Otro fin de semana repleto de actividad relacionada con el yudo

Hemos apurando un fin de semana con sensaciones contradictorias. Se trataba de uno de los últimos fines de semana del curso en el que, por un lado, hemos tenido mucho yudo y eso es siempre motivo de alegría. Por otro nos hemos quedado un tanto desinflados por la organización de la Copa del Mundo de Leganés, que ha gozado de nula promoción (o casi). Sabemos que hay una cosa que se llama Eurocopa de fútbol, que acapara mucho tiempo y espacio en todo tipo de medio de comunicación. También hemos disfrutado con la contundente victoria de Nadal sobre Federer. Incluso hemos tenido noticias de lo accidentado que fue el campeonato de 'fórmula 1' en que el millonario asturiano Fernando Alonso casi sube al podio.

De la ‘world cup’, como se empeñan en llamarla en este país donde es y será la Copa del Mundo -que no es moco de pavo-, hemos sabido bien poco. Y lo poco que hemos sabido fue contradictorio.

Todavía a estas horas (10:14 del lunes9 de junio) en que escribimos estas líneas, en la ‘web’ de la Real federación Española de Yudo se puede leer el horario de esta Copa del Mundo celebrada en Leganés. Consta que empezaban las eliminatorias el sábado a las 10:00 de la mañana y que las finales, ese mismo día, comenzarían a disputarse a las 16:00 horas. Llegamos sobre las 16: 15 horas y escuchamos el himno de España desde la calle. Cabía la posibilidad de que la ceremonia de apertura se hubiera retrasado, pero, en realidad sonaba por Sugoi Uriarte que acaba de ser proclamado campeón en la categoría de los 66 Kg. Quisimos acreditarnos para pasar a pie de cancha y un joven impecablemente ataviado de chaqueta y corbata nos explicó que ya ase había acabado, que no merecía la pena que nos acreditásemos y que, total, las chicas de prensa ya debían de haberse marchado. Cualquier parecido con el trato recibido en el Campeonato de Europa de Lisboa era mera coincidencia. Le expliqué que nadie nos había informado del cambio de horario que, seguramente, sólo se había hecho oficial en el Pabellón Europa de Leganés y en el hotel de la organización. También le pedí que llamase a alguien para acreditarnos porque aún restaban por disputarse las finales de repesca de 73 Kg, y de 81 Kg. así como las finales de ambos pesos. Como todavía dudaba le sugerí que asomara las napias y que viera cómo, efectivamente, había en liza dos encuentros. Así lo hizo y, entre fastidiado y sorprendido desapreció escaleras abajo. Al poco subió con nuestras acreditaciones y pudimos ver lo que quedaba de copa del mundo.

Tan desanimados nos fuimos de Leganés que al día siguiente dudábamos si volver, dado también se disputaría toda la competición de corrido (sin paradas para comer) y dado que, por la mañana, teníamos citados a nuestros yudocas en el pabellón Castillejo. Al final optamos por lo más sencillo: escuchar a nuestro corazón. Nos apeteció mucho más quedarnos en Parla con nuestros yudocas y echar una mano, de esta manera, a dejar el tatami colocado para tenerlo listo para las clases de este lunes.