I Congreso Internacional (Jiu-Jitsu WKF-HADO)

John Therien, Angel Luis G. Humanes, Alain Sailly...


Decía yo, un servidor (del yudo y de mucho más), Wladimiro Martín, que hemos tenido un intenso fin de semana de ‘YU’, de mucho yu.

Empecé tempranito el sábado yendo a buscar a mi buen amigo y alumno Daniel Corroto al que hemos repescado para nuestro beneficio y el suyo (mutuo beneficio). Desde Torrejón, en coche, nos fuimos cinco yudocas en coche a Parla. Estamos acostumbrados. Tanto que el coche elige las curvas… casi no tocamos el volante.

Íbamos los dos mencionados, la profesora cristina Carbonell y las dos pequeñas Ayelén y Aylín.

La sesión de yudo de tres horas acabó dejando el tiempo justo de preparar los eventos del día siguiente. Teníamos el Festival de Ajalvir, del que se habla más abajo (como, también más abajo, se habla de la Mañana del YU) y el I Congreso Internacional de jiu-jitsu de la WKF y HADO.

De eso paso a hablar ahora en primera persona, pues me sumergí en esta actividad sin reserva alguna, como el que se lanza al agua (en plan bomba) sabiendo que es para zambullirse y ‘mojarse’… cosa que no todo el mundo está dispuesto a hacer visto lo visto. Yo sí que me mojé.

Cuando llegué al mostoleño polideportivo de Joan Miró todo andaba ya en plena ebullición. El fenomenal grupo de mi amigo el maestro Francisco Silvestre se volcó en la colocación del tatami. Aquí va mi primera felicitación a este extraordinario grupo humano que siempre se brinda a sumar y nunca a restar.

El resto del equipo de HADO se desplegaba conforme a lo previsto. Una mesa estaba dispuesta para atender a los que llegaban indicando horarios, lugar de la comida, distribución de las áreas de trabajo en el vasto tatami desplegado, etc.

Al final de las escaleras estaba el tenderete de las camisetas del Congreso. Aquí va nuestra segunda felicitación al gran yudoca y yu-yitsuca y genial dibujante Jose Julio Gómez a quien se debe que sean tan bonitas las camisetas del Congreso (la más bonita que hemos visto nunca en este tipo de citas).

Los asistentes acudían a los vestuarios y, ya ataviados al efecto, pasaban a la cancha donde esperaba el tatami. Pero, antes, se encontraban con una mesa informativa en la que dos abogados ofrecían información sobre uno de los proyectos más importantes en las artes marciales en los últimos tiempos. Se está fraguando la creación de una auténtica Federación Española de Jiu-Jitsu (a mí me sigue gustando escribirlo en castellano ‘Yu-Yitsu’) y en Móstoles se plantó la semilla, ricamente abonada por cientos de interesados en la iniciativa.

El organizador del evento de primera magnitud fue el maestro Ángel Luis G. Humanes que dio la bienvenida a los más de 300 asistentes. Tras ello, me correspondió el honor de presentar al plantel de maestros, a los que fui dando a conocer pese a haber tomado unas imprecisas notas unos instantes antes. Algunos, a día de hoy aún no saben que uno de mis apellidos es improvisación. Pero para un servidor, amante de la música jazz, improvisar no es hacer chapuzas, sino la oportunidad de dar lo mejor, (y aplicando el principio del YU con el que he comenzado esta crónica). Micrófono en mano y con la palabra por arma, me siento como pez en el agua. Ya he dado muestras de ello en programas de radio en los que el director desaparecía y me dejaba el marrón, sin más guión que un periódico local en la mano. Y también salía adelante. Por eso, sonrío un poco, cuando veo a gente buena, con un papelito en la mano, diciendo que se han preparado lo que quieren explicar en una clase de yudo, en una alocución pública (a la que supuestamente se les invita, de improviso a hablar, etc.

