Christian García y José Luis Risco se hacen con la distinción
En el CEIP Ciudad de Guadalajara se llegó a la última clase del mes, que, en esta ocasión, también es la última del año. Por tal motivo se celebró el correspondiente torneo de ‘cinturón rojo’, que se aprovechó para reconvertir en campeonato de invierno. A tal efecto se entregó medalla a vencedor –sorprendente vencedor-; al nuevo alumno José Luis Risco Velasco a quien, desde aquí, felicita su profesora por su buen arranque en la actividad.
Tras esta felicitación hay que añadir la que damos al chiquitín Christian García Fernández, que ha demostrado mucho tesón, siendo el alumno que más puntos entregó en este mes. Por ello, llevará todo el mes de enero el cinturón negro honorífico.
Tenemos que expresar una queja hacia el colegio
Aquí se nos acaban las felicitaciones, porque tenemos que expresar nuestra queja por el trato que ha recibido la actividad en los últimos días. Estamos indignados por la ocupación ‘que se ha producido del único lugar en que podemos desarrollar la actividad. Comprendemos que el colegio tenga que preparar el gimnasio para otras actividades en que se ven envueltos alumnos del centro. Es natural. Pero no podemos alcanzar a comprender por qué no se nos ha comunicado como si no desarrollásemos la actividad extraescolar más importante de todas cuantas hay en el colegio (la que más alumnos tiene, la más educativa, la que corresponde a un deporte recomendado por la UNESCO –que no recomienda el gim-jazz, ni el fútbol, ni el ajedrez, sino que recomienda el yudo precisamente-).
Estamos apesadumbrados y hemos hecho un ejercicio de profesionalidad poniendo al mal tiempo buena cara. Pero lo cierto es que la actividad ha sufrido un profundo deterioro. Los niños, ya de por sí muy alterados en estas fechas, no han contado con un espacio adecuado y se han contagiado del desorden en el que se han visto obligados a practicar su deporte favorito. Tanto ha sido así que se hubo de suspender el encuentro ('sanfinal de mes') de los mayores, viendo que el espacio era insuficiente y que el peligro se palpaba en algunos momentos. Si se nos hubiera comunicado en tiempo y forma, con el respeto que merece cualquier trabajador honrado como somos nosotros, podríamos haber planificado alguna actividad alternativa en el patio (avisando a los niños y a sus familiares), podríamos haber buscado otra actividad (visionado de películas de yudo, charla, concurso, coloquio, juegos…). Incluso se podría haber organizado una excursión para entrenar en algún centro próximo. Tenemos amigos en gimnasios, colegios y centros donde se imparte yudo en Canillejas, Barajas, Torrejón de Ardoz, Ajalvir. Se podría, incluso haber contemplado la posibilidad de fletar un autocar para desplazar al colectivo de yudocas. Pero nada de todo eso ha sido posible porque se nos ha ninguneado. La dirección del colegio debe de pensar que el centro público es de su propiedad y que no tiene que dar explicación alguna a la empresa (ALMAYARA Soc. Coop. M. –la nuestra-) o a la AMPA para ocupar una semana entera un espacio que no sólo se utiliza en el horario lectivo; que lo utilizan los propios alumnos del colegio –y no otros-, pero en otro horario –el extraescolar-. Haber invadido el gimnasio (con bastante desorden, por cierto) ha sido un acto de irresponsabilidad pues se ha dejado el espacio con muchos elementos peligrosos y en condiciones malísimas como para no avisar, al menos. Ya sabemos, por nuestra larga experiencia que trabajar con este tipo de colectivos es complicado. Hay que comulgar con ruedas de molino las más de las veces. Pero no por ello vamos a dejar de expresarnos con total acritud hacia quienes no sólo desprecian nuestra actividad, sino que la ponen en peligro. No lo vamos a consentir. Somos gente seria y honrada, lo mínimo que podemos exigir es un poquito de respeto. ¿Por qué no se dignó la dirección del centro a avisar siquiera a la AMPA?
Tras esta felicitación hay que añadir la que damos al chiquitín Christian García Fernández, que ha demostrado mucho tesón, siendo el alumno que más puntos entregó en este mes. Por ello, llevará todo el mes de enero el cinturón negro honorífico.
Tenemos que expresar una queja hacia el colegio
Aquí se nos acaban las felicitaciones, porque tenemos que expresar nuestra queja por el trato que ha recibido la actividad en los últimos días. Estamos indignados por la ocupación ‘que se ha producido del único lugar en que podemos desarrollar la actividad. Comprendemos que el colegio tenga que preparar el gimnasio para otras actividades en que se ven envueltos alumnos del centro. Es natural. Pero no podemos alcanzar a comprender por qué no se nos ha comunicado como si no desarrollásemos la actividad extraescolar más importante de todas cuantas hay en el colegio (la que más alumnos tiene, la más educativa, la que corresponde a un deporte recomendado por la UNESCO –que no recomienda el gim-jazz, ni el fútbol, ni el ajedrez, sino que recomienda el yudo precisamente-).
