El periodista Oscar Sánchez publica en el Gramma (famoso periódico cubano que se pide en los kioscos con la frase: ¡déme un peso de mentiritas!) un artículo sobre el yudo caribeño. En este caso, no tiene por qué mentir el periodista Sánchez, pues da cuenta de un evento deportivo y lo hace con profesionalidad. A continuación os transcribimos parte del artículo.
Cuba refrendó su condición de potencia del yudo mundial, al clasificar completa a su escuadra masculina y a cinco de sus siete mujeres para los Juegos Olímpicos de Pekín (Beijing). Así fue a la conclusión, este pasado viernes en Miami, de los enfrentamientos individuales del Campeonato Panamericano de yudo. Cuba se despidió con tres medallas de oro.
Yordanis Arencibia, actual subcampeón mundial en menos de 66 kilogramos), no tuvo rivales en la lid y en la final arrolló al ecuatoriano Roberto Ibáñez, mientras su compañero Oscar Braison se tomó desquite. Ganó al brasileño Walter Santos, quien ya le hubiera derrotado anteriormente en la división de más de 100 Kg. Ahora, en la categoría abierta, a los minutos de combate le marcó ipón.
“Fue muy estimulante para él ese desquite. Es cierto que una competencia como los Juegos Olímpicos no da esa oportunidad, pues solo se compite en la superpesada y no en la libre –open-, pero pudo demostrarse a sí mismo que tiene todas las posibilidades para vencer en cualquier escenario", declaró Justo Noda, preparador de la selección nacional cubana masculina.
También obtuvieron medalla, de bronce en este caso, Yasmani Piker (-60 Kg.) y Ronald Girones (-73 Kg.).
Yanet Bermoy (-48 Kg.) volvió a demostrar su clase, al doblegar por el título a la difícil brasileña Daniela Polzin. Por su parte, su compañera Yurisleidys Lupetey (-57 Kg.) terminó en medalla de bronce, en una categoría en que la estadounidense Valerie Gotay superó en la final a la colombiana Yadinys Amaris.
En menos de 52 Kg., la venezolana Flor Velásquez dio la gran sorpresa al ganar la presea dorada imponiéndose a Erica Miranda, que fuera subcampeona en Río de Janeiro (2007). María García, de República Dominicana, y Aminata Sall, de Canadá, completaron el único cuadro de medallistas que no tuvo una bandera cubana en la ceremonia de galardones.
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Cuba refrendó su condición de potencia del yudo mundial, al clasificar completa a su escuadra masculina y a cinco de sus siete mujeres para los Juegos Olímpicos de Pekín (Beijing). Así fue a la conclusión, este pasado viernes en Miami, de los enfrentamientos individuales del Campeonato Panamericano de yudo. Cuba se despidió con tres medallas de oro.
Yordanis Arencibia, actual subcampeón mundial en menos de 66 kilogramos), no tuvo rivales en la lid y en la final arrolló al ecuatoriano Roberto Ibáñez, mientras su compañero Oscar Braison se tomó desquite. Ganó al brasileño Walter Santos, quien ya le hubiera derrotado anteriormente en la división de más de 100 Kg. Ahora, en la categoría abierta, a los minutos de combate le marcó ipón.
“Fue muy estimulante para él ese desquite. Es cierto que una competencia como los Juegos Olímpicos no da esa oportunidad, pues solo se compite en la superpesada y no en la libre –open-, pero pudo demostrarse a sí mismo que tiene todas las posibilidades para vencer en cualquier escenario", declaró Justo Noda, preparador de la selección nacional cubana masculina.
También obtuvieron medalla, de bronce en este caso, Yasmani Piker (-60 Kg.) y Ronald Girones (-73 Kg.).
Yanet Bermoy (-48 Kg.) volvió a demostrar su clase, al doblegar por el título a la difícil brasileña Daniela Polzin. Por su parte, su compañera Yurisleidys Lupetey (-57 Kg.) terminó en medalla de bronce, en una categoría en que la estadounidense Valerie Gotay superó en la final a la colombiana Yadinys Amaris.
En menos de 52 Kg., la venezolana Flor Velásquez dio la gran sorpresa al ganar la presea dorada imponiéndose a Erica Miranda, que fuera subcampeona en Río de Janeiro (2007). María García, de República Dominicana, y Aminata Sall, de Canadá, completaron el único cuadro de medallistas que no tuvo una bandera cubana en la ceremonia de galardones.
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