2.6.10

CEIP Ciudad de Guadalajara

PEDIMOS DISCULPAS a QUIEN PUDIERAMOS HABER OFENDIDO

Acabado el curso de yudo en el CEIP Ciudad de Guadalajara queremos dedicar este espacio a agradecer a los padres de los yudocas su colaboración y la confianza que depositan en nuestro equipo al inscribir año tras año, curso tras curso, a sus hijos en la actividad.

En los últimos tiempos hemos venido realizando algunas críticas sobre cuestiones concretas y parece haberse creado una falsa impresión de malestar. Nada más alejado de la realidad. La labor de la profesora Cristina Carbonell en este centro ha sido intachable y ha acabado, un año más, satisfecha del resultado, de la entrega de sus alumnos y de la confianza depositada en ella por los padres de sus alumnos (algunos de ellos verdaderamente pequeñines).

El estilo de este YUDIARIO siempre ha sido ácido y lacónico. Por ese motivo se han debido interpretar mal algunos de nuestros cometarios, a nuestro juicio, pues, en ningún momento, hemos querido dar a entender que en el CEIP Ciudad de Guadalajara haya algo más que sana práctica del yudo, espíritu de colaboración por parte de quienes promueven y organizan la actividad y colaboración con quienes la hacen efectiva día a día a lo largo de muchos cursos que ya llevamos en el centro.

Quizás convenga ahora recordar que el profesor Wladimiro comenzó a impartir clases de yudo en dicho colegio madrileño hace más de 30 años. Desde hace tres años se ocupa de la enseñanza del yudo en el colegio Cristina Carbonell. Son muchos años y nos sentimos especialmente orgullosos de empezar a contar, en las clases de yudo, con hijos de antiguos alumnos que renuevan esa confianza de la que antes hablábamos. Tenemos apellidos ilustres en la historia del colegio y de la Alameda de Osuna y esperamos seguir contando con este sentimiento de orgullo que llevamos por bandera.

Si de alguna manera se ha podido ofender o disgustar a algún alumno o yudoca del Ciudad de Guadalajara, a alguno de sus familiares o a algún trabajador del colegio queremos dejar claro que pedimos disculpas y que no ha sido nuestra intención. Todo lo contrario. Estamos orgullosos de poder colaborar, siquiera sea mínimamente, en el proyecto educativo del centro, con nuestra aportación, que creemos importante. Y vamos a seguir esforzándonos en esa línea cuidando muy mucho no herir susceptibilidades con nuestros comentarios (que siempre nos gusta recordar son opiniones y no otra cosa).

En todo caso, como ya hemos ofrecido a la AMPA del Ciudad de Guadalajara, vamos a dejar de hacer crítica alguna hacia el colegio, hacia quienes lo integran y, en general, hacia todo el colectivo del centro escolar. Nos limitaremos a relatar las actividades, relacionadas con el yudo, en que participen alumnos del centro o de nuestra asociación intentando sea de la manera más aséptica posible, para que no se pueda volver a entender nuestro esfuerzo en mejorar a través de la crítica, como persecución, descalificación, injuria, insulto… o cualquiera otra acción de menosprecio o desconsideración hacia nadie.

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