el que quiso y que, pese a todo, nos juntamos una docena de amigos (de AYUDAS)
  • Que hizo un tiempo espléndido
  • Que nos desplazamos todos en tren; transporte ecológico donde los haya
  • Que estuvimos en contacto con la naturaleza oxigenándonos y cargando baterías
  • Que se animó a venir un papá con su hija de seis años (aunque el papá, claro, es también yudoca). El camino es tan sencillo que pensamos en esta excursión para ver a nuestros yudocas más jovencitos acompañados por sus padres.

LO QUE MENOS NOS GUSTÓ:

  • Que alguno olvidó recoger su basura para tirarla a la papelera (lo recogieron los profes y los mayores)
  • Que en lugar de escuchar los sonidos de la Naturaleza llevasen los móviles ‘bramando’ ridículas concionzuchas (ni siquiera se oyen bien y es de paletos)
  • Que en este tipo de excursiones haya quien sólo escuche música conectada a los oídos con casquitos (es de paletos)
  • Que alguno no vino argumentado que no iba a venir nadie (por lo visto los doce que fuimos somos ‘nadie’)
  • Que no vimos a ningún ‘manga’ verde, ni roja, y eso que proyectamos esta excursión por un camino sencillísimo para ver a nuestros yudocas más jovencitos acompañados por sus padres. ¡ni por esas!
ALGUNOS VIDEOS:



No hay comentarios:

Publicar un comentario