Una vez arrancó el congreso tuvimos ocasión de comprobar in situ, que, efectivamente, nuestro amigo Ángel Luis G. Humanes no tiene nada que envidiar en calidad técnica, en carisma, ni en posibilidades de comunicación sobre el tatami, con otros de renombrada fama. No es extraños que algunos mindundis le tengan pavor y hayan hecho todo lo posible por alejarles de su lado.

En mi presentación dije algo así como que al detallar los valores de los grandes maestros del evento no ensombrecía en nada el brillo de los muchos otros presentes en el tatami, sino todo lo contrario; aún refulgía más su valor. Ahora, me doy cuenta de que algunos otros sí pueden ensombrecer hasta apagarse al relumbrón de mi amigo Humanes y, como tontos del todo no son, pues… eso. ¡A sofocar la luz para, entre tinieblas, convencer a los cegatos y cortos de vista!

Aquí es donde debería ir mi tercera felicitación, pero no me sale porque estaba convencido de todo esto, ya mucho antes de verlo con mis propios ojos; son unas cuantas primaveras restregándose por el doyo como para no saber quién es quién con sólo ver cómo se ata uno el nudo (por ejemplo, que algunos siempre leen en sentido literal). En todo caso, sí que felicito a Ángel Luis por el exitazo de organización y asistencia de este Congreso culminado con tanto éxito como fatiga supuso su organización y desarrollo.

Tampoco hay que dejar de lado la labor de los maestros por más que, como recalca el propio Humanes, seguimos a la espera de ver levitar a alguien sobre el tatami.

Nos impresionó la implicación del francés Alain Sailly del que ya teníamos magníficas referencias y, personalmente me gustó su trabajo de suelo (por imaginativo y acrobático), pero no pude dejar de pensar, a cada instante que explicaba algo nuevo, en ‘míster ne-uasa’ José Luis de Frutos o en mi propio maestro, Rafael Ortega, auténticos puristas y especialistas de talla mundial del que conocemos como yudo-suelo.

Por su parte, John Therien, demostró gran profesionalidad y un alto sentido práctico de cómo comunicarse sobre un tatami. Acabamos haciéndonos amigos, tras haberlo sido, un par de días antes de Factbook… cosas de estos maravillosos tiempos que nos ha tocado vivir. Un tipo simpatiquísimo muy americano (del norte, se entiende), con mucha experiencia, que no defraudó lo más mínimo, pese a no aportar excelencias ni grandes novedades.

Por ser corteses, señalaremos a los asistentes de ambos maestros internacionales. José Ramón Díez (6º Dan) asistió al francés fundador del Goshin do. También tuvo sus minutos de trabajo sobre el tatami José Manuel Morales (5º Dan HADO). Finalmente, Roberto de Juana (6º Dan) asistió bien al canadiense, pero demasiado rígido en la clase infantil que dirigió (casi a rugidos) aunque con alguna que otra broma.

Kid's master class. Clase maestra infantil

Habíamos invitado a un puñado de escogidos alumnos a la clase maestra que iba a ofrecer el canadiense John Therien. No nos fallaron y desde aquí va otra felicitación más (hemos perdido la cuenta). Esta es muy especial porque estamos orgullosos de alumnos como los que se presentaron un domingo por la tarde en el Polideportivo Joan Miró, después de haber participado ya esa misma mañana en el Festival de Ajalvir. Acaba emocionando tanta implicación y colaboración cuando muy recientemente hemos tenido muestras de todo lo contrario. Es un contraste que algunos padres nos sigan como si fuésemos el flautista de Hamelin y, en cambio, unos pocos –muy pocos, es cierto- tocan los cascarones y hasta la mentada flauta. Muchísimas gracias a los que sí entienden el esfuerzo que hacemos (también era domingo para un servidor) y felicidades por ese espíritu de mutuo beneficio (algunos padres de nuestros alumnos son excelentes yudocas aunque no lo sepan).

Pero antes de pasar a otro tema volvemos a felicitar a nuestro amigo Jose Julio Gómez. Nos explicamos.