Estamos apesadumbrados y hemos hecho un ejercicio de profesionalidad poniendo al mal tiempo buena cara. Pero lo cierto es que la actividad ha sufrido un profundo deterioro. Los niños, ya de por sí muy alterados en estas fechas, no han contado con un espacio adecuado y se han contagiado del desorden en el que se han visto obligados a practicar su deporte favorito. Tanto ha sido así que se hubo de suspender el encuentro ('sanfinal de mes') de los mayores, viendo que el espacio era insuficiente y que el peligro se palpaba en algunos momentos. Si se nos hubiera comunicado en tiempo y forma, con el respeto que merece cualquier trabajador honrado como somos nosotros, podríamos haber planificado alguna actividad alternativa en el patio (avisando a los niños y a sus familiares), podríamos haber buscado otra actividad (visionado de películas de yudo, charla, concurso, coloquio, juegos…). Incluso se podría haber organizado una excursión para entrenar en algún centro próximo. Tenemos amigos en gimnasios, colegios y centros donde se imparte yudo en Canillejas, Barajas, Torrejón de Ardoz, Ajalvir. Se podría, incluso haber contemplado la posibilidad de fletar un autocar para desplazar al colectivo de yudocas. Pero nada de todo eso ha sido posible porque se nos ha ninguneado. La dirección del colegio debe de pensar que el centro público es de su propiedad y que no tiene que dar explicación alguna a la empresa (ALMAYARA Soc. Coop. M. –la nuestra-) o a la AMPA para ocupar una semana entera un espacio que no sólo se utiliza en el horario lectivo; que lo utilizan los propios alumnos del colegio –y no otros-, pero en otro horario –el extraescolar-. Haber invadido el gimnasio (con bastante desorden, por cierto) ha sido un acto de irresponsabilidad pues se ha dejado el espacio con muchos elementos peligrosos y en condiciones malísimas como para no avisar, al menos. Ya sabemos, por nuestra larga experiencia que trabajar con este tipo de colectivos es complicado. Hay que comulgar con ruedas de molino las más de las veces. Pero no por ello vamos a dejar de expresarnos con total acritud hacia quienes no sólo desprecian nuestra actividad, sino que la ponen en peligro. No lo vamos a consentir. Somos gente seria y honrada, lo mínimo que podemos exigir es un poquito de respeto. ¿Por qué no se dignó la dirección del centro a avisar siquiera a la AMPA?
Desde que ALMAYARA Soc. Coop. M. se hizo cargo de las actividades extraescolares se ha pasado de auspiciar el doble de actividades, todas ellas bien atendidas y con éxito de acogida entre los niños participantes y sus familiares. En el caso del yudo, se comenzó la actividad hace tres cursos con una docena de niños y ahora hay 34 yudocas. Ya se está contemplando seriamente la posibilidad de desdoblar en dos grupos para poder atender mejor a los niños.
Toda esta larga queja se hace pública por un solo motivo. No es por nosotros, no es por el malestar que nos produce tener malas condiciones en nuestro trabajo (si hace falta nos vamos a realizar nuestro trabajo al mismísimo infierno)… Por lo que protestamos es porque representamos a 34 niños que han visto seriamente dañada la calidad de la enseñanza que reciben. Eso es lo que se ha puesto en cuestión y por eso estamos indignados.
Toda esta larga queja se hace pública por un solo motivo. No es por nosotros, no es por el malestar que nos produce tener malas condiciones en nuestro trabajo (si hace falta nos vamos a realizar nuestro trabajo al mismísimo infierno)… Por lo que protestamos es porque representamos a 34 niños que han visto seriamente dañada la calidad de la enseñanza que reciben. Eso es lo que se ha puesto en cuestión y por eso estamos indignados.
ENVIADO: viernes 21/12/2007 2:31
ResponderEliminarHola YUDOCAS:
Con respecto a la critica que hacéis a los padres con el tema de los puntos, deseo daros mi humilde opinión. Pensé al leer vuestra información que los puntos consistían en una herramienta para estimular a los alumnos . En el mes de noviembre me sorprendió que se dieran los premios a dos niñas que habían asistido al campamento que organizasteis. Cristina me explico que por asistir a esta actividad se les dio 500 puntos. Creo que una cosa es la clase y otra cosa es las actividades exteriores, si no hubieran dado a los niños que asistieron al campamento esos 500 puntos quizás hubiera tenido posibilidades otros que se han esforzado.
Ese día me di cuenta que el sistema que usáis de puntos no sirve para estimular a que los niños se porten bien en clase, sino parece estimular que se debe de asistir a vuestras actividades exteriores al colegio. Me imagino que si los críos ven que por no poder asistir a vuestras actividades, en muchos casos por que a los padres les viene mal, no van a poder acceder nunca a los premios se frustraran o simplemente pasaran.
Mi experiencia es que hoy en día los padres tenemos un poco complicada la vida, trabajamos ambos y llegamos tarde a casa, tenemos que estar atentos a que los niños lean , realicen sus deberes y tener un tiempo de ocio con ellos. Ayudarle a a preparar lo que necesitan llevar a clase y a las extra escolares . Todo lo que nos simplifique la vida se agradece.
Creo que el yudo es un deporte que enseña disciplina, se trabaja con todo el cuerpo, y te enseña respeto. Por ello decidí apuntar a mis os hijas a este deporte, pero con ello no pretendo mas que de momento disfruten haciendo un ejercicio saludable.
Cristina es un sol, y no tengo queja de ella, pero si que noto que mis hijas están perdiendo la ilusión en el yudo. No se cual es el motivo , ellas me dicen que se aburren.
Espero haber sido de ayuda, y os aconsejo que si veis que los padres no responden, penséis en simplificar mas las cosas.
Un abrazo y FELIZ NAVIDAD
Marta Gamboa