A pesar de todo, sabemos que quien más y quien menos aceptó la contingencia y se calmó más aún cuando recogió a su hijo feliz y contento de haber participado en un nuevo entrenamiento en que los niños se hicieron más amigos de sus amigos y de los que aún no lo eran en ese momento. A veces se olvida que uno de los objetivos del deporte –de todo deporte- es hacer amigos. Nosotros siempre lo tenemos presente.
Avalancha infantil
El grupo de niños fue muy numeroso y dirigió el entrenamiento Leticia Rodríguez, con tanta sabiduría como paciencia. No lo tuvo fácil con tal masa infantil y tan revueltos ánimos como mostraron desde el comienzo de la sesión. Pese a todo, con sus juegos, su imaginación y sus ocurrencias se hizo con los niños recurriendo sólo un par de veces al socorrido silbatazo.
En el grupo había algunos participantes de 12 años, como nuestra yudoca Cristina Moreno, mezclados con otros de menos de tres años. Ese era el caso de Ayleen, la hijita menor de Daniel Corroto, profesor al que también hemos recuperado. Hay que recordar que Daniel Corroto llegó a ser monitor del CEIP Ramón Carande de Torrejón de Ardoz en tiempos de nuestras asociaciones YUBATOR y YUBARAE. Estamos muy contentos.
Ya explicamos que en este primer grupo participaron 86 niños yudocas y yu-yitsucas, sin el menor problema, disfrutando de lo lindo y aprendiendo cosas nuevas. Además, Leticia supo propiciar en todo momento la interacción niños-adultos. De ese modo, se vivieron simpáticas escenas en que monitores y profesores jugaban con tanto interés como los niños si bien con mermadas energías ante el empuje de los infatigables infantes. Se podría, en este sentido, remarcar que el árbol koala lo hicieron los niños con los monitores y que algunos niños pesaban os cuarenta kilogramos largos, mientras alguna monitora estaba en los cincuenta cortos. Era el caso de Itiziar a quien volvemos a felicitar en este YUDIARIO por su excelente actitud. Pese a encontrarse en pleno proceso de rehabilitación de su codo, acudió al entrenamiento con su primito, el manga naranja Edgar. Y no dudó un solo instante en echar una mano cosa que se agradeció. Lo mismo que volvemos a agradecer al fenomenal grupo de torrejoneros su apoyo. Nuestro amigo Francisco Silvestre acudió con sus muchachos entre los que figuran la profesora de Velilla Raquel Escalona, los monitores de Torrejón, Elena Martínez y Mario Urán y muchos cinturones negros que siempre están dispuestos a arrimar el hombro en cuanto se organiza, si de yudo se trata.
Antes de acabar hubo ocasión de practicar juegos de coordinación y esquema corporal con globos. Fue muy colorido ver tanto globo con tanto niño y, desde luego, nos pareció muy útil este sencillo elemento, pese a que ya conocemos la teoría de muchos grandes maestros de que en un tatami no debe entrar nada que no sea de yudo. Nosotros no sólo no la apoyamos sino que nos apuntamos a la otra que hay que medir las cosas por su utilidad y no por su conveniencia. Que sepamos un globo no falta al respeto al doyo y, por otro lado, hace lustros que entraron las gomas viejas (de rueda de bicicleta) para atarlas a las columnas o espalderas y hacer uchikomi sin necesidad de pareja. A ver si ahora vamos a ser más papistas que el Papa. La ocurrencia de Leticia merece nuestro aplauso (también nosotros usamos globos para el waterpolo-seco, el carretombol, el futballo, el balompato, las carreras de o-gosi…)
Cuando los niños fueron desfilando hacia la salida, todavía tuvieron un detallazo de parte de los organizadores de la Asociación de Móstoles de Judo y Jiu-jitsu y del Rincón del Jiu-jitsu. Cada niño se fue con un zumo para reponer energías.