Tras la comida se promovió una reunión informativa para ampliar conceptos relativos a lo ya expuesto a primera hora de la mañana por nuestros abogados favoritos César Martín y Sergio Japaz. La importancia del tema hizo que se alargara la reunión, con lo que la clase infantil demoraba su comienzo. Pero no por ello se aquietaba a los más de cien niños reunidos en el tatami del mostoleño polideportivo. Entonces con muy buen criterio, jose Julio tomó la sabia decisión de dirigirse a la multitud infantil y comenzar la clase que sí que fue maestra (sabio Jose Julio). Luego llegó el maestro Therien con su asistente Roberto y remataron la faena recordándonos el chiste de la aceituna. Ese en que un hombre lucha por pinchar con un palillo una aceituna que se escurre y escapa a cada estocada. Así hasta que otro hombre que presencia la escena le pide una oportunidad. Entonces, toma el mondadientes, se concentra y de certero movimiento ensarta la rebelde oliva mostrando ufano su presa. El que ha visto la proeza tras haber dedicado grandes esfuerzos a fracasar, contesta quitando toda importancia al asunto: “Ahora que la tenía yo cansada”.

Pues eso…

La clase infantil se solapó con varias sesiones más de trabajo con los mencionados especialistas y con redobladas energías entre los más de 350 participantes. Tanta fue la participación que uno de los actos más prolongados fue el de entrega de diplomas, con el que se cerró este fenomenal Congreso Internacional. O casi.

Instantes después, multitud de los participantes y organizadores se dieron cita en la misma terracita en que se había comido unas horas antes. Allí pudimos compartir las últimas impresiones y dar por concluida una magnífica jornada de trabajo. Pero nosotros, aún vamos a por algunas felicitaciones que nos quedan. Por ejemplo a los nunca suficientemente reconocidos ukes. En especial nuestra cariñosa distinción a Rubén García que engrandeció las explicaciones de su maestro Angel Luis Humanes, pese a tener cascado el tobillo.

También queremos destacar la labor de dos personas importantísimas para el buen desarrollo de este evento. Además de haber estado del lado de la organización dieron buen ejemplo, saltando al tatami a sudar (cada cual en la medida de sus posibilidades) y a seguir aprendiendo como hacen los grandes yu-yitsucas y yudocas (artistas marciales les llaman algunos) a lo largo de toda su vida (ay del que diga que ya no tiene más que aprender). Me estoy refiriendo a Alberto Aragoneses y a Javier Maroto.

Como ya he empezado ya no puedo parar. No quiero dejar de felicitar, a pesar de no conocer el nombre de algunos, a quienes oficiaron de asistentes en la recepción y en el tenderete de camisetas. Por eso no doy el nombre de ninguno pero les expreso desde aquí mi gratitud por su fenomenal trabajo.

Finalmente, quiero reconocer que fue un verdadero placer encontrarnos con amigos como Pedro, Eduardo, Leticia, Patricia… también a ellos les felicitamos por su asistencia y apoyo al evento (ayudaron a engrandecerlo). Una felicitación especial para los amigos de la Asociación de Judo y Jiu-jitsu de Móstoles encabezados por Ignacio Prados, por su impecable puesta en escena. Otra para David Moronta, siempre discreto, pero siempre eficaz y comprometido. Y un abrazo fortísimo para Antonio Enjuto. Siempre es un placer encontrar viejos amigos de la calidad humana del maestro mostoleño con el que tuve ocasión de charlar largo y tendido recordando viejas anécdotas. Sólo por nuestra charla en la terracita merecía la pena haber pasado el día en Móstoles. Además, él no se acordaba de un par de vivencias que compartimos hace muchos años y que yo le narré. En una ocasión, por ejemplo, fue mi salvador como he comprendido con el paso del tiempo. Hace más de treinta años me sacó en volandas de una discoteca de Sacedón en la que pensaba dar una lección a todo un banderín de la Legión, arrogante y envalentonado porque andaban cerca algunos amigos yudocas como yo. ¡Qué tiempos aquellos! Casi tan maravillosos como éstos.

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I Congreso Internacional Yu-Yitsu