Nos lo hemos pasado en grande. Hemos vuelto a coincidir en el tatami (nuestro habitat natural) con amigos de los que se hacen, precisamente, en los tatamis. Al acabar nuestros entrenamientos formamos un grupito de animoso yudocas y partimos de Parla; de la puerta del Castillejos donde, como decíamos, habíamos tenido ya un par de clases de yudo.
Nuestro destino era la otra esquina del plano de la Comunidad de Madrid. Como decía el maestro de Frutos, al ladito: si doblas el mapa por la mitad te queda al ladito.
Una vez al mes, el maestro Rodolfo Cruz se da el gustazo (y el paseo) de acudir al gimnasio Fraimor del maestro Javier Mora. Viejos compañeros de tatami, ambos, se reúnen, de este modo, con periodicidad. La visita de nuestro amigo y compañero Rodolfo se aprovecha de manera que los deportistas del Fraimor reciben clase del maestro. Con ello, Rodolfo sigue en activo y los muchachos enriquecen sus conocimientos.
Ya hace un par de años (o tres) rendimos visita al club de San Sebastián de los Reyes y había que volver a ver a los viejos amigos. Nos venía insistiendo en ello Rodolfo Cruz. Así es que con dos coches fuimos capaces de desplazar a media docena de animosos yudocas parleños: el juvenil Sergio Cortés, los cadetes Sonia Sieiro, David Monforte, José Manuel Sieiro y Víctor Manuel Pérez, y la infantil Saray Almagro.
La clase discurrió entre bromas y ejercicios de muy diversa índole. Fue un placer volver a encontrase con viejos yudocas como Ángel Luis Ruiz Cámara; mira que ha llovido. Los muchachos disfrutaron de o lindo y tuvimos ocasión de intercambiar conocimientos con otros yudocas con los que esperamos ir estrechando lazos de amistad (uno de los principales y más olvidados objetivos de todo deporte).
Nos vemos en los tatamis.
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