Sólo nos retrasamos media hora en poder acceder al tatami por estar todo el edificio cerrado
Ayer lunes día 25 de junio empezamos nuestra particular
ronda de clases abiertas con las que estamos clausurando el curso 2011-2012. Para
recordar lo poco atendidos que estamos y lo ninguneados que nos tienen nos
encontramos el edificio donde se encuentra la sala de deportes de combate
cerrada a cal y canto. Llamamos al teléfono de conserjería que nos han facilitado y nadie contestó ninguna de las siete veces que lo intentamos a lo largo de veinte minutos.
Hemos soportado una suciedad rayana en lo insalubre. Estamos
sin calefacción y sin aire acondicionado en nuestra sala, muy al contrario de
lo que sucede en la sala contigua que sólo se usa un par de horas y un par de días a
la semana (pero que no tiene tatami). No nos dan trofeos ni medallas (ya ni lo
pedimos) para los chicos de las Escuelas Municipales de la Concejalía de
Deportes del Ayuntamiento de Parla. El tatami se ha cuarteado y se levantan los
remiendos que nosotros mismos hemos colocado para paliar el lamentable estado
del material que necesitamos para la práctica de nuestro deporte. Eso ha sido
así a lo largo del presente curso en el que, no obstante, estamos felices de
haber recuperado ‘nuestra’ sala de deportes de combate.¡Gracias!
Quizás por ello y para recordarnos que el yudo importa a
algunos lo mismo que una defecación de canguro secándose en el desierto de
Gibson (o quizás menos -¿qué hará una defecación de canguro secándose en el
desierto de Gibson?-), nos hemos vuelto a estrellar contra un muro. O por mejor
decir: nos hemos dado de bruces con la puerta cerrada para acceder a impartir
nuestras últimas clases de los grupos de lunes y miércoles. ¡Paradójico!
Con tan buen sabor de boca conseguimos acceder a nuestra
sala tras hacernos recorrer un pequeño circuito por no ponérsele en los
sagrados forros, al de turno, el abrir la puerta adecuada (argumentó no encontrar la llave adecuada). Así es que nuestra
exhibición apenas se extendió unos diez minutos y en otros diez pudimos
repartir diplomas, trofeos (costeados por el Club WLAC) y aplausos a los niños.
Tan calurosos fueron esos aplausos que podemos constatar que la sala alcanzó
los 42 grados centígrados. Y nadie se desmayó ni se deshidrató. De manera que
queda demostrado que si pedimos el aire acondicionado es por la sempiterna manía
de los yudocas de quejarse de puro vicio. ¡Cagalástimas!
Las dos primeras clases se celebraron con presencia de
multitud de padres que inmortalizaron el momento con cámaras de fotos y de
video. Posteriormente, en la tercera clase dos animosas mamás pasaron al tatami
y compartieron esfuerzos y ejercicios con sus hijos y compañeros de éstos. Fue muy
divertido.
Para finalizar la jornada tuvimos entrenamientos del club
con algunos yudocas que han comprendido que al acabar una temporada se empieza
a preparar la siguiente. Les felicitamos y animamos a quienes se han despedido
a la francesa a que vuelvan al tatami en estos días en que continuaremos
entrenando con nuevos objetivos (defensa personal, preparación pruebas de pase
de grado, puesta a punto para afrontar verano y pretemporada de cara al próximo
curso, katas, etc.)
Esta tarde tendremos la clausura del grupo de chiqui-yudo de
martes y jueves y, a continuación, la del grupo de yudo infantil.
NOS VEMOS EN LOS TATAMIS (Os vamos a echar de menos, chavales). ¡Feliz verano!
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