Hemos tenido un fin de semana movido con un entrenamiento infantil en el Gimnasio Olympo de Parla y otro para cadetes al que acudió Sonia Sieiro y al que no mostraron interés en asistir el resto de cadetes e infantiles. Hay que reconocer que se acaba el curso y que los estudiantes llegan con ganas de pocas cosas, más allá que las de quitarse de en medio los libros. Pero también tenemos que felicitar a la mayoría de ellos por estar consiguiendo buenos resultados académicos.
Volviendo a nuestro terreno, felicitamos a los que respaldaron la iniciativa del director del Gimnasio Olympo, Víctor Arroyo, de reunirnos en un tatami para despedir el curso. Tenéis su crónica y algunas imágenes AQUI.
A la convocatoria acudieron los intrépidos hermanos David y Pilar Rubio y los valientes Sergio Velarde, Jesús Lázaro, Javier Moreno, Naira Pérez y Javier Martínez; todos ellos mangas ‘rojas’ o ‘verdes’. También nos ha extrañado que sólo acudieran media siete de nuestros yudocas de estas edades. La explicación debe de ser la misma que antes hemos apuntado. El curso ha sido muy intenso; además, nuestro colectivo se está reservando para la doble cita de este próximo sábado en Ajalvir: Festival (por la mañana) y Trofeo Nacional de la Amistad (por la tarde).
En todo caso, hacemos una mención muy especial a los tres infantiles que se postularon como monitores previniendo que el profesor Wladi no iba a acudir por tener programado un viaje a Barcelona, que, finalmente, no pudo realizar. Estamos hablando de Itziar Sánchez, José Manuel Sieiro y Saray Almagro, que no dudaron un solo momento en echar una mano para atender a los compañeros menores.
El entrenamiento se desarrolló a lo largo de hora y media (de 11:00 a 12:30 h.) con un poco de todo. Hubo calentamiento, como no podía ser de otra manera, juegos, randori… para acabar se invitó a padres y familiares a descalzarse y pasar al tatami para compartir los últimos momentos con los jóvenes yudocas. Entonces, los profesores Magda castellanos y Víctor Arroyo organizaron la ola japonesa. Con dos cinturones atados cada uno agarró un extremo y pasaba de lado a lado del tatami sujetando el improvisado listón. Podía pasarse el listón a baja altura, a altura media o por alto. Pero nadie podía tocar los cinturones y, poco a poco se iba complicando el juego al ‘hacer la ola’, cada vez más rápida. Fueron momentos muy divertidos que hicieron sudar a más de un desprevenido padre. Al acabar, todos juntos procedieron a un protocolario saludo para despedir la clase. Los niños se marcharon con sus familiares y los tres improvisados monitores se tomaron un refresco con su profesor.
Volviendo a nuestro terreno, felicitamos a los que respaldaron la iniciativa del director del Gimnasio Olympo, Víctor Arroyo, de reunirnos en un tatami para despedir el curso. Tenéis su crónica y algunas imágenes AQUI.
A la convocatoria acudieron los intrépidos hermanos David y Pilar Rubio y los valientes Sergio Velarde, Jesús Lázaro, Javier Moreno, Naira Pérez y Javier Martínez; todos ellos mangas ‘rojas’ o ‘verdes’. También nos ha extrañado que sólo acudieran media siete de nuestros yudocas de estas edades. La explicación debe de ser la misma que antes hemos apuntado. El curso ha sido muy intenso; además, nuestro colectivo se está reservando para la doble cita de este próximo sábado en Ajalvir: Festival (por la mañana) y Trofeo Nacional de la Amistad (por la tarde).
En todo caso, hacemos una mención muy especial a los tres infantiles que se postularon como monitores previniendo que el profesor Wladi no iba a acudir por tener programado un viaje a Barcelona, que, finalmente, no pudo realizar. Estamos hablando de Itziar Sánchez, José Manuel Sieiro y Saray Almagro, que no dudaron un solo momento en echar una mano para atender a los compañeros menores.
El entrenamiento se desarrolló a lo largo de hora y media (de 11:00 a 12:30 h.) con un poco de todo. Hubo calentamiento, como no podía ser de otra manera, juegos, randori… para acabar se invitó a padres y familiares a descalzarse y pasar al tatami para compartir los últimos momentos con los jóvenes yudocas. Entonces, los profesores Magda castellanos y Víctor Arroyo organizaron la ola japonesa. Con dos cinturones atados cada uno agarró un extremo y pasaba de lado a lado del tatami sujetando el improvisado listón. Podía pasarse el listón a baja altura, a altura media o por alto. Pero nadie podía tocar los cinturones y, poco a poco se iba complicando el juego al ‘hacer la ola’, cada vez más rápida. Fueron momentos muy divertidos que hicieron sudar a más de un desprevenido padre. Al acabar, todos juntos procedieron a un protocolario saludo para despedir la clase. Los niños se marcharon con sus familiares y los tres improvisados monitores se tomaron un refresco con su profesor.
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