24.5.10

Fenomenal fin de semana en Logroño


Todo un éxito el Cursillo de Arbitraje (de yudo) de la ANPEJ


Cada vez que visito La Rioja vuelvo insuflado de positivismo, sin necesidad de acordarme de Augusto Comte (el verdadero positivista). Visitar las tierras riojanas es siempre motivo, para mí, de alegría. También es ocasión de visitar a los amigos, como los tengo a docenas por Logroño y aledaños.

El viernes 21 acabamos las clases en Parla con mucho calor. Las temperaturas nos alejan de la primavera y andamos sin Daitsu. Algunos, cuando vienen a nuestro doyo, invitados, se extrañan de ver a los niños girarse mirando al Daitsu para hacer yoko-ukemi, por ejemplo. Es una de nuestras bromas. Algunos avezados maestros o cinturones negros con experiencia disimulan al no conocer una palabra japonesa que conocen, en cambio principiantes de nuestro doyo. En realidad, 'Daitsu' es la marca de nuestro aparato de aire acondicionado que, como decía, se nos ha estropeado. Tal y como andan las cosas tenemos claro que nos quedamos sin aire acondicionado para todo el verano... y seguramente no volvamos a verlos conectado en nuestro (?) coqueto doyo. Así es la vida. También llevamos todo el curso con una persiana rota. Alguien estará buscando los planos para arreglar el complicado desperfecto.

Al acabar las clases, llegó Itziar y se marchó con los hermanos Sieiro y con Carlos Mingorance a casa de los primeros. Era cuestión de ducharse y prepararse para salir de viaje. Nuestro destino era Logroño donde habríamos de asistir a un Cursillo de Arbitraje; los mencionados yudocas en calidad de alumnos y, quien esto suscribe en calidad de profesor.

Llegamos pasadas las doce de la noche y salió a nuestro encuentro mi amigo José Luis Balda, presidente de la Asociación Nacional de Profesores y Entrenadores de Judo, Jiu-Jitsu y Defensa Personal (ANPEJ). De hecho, el curso estaba patrocinado por dicha asociación.

El viaje lo habíamos hecho en dos coches. El de los muchachos (Sonia, José Manuel, Carlos e Itziar) lo conducía Isabel, la madre de los Sieiro, a la que nunca estaremos lo suficientemente agradecida por su total implicación con nuestras actividades y su colaboración en todo cuanto organizamos.

El caso es que llegamos casi a la vez y José Luis Balda nos llevó a un estupendo apartamento que nos cedió para nuestra estancia. Tampoco tenemos palabras para expresar nuestra gratitud hacia nuestro amigo Balda y su familia. La palabra generosidad que todos conocemos se queda corta cuando se conoce a José Luis Balda.

A pesar de haber llegado cansados, tras cenar unos pinchos subimos al apartamento a acabar de preparar el material que se habría de entregar al día siguiente (en realidad, unas horas después). Entre la tarea y los comentarios nos dieron las cinco de la madrugada.

Rematando los dossieres que se habrían de entregar a los alumnos, a altas horas de la madrugada

Bien tempranito, empezamos a movilizarnos. Me fui a desayunar dejando al resto del grupo durmiendo a pierna suelta. El bulevar estaba espléndido con el sol radiante iluminando toda la avenida y los árboles estirando su sombra, casi hasta el infinito. Enseguida encontré un bar abierto en el que bebí dos cafés con rapidez. El viejo método de los dos cafés cargaditos funcionó. Me sentí pleno de energía y con ganas de comenzar la jornada. Subí a despertar a mis acompañantes.

Poco después llegaba José Luis Balda que nos condujo a su gimnasio donde comenzamos a preparar todo para iniciar el cursillo. Cuando ya estaba el ordenador encendido y la pantalla conectada al lector de DVD empezaron a llegar los primeros alumnos. Enseguida se cruzaron los primeros saludos y abrazos. También nuestros muchachos estrechan lazos con esta estupenda gente a a que empieza a tener como algo más que amigos. “Este es mi hermano”... “te presento a mi amiga...”

Se dieron unos minutos de cortesía y, enseguida, se presentó al profesor para dar comienzo al curso. Propuse un saludo colectivo sobre el tatami y me metí en materia enseguida.

En el 'planning' estaba dispuesto que dedicaríamos las dos primeras horas a trabajar sobre las nuevas modificaciones, sobre todo, en lo relativo al nuevo 'jansokumake' por agarrar por debajo del cinturón. Nos apoyamos en ejemplos para los que me serví de mis alumnos de los que tengo que decir, públicamente, que me siento más que orgulloso. También analizamos diversas acciones al crisol de la nueva reglamentación, con ayuda de nuestra pantalla de televisión. Los asistentes comenzaron a soltarse y a perder el pudor. Entonces surgieron preguntas interesantes y maduros puntos de vista que enriquecieron el cursillo.

A la hora del descanso algunos aprovecharon para conocerse mejor, mientras los organizadores repartieron los dossieres (recién sacados del horno, como quien dice). En ellos, además de abundante material sobre todo lo relacionado con el arbitraje de yudo se incluían un cedé y un DVD con videos, programas, documentos y demás ayudas para acabar de ser un buen arbitro de yudo.

Al reanudar el cursillo expliqué el contenido del dossier haciendo especial hincapié en lo relativo al yudogui (marcas homologadas, 'back number' o dorsal, medidas (sokuteiki), sustancias prohibidas... Tras ello, con ayuda del ordenador realizamos entre todos los presentes un divertido ejercicio de desarrollo de una eliminatoria, con diversos casos y ejemplos de repescas, de victorias compuestas, etc.

Antes de acabar este bloque hubo ocasión de explicar a los más jóvenes cómo se confeccionan las liguillas de yudo recordando algo de matemáticas en cuanto a lo relacionado con combinaciones de seis o siete elementos tomados de dos en dos (como siempre interesa en yudo en que siempre intervienen dos contendientes).

El tercer y último bloque del cursillo era un tanto original. Se trataba del 'entrenamiento' en el que se hizo intervenir a todos los presentes oficiando, en turnos, como competidores, como árbitros y hasta como comisionados vigilantes. Fueron momentos intensos y divertidos en los que subió la temperatura por la energía con que se emplearon algunos de los muchachos.

Sudados y satisfechos despedimos el curso repartiendo, como es habitual en nuestra relanzada ANPEJ, nuestros boletines de afiliación y cuestionaros de grado de satisfacción. Las primeras impresiones no pudieron ser mejores, pero seremos prudentes hasta que recojamos todos los cuestionarios que, al ser anónimos, siempre nos permiten conocer las cosas que mejorar para siguientes convocatorias. También procedimos a repartir los diplomas que ya incluyen los créditos con arreglo a la nueva reglamentación de obtención de titulaciones oficiales de nuestra organización. Finalmente, por supuesto, hicimos las fotos de grupo de rigor y nos metimos al vestuario para dar por finalizado el cursillo y empezar a organizar la comida y... la tarde.

Por resumir diremos que nuestros yudocas comieron junto a multitud de sus nuevos amigos con los que compartieron divertidos momentos esa tarde y... noche. Ahora, cuando aún escribo estas líneas desde la terraza del apartamento de Logroño, ya me apremian para que organice una mañana del YU en Parla. Están deseando tenerles como invitados, en casa, para devolver parte de la atención que ellos han encontrado en esta tierra de hospitalidad y generosidad.

Hay que recordar, que nuestros clubes se encuentran hermanados desde hace ya casi un lustro. Nos sentimos muy satisfechos de los frutos de este hermanamiento y de que haya prendido su llama con tanta intensidad entre nuestros yudocas; los de los dos extremos que se entrelazan con tanta firmeza, en sabroso nudo de amistad (como diría San Agustín) que de dos almas hace una sola.


Firmado: Wladimiro Martín




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Curso Arbitraje ANPEJ - Logroño 2010



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