Los ‘mayores’
Se permitió el acceso al entrenamiento de ‘mayores’ a los infantiles. Algunos hubo junto a cinturones negros, senior y yu-yitsucas y yudocas de toda condición y edad. El primer bloque del entrenamiento fue dirigido por Patricia Martín que hilvanó el calentamiento con una interesante serie de ejercicios de atemi; muy divertidos y originales. Tras ello, nuestro amigo Paco fue proponiendo una interesante sucesión de movimientos en pie (Tachi-uasa) con encadenamientos y desequilibrios diversos. Empezó por lo sencillo lo que cautivó a los más jóvenes y fue complicando la cosa, lo que benefició a los cinturones altos y adultos.
Yudo suelo. Rodolfo Cruz y Wladimiro Martín
Como nos llegó el turno de explicar algo de ne-uasa aprovecho para explicar que estamos muy orgullosos de que se nos empiece a considerar por este motivo. Siempre hemos entendido el yudo suelo como la continuación del yudo pie, el momento de marcar ipón si no lo hemos hecho antes.
No hacemos más que aplicar lo que nos enseñaron nuestros maestros de los que somos deudores y a mucha honra. De este modo, de paso, lanzamos una llamadita a algunos ‘ilustres’ que parece han aparecido por generación espontánea (no hablan de su maestro, no vaya a ser que su sombra les empequeñezca). Rodolfo tiene clarísimo que su maestro fue el tristemente desaparecido José Luis de Frutos. No sólo no se le olvida sino que presume de ello y lo recuerda siempre que puede.
Quien esto escribe, Wladimiro Martín, tiene clarísimo que su maestro ha sido, es y seguirá siendo, por siempre, Rafael Ortega. Tampoco se le olvida nunca y lo recuerda siempre que puede con mucho orgullo, como no podía ser de otra forma.
Dicho esto queremos añadir que cuando Wladi explica algo en las clases, llega Rodolfo y recuerda algún detalle que viene a compartir. Es un ‘suma y sigue’; es una sociedad. No le perjudica ni al uno ni al otro, pero se benefician de ello sus alumnos y cuantos les prestan interés. No es que sepan más que nadie (o que alguien) es que se dedican a transmitir lo aprendido por gentes que sí que sabían muchísimo. Ese es su patrimonio y su orgullo: el poder transmitir (¿o acaso no es eso lo que hace un profesor de yudo con lo legado por Yigoro Kano?)
Algo más de ‘jiu’
Para acabar tuvimos la suerte (siempre lo es) de ver en acción al maestro Antonio Enjuto al que tanto deben hasta las paredes que recogían el doyo en que nos encontrábamos. Con su sencillez y desparpajo, Antonio hizo algunas demostraciones muy aplaudidas y volvió a recordar que, muchas veces, no hay que hacer lo que se quiera, sino lo que se pueda. Se refería a las defensas frente a ataques.
Luego, aún tuvimos oportunidad de compartir un refresco en La Flecha, el bar de enfrente (siempre hay uno) recordando viejos tiempos. Fue entonces cuando Antonio nos relató algunas de sus sabrosísimas anécdotas. Lástima que el ser humano esté sujeto a las conocidas limitaciones de espacio y tiempo. Tuvimos que recogernos. Se acercaba la hora de comer y, los de AYUDAS aún teníamos otra cita. Nuestros Benjamines acudirían a San Blas (en la otra punta) a participar en los Juegos Municipales. Pero esa es otra historia. Si la quieres conocer, sigue leyendo más abajo. Aquí sólo nos resta felicitar a los organizadores: Ignacio Prados (de la Asociación de Judo y Jiu-jitsu de Móstoles) y a Patricia Martín y Leticia Rodríguez (del Rincón del Jiu-Jitsu) en sus ‘blogs’ irán apareciendo excelentes crónicas y muchas imágenes, así como en el de SILVER que ha sido madrugador y ya tiene su testimonio digital publicado.
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Una vez más Wladi, muchas gracias por venir al entrenamiento con un grupo tan numeroso de alumnos y alumnas. Para futuras ocasiones buscaremos un polideportivo más grande...jeje. De nuevo, muchas gracias por vuestra asistencia y colaboración.
ResponderEliminarUn saludo!!!!