Una de las agradables sorpresas del pasado fin de semana –que no fueron pocas- me la llevé al encontrarme con mi amigo Fernando Diéguez. Para empezar, este incansable investigador, me sacó de un error. Sí que hubo algún yudoca visitando la exposición del genial Yves Klein y familia. (De lo cual me alegro). Pero no para ahí la cosa. (Ahora viene lo bueno).